TERCER DOMINGO DE CUARESMA 2015 Jesús se presenta como profeta de los pobres y, en nombre de Dios, exige un templo en el que no quepan los poderes que oprimen y asfixian a los débiles. D esta manera, también cuestiona nuestros silencios ante el atropello de ese “templo de Dios” que es cada persona.
“No importa que millares de personas carezcan de lo más necesario para llevarse a
la boca…, que la vivienda sea un problema angustioso y palpitante…, que millones de personas tengan que emigrar, en un peregrinar sin descanso a causa del “orden” que se mantiene a la fuerza. No importa que el pueblo esté sojuzgado… No importa todo este desorden, con tal que la tranquilidad, confundida con el orden, siga reinando. ¿Puede llamarse incitación al desorden (orden) la formación de una mentalidad para sustituir esta tranquilidad (orden) por un sistema más justo, conforme a los deseos de Dios para el hombre… Sentirse llamada para derribar este desorden entronizado en nombre del orden, donde toda corrupción tiene asiento y todo vicio encuentra cabida, y desoír su voz, solo se concibe en cobardes y materialistas… El Cristo sangrante, que es para el cristiano el prójimo, nos urge angustiosamente a la lucha por el reino del amor. Sólo el Señor, y lo que es obra suya, es orden” (Rovirosa. O. C. T. V, págs. 624-625)
ORACIÓN PARA DISPONER EL CORAZÓN Señor Jesús, enséñame a denunciar a quienes profanan personas, que tus verdaderos templos. Hay mercaderes de niños, de obreros, de órganos y de esfuerzos; hay mercaderes de vida y mercaderes de sueños… Mercaderes que arruinan tus templos, rentistas, ricachones y usureros, los traficantes de esclavos, que matan el alma y el cuerpo; los que negocian con armas, asesinos de los pueblos, y los culpables del hambre, auténtico sacrilegio. Los mercaderes de templos, siempre tienen un mismo nombre: Don Dinero. Que no me calle, Señor, que reivindique, ahora siempre, la dignidad de tus templos. Que m sienta capaz de luchar Contra los mercaderes de templos Amén.