“MANOLO”
Tras la máscara del seudónimo “Manolo” siempre firmó todos sus poemas y a la mayoría le añadió la fecha de composición con el dato exacto de día, mes y año; sin embargo, en varias oportunidades recurrió al expediente de emplear seudónimos posiblemente en previsión de las críticas que pudiese recibir por la naturaleza del tema y su condición de sacerdote; dos poemas merecieron el recurso al seudónimo y en ambos casos cargados de fina ironía. Teófilo. En el soneto “El cura de mi lugar”, encontramos un escrito cargado de ironía sobre las novedades litúrgicas surgidas de la autorización del Concilio Vaticano II para emplear las lenguas locales y que algunos sacerdotes llevaron a extremos escandalosos para la época, moda que no ha desparecido del todo. Por el texto mismo del soneto es evidente el contrate entre la tradición y las novedades del momento y ello podría explicar el seudónimo de origen griego compuesto de dos palabras “Teo” (transliteración acomodada de la palabra griega para designar a Dios: Theós) y “filo” también de origen griego para expresar amistad, aprecio, cercanía; así pues la queja de un “tradicionalista” expresado como “el amigo de Dios” enfrentado a un “modernista” manifestación palpable de que “el diablo anda suelto”
Img. 61 Se desconoce el lugar donde se publicó “El cura de mi lugar” , no obstante “Manolo” guardó dentro de sus documentos un recorte del mismo
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Documentos Javerianos