“La pervivencia templaría en Menorca, tras la supresión de la orden: La escultura templaria “Bafomética” de la isla de Menorca: Ciudadela, Mercadal y Alayor” Lola Carbonell Beviá
“(…) Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a la luz (…)”. (Marcos 4, 22).
1. La política administrativa templaria en Ciudadela: la ciudad del “Conocimiento de Dios”. Ciudadela, la antigua Medina Minurka musulmana, fue modificando su configuración como ciudad, a raíz de la conquista cristiano-templaria por parte del rey de Aragón y Conde de Barcelona, Jaime I “El Conquistador”, quién apoyándose en diversas órdenes militares, no sólo modificó el aspecto urbanístico de la villa, sino su concepto teosófico (1): “(…) Templarios, Hospitalarios, Antonianos y Sanjorgianos dieron su apoyo al rey Jaime I, y por tanto participaron directamente en la transformación de la primitiva mezquita de Medina Minurka, aplicando sus ideas teosóficas y simbólicas en la emblemática de la iglesia de Santa María, de Ciudadela. Posteriormente, continuaron sus aportaciones en la construcción del templo, durante los reinados de Alfonso III y Jaime II. Los conocimientos esotéricos estudiados por dichas Órdenes Militares se pusieron de manifiesto en la Arquitectura y Escultura de la iglesia de Santa María, de Ciudadela, desarrollando una narrativa conceptual simbólica a través de la escultura exterior del templo, en la que aparecen manifiestamente elementos del bestiario y volucrario medieval, en las gárgolas, tales como el lobo, búho, carnero, esfinge masculina, esfinge femenina y cordero para la fachada meridional. La lechuza, el dragón y el pez, en la fachada oriental. Y el licornio y quebrantahuesos en la fachada septentrional. Todo un relato teosófico basado en la trasmisión esotérica, bajo un “corpus hermético” fundamentado en el misterio del conocimiento de Dios, y de una realidad existente después de la muerte, muy diferente al concepto religioso que nos ha sido legado, deformado por el paso de los 1