ISLA de PASCUA

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Hernán Precht Bañadoss

Lentes en Viaje Isla de Pascua


AGRADECIMIENTOS

A todos mis amigos y amigas que impulsaron la idea de crear un formato que reuniera las fotografías de Instagram, con sus respectivas historias.

Especiales reconocimientos a:

Annie Coudeu Despouy Pablo Fernández Dören

Portada: Motu Kao Kao Frente : Ahu Tongariki


ISLA de PASCUA Todo partió con una llamada de mi amigo de la infancia, René Baudrand. El es el motivador principal de esta parte del libro, pues sin muchos rodeos; me dijo que tenía dos horas para escoger asiento en un viaje a Rapa Nui. René, quien tiene una hija y un nieto en Isla de Pascua, cuenta con varios amigos allá, y ganas permanentes de ir a verlos. Bajé unos libros y guías de Amazon, para darme una idea de ese lugar que esta en la mitad de la nada, a cinco mil kilómetros de cualquier lugar habitado, Había que proveerse de Sombrero, corta vientos, cremas solares y , en fin, todo lo pertinente a una excursión de este tipo. Mi inseparable LUMIX ZS 40, más el teléfono, un iPhone 7Plus, al cual le debo muchas fotos, incluyendo la portada, tomada desde un bote que volvía muy rápido a la Isla.

Mi primer libro, antes de Internet, consumió más de un año, tomando apuntes en las bibliotecas, cosa que hoy sería impensable. Quedo obsoleto, ya que los datos que contiene, se encuentran actualizados y mucho más socializados en la Web. El segundo es una Historia de el Cementerio General de Santiago, daba cuenta más extensa que la pequeña reseña existente, muy buena; pero no existía un libro. Ese sigue indemne. Han pasado los años, y la realidad permite volver a una conversación virtual, que se concreta en un libro. No tiene estilo, tablas de contenido , indices : solo estas emociones por medio de la fotografía. Tuve la oportunidad de viajar mucho en una época de mi vida, y las máquinas Reflex con sus lentes eran un lastre. Los rollos, con 36 fotos, no permitían fotografiar cualquier cosa...salía bastante cara esa gracia. Este color inimaginable, recibe a los visitantes a la Isla. Doy Fe, es Real.



LA ISLA FUGAZ Aterrizamos con una bella vista de la Isla, y todo lo que había imaginado tras estudiar mapas se fue diluyendo, cuando retomé el paso; al sentir la lluvia, que apareció rauda tras un sol intenso a la llegada. Y, así fueron armándose los días, donde nada es perdurable. Su paisaje es el fugaz. Lo que va quedando en la memoria, son retazos intensos que no dan tregua. Un atardecer. No. Aquí hay muchos atardeceres dentro de una puesta de sol; ritual que siguen los centenares de turistas, obnubilados en una explanada, (pag.18) acompañada de Moais, y silencio impresionante. Hasta ahí llegaron las Guías, pero no los libros que tuve a la mano después de la experiencia Uno de los autores que tengo a la mano, James Grant-Peterkin, enamorado de esta isla, nació en Inverness, Escocia.

Y, en ese lugar si que saben de Hadas, y momentos fugaces. Ya estudiando en Edimburgo pude seguir la pista de lo que contaba antes. Ese Wink of the Eye, ese pestañeo, que dura justo para que transiten las hadas por sus mundos y los espíritus escoceses. Quizás por eso, GrantPeterkin, recurre a un personaje como Pierre Loti, (Julien Viaud, 18501923). para iniciar su libro, con la experiencia de otro, sobre esta tierra en la mitad del oceano. Loti, desde lo alto en la colina cercana a la mezquita de Eyüb, se sentaba , según dicen, con la vista puesta en los minaretes y las torres que coronan ambas orillas del Cuerno; que se adivinan en la lejanía, mientras el sol pinta el horizonte y las aguas del Bósforo. Esa magia del sol en Rapa Nui, es una de las razones para ir; como para viajar a Estambul. AHU VAI URI



Esta no es , ni nunca ha pretendido ser una Guía de Viajes. Es un Libro de Fotografías. Sin embargo , toda foto, tiene su Petit Histoire. Cuando comencé mis viajes, básicamente por trabajo, la Guía de las guías era la Michelin verde para los lugares y la roja para hoteles y restoranes. Más de alguna vez habrán escuchado historias de chefs que reciben el galardón de ser apreciado por esta publicación. Aparecieron otras con datos cotidianos de viaje, hasta que llegó un libro-guía. Libro por lo pesado que es para llevarlo en un viaje, pero soberbio en las fotos y edición. (sobre todo que hoy lo llevas en el tablet, junto a todas las publicaciones que quieras y videos, música y fotos por si fuese poco) Me refiero a aquellos publicados por El País/Aguilar, que son superiores pero por décimas a National Geographic Traveller. Estas últimas, estaban a U$ 1,99 en Borders, antes que cerrara.

AHU TONGARIKI



LAS NUBES No hay duda que hay ciudades que tienen una luz Particular, también tienen sus nubes, filtros de la magia. Venecia es el ejemplo por antonomasia, y basta observar cuadros como Canaletto, que al final vendía al por mayor, pero no le quita que exista parte de su obra capturando con talento la luz Veneciana. Los Países Bajos, donde Brujas tiene su propia luz. Esta ciudad Belga era la capital de la histórica Flandes y una de las más hermosas de Europa porque conserva un atractivo único:

su arquitectura medieval. En su identidad, destaca la cantidad de canales que pueden recorrerse y que le valieron el nombre de Venecia del Norte. Delft, Amsterdam y lo mejor según mi percepción para entender el tema de la luz y es guiarse por los pintores. Jan Vermeer, el mismo de la “ Joven de la Perla”, recoge esa luz , en cuadros notables, como: El Arte de la Pintura, Mujer con balanza, o Militar y muchacha sonriendo.




ANAKENA Anakena no es sólo una idílica playa para algunos, es el lugar considerado la cuna de la historia y la cultura de Isla de Pascua. Fue aquí donde el primer rey de la isla, el Ariki Hotu Matu’a desembarcó con sus hombres y estableció el primer centro poblado que dio origen a la cultura Rapa Nui. Cuando se habla de Isla de Pascua, muchos la relacionan solo con Anakena y los Moai. Pero es tanto más que eso. Cada uno tendrá su versión de la Isla una vez visitada. Que es una playa bonita:sí. Que es paradisiaca, no. Hubo que llenarla de palmeras traídas de Tahíti en la década del 60 . En el resto de la Isla no hay palmeras. La Isla solo tiene tres playas, Anakena, Ovahe (la nudista) y Pea (la de la caleta), en pleno centro del pueblo.

Su arena blanca y radiante, me da trabajo para tomar una foto; porque sale la arena o tomo el resto del paisaje. Como lugar turístico por excelencia, hay que escoger una hora para ir y no quedar atrapado entre la multitud. Este es el único lugar fuera del pueblo donde se encuentran servicios, restoranes y bebidas, aparte de los siempre presentes souvenirs, Yo en plan agua y fotos, opté por estar hasta la llegada de los turistas y las excursiones guiadas, dirigiendo mis pasos a Ovahe, (que no es nudista). El sol pasa a eso de la Una, de la tarde, y el cerro que la protege, permite una sombra soñada, para quedarse y nadar. En Anakena, con ese aire trasparente, ese calor que mantiene su arena, deja solo a los muy valientes, sin recurrir a la sombra de las palmeras. AHU NAU NAU AHU NAU NAU






LA FOTOGRAFÍA

Sin entrar en detalles técnicos, la fotografía de hoy, es un mundo de diferencia con la experiencia vivida antes de la era digital. Los rollos de película, habitualmente se mandaban a revelar tanto en color como en Blanco y Negro. Estas últimas se podían alterar, con un pequeño laboratorio en el baño de la casa. Las diapositivas o slides, durante muchos años iban de viaje a Panamá, para ser reveladas. En los setenta, ya se hacía el proceso en Chile. Hoy, se revelan en Photoshop, (broma) o en Instagram, que tiene todas las opciones para compensar alguna falla en la toma. Si se fijan, justo en las fotos anteriores, no están con filtros, pero son lo que se denomina HDR. En simple, es la fusión de tres tomas del mismo paisaje en una, dando esas tonalidades tan contrastantes

Por eso uno siente ese tipo de tomas, como más agresivas al ojo. Todas las fotografías digitales, tienen una información escondida, que se llama EXIF. Es la información completa de como se tomo la foto, fecha, cámara, velocidad, apertura, y un largo etcétera. Mi gran amigo, Juan Pablo Lira, no Juan Enrique; fotógrafo profesional, en uno de sus encargos para el Hotel Pucón, me permitió ir de caddie. Subimos a esquiar, llegando al Cono del Volcán Villarrica, con las máquinas y lentes, y Juan Pablo, de 4 rollos, seleccionó para su cliente solo 18 fotos. Uno se pone exigente y filtra mucho, ya que ahora, cualquier celular trae una cámara, mejor o peor, y vamos llenándonos de pixeles. Si hacen la prueba, en Instagram, #isladepascua tiene cerca de 24K de visitas.



LOS POZONES Así denomino a estas lagunitas que se forman entre un anillo de rocas, permitiendo que uno se bañe en aguas cristalinas, asistiendo a un espectáculo soberbio que puede durar horas, con olas, bailando alrededor. Me sumergí en tres, y solo en uno había un par de turistas. Idílico. El mapa muestra, el recorrido costero y créanme , no hay, no existe un lugar igual a otro, como tampoco los mismos lugares son iguales al día Esta Isla tiene unos 25 km., De punta a punta, en línea recta.

Hacer el trayecto caminando, no está dentro de mis intereses. Se ven autos y motos, pero muy poco tráfico. Es más fácil toparse con capataces arriando caballos, que generalmente andan sueltos; y como no se pueden ir sus dueños los dejan libres, hasta que los necesiten. En verdad no se bien, ni pregunté, que hacen con tantos caballos; que superan al número de vacunos, por mucho. LiLicencia CREATIVE COMMONS






A lo largo de esta costa oriental, tan accidentada, con unos acantilados brutales, encontrar esos pozones, son un oasis en todo el sentido de la palabra. No pude dejar de pensar mientras disfrutaba el agua de temperatura ideal, en los signos que estaban apareciendo por doquier. Esa composición de rocas, pulidas con una carga magnética que cuando se calienta con el sol, las brújulas se trastornan y los celulares pueden sufrir raras desconfiguraciones, Esta roca, llamada el Ombligo del Mundo, “Te Pito Te Henua” , está en un lugar abandonado para el ceremonial, como lo fuese hace siglos. En Te Pito Kura, se encuentra también , el Moai más grande de toda la isla, aunque yace en el suelo, con 9 metros de largo, 2 para las orejas y unas 80 toneladas de peso. Su Pukao, botado a unos pasos mide algo más de dos metros 10 toneladas. Ese es el famoso Moai Paro.

Subí una que otra foto a Instagram, con la intención de compartir la experiencia vivída. Pero, me preguntaban , que cuando las agruparía en un libro o en una exposición. Mi pudor y sentido de la realidad respecto a las fotos no me dejan exponer.. Hice un ejemplar de prueba: 50 páginas, con fotografías de la Isla, Macchu Pichu, otras de la costa central de Chile, y no me convenció el resultado. Lo digital era mi mundo entonces, era el modo de compartirlo solo con mis amigos vía mail o whatsapp. Tengo una hija editora. Su empresa se llama Bonita Ediciones, trabaja con una amiga diseñadora que vive en Londres, otro artista, que su vida esta en donde haya Red, más el iPad. Todo se hace por archivos que van transitan por el mundo. Manda a imprimir a China. Cómo no me iba a atrever para un solo libro que no se vendería, ni tampoco iría al papel. No se lo he mostrado, me da pavor la opinión profesional.


El Ombligo del Mundo: Te Pito Kura significa “ombligo de luz”

La Fábrica de Moais, arriba del cerro,

y, MOAI PARO abajo


LOS MOAI Al comienzo escribí sobre Pierre Loti, sabiendo que era entre otras cosas un marino,, escritor o navegante, según el punto de vista que uno interprete su biografía. La historia me llamó la atención de viaje en Estambul, y le escribí en un papel al taxista el nombre del escritor. No tenía idea. Pero ni una idea. No existía el Waze... La cosa, es que tras muchas vueltas logramos llegar al Café que lleva su nombre como ya creo les conté. Pero si Grant-Peterkin, prologó su libro con un verso de Loti, había que encontrarlo. El dato que si tenía claro es que este hombre había llegado el l 3 de Enero de 1872 en la fragata Francesa La Flore, a la Isla En sus cuatro días, el marino, explorador y escritor Francés tuvo tema para documentar varios artículos sobre sus impresiones en la isla.

La Dueña, encantadora, en vez de contarme un cuento por enésima vez, tuvo la gentileza de prestarme un dossier sobre el personaje. Anoté los nombres y ahora, tras varios años, me entretuve buscando en la Web. « Reflets sur la sombre route », Paris: Calmann-Lévy, 1899 Pude llegar al verso que prológa el libro en cuestión , y traduzco lo mejor posible: “En medio del Gran Oceáno, en una región donde nunca pasa nadie, existe una misteriosa como desolada isla; sin tierras vecinas, y por más de ochocientas leguas en todas las direcciones, un vacío sin movimiento la circunda. Plantada con enormes y monstruosas estatuas, trabajo de alguna raza ya desaparecida, donde su pasado se mantiene como un verdadero enigma” Por eso, me cuesta hilar la historia, y si dijese algo fuera de lo común y ya sabido por ustedes, serían meras especulaciones. Es un Enigma. N.R. En este Café no estuvo Hemingway.

Los Ojos de Coral están puestos recientemente. Es el único Moai con ojos


Mi Abuelo materno, marino, escritor y político, murió meses antes de que yo llegara a este mundo.

Me aboqué a las lecturas y di con un estudio simple y directo de Matt Becker y Tanya Bronson, de California State University.

Así es que la niñez transcurría entre el barrio, el colegio y para las enfermedades el Tesoro de la Juventud, y una gran cantidad de revistas empastadas donde aparecían artículos de don Guillermo Bañados.

Ellos concluyen que estas estatuas fueron colocadas para señalar lugares donde se encontraba agua potable, recurso muy difícil de hallar en la isla.

Un tomo que conservo hasta el día de hoy, aparece la referencia a Loti; y que sin ella no me habría dado por enterado. Esa similitud con el abuelo, me hizo traerlo a colación. Aprendí que Moai, en estricto rigor debiese llamarse Moai Aringa Ora ; o “el rostro vivo de nuestros ancestros”. Así partió la amistad con un marino chileno por formación, nativo, al igual que su larga familia, que ahora es empresario turístico. Benjamín Ito, después de compartir toda su experiencia y tradiciones caminando por el Volcán Rano RaraKu, me invitaba a conversar en su casa, con otros isleños, para que dejara mi ignorancia de lado. ( Tarea imposible )

Benjamín concordaba con esto, y es uno de los más preocupados por la sustentabilidad de Rapa Nui, ya que tanto la población estable de 7 mil, más la flotante, que nunca bajará de las mil quinientas personas diarias, demandan agua, en primera instancia. Abundan los pozos sépticos, y una cantidad de basura, que no ven los turistas como yo, salvo que lo lleven expresamente: ahí dejará todo el romanticismo de lado. Esta isla es volcánica, por lo cual las lluvias, tan frecuentes durante el día, y en cantidades nada despreciables, fluye por las porosidades de la roca y no existe una suerte de embalse que proteja este recurso, que entre muchas y distintas causas, creo que ayudó a dejar la población con solo 111 habitantes, en 1877. Vino un francés, y los asesinó.




Existe un Moai, de tamaño pequeño que ha ha viajado como ninguno. (Pag.2) Este, que se encuentra a la entrada del Ahu Tongariki fue a la Feria de Osaka . El pueblo japonés donó un proyecto para levantar este Ahu, de doscientos metros de largo, devastado por el terremoto de 1960, y solicitó la presencia de este Moai, al cual nadie se iba a negar, tras haber restituido el monumento más importante sin duda alguna, de Rapa Nui. Anteriormente Thor Eyerdahl. el conocido etnógrafo noruego, que emprendió la gran aventura llamada KonTiki, lo utilizó para ver si sus balsas lo soportarían. Quienes se interesen por este viaje alucinante, pueden encontrar en Youtube , el documental ( 1959 ) ganador de varios premios, llamado igual que su expedición. Yo trato de no entrar en la historia, porque escribir tan superficialmente sobre Edward Davis y su posible avistamiento de la isla en 1686, da para largo y significa, dejar la fotografía por los buscadores de la Tierra de Davis. AHU TAHAI en la explanada, que permite ver la puesta de sol a través de los Moai que recortan los rayos de sol. Imperdible.

Pero es inevitable hablar de un navegante Holandés, que un 5 de abril de 1722, léase Pascua de Resurrección, dio el nombre como "Paash-Eilandt", y después los ingleses llamarían Easter Island. Jacob Roggeveen es el primero de una larga lista de visitas ilustres que se sienten atraídos por descifrar el enigma, o encontrar algún tesoro que se paseaba en el imaginario colectivo durante siglos De los 2.500 habitantes aproximados que calculó Roggeveen en 1722, quedarían 111, en 1877 como relaté brevemente. La isla ha sido siempre asolada por las más diversas fuerzas. He ahí un resultado del siglo XVIII. La crueldad de muchos visitantes o autoridades, no tiene límite ni parangón. Ha existido un desprecio atroz, y con justa razón no quieren a los del Conti. De casi todos los viajes y sus personajes, historia y anécdotas, van a encontrar cientos de referencias, y cual copy & paste, se reparten por el mundo, en los más diversos soportes.


LOS VIAJEROS De todos aquellos que se tiene registro, incluido el capitán Cook, explorador de tomo y lomo, avalado por la Royal Society, a fin de encontrar la Terra Australis ( en latín , Terra Australis Ignota) , ese continente imaginario con orígenes en la Grecia clásica que solía aparecer en los mapas europeos a partir del siglo XV y hasta el siglo XVIII, y que todos querían encontrar. Sin embargo entre los viajeros, hay una mujer que supera mi asombro. Katherine Pease, después Mrs. Routledge, tomando el apellido de su marido, armó la Expedición Mana, en alusión a la goleta de veintisiete metros de eslora que construyeron y bautizaron con ese nombre. Mana era la palabra que los nativos del lugar usaban para referirse a un espíritu o poder sobrenatural que actúa sobre todo. Acompañados de una tripulación y un capitán de la Royal Navy zarparon de Falmouth el 25 de marzo de 1913 rumbo al Océano Pacífico, arribando un año después.

Una vez en Pascua levantaron dos campamentos, uno en Mataveri y otro en Rano Raraku, donde estaba la cantera de los moais. Realizó una recopilación de leyendas y mitos que los aborígenes transmitían por tradición oral, tal cual había hecho antes con otras culturas. Con la ayuda de Juan Tepano, un pascuense; Katherine - que apenas hablaba español - pudo analizar la misteriosa escritura rongorongo y compararla con los tatuajes de los aborígenes. El rongorongo consta de una serie de figuras antropomorfas en diversas posturas; animales, criaturas fantásticas y objetos celestes. Los signos se suceden unos a otros sin separación clara entre una palabra y la siguiente Las tablillas aun no han sido descifradas. René Baudrand me lleva al museo, hace de guía, veo las tablillas.yo me quedo con la impresión, de todo lo visto. I Este lugar es un Enigma

Los extremos de la Historia. Davis navegando en esos mares y siglos después, llegando por aire. Cada fotografía, tras escogerla, me voy enterando de todo lo que encierran.






ORONGO Para terminar, nos iremos a Orongo. El conjunto arqueológico que se encuentra ubicado en la parte suroeste del volcán Rano Kau, en una estrecha franja entre el borde del cráter que rodea la laguna y el precipicio que baja casi 300 mts. perpendicular al mar, frente a los islotes Motu Nui, Motu Iti y Motu Kao Kao. Estos islotes son una atracción en sí, desde lo alto como verán en las fotos, y abajo, en pleno océano. La hija de René, ( la Titi ) nos regaló una sesión de buceo, que se la agradeceré hasta el fin de mis días. Ahí surgió la foto de portada que lo dice todo. El color del agua, no lo había visto nunca. En el Caribe hay colores preciosos que llenan las revistas de viaje y anuncios por doquier. Pero esto es otro tema. Hay cosas que no se explican con palabras, y esta es una de esas. Este cráter, como ustedes ven, casi lleno de agua y unas placas flotantes de totóra. Tienen unos 2 metros de espesor y la laguna, o el cráter, diez.

Por años esta reserva de agua de lluvia, fue indispensable para la isla. He visto algunas maravillosas fotos tomadas desde la punta que da al mar. Quise replicarlas, porque son una clase de encuadre y paisaje notable. No me dejaron ni pensarlo, ya que es lo más peligroso, si uno no tiene las aptitudes atléticas, que se requiere, o sea mías, para circular por la cornisa. Orongo conecta con una suave ladera al aeropuerto. En el camino aparecen unos árboles que me arrepiento no haberme detenido y fotografiar con cuidado. Son de los pocos árboles grandes y vitales, que uno tiene la oportunidad de encontrar. En su otro costado, el mar. Sus delgadas paredes, me temo que cederán ante el oleaje, y derribarán un tramo , invadiendo al volcán. Uno nunca sabe lo que deparará el próximo día en Rapa Nui.




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Este otro lugar de Orongo, con forma aproximadamente triangular, está localizado al sudoeste del volcán Rano Kau, entre el borde del cráter y un gran acantilado, 50 casas, que quedan en esta "aldea", están situadas con su frente hacia el mar, en dos hileras próximas, ligeramente desplazadas una de otra.. Espectacular es la palabra. Recurro a mi admirada Katherine Routledge, en su libro The Mystery of Easter Island, para que resuma la majestuosidad de la vista. " Por doquier esta el viento del cielo; alrededor y en torno esta el mar y el cielo sin límites, espacio infinito y un gran silencio. Quien aquí mora estará siempre a la espera de algo, que no sabe que es, sintiendo inconscientemente que se encuentra en la antecámara de algo aun mas vasto, mas allá de su entendimiento ". No existen mejores palabras que estas para describir, un lugar emblemático de la Isla.

EL HOMBRE PÁJARO Desde Orongo se podía y se puede observar la llegada de las aves marinas. La elección del hombre-pájaro se basaba en la recolección del primer huevo puesto por el Manu Tara. Con ese propósito cada candidato tenía un sirviente (hopu), que nadaba hasta los islotes y esperaba allí hasta que los pájaros ponían sus huevos, para tomar uno y nadar de regreso. EI primer hopu en presentar un huevo a su amo determinaba el ganador. Esta es la síntesis apretada, de un ritual que sigue ahora, convocando a mucha gente y es un gran festival en torno a los competidores. Más allá del relato, hay una proeza que hacen jóvenes pascuenses año a año, para llegar al último Motu, deslizándose por el acantilado, nadando hacia el Motu, y su vuelta con el tesoro. me deja perplejo esa maravillosa capacidad.



Tu roca religiosa fue cortada hacia todas las líneas del Océano y los rostros del hombre aparecieron surgiendo de la entraña de las islas, naciendo de los cráteres vacíos con los pies enredados al silencio. Sólo la eternidad en las arenas conocen las palabras: la luz sellada, el laberinto muerto, las llaves de la copa sumergida. Pablo Neruda.

Ver la isla desde el agua con un inédito color turquesa, y el silencio roto solo por la entrada de olas entre formaciones rocosas; sentir que ahí coexisten todos estos paisajes e historias mezcladas con el mito, hacen del viaje un hecho literalmente inolvidable.


Dejamos este paraĂ­so de Nubes, Mar y Misterios, en Noviembre del 2018.


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