Dialogo Entre Masones Setiembre 2018

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Dialogo Entre Masones

A r t í c u l o s Masónicos Seleccionados Año 5 - N° 57

Setiembre 2018


Herbert Oré Belsuzarri Mario López Rico Vicente Alcoseri Julio Villarreal III - El invisible poder político de la masonería……………3 - El mito del incendio de la biblioteca de Alejandría por los árabes……………………………………………………..8 - Kipling y su sorprendente primera novela…………24 - La verdadera cara de la masonería polaca………..49 - Los masones anarquistas………………………………….72 La revista agradece la difusión de los artículos publicados, mencionando la fuente y la autoría.

Valle de Lima Setiembre 2018


EL INVISIBLE PODER POLITICO DE LA MASONERIA ALCOSERI 3


EL INVISIBLE PODER POLÍTICO DE LA MASONERÍA Al siguiente relato usted lo puede tomar como una simple ficción o como algo contundentemente real; pero quienes viven, vivieron este tipo de experiencias no tendrán reparo en suscribirlas y admitirlas como auténticas las palabras por mi vertidas en este comunicado; o tal vez incluso, usted que me lee vivirá luego en carne propia desde una Logia Masónica esta experiencia. Esto sucedió hace más de 25 años, yo era un hermano visitador de una Logia en México, ahí el ambiente político era muy marcado y hasta tal punto que esta Logia parecía ser el Laboratorio político que determinaría el futuro de la Nación Mexicana; claro me reservo en sigilo en nombre de esa tan luminosa logia masónica mexicana y el nombre de mis tan amados hermanos masones sus miembros. Esa Logia se manejaba o digo mejor se maneja como un reloj de muy alta precisión, y creo esta es la razón de tan determinante sea su poder invisible; pero más allá de eso en esa logia se dio un fenómeno inusual, pues ahí se conjugaron hermanos que detonarían un cambio radical en la política mexicana. Seguro esto no parece extraño hasta este punto, pues recordemos que muchos políticos no solamente mexicanos, sino de prácticamente todo el mundo han hecho radicales cambios en materia de sociopolítica. Pero sin duda lo que contaré a continuación sea sin lugar a dudas el ingrediente secreto masónico del éxito de estos masones políticos; pero cuidado, mucho cuidado mis hermanos masones pues esto tiene sus riesgos, y es necesario manejarlo con cuidado, como si se manejara nitroglicerina que puede estallar en nuestras propias manos. Bien, comencemos este relato más en lo que sucedió y usted que amablemente me lee ahora, sea quien determine con men4


te abierta lo que aconteció, y es que esto seguramente viene sucediendo desde hace cientos de años en logias y sucederá con algunas variantes sin duda en el futuro, y este relato sirva de guía a las futuras generaciones de masones. Entre los hermanos que conformaban aquella logia masónica, había un parapsicólogo experimentado de origen chileno, que me decía había en un viaje haber hecho contacto con Ninjas Japoneses y haber aprendido técnicas milenarias de ellos, pero había otro hermano masón más joven que más bien parecía ser su pupilo o aprendiz; y ambos bajo técnicas para mi algo extrañas podrían abrir portales inter-dimensionales y ver en ellas algo, hasta ahí todo parecía fantasioso y hasta ridículo incluso, este hermano masón pupilo del hermano masón parasicólogo, me describía una logia masónica en otra dimensión paralela a la cual accedía mediante un código numérico misteriosamente relacionado con el número 11, y que en esa Logia había un personaje que era una especie de Líder luciferino invisible de la Masonería inmaterial, bien , hasta aquí todo parece un cuento sacado de un libreto de una trama masónica de algún BESTSELLER que comparas en cualquier tienda departamental, pues el hermano pupilo del masón parasicólogo me describía mientras estaba en un estado de trance unas columnas masónicas gravadas, en un templo masónico idílicamente ornamentado entre nubes de algodón, luces y signos. Pero de pronto, este hermano me dijo que horas antes yo había estado con tal y cual persona, y que yo pensaba del hermano parasicólogo chileno era un patán impostor, fue cuando yo pensé bueno este hermano simplemente lee mis pensamientos, al igual que lo hace mi esposa en ocasiones o mi madre lo hizo cuando era jovencito. Pero , luego me dijo, hermano: mañana por la noche estando en tu casa encenderás la televisión y verás la noticia que en Francia sucedió un accidente de trenes, en tal ciudad de Melun Francia y a tal hora, y habrá tal número de heridos y tantos número de muertos, y esto aún y no sucede, 5


está por suceder. Y, si efectivamente el accidente luego que me lo dijo ocurrió, y lo supe en un noticiero nocturno, algo extraño, sí, pero la predicción falló afortunadamente el número de muertos y heridos fue menor al que mencionó aquel hermano masón en trance, creo el año era 1,991. Pensé para mí, este ser al que contactan no es un buen ser de luz, sino un demonio provocador de accidentes trágicos o algo así, y la verdad que si me dio miedo o más bien estaba más que aterrorizado; pensé también que el número de muertos y accidentados fue menor debido a que un ángel de Dios pudo salvarlos de morir. Tiempo después arribó a esa Logia un político oscuro, algo mediocre, para mí ver con muy poco carisma, pero sí muy ambicioso, y sucedió que ese mismo francmasón parasicólogo ahora en ese momento más afamado y su masón hermano pupilo visiblemente más refinado y habilidoso, optaron por arropar a ese masón político recientemente iniciado masón; y comenzó así todo 6


el proceso, lo protegían , nos decían incluso como iba a ganar sus candidaturas y adivinando con cuantos porcentajes a favor etc., decían lo protegían de atentados y demás. Yo pensaba para mí , el poderoso sistema invisible masónico (porque así lo describían) ayudando a un político mediocre para mí en lo particular era absurdo; pero pensé que incluso si esto se daba en otros lugares del planeta, igual había una serie de personajes políticos mediocres siendo apoyados por estos seres masónicos de otras dimensiones, pero así era que funcionaba seguro es engranaje misterioso de la Masonería con ese poder invisible político, ahora me recuerda ese cuento de que el diablo simplemente desató la cuerda al burro, y este fue a destrozar los campos de cultivo de los vecinos, y así el diablo simplemente apoya un poquito a un político desastroso , y lo demás es asunto de las circunstancias. Pero, y más, estos masones metidos en la trama de contactar con poderosos seres masones invisibles para apoyar políticos, no obtenían nada para sí, o quizá muy poco; creo esto si les incomodaba. Pero, así eran las cosas e incluso peores, se aconteció al menos en corto tiempo una serie de muertes de masones involucrados con el asunto; y pensé no será esto una tipo de pago a ellos, al menos recuerdo fueron entre 15 o 20 masones fallecidos en un lapso de un mes o menos, nada lógico dentro de los paramentos razonables. Imaginó que el Francmasón parasicólogo chileno, ya debe haber fallecido, pues, pase caminando hace unos 30 días por su casa para ir a comprar tacos en el centro de Monterrey México, y ya no hay signos que alguien viviera ahí, además cuando lo conocí tendría algunos 65 años y de eso ya hace más de 25 años, de su pupilo masón que tendría mi edad, lo vi caminando por la calle hace 3 meses mientras manejaba mi coche en una transitada avenida. Bien, de aquí usted saque sus conclusiones. 7


EL MITO DEL INCENDIO DE LA POR LOS

Ricardo Sham

La historia estรก poblada de leyendas y fรกbulas que resisten el paso del tiempo. Alguien dijo, con razรณn, que los historiadores, a fin de evitarse las molestias de las averiguaciones, se copian los unos a los otros. De manera que las leyendas siguen haciendo parte de la historia, pero ninguna de ellas ha tenido la tenacidad de aquella relativa al incendio de la biblioteca de Ale8


A BIBLIOTECA DE ALEJANDRIA S ARABES

msuddín Elía *

jandría por los musulmanes. Esta falsedad ha sido repetida, de siglo en siglo, hasta el cansancio, en todos los idiomas. Hasta un escritor como Jorge Luis Borges incursionó poéticamente sobre el tema. La que sigue es una sucinta exposición fundamentada en las investigaciones de historiadores y científicos que logran precisar el origen y la razón de la falsificación. 9


Alejandría fue fundada cerca del delta del Nilo por Alejandro el Grande el 30 de marzo de 331 antes de Cristo. Ptolomeo I Soter (el ‘Salvador’), que había sido uno de los mejores generales de Alejandro, inició en Egipto una dinastía de sangre griega de la cual la famosa Cleopatra sería su último soberano. Según lo manifiesta el obispo griego san Ireneo (c.130-c.208), Ptolomeo fundó en Alejandría, en el barrio del Bruquión, cerca del puerto, la que sería conocida como la Biblioteca-Madre, y ordenó la construcción del Faro, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Su hijo, Ptolomeo II Filadelfos (‘Amigo como Hermano’), llevó a cabo el proyecto de su padre construyendo el Faro y el Museo, este último considerado como la primera universidad del mundo en su sentido moderno, y además compró las bibliotecas de Aristóteles y Teofrasto, reuniendo 400.000 libros múltiples (symoniguís) y 90.000 simples (amiguís), como lo asevera el filólogo bizantino Juan Tzetzes (c.1,110-c.1,180) basado en una ‘Carta de Aristeas a Filócrates’ que data del siglo II a. C. Por entonces los manuscritos se escribían sobre láminas de papiros, un vegetal muy abundante en Egipto, que crece en las adyacencias del Nilo. Según nos informa Plinio el Viejo (23-79) en su Historia Natural, a causa de la rivalidad de la Biblioteca de Pérgamo con la Biblioteca de Alejandría, Ptolomeo Filadelfos prohibió la exportación de papiro; en consecuencia, en Pérgamo se inventó el pergamino; éste se conseguía preparando la piel de cordero, de asno, de potro y de becerro, y cuando más lisa y suave fuera la piel que se utilizaba, más se la apreciaba. El pergamino era más resistente que la hoja de papiro y además ofrecía la ventaja de que se podía escribir sobre ambos lados. Ptolomeo III Everguétis (el ‘Benefactor’) será el fundador de la Biblioteca-hija en el Serapeum (templo dedicado a Serapis, una divinidad que deriva de la unión de Osiris y Apis identificada con Dionisos), en la Acrópolis de la colina de Rhakotis, 10


que sumará 700.000 libros, según el escritor latino Aulio Gelio (c.123-c.165). Esta finalmente reemplazará a la Biblioteca-madre a fines del siglo I a. C., luego del incendio provocado durante las luchas entre los legionarios de Julio César y las fuerzas ptolemaicas de Aquilas, entre agosto del 48 y enero del 47 a. C. en el puerto de Alejandría. Durante el siglo IV d. C., luego de la proclamación del cristianismo como la religión oficial del imperio romano, la seguridad de los santuarios griegos comenzó a ser amenazada. Los viejos cristianos de la Tebaida y los prosélitos odiaban la Biblioteca porque ésta era, a sus ojos, la ciudadela de la incredulidad, el último reducto de las ciencias paganas. Por esa época parecía impensable que un siglo antes allí hubiera estudiado y formado cientos de discípulos un filósofo como Plotino (205-270), fundador del neoplatonismo. La situación se tornó particularmente crítica durante el reinado de Teodosio I (375-395), el emperador que no aceptó tomar el título pagano de pontífice máximo y que trató de acabar con la herejía y el paganismo. Por orden de Teófilo, obispo monofisita de Alejandría, que había peticionado y conseguido un decreto imperial, el Serapeum, el complejo que contenía la preciosa biblioteca y otras dependencias fueron destruidos y saqueados. “Tras el edicto del emperador Teodosio I en el año 391, mandando cerrar los templos paganos, esta magnífica Biblioteca-hija pereció a manos de los cristianos en el 391, fecha de la violenta destrucción e incendio del Serapeum alejandrino; las llamas arrasaron allí la última y fabulosa biblioteca de la Antigüedad. Según las Crónicas Alejandrinas, un manuscrito del siglo V, fue el patriarca monofisita de Alejandría, Teófilo (385-412), conocido por su fanático fervor en la demolición de templos paganos, el destructor violento del Serapeum” (Pablo de Jevenois: “El fin de la Gran Biblioteca de Alejandría. La leyenda imposible”, en Revista de Arqueología, Madrid, 2000, p. 37). 11


El renombrado historiador y teólogo visigodo Paulo Orosio (m. 418 d. C.), discípulo de san Agustín, en su Historia contra los paganos, certifica que la biblioteca alejandrina no existía en 415 d. C.: “Sus armarios vacíos de libros... fueron saqueados por hombres de nuestro tiempo”. Su desaparición significó la pérdida de aproximadamente el 80% de la ciencia y la civilización griegas, además de legados importantísimos de culturas asiáticas y africanas, lo cual se tradujo en el estancamiento del progreso científico durante más de cuatrocientos años, hasta que felizmente sería reactivado durante la Edad de Oro del Islam (ss. IX-XII) por sabios de la talla de ar-Razi, al-Battani, al-Farabi, Avicena, al-Biruni, al-Haytham, Averroes y tantos otros. Mitómanos y detractores Entre la avalancha de acusaciones que señalan a los árabes musulmanes como los autores de la destrucción de la Biblioteca de Alejandría, hemos seleccionado tres ejemplos. El primero se refiere a la nota titulada “¡Prendan fuego!”, firmada por Belisario Segón y aparecida en El Tribuno de Salta (domingo 23 de febrero de 1,986, pp. 4 y 5). De la misma extractamos estos párrafos: “Ese ejercicio perverso de prender fuego al saber escrito –pretextando cualquier motivo de tipo religioso, racial, político o ideológico– pasó a la historia con el nombre de ‘omarismo’ (...) ¿Cuándo nace el ‘omarismo’? Probablemente con la quemazón de la Biblioteca de Alejandría. Se sabe que la incineración de sus libros respondió a un programa de gobierno cuyo jefe –en ese entonces dueño de un gran imperio– fue el califa Omar. Él, al mando de un ejército de 4,000 hombres, en nombre de Mahoma, entró a conquistar Egipto en el año 640. (...) Cuando llegó a tomar Alejandría, el oficial que comandó la patrulla que allanó la célebre biblioteca, el ignorante Amrú, se dirigió a Omar y le detalló la cantidad de libros existentes. Sin ninguna curiosidad por los legendarios y miles de papiros que había en los cientos 12


de estantes, Omar –semianalfabeto y rudo– le espetó la siguiente frase a su miliciano: ‘Si esos escritos están conformes con el Corán, son inútiles, y si ocurre lo contrario no deben tolerarse’. Entonces Amrú, dando voces de mando, salió a quemar la Biblioteca de Alejandría, como venganza de los árabes que veían en sus guerras santas el reinado de Dios. Los volúmenes y papiros fueron extraídos del edificio y enviados a las calderas de los baños de la ciudad. Sirvieron de combustible durante seis meses, perdiéndose el tesoro de la humanidad más preciado: los manuscritos originales de los mejores pensadores griegos, judíos y egipcios. El ‘omarismo’ había logrado su objetivo gracias a un grupo de sarracenos fanatizados. (...) El fanatismo de Omar, ¿hasta cuándo seguirá acechando a las obras maestras escritas y a las bibliotecas de todos los tiempos?”. El segundo ejemplo fue publicado por el matutino Clarín (martes 25 de septiembre de 1,990), en su suplemento de Ciencia y Técnica (p. 3), con el título “¡Algo se quemó en Alejandría!” y la signatura del articulista Leonardo Moledo, que dice cosas como éstas: “La calurosa costumbre de quemar libros dista de ser un invento moderno. La Biblioteca de Alejandría, que fue la más grande de la antigüedad, terminó su larga vida al ser incendiada por el califa Omar en el año 644, que lo hizo basándose en un curioso argumento: ‘Los libros de la biblioteca o bien contradicen al Corán, y entonces son peligrosos, o bien coinciden con el Corán, y entonces son redundantes. Este razonamiento notable, que fue objeto de un exquisito comentario del filósofo argentino Tomás Simpson, costó a la memoria humana una buena cantidad de obras irrecuperables”. El último ejemplo son los versos finales del poema de Borges que lleva por título “Alejandría, 641 A.D.” (J. L. Borges: Obra Poética, Emecé, Buenos Aires, 1,977, pp. 507-508): En el siglo I de la Hégira, Yo, aquel Omar que sojuzgó a los persas 13


Y que impone el Islam sobre la tierra, Ordeno a mis soldados que destruyan Por el fuego la larga Biblioteca... Los inventores de la leyenda El profesor Mustafá el-Abbadi, doctorado en la Universidad de Cambridge y director de la Nueva Biblioteca de Alejandría, es el especialista que ha analizado concienzudamente los pormenores de la invención, esclareciendo acabadamente sobre los personajes y móviles que la fraguaron: “En el año 642, el general árabe Amr conquistó Egipto y ocupó Alejandría. Los acontecimientos del comienzo de la conquista árabe han sido relatados por historiadores de ambos bandos, tantos árabes como coptos y bizantinos. Sin embargo, durante más de cinco siglos después de la conquista no se puede encontrar ninguna referencia a una biblioteca de Alejandría bajo la dominación árabe. De repente, a principios del siglo XIII, encontramos un relato en el que se describe cómo Amr había quemado los libros de la antigua biblioteca de Alejandría” (Mustafá el-Abbadi: La Antigua Biblioteca de Alejandría. Vida y destino, Unesco, París-Madrid, 1,994, p. 184). Seguidamente, el profesor El-Abbadi se refiere a dos escritores árabes que, por razones estrictamente relacionadas a su tiempo, se encargaron de fabricar los argumentos que darían pie a la leyenda. Uno es Abdulatif al-Bagdadi, nacido y muerto en Bagdad (1,162-1,231); el otro es Ibn al-Qifti, nacido en Qift (la antigua Coptos), Alto Egipto, en 1,172, y fallecido en Alepo en 1,248. Sobre Abdulatif dice El-Abbadi que “era un gran médico que residió en Siria y Egipto hacia el 1,200 (565 de la Hégira). A raíz de su visita a Alejandría cuenta en un texto confuso que vio el gran pilar (normalmente llamado el Pilar de Pompeyo), alrededor del cual se encontraban otras columnas. Entonces añade una opinión personal: “Creo –dice– que se trataba del emplazamiento del pórtico donde Aristóteles y sus sucesores impartían sus enseñanzas; era el centro de estudio creado por Alejandro cuando fundó 14


la ciudad; ahí se encontraba el almacén de libros que fue incendiado por Amr, por orden del califa Omar [Viaje a Egipto, Ifada wa I’tibar]. Es evidente que lo que Abdulatif dice a propósito de Aristóteles y Alejandro es incorrecto; el resto de sus afirmaciones acerca del incendio del depósito de libros no está documentado y por lo tanto no tiene valor histórico.” (El Abbadi: Op. cit., p. 185). Vale recordar que Aristóteles nunca estuvo en Alejandría y que cuando Alejandro fundó su primera Alejandría delante de la isla de Faros, no vería ningún edificio pues partió rápidamente hacia el oasis de Siwa para luego continuar con su expedición al Asia Central y la India. La clave de esta fábula es, sin embargo, Ibn al-Qifti. Éste relata que había un cura copto llamado Juan el Gramático que presenció la ocupación de Alejandría por los musulmanes y trabó amistad con Amr Ibn al-’Ãs al-Quraishi (594-663) –el fundador de al-Fustat (origen urbano de El Cairo)–, a quien solicitó el acceso a los libros de sabiduría que pudieran encontrarse en el tesoro real de los bizantinos, negándose Amr a disponer de tales libros sin la autorización del califa Umar Ibn al-Jattãb (591-644), la que solicitó por carta, recibiendo la respuesta conocida. Ibn al-Qifti comete una acronía al ubicar a Juan el Gramático a mediados del siglo VII. Éste, también llamado Juan Filopón (Philoponos), había sido un filósofo y gramático griego cristiano que vivió entre 490 y 566 y jamás pudo estar con vida en Alejandría en 641. Dice El-Abbadi: “Más importante es el segundo relato, mucho más completo, que Ibn Al-Qifti proporciona en su Historia de los Sabios (en el siglo XIII d. C. o siglo VII de la Hégira)... Amr ordenó entonces repartir los libros entre los baños de Alejandría para que fueran utilizados como combustible para la calefacción, se requirieron seis meses para quemarlos.” “Escuchad y maravillaos”, concluye el autor. Después de Ibn Al-Qifti, otros autores árabes repitieron su relato, a veces entero, a veces de forma abreviada. No fue conocido 15


en Europa hasta el siglo XVII, cuando dio pie a una polémica sobre la autenticidad de todo el relato. Éste ha sido criticado en numerosas ocasiones, aunque apenas hay dudas de que J. H. Butler, también arabista, era el historiador más calificado para formular objeciones [J. H. Butler: The Arab Conquest of Egypt, Oxford, 1,902; 2ª ed., P. M. Fraser, 1,978, pp. 400 y ss.] ... A partir del siglo IV los libros solían ir escritos sobre pergamino, que no arde. El móvil del uso económico, consistente en quemar los libros para calentar los baños públicos, revela el carácter ficticio de toda la historia” (El-Abbadi: Op. cit., pp. 186-187). Analicemos hasta qué punto son absurdos los argumentos de esta leyenda. Se pretende que el número de los baños que fueron calentados por los volúmenes de la biblioteca eran cuatro mil. Por consiguiente, si se hubieran destruido veinte volúmenes solamente por baño y por día, el total luego de seis meses sería de 14 millones cuatrocientos mil volúmenes. Ahora bien, si los baños de Oriente tenían piscinas de agua caliente a sesenta grados, es totalmente imposible que veinte volúmenes puedan dar el número necesario de calorías; y si tenemos que multiplicar por cinco, como ejemplo, el número de volúmenes de cada baño, se pasará al límite del desatino. Tengamos presente que el número mayor de volúmenes que albergó la biblioteca alejandrina fue de setecientos mil, y es probable que ésa sea incluso una cifra un poco exagerada. Ahora veamos el resto de la investigación del profesor El-Abbadi que nos conducirá a una insospechada conclusión: “Primeramente, el pasaje relativo a Juan el Gramático esta extraído casi literalmente de la obra de Ibn Nadim [que vivió en Bagdad entre 936-c.995/998, autor del famoso Kitab al-Fihrist, ‘El Libro de los índices’]... Es significativo que Al-Nadim hubiera consignado todos los detalles tomados por Al-Qifti sobre la vida de Juan el Gramático, incluyendo su relación con Amr; pero no menciona la conversación sobre la biblioteca... en cuanto al pasaje relativo al divertido intercambio de mensajes entre Amr y el califa, 16


y el modo tan utilitario de emplear los libros para calentar los baños, no se encuentra ninguna fuente más antigua. Esto muestra que, hasta el siglo XII, los escritores árabes y bizantinos se interesaban por la Biblioteca de Alejandría y su historia, pero ninguno de ellos tenía constancia de que hubiera sobrevivido hasta la conquista árabe. Es, por lo tanto, razonable pensar que sólo el tercer pasaje, el que se refiere a los libros arrojados al fuego por Amr, es una invención correspondiente al siglo XII (siglo VII de la Hégira). Para confirmar esta suposición, hay que aportar dos precisiones. ¿Qué acontecimiento se produjo en el siglo XII que pudiera suscitar un repentino interés por el destino de la Biblioteca de Alejandría y que se llevara a responsabilizar a Amr de su destrucción? Por otra parte, ¿por qué después de un total silencio de más de ocho siglos tras la destrucción del Serapeum, Ibn Al-Qifti se muestra tan deseoso de contar tal historia con todo lujo de detalles? Para responder a la primera pregunta, debemos recordar que los siglos XI y XII (siglos V y VI de la Hégira) fueron una época decisiva en la historia de las Cruzadas y determinante en la historia del mundo. Es en esos dos siglos cuando se decide el futuro de la historia del mundo... Por entonces ya se sabía que, en las grandes ciudades del mundo musulmán, había bibliotecas célebres que reunían gran cantidad de libros y, concretamente, antiguos libros griegos... La traducción del árabe al latín se convirtió en un elemento clave para el renacimiento del saber, y muchas obras de los clásicos griegos fueron conocidas indirectamente en Europa gracias a traducciones árabes. Además de las obras de Euclides, las de Hipócrates y las de Galeno, la Almagesta de Ptolomeo, las de Aristóteles con los comentarios de Avicena, las de Averroes y muchas otras fueron sistemáticamente investigadas y traducidas del árabe al latín en Occidente, durante los siglos XII y XIII. 17


Durante esa época, la situación de los libros y de las bibliotecas en el Oriente musulmán fue totalmente diferente. Algunos incidentes ocurridos en tiempos de las Cruzadas, en los siglos XI y XII, tuvieron como consecuencia la destrucción de las bibliotecas. El primer hecho de este tipo tuvo lugar durante la gran hambruna que azotó Egipto hacia 1,070 (460 de la Hégira): el califa fatimita Al-Mustansir se vio obligado a poner en venta miles de libros de la Gran Biblioteca Fatimita de El Cairo para pagar a sus soldados turcos. En cierta ocasión vendió “18,000 libros relacionados con las ciencias antiguas”... Tras establecer su poder en Egipto, Saladino necesitaba mucho dinero para proseguir sus campañas contra los cruzados y pagar a quienes le habían ayudado o servido. Por eso ofreció o puso en venta muchos de los tesoros que había confiscado. Sabemos que en dos ocasiones las colecciones de las bibliotecas públicas figuraron entre estos tesoros... Según Maqrizi [historiador nacido en el Líbano en 1,365 y muerto en Egipto en 1,442, autor de al-Jitat, ‘El Catastro’], después de que Saladino conquistara Egipto (1,171, 567 de la Hégira), anunció la distribución y venta de los enseres de la célebre biblioteca fatimita... El hecho aparece confirmado por los detalles aportados por Abu Shama [historiador damasquino que vivió entre 1,2031,268, autor de Kitab ar-Raudatein fi ajbar al-daulatein, ‘Libro de los dos jardines’], quien cita a uno de los ayudantes de Saladino, Al’Emad, que indicó que la biblioteca contenía en aquella época “120.000 volúmenes encuadernados en cuero de los libros inmortales de la antigüedad...; ocho cargamentos de camello transportaban parte de estos libros hasta Siria”. Así fue como Saladino liquidó los restos de una biblioteca que antaño, según Abu Shama, había contenido más de dos millones de volúmenes, antes de que los fatimitas empezaran a venderlos... De todo esto se deducen dos puntos importantes. En primer lugar, había un importante aumento de la demanda de libros en Occidente en la época de las Cruzadas, en concreto en el siglo XII, un 18


período en el que Europa recupera el gusto por el saber y que ha sido llamado protorrenacimiento... El segundo aspecto sorprendente es la tristeza que se desprende de los relatos, y que se traduce en el sentimiento generalizado de rencor y descontento ante la pérdida de tan preciado patrimonio de sabiduría. Saladino fue punto de mira de amargas críticas, en particular de algunos supervivientes del antiguo régimen, a los que temía y que intentó eliminar. En consecuencia, era necesario que los partidarios del nuevo orden se movilizasen para defenderlo y justificar los actos del nuevo soberano. Sin duda fue por eso por lo que Ibn Al-Qifti [su padre había servido a Saladino como juez en Jerusalén y él mismo fue juez en Alepo desde 1,214] hizo figurar en su Historia de los Sabios el fantasioso pasaje de la orden dada por Amr de utilizar los libros de la Antigua Biblioteca de Alejandría como combustible para calentar los baños públicos de la ciudad, con lo que daba a entender que es menor crimen el vender los libros en una situación de necesidad, que arrojarlos al fuego” (El-Abbadi: Op. cit., pp. 188-196). La versión de Abulfaragius Iuhanna Abu al-Farag Ibn al-Ibri (1,226-1,289), latinizado Abulfaragius Bar Hebraeus (‘el hijo del hebreo’), era hijo de un médico judío, Aarón de Malatia (hoy Turquía), que se hizo cristiano. En 1264 fue nombrado mafrián, arzobispo de los jacobitas orientales; su asiento estaba en Mosul (Irak), sin embargo, habitaba las ciudades iraníes de Tabriz y Maragha, donde residían los emperadores mogoles. Bar Hebraeus es autor de una voluminosa obra de la historia de Siria, país donde residió largo tiempo, y otra conocida en Occidente como “Historias de las Naciones” (History of Nations, traducida por Edward Pococke, Oxford, 1665; 2ª ed. 1,806). Su obra, incongruente y contradictoria, no es para nada confiable. Los historiadores europeos de los siglos XVII y XVIII especializados en temas árabes e islámicos como Gibbon, Ocley, Gagnier, Boulainvilliers o Niebuhr sólo tomaron en cuenta sus descripciones geográficas y culturales, obviando 19


sus comentarios sobre los hechos políticos, por lo general insubstanciales e indocumentados. Los modernos investigadores señalan a este conspicuo representante monofisita como el propagador principal del mito de la quema de la biblioteca alejandrina por los árabes, que sirvió durante cierto tiempo para echar una columna de humo sobre la identidad del verdadero responsable, su correligionario Teófilo: “El hecho es que se trata de una invención tardía, con fines de desprestigio político, tejida en el siglo XIII, 600 años más tarde de la conquista árabe de Egipto y en plenas Cruzadas; su súbita aparición coincide con la breve conquista de Alejandría y Egipto por San Luis IX (1,249-50), en la VII Cruzada, lo que despertaría el interés por la ciudad legendaria y reavivaría la memoria de la pavorosa destrucción por los cristianos monofisitas de la Biblioteca-Hija de Alejandría, la última gran biblioteca de la Antigüedad. El mismo siglo XIII que vio además a los últimos cruzados abandonar el Medio Oriente, tras el fracaso de la VII Cruzada y las victorias de Baybars, el sultán mameluco de Egipto, en 1,260. Quien propagó la leyenda fue un enciclopedista sirio monofisita, Aboul Farag Ibn al-Ibri, monje de Antioquía, obispo de Lakabin a los veinte años, más tarde de Alepo y Primado de la comunidad cristiana oriental hasta su muerte (...) Su acusación aparece inserta en su Specimen Historiae Arabum, dentro de su obra más famosa, Chronicon Syriacum, historia universal desde Adam hasta su tiempo, escrita en siríaco, con un resumen en árabe. (...) El relato finaliza acusando al general Amru de haber quemado entonces los miles de libros de la famosa Biblioteca de Alejandría por orden del califa Omar, haciéndole a él y a su pueblo responsable ante la Historia de semejante hecatombe cultural. Así nació la versión imposible de la leyenda, a fines del medievo, en el siglo XIII. (...) Esta singular afirmación de Abulfaragius es un hapax legomenon, apareciendo una sola vez en todo el medievo. Incluso única en su género, provocaría la difusión en Occidente de la famosa leyenda atribuyendo el incendio de la Gran Biblioteca a sus más encarnizados enemigos de la época, a la religión rival monoteísta 20


que llegaba triunfante del fondo del desierto arábigo. (...) La leyenda, sesgada y falsa, ignora completamente la afirmación del obispo de Constancia y padre de la Iglesia, Epiphanios (315-403), en su Patrología Graeca, quien afirmaba que “... el lugar de Alejandría donde una vez estuvo la Biblioteca, ahora es un páramo”. (...) Por tanto, la leyenda es, efectivamente, una fábula inventada, un engaño imposible que no resiste ni un somero análisis crítico. Los árabes nunca incendiaron la Gran Biblioteca de Alejandría; sencillamente porque, cuando llegaron en el siglo VII, ya hacía cientos de años que no existía” (Pablo de Jevenois: Op. cit, pp. 27, 28, 32 y 41). En realidad, Abulfaragius no fue nada original y no hizo otra cosa que repetir las historietas de Abdulatif de Bagdad e Ibn al-Qifti ya explicadas. Gustavo Le Bon (1,841-1,931), el islamólogo francés, añade que “Amru se mostró indulgente con los habitantes de la gran ciudad, y no sólo les evitó todo acto de violencia sino que procuró ganarse su voluntad, escuchando todas sus reclamaciones y procurando satisfacerlas. En cuanto al pretendido incendio de la biblioteca de Alejandría, semejante vandalismo eran tan impropio de las costumbres de los árabes, que cabe preguntarse cómo tan disparatada leyenda ha podido hallar crédito durante tanto tiempo entre muchos escritores formales (...) Ha sido facilísimo demostrar por medio de citas muy claras, que muchos antes de los árabes, los cristianos habían destruido los libros paganos de Alejandría con el mismo tesón conque habían destruido las estatuas, y por consiguiente que Amru no quemó ni halló libros que quemar” (G. Le Bon: La Civilización de los Arabes, Editorial Arábigo-Argentina “El Nilo”, Buenos aires, 1,974, capítulo IV, p. 193). “La leyenda muy bien pudo nacer de la necesidad de explicar la desaparición de la biblioteca, cuya existencia se conoció más tarde en el mundo musulmán cuando se tradujeron las obras de los grandes filósofos y científicos griegos al árabe” (Hipólito Escolar 21


Sobrino: La Biblioteca de Alejandría, Gredos, Madrid, 2,001, pp. 123-124). Por último, quisiéramos citar el comentario que hace el doctor Muhammad Mahir Hamada para refutar los argumentos de la leyenda: “El hecho de quemar libros y de destruir los vestigios de las civilizaciones no está en la naturaleza del Islam ni en la de los musulmanes, puesto que el Islam es una religión que fomenta el saber y el estudio” (M. M. Hamada: Al-Maktabat fil-Islam ‘Las bibliotecas del Islam’, Al-Risala Publishers, El Cairo, 1,390/1,970, p. 24, en árabe). Bibliófilos por tradición Sabido es entre los hombres de ciencia y erudición que los musulmanes siempre han mostrado por los libros el mayor de los respetos y los cuidados. Siempre estuvieron más orgullosos de sus bibliotecas y librerías que de sus armas, palacios y jardines. Durante el siglo X, en la Alta Edad Media, cuando los castillos de los príncipes cristianos tenían bibliotecas de diez volúmenes, mientras no excedían de treinta a cuarenta las de los monasterios más famosos por su ciencia, como Cluny o Canterbury, la de los califas de Córdoba alcanzaban los cuatrocientos mil. “Cuando los árabes, inspirados por las enseñanzas de Mahoma, salieron del desierto en el siglo VII, no tenían literatura excepto el Corán. En el curso de trescientos años, las bibliotecas musulmanas se extendieron desde España hasta la India por tierras que habían sido parte de los imperios romano, bizantino y persa. Contrariamente a muchos pueblos conquistadores, los árabes tenían gran respeto por las civilizaciones que conquistaban. Consideraban fuente de inspiración el conocimiento de los griegos, los persas y los judíos. Cuando el poeta abasida al-Mutannabi proclamó que “el asiento más honorable de este mundo es la montura de un caballo”, agregó que “el mejor compañero siempre será un libro”. (...) Influenciados por las antiguas tradiciones literarias de 22


Bizancio y Persia, los árabes estudiaron las ciencias filosóficas: medicina, astronomía, geometría y filosofía. Al principio traducían trabajos antiguos, pero los musulmanes, que poseían el conocimiento sagrado, pronto contribuyeron prolíficamente a la literatura científica. A través de sus trabajos la Europa cristiana recibió la inspiración para su Renacimiento” (Fred Lerner: Historias de las bibliotecas del mundo. Desde la invención de la escritura hasta la era de la computación, Editorial Troquel, Buenos Aires, 1,999, capítulo V, Bibliotecas del mundo islámico, p. 85). El arabista e islamólogo holandés Reinhart Dozy (1,820-1,883) en su pormenorizado trabajo sobre la España islámica, nos ofrece estos datos ejemplares sobre el cordobés al-Hakam II (califa entre 961 y 976): “Nunca había reinado en España príncipe tan sabio, y aunque todos sus predecesores habían sido hombres cultos, aficionados a enriquecer sus bibliotecas, ninguno buscó con tal ansia libros preciosos y raros. En El Cairo, en Bagdad, en Damasco y en Alejandría, tenía agentes encargados de copiarle o de comprarle a cualquier precio libros antiguos y modernos. Su palacio estaba lleno, era un taller donde no se encontraban más que copistas, encuadernadores y miniaturistas. Sólo el catálogo de su biblioteca se componía de cuarenta y cuatro cuadernos, de veinte hojas, según unos, de cincuenta según otros, y no contenía más que el título de los libros, no su descripción. Cuentan algunos escritores que el número de volúmenes subía a cuatrocientos mil. Y Haquem los había leído todos, y lo que es más, había anotado la mayor parte (...) Libros compuestos en Persia y en Siria le eran conocidos, muchas veces antes que nadie los hubiera leído en Oriente” (R. Dozy: Historia de los Musulmanes de España, Ediciones Turner, Madrid, 1,984, Tomo III, El Califato, V, pp. 97-98). *La fuente: el autor es historiador, miembro del Instituto Argentino de Cultura Islámica. http://www.elcorresponsal.com/modules.php?name=News&file=article&sid=3928 23


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Introducción Este trabajo se asienta sobre tres circunstancias relacionadas con Kipling y la masonería: Rudyard Kipling es una “gloria masónica” al mismo nivel que Mozart. Su nombre aparece en todas las listas de ilustres masones. Se trata de uno de sus iconos más alardeados. Su nombre asociado a masonería es de por sí un escudo de defensa, de indiscutible probidad, contra los detractores antimasónicos y los ignorantes del fenómeno, en beneficio “moral” de la Orden. La historiografía hispanoamericana sobre la masonería carece de un estudio, tan siquiera en formato de notas, sobre la relación entre Kipling y la masonería en español 1. Su éxito literario y su relación masónica interesaron de forma preferente a los espacios anglosajón y francófono. Sus obras llegaban a España en francés. A modo ilustrativo, en España, sólo un masón utilizó como nombre simbólico el de Kipling 2. Desde las publicaciones oficiales de las masonerías españolas sólo el Boletín del Grande Oriente Español del 10 de septiembre de 1,931 nombró al escritor británico en una nota sobre su poema masónico más conocido, Mi logia madre 3. Poema reproducido en la revista masónica española Latomia al año siguiente 4. La primera de sus novelas en introducir a la masonería como argumento literario se revela cuanto menos original, alejado de la apología, al límite de la burla de los masones y de sí mismo. Es poco habitual ver a un masón ilustre manejar a la masonería como estrategia literaria sin caer en elogios. Cuanto más extraño que lo haga en su primera novela, El Hombre que quiso ser Rey, tan cercana a su iniciación, es decir en un momento de descubrimiento intenso del Simbolismo 5 y de sus intrínsecos “secretos”.

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Imagen 1 Joseph Rudyard Kipling (1865-1936)

Fuente: Revista de escuelas normales 117 (19 6): 53.

Antes de analizar la originalidad de esta novela se presentan, teniendo en cuenta el objeto de este estudio, unos apuntes biográficos generales sobre el escritor y unas notas sobre su afiliación masónica y sobre su obra. Notas orientadas a acercarnos a la relación escritor masón, literatura y masonería de finales del siglo XIX y principios del XX. 27


Apuntes biográficos Kipling nació el 30 de diciembre de 1865 en Bombay, en la India británica. Llevó una de las vidas típicas de un inglés nacido en dicha colonia. Observador de las abismales diferencias sociales entre la comunidad procedente de la tierra madre del Imperio y la colonizada. Vida plácida, hasta que fue enviado a Inglaterra para seguir su formación colegial, en una escuela militar donde imperaba la habitual pedagogía basada en la disciplina de hierro británica que, con vistas a la preparación para la vida adulta, endurecía en exceso la infancia y juventud. Después de 6 años de calvario, vuelta a la India, vuelta con la familia, vuelta a una vida placentera, en una tierra de grandes contrastes sociales, religiosos, espirituales… Curtido en trabajos periodísticos, su pluma se afiló, maduró, al calor de una familia con alta sensibilidad artística que le apoyó y animó en sus primeros escritos que se leían en el seno del hogar. En efecto, sus padres no oficiaban como otros muchos británicos en el entorno militar o comercial sino artístico, probablemente una particularidad que le ayudó a desarrollar su sensibilidad por el arte de la escritura. La madre poseía una gran cultura y el padre llegó a ocupar, entre otros puestos, el de director de la Escuela de Bellas Artes de Lahore, codeándose con todo un abanico de personajes de aquella época 6. El éxito de Kipling como novelista prendió en la India en el círculo de la comunidad británica para saltar luego a Inglaterra, de allí a todo el espacio anglosajón y al resto del mundo. Se convirtió en las dos últimas décadas del siglo XIX en el escritor más leído del planeta. Periódicos de todas las tendencias políticas le reconocieron la excelencia de su obra 7. En vida del autor se tradujeron sus libros a varios idiomas, publicándose en múltiples ediciones. Sus historias de aventuras, de animales, que mezclan los aspectos vitales de los colonialistas y de los colonizados, engancharon a los lectores. Expuso al mundo unas sencillas descripciones de la naturaleza, situando al humano a la vez como presa y como 28


dominador de su exuberancia. En sus obras más transcendentes, perfiló toda una serie de simbolismos detrás de cada personaje, animal, paisaje y acción, tramas novelísticas que lograron conectar con el público a nivel mundial. Cuentos que admitían lecturas para niños y, gracias a su carga simbólica, para adultos. Tampoco es de extrañar que su postura a favor del Imperio le ayudase a mantener viva su fama aunque, como cualquier gran artista, contase con fieles detractores. Se le brindaron en varios países las condecoraciones más prestigiosas. Universidades de diferentes continentes le otorgaron cargos honoríficos. Imagen 2 Distinción “Doctor Honoris Causa” por la universidad de la Sorbona, París, 1,921

Fuente: Bibliothèque nationale de France, Agence de presse Meurisse. Agence photographique, Réception à la Sorbonne de Rudyard Kipling et Frazer, écrivains anglais : de gauche à droite, Frazer, Kipling et Appell, recteur à la Sorbonne : [photographie de presse] / Agence Meurisse (Paris : diff. par l’Agence Meurisse, 1,921 revisado el 3 de oct. De 2,013: disponible en: http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/ btv1b9053513z.r=Kipling%2C+Rudyard.langES

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Y en 1,907, recibió el galardón literario más importante, el Premio Nobel de Literatura, no sin causar polémica por su conocida postura imperialista alejada del pacifismo que recorría la intelectualidad de los artistas en general 8. Vivió muy de cerca la segunda guerra de los Bóeres en Sudáfrica y la I Guerra Mundial, convirtiendo su pluma en propagandista oficial e incansable de los intereses bélicos de Inglaterra. En esta última, murió uno de sus hijos. Se prodigó, alternando periodos de aislamiento, en todo tipo de sociabilidad de “club”, en el circuito social de la vida mundana. Fue un admirador del Ejército de Salvación. Sirve apuntar que se negó firmar –para entender los límites de sus concepciones liberales 9–, en los años treinta del siglo XX, el manifiesto a favor de acoger en Inglaterra al proscrito y entonces perseguido León Trotsky cuando éste buscaba un país que le diese asilo político o al menos cobijo. En su autobiografía cuyo título se ajusta a la realidad del contenido, “Algo de mí mismo” 10, alude en numerosas ocasiones al dinero ganado y perdido, preocupado por el valor económico de las cosas y por ser engañado por capitalistas sin escrúpulos. En general, su vida transcurrió en el mundo anglosajón (Colonias británicas, Inglaterra, Estados-Unidos, Canadá, Sudáfrica) con incursiones en el espacio de influencia gala. Falleció el 18 de enero de 1,936 a los 70 años dejando una inmensa fortuna forjada sobre un destacable legado literario. En los días posteriores al óbito, la prensa española publicó semblanzas sin alusión alguna a su afiliación masónica. Y de su amplia trayectoria como escritor, no solieron citar las obras que incluyeron de forma nítida a dicha sociabilidad. Más o menos distantes en referencia a sus conocidas posturas políticas, prácticamente todos los periódicos rindieron homenaje a un escritor valorado como uno de los mejores de su época 11. 30


Era el escritor oficial del imperialismo británico y de sus colonias. Kipling masón Se inició el 5 de abril de 1,886 en la logia Esperanza y Perseverancia nº 782 de Lahore (ciudad perteneciente hoy a Pakistán) con una dispensa especial dado que le quedaban unos meses para cumplir la edad mínima reglamentaria de 21 años que permitía ingresar en masonería12. Años más tarde, Kipling se refirió en varios escritos a su iniciación y en general a su primera logia. Kipling en contacto con la teoría masónica descubrió un espacio de sociabilidad, diferente a otros “clubs” y a sus vivencias formativas. El contexto colonial, con sus flagrantes desigualdades, el contexto académico británico, con sus verdades absolutas y su intolerancia a la libertad de expresión y de crítica contrastaban con el contexto de la logia donde al menos en teoría sus integrantes se veían en pie de igualdad, respaldados por una amplia libertad de expresión guiada al ritmo de las normas de los rituales. Estas circunstancias fascinaron a nuestro autor que lo rubricó a través del género poético. A Kipling le encandiló que se celebrase el Rito con “musulmanes, judíos, católicos, hindúes, blancos, negros y mulatos”, sociabilidad original, amable y tolerante según lo experimentado hasta el momento 13. Se afilio en diferentes logias y participo en la fundación de otras según los avatares de sus viajes y estancias por los diferentes continentes. En su primer año como afiliado, su ascensión en grados fue galopante, alcanzando en poco más de seis meses el tercer grado que le permitió ocupar el puesto de Secretario de la logia. Su vida masónica fue activa los primeros años. Ya en el siglo XX, su ritmo de vida le apartó de la asistencia regular en logia. En 1,888, año de publicación del relato objeto de estudio, se 31


trasladó a vivir a Allahabad (India), conocida entonces como la Oxford del Este, afiliándose a la logia Independencia con Filantropía nº 391. A lo largo de su vida, varias logias le nombraron miembro de honor o le condecoraron con honores particulares según la identidad profesional de la logia (sólo artistas) o temática (de investigación). Su fama compensaba el incumplimiento de ciertas condiciones de entrada en diferentes tipos de sociabilidad. Por ejemplo, cuando en 1909 fue aceptado en la Sociedad Rosacruz de Anglia (Inglaterra), sin ser en aquel momento miembro activo de la Gran Logia Unida de Inglaterra, condición sine qua non 14. Era un escritor muy famoso. La masonería en sus obras Quien tiene las llaves, al menos principales, sobre la comprensión simbólica de las referencias masónicas implícitas, en cualquier relato, es el propio autor. A veces, los autores anexan explicaciones en entrevistas, conferencias o artículos posteriores a la publicación para aclarar y despejar las dudas o las interpretaciones de los lectores. Las demás llaves las poseen los críticos de la literatura, historiadores, psicólogos, periodistas, sociólogos, etc. que analizan al propio autor, producto de múltiples factores, entre otros, sociales, económicos, políticos, ontológicos y religiosos. Por ejemplo, para el historiador Alberto Valín, Kipling reflejó en sus obras el “místico ideario masónico: la proclamación universal de la hermandad humana, anteponiéndola siempre a cualquier cosa” 15. La masonería ofreció a Kipling lo que su formación colegial le impidió a base de represión moral y física. Como veremos más adelante, Kipling no empleó en sus obras a la masonería ni a los masones de forma uniforme hacia una poca original apología. Salvo en poemas. Plasmó su sinceridad masónica a través del arte poético. Eligió este género para expresar su admiración 32


hacia la Orden. Entendiendo que la poesía y la novela no toleraban por igual todas las expresiones de la creatividad, destacando a la primera como la más intolerante por ser el escenario de la sinceridad, sin lugar para el humor. Sellaría para orgullo de los masones un poema, Mi logia madre, que en su momento y todavía hoy emociona a sus correligionarios 16. Cuando Kipling escribía en versos era sobre todo para elogiar lo que más le llamó la atención: el aceptar a individuos con diferentes religiones, nacionalidades, profesiones, ideas políticas y riquezas en un mismo lugar, en la logia. Es decir, un nivel de tolerancia inalcanzado, fuera del Templo, en la sociedad civil. Y así lo describió en su famoso poema y en otros 17. No obstante, en uno de los estudios más completos sobre la relación de este escritor y la masonería, producido desde dentro de la propia organización, desde la célebre logia de investigación Quatuor Coronati de la Gran Logia Unida de Inglaterra, se desmiente que, en base a los nombres de los afiliados de su primera logia, existiera la mezcolanza descrita por Kipling. Descripción que según el autor del estudio resultó de “un fallo de la memoria o de una fértil imaginación” 18. Su fama, contemporánea a su época, sobrevivió hasta nuestros días sobre todo gracias a su best-seller El libro de la selva19. Sin embargo, en la primera mitad del siglo XX, Kim, otra obra maestra del escritor, competía de igual a igual entre los críticos literarios para saber si era “mejor” que El libro de la selva. La adaptación cinematográfica hecha por Walt Disney de las aventuras de Mowgli dinamizó su fama a nivel internacional y ante un público muy amplio, dejando a Kim, que también tuvo su versión de celuloide, por detrás. En Kim, las referencias masónicas son nítidas, empezando por su protagonista, un joven huérfano hijo de masón. Esta obra pesó lo suficiente para que la balanza del Premio Nobel de Literatura se decantara por Kipling. Empero, es común encontrar 33


en la producción publicista masónica que El libro de la selva fuese “obviamente” un relato masónico, en el que se distinguiría la descripción de una experiencia iniciática, sólo perceptible por quienes gozaron de la iniciación masónica. En este sentido, Mowgli experimenta un aprendizaje en varias etapas hasta convertirse a su vez en responsable y aleccionador. ¿Una alegoría del recorrido de los grados masónicos? El debate sobre educación y pedagogía era en la mayoría de las naciones de aquella época una constante de la batalla política. ¿Participación original a ese debate? Esta interpretación que caracteriza de manera rotunda este cuento de masónico carece de sólidos argumentos. La masonería y los masones no son propietarios de ciertos valores, sino que los comparten con otros tipos de asociaciones e individuos y viceversa. ¿No habría algunas escenas con “valores” anarquistas, comunistas, sólo perceptibles por anarquistas o comunistas? En los trabajos de origen masónico, se detectó ciertas diferencias de trato entre si el autor era británico o de otra nacionalidad, sobre todo francesa. Los británicos no solieron ni suelen relacionar dicho cuento como obra con referencias hiramistas. En cambio, los demás autores masones lo destacan en sus escritos sobre Kipling 20. Asimismo, los británicos dejaron claro que la vida masónica de Kipling fue muy activa en sus primeros años y apartada de la vida cotidiana de la logia en los siguientes, aunque conservando y alimentando su admiración sin fisuras hacia la Orden. Admiración comprobable con la relación de las numerosas referencias masónicas que empleó en más de cuarenta textos, sobre todo en la publicada en prosa 21. La masonería o los masones aparecieron en sus escritos prácticamente todos los años durante más de veinte años, reduciéndose su alusión a partir de la I Guerra Mundial. Era un fiel admirador de la Orden. El hombre que quiso ser Rey 22 34


Imagen 3 Última edición española del relato

Fuente: Autor.

Esta primera obra de alcance internacional la protagonizan dos masones, oficiando en algunas escenas como tales. Referencias puntuales las hubo anteriormente en otros cortos relatos pero sin llegar a este nivel. Esta primera novela de Kipling, siendo masón activo, no siempre se cita como obra que use el tema masónico. Sin embargo, no ofrece ninguna duda. De este corto relato se realizó una exitosa versión cinematográfica en 1,975 de manos del realizador Jhon Huston con Sean Connery y Michael Caine como protagonistas principales. Pelicula que fue difundida en España en los últimos días del franquismo, enseñando masones a un público formado en la antimasonería más agresiva 23 ¿Falló la censura? Por supuesto que no. La novela como se verá a continuación, y la película asocián los masones a violentos estafadores utópicos. El trato del tema masónico difiere del libro pero aparece desde los primeros compases, incluso añadiendo la pregunta sobre ¿Qué es la masonería?, que recibe respuesta por el personaje (el periodista) que hace del mismísimo Kipling. 35


Imagen 4 Escenas con simbologĂ­a masĂłnica

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Fuente: Fotogramas de la pelĂ­cula de John Huston

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La historia transcurre en una región limítrofe junto a la India británica y reúne los ingredientes frescos de la vida personal de Kipling (India-Afganistán, colonialismo, paternalismo, periodismo, iniciación masónica, aventuras extravagantes, utopía imperialista) en conjunción con su calidad creativa. Un periodista es el testigo del deseo de dos hombres británicos masones, de pretender conquistar-colonizar un terreno ocupado por tribus alejadas supuestamente de la civilización más moderna 24. Premisa que permitiría conquistar el terreno y esclavizar a esa población utilizando mejores armas que las de los autóctonos con el fin de obtener una enorme riqueza. Es un resumen del procedimiento “habitual” de una colonización. Trama principal que le permitió a Kipling el desarrollar esta corta novela de aventura que publicaría en 1,888. Año que dentro de la historia de la masonería se enmarca en un contexto de intercambio internacional incesante de acusaciones antimasónicas y defensas de la Institución. La Bula papal de León XIII, Humanum Genus, difundida en 1,884, avivó al extremo, hasta finales de siglo, la batalla dialéctica entre los sectores católico, apostólico y romano y el masónico. Durante los cuatro años que distan entre la bula pontificia y la publicación de la novela, un impostor, Leo Taxil, se entrometió en los circuitos socioculturales masónicos y católicos con varias exitosas publicaciones antimasónicas que, entre otros hechos, promovieron el odio a los masones y la ignorancia sobre el fenómeno. No obstante, esta batalla, muy conocida de todos los que se dedicaron a profesiones liberales y artísticas en aquella época, sensibilizó mucho más a las masonerías latinas que a la de origen anglosajón. A este contexto, que se apoyó sobre la exacerbada imaginación antimasónica de Leo Taxil, pareció ajeno Kipling. ¿O no? Esta impermeabilidad al gran impostor de la época pudiera explicarse por su pertenencia a la Gran Logia Unida de Inglaterra, cuerpo masónico algo menos implicado en esa vorágine publicista que las masonerías galas e iberoamericanas, más sensibles a las calumnias procedentes y financiadas por la Curia Romana. 38


Así contamos en esta obra, con dos masones que desean apoderarse de un territorio sometiendo a unas poblaciones por medio de la violencia y del engaño para convertirse en reyes. El territorio, entre las montañas de Kafiristán, se sitúa hoy en Afganistán. Se sabe de ese extravagante deseo, no lejano a experiencias e intercambios de ideas reales presenciados por Kipling como redactor y oficioso editor de periódicos ingleses en la India 25, gracias a que estos dos aventureros revelasen su propósito a un periodista que hace de enlace entre ellos y el lector. Y lo lograron. Conquistaron, colonizaron y uno de ellos se convirtió en Rey de Kafiristán, con el susodicho problema de tener que mantenerse como autoridad, negociando con los diferentes líderes indígenas. El relato en sí lo cuenta al periodista el que oficialmente no llegó a ser el Rey, una vez acabada la aventura colonialista que terminó de forma dramática con el asesinato del monarca. La “masonería” entra en escena, muy avanzada la historia, cuando uno de los dos hombres comenta al otro (Rey) que uno de sus mejores ayudantes en su empresa imperialista, reclutado en esa tierra, era también masón. Para asombro del Rey que lo comprobó realizando el “Apretón de Hermano de la Orden”26. Le informa que los hombres más ilustrados de esas poblaciones son todos masones aunque desconocían la exaltación al tercer grado. Entonces, el Rey idea constituir, como complemento para reforzar su autoridad, una “logia de Tercer Grado” para ascender a todos ellos, proclamándose él mismo Gran Maestro de la Orden. Su compañero de aventura le recuerda que no puede formar logia sin autorización oficial porque “va contra todas las leyes”. El Rey vio la ocasión de reafirmar su autoridad ante los desconfiados líderes locales. Decide que al día siguiente se oficiara una tenida 27 de inauguración de logia y que las mujeres fabricasen los mandiles durante la noche. La ceremonia se planteó para asentar aún más su autoridad y así fue. Describe incluso cómo diseñaron la logia. 39


Al día siguiente, en una nueva tenida, el Rey se proclama “Gran Maestro de la Francmasonería de Kafiristán” y al mismo tiempo Rey de todo ese territorio. Más adelante, pensó en escribir a la Gran Logia Unida de Inglaterra para solicitar una “dispensa” y contarles lo que hizo como Gran Maestro. En el relato, Kipling siembra la duda sobre si los dos aventureros eran realmente masones o simples conocedores de la Orden o iniciados con escasa participación en tenidas o pobres de graduación: “Tú sabes que nunca hemos oficiado en ninguna logia (pág. 27); Entonces deseé haberles explicado desde el principio que desconocíamos los genuinos secretos de un Maestro Masón; pero no dije nada (pág. 34)”. La decadencia llega cuando al Rey, asimilado por los autóctonos a un Dios, se le antojó contraer matrimonio. Deseo que además de ser mal visto por los indígenas, rompía el acuerdo firmado con su compañero de aventuras que les obligaba a no mirar a mujeres 28. Su insistencia para conseguir que se le entregase a la mujer que deseaba precipitó su fin. La ira de las poblaciones sometidas se desató al descubrir la superchería de los dos aventureros por el mordisco de la mujer que ensangrentó al Rey. Sangre que probaba que era un humano y no un Dios. En consecuencia, matan al Rey, y sólo le quedó fuerzas a su compañero de aventura, para huir y llegar a donde el periódico para contar toda la historia. A los pocos días, moriría en un asilo de fatiga e insolación. Así pues, Rudyard Kipling, joven escritor y joven masón, en su primera exitosa novela, “mata” a dos masones colonialistas que pretendían ser reyes de poblaciones sometidas por los métodos apropiados. Uso original del tema masónico, para un escritor afiliado, en una época de grandes tensiones publicistas entre partidarios de los fantasmas creados por Taxil y el Papa y los defensores de esta Hermandad. Era una novela. 40


Conclusión Conclusiones de diferentes índoles sobresalen de este acercamiento no exhaustivo a Kipling y a su primera novela. A buen seguro, la valoración como “gloria masónica” de Kipling –al margen del lado artístico– necesita una revisión. Dista en muchos aspectos de ser un ejemplo del espíritu masónico asociado a pacifismo y asiduidad a las sesiones de logia: el ideológico (Imperialista, liberalismo conservador contrario al liberalismo en teoría más propenso al pacifismo), el político (liberal Tory, que no implica que no criticase sin tabúes al gobierno y a las costumbres inglesas) o el propio masónico con su discontinua participación a sesiones de logia. En general, los masones lo destacaron, sin que se encuentren referencias explícitas a la masonería, como el autor de El libro de la selva, cuando no escatimó en insertarlas en otros muchos relatos menos aireados. La fama individual se utiliza para nutrir la fama colectiva, indistintamente si procede de la faceta “profana” o masónica. Aquí incluso, se pretende explicar la producción de este exitoso libro por haber sido iniciado en la Orden. La masonería le inspiró, eso lo dejó nítido a lo largo de toda su obra. Sin embargo, no cabe generalizar su producción artística unilateralmente como consecuencia de su afiliación hiramista. No fue el primero en utilizar cuentos de aventura con la naturaleza salvaje y su contacto con la civilización como escenario principal para un relato de profunda reflexión, como él mismo lo revela en su autobiografía. Su ingreso en la masonería no explica su obra de por sí aunque sin lugar a duda fue importante. Su rico contexto familiar, formativo, geopolítico e histórico junto con su talento fueron las principales fuentes de su inspiración. ¿Por qué calificar de “sorprendente” su primera novela? 41


En El Hombre que quiso ser Rey, Kipling se ríe, se burla de los masones, de sí mismo, capacidad que en general no prolifera en los ambientes de la alta sociedad y cuanto menos en el masónico. Transformó la libertad de expresión en libertad de visión, probablemente el súmmum de todas las libertades, sin mayores pretensiones que la de crear una divertida novela que a la vez recogiera parte de los diferentes contextos personales experimentados hasta el momento. Si no fuera por ser él mismo masón y famosa su admiración por la masonería, cualquiera podría llegar a pensar que fue escrito con intenciones antimasónicas. En efecto, mostró en aquel momento ser diferente a la casi asfixiante obsesión por parte de los masones de defenderse y justificarse frente a las calumnias vertidas por sus detractores ultramontanos. En el extracto donde aparece el elemento masónico, el escritor lo transforma en una parodia, ejercicio rarísimo no sólo en la Orden sino en el seno de cualquier otra asociación. Parte que no fue retenida para la versión cinematográfica. Bebedores, mujeriegos, charlatanes, violentos, codiciosos, unas características de la que, hipócritamente, quiere huir cualquier asociación y cuanto más la masonería. Sorprende pues que una de las principales “glorias masónicas”, admirador sin falla de la Orden, escribiera un relato en el que sus protagonistas masones no correspondiesen al perfil conceptual difundido por las propias obediencias: pacifismo, tolerancia, igualdad, sinceridad, universalidad, filantropía, etc. Pero sólo era una novela de entretenimiento para los ingleses de la India colonial, sin más. Desde el punto de vista general, en cuanto al estudio sobre la comprensión del fenómeno masónico, la relación Kipling-masonería deja entrever una de las tantas respuestas que existen sobre la motivación que empujaba a un individuo a iniciarse en ese espacio de sociabilidad al final del siglo XIX y primera parte del XX. En los contextos personales similares al de Kipling fue un acto de revancha oxigenada contra infancias donde la educación colegial, traumática, se había desarrollado bajo el 42


autoritarismo castrense y religioso, con maestros abnegados a la Verdad Absoluta de su Dios, sin lugar para la libre creatividad y el intercambio de pensamiento crítico. La logia era para las capas de la sociedad burguesa dispuestas a convivir con algunas costumbres y diferencias de los demás, sino todo lo contrario, un oasis de “tolerancia” y “libertad” 29. Esta sociabilidad ofreció en ese círculo burgués la alternativa más social y conciliadora. A nivel personal, Kipling evidenció en sus poemas estar orgulloso de ser masón y aunque su “carrera” masónica distó de ser convencional, su estima hacia ella no desfallecería desde el momento de su iniciación hasta su muerte. Fuentes • • • • • • •

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Caras y Caretas, 21 de marzo de 1936, 50. El Heraldo de Madrid, 18 de enero de 1936, 16; 23 de enero de 1936, 14. El Noroeste, 17 de enero de 1936, 3. El Paso Daily Herald, 17 de febrero de 1900, 11. El Sol, 12 de enero de 1936, 5-6; 19 de enero de 1936, 2; 16 de febrero de 1936, 5. L’Humanité, 12 de diciembre de 1907, 15 de enero de 1936. La Unión Católica, 30 de julio de 1892 y 1 de agosto de 1896. La Voz, 18 de enero de 1936, 2. Marietta Daily Leader, 15 de noviembre de 1900, 8. Revista de Escuelas Normales, nº117, febrero 1936, 53-56. Revue de París, marsavril 1899, Tomo II, 34-74 y 621-653. Rock Island Argus, 22 de noviembre de 1899, 2. St Paul Daily Globe, 17 de junio de 1892, 8. The Watchman and Southron, 12 de abril de 1899, 8.

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Anexo 1 Relación cronológica de los escritos de Kipling con referencias a la masonería 30 1887: Letters of Marque. 1888: The Man Who Would Be King; The Route of the White Hussars; To Be Filed for Reference. 1889: From Sea to Sea. 1890: With the Main Guard; The Enlightements of Pagett; On the City Wall; The Sending of Dana. 1891: My New-Cut Ashlar. 1892: The Widow at Windsor. 1893: A Matter of Fact. 1896: The Mother Lodge; If; The Native Born; The Song of the Dead; The Merchantmen. 1897: Captain Courageous. 1898: 007. 1899: The Flag of their Country. 1900: Among the Railway Folk. 1901: Kim. 1902: The Butterfly that Stamped. 1903: The Palace; The Feet of the Young Men. 1904: The Captive. 1906: The Winged Hats; The Treasure and the Law. 1907: Letters of Travel; Imperial Relations. 1908: Jubal and the Tubal Cain. 1910: A Truthful Song; The Thousandth Man; The Wrong Thing; Brother Square Toes. 1913: Letters of Travel. 1917: The Dog Hervey; The Press. 1923: The Bold Prentice. 1926: In the Interest of the Brethren; A Madonna of Trenches; Banquet Night; A Friend of the Family; The Janeites. 1932: Fairy List; The Tender Achilles. 1937: Something of Myself.

NOTAS. 1 No pasa generalmente de una relación de sus obras en las que el tema masónico aparece de alguna forma.

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2 Marcelo Saadia Hamu, comerciante, miembro de la logia Morayta nº284 de Tánger. Dato facilitado por la historiadora Susana Cuartero Escobes. 3 Publicado originalmente en 1896. 4 (Madrid, 1932), Vol. I, 99-101. 5 Término que engloba los aprendizajes que se adquieren siguiendo las etapas marcadas por los rituales. 6 Apunta por ejemplo en sus memorias que su padre trató a la madre de la teosofía, Madame Blavatsky, considerada por su progenitor como una “interesante gran impostora”. 7 En España, por ejemplo, fue descrito como autor de talento incluso en la prensa católica. Ver: La Unión Católica (30 de julio de 1892): 3 y (1 de agosto de 1896): 1. En Francia, L’Humanité, el periódico socialista y más adelante (1920) comunista, siguió su trayectoria artística e informaba de sus vivencias y desavenencias. 8 L’Humanité 1334 (12 de diciembre de 1907): 1 9 Incluso se llega a describirlo como “antiliberal” en la enciclopedia coordinada por Éric Saunier, Encyclopédie de la Franc-maçonnerie (Paris: Le livre de poche, Paris, 2000), 467. 10 Subrayado por mí. Es una parte de su vida novelada. Con descripciones escogidas para no “revelar” demasiado. 11 El Sol 5738 (12 de enero de 1936): 5-6. El Sol 5744 (19 de enero de 1936): 2. El Sol 5768 (16 de febrero de 1936): 5. La voz 4688 (18 de enero de 1936): 2. El Noroeste 13325 (17 de enero de 1936): 3. Revista de Escuelas Normales 117 (febrero 1936): 53-56. El Heraldo de Madrid 15562 (18 de enero de 1936): 16. El Heraldo de Madrid 15566 (23 de enero de 1936): 14. 12 Los archivos de la biblioteca masónica de Lahore fueron quemados por extremistas religiosos en 1960. 13 Esta tolerancia es muy matizable según la masonería o logia de la que se trate, aunque dicha práctica responda a la teoría. 14 Harry Carr, “Kipling and the Craft”, en: Transactions of the Quatuor Coronati Lodge 77 (1964): 231. 15 Alberto Valín, “La masonería como vehículo propagador del liberalismo político. El caso gallego”, en: Masonería, revolución y reacción, coord. José Antonio Ferrer Benimeli (Alicante: Instituto de Cultura “Juan Gil-Albert, 1990), Tomo I, 184. 16 Ferrer Benimeli y Susana Cuartero Escobes sitúan este poema como el equivalente al escrito por José Rizal, Últimos adiós, antes de ser fusilado. “José Rizal y la masonería en el centenario de su fusila-

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miento (1896- 1996)”, en: La Masonería española y la crisis colonial del 98, coord. Ferrer Benimeli (Zaragoza: CEHME, 1999), Tomo I, 325. 17 Muy destacable es el titulado Si. 18 [The results of faulty memory or the creatures of a fertile imagination]. Carr, “Kipling and the Craft”, 221. 19 Se publicó en español con el título de “El libro de las tierras vírgenes”. En España, había llegado anteriormente en su versión francesa. 20 Un ejemplo galo : Daniel Ligou, Dictionnaire de la Franc-maçonnerie (Paris : PUF, 2006), 666-667. 21 Ver en Anexo I la relación de las obras en las que Kipling mencionó a la masonería. 22 La editorial Sociedad de Aventuras Literarias de Gijón (España) publicó en 2013 una magnífica, creativa y cuidada edición de este libro. Vendido en un sobre en cuyo interior se insertó un recorte de periódico con un mapa de Kafiristán, diálogos del texto y diversas notas informando sobre algunos aspectos masónicos. Luego con un código se puede leer el texto íntegro titulado El hombre que pudo reinar, descargándolo desde Internet (www.aventurasliterarias.com). 23 Ciertas réplicas le recordaron al historiador Agustín de las Heras algunas aparecidas en el capítulo que dedicó Los Simpsons a las sociedades secretas. “Las sociedades secretas en los Simpsons”, en: La Masonería en Madrid y en España del siglo XVIII al XXI, coord. Ferrer Benimeli, (Zaragoza: CEHME, 2004), Tomo I, 681. 24 En la película se le puso al periodista directamente el nombre de Rudyard Kipling. 25 Rudyard Kipling, Algo de mí mismo, librodot.com, sin año. 26 Rudyard Kipling, Algo de mí mismo, 27. 27 Sesión de reunión entre masones. 28 Antes de lanzarse en esa aventura, habían firmado los dos aventureros con el periodista por testigo que “no miraremos a ningún licor, ni ninguna mujer negra, blanca o morena, así no nos mezclaremos perjudicialmente con uno o la otra” (pág. 16). 29 Los estudios historiográficos matizan los límites de estos conceptos. 30 Extraído del estudio de Henry Carr citado anteriormente.

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LA VERDADERA CARA DE LA MASONERIA POLACA Mikolaj Glinski 49


El conocimiento promedio de los polacos sobre la masonería se basa principalmente en el mito. En Polonia, el movimiento sigue siendo considerado como una organización secreta que gobierna el mundo, mientras que fue gracias a los francmasones que se produjeron algunos de los mayores logros de nuestro país, a partir de las reformas del Sejm de cuatro años y la Constitución del 3er. Mayo, a través de la tradición de liberum conspiro. Mientras que en Polonia, el movimiento estaba algo satanizado y rodeado del aire de un secreto inquietante, en Occidente, la masonería era mucho más parte de la vida pública desde el principio. Por lo tanto, los países al oeste de Polonia eran mucho más conscientes de la influencia positiva y el impacto que el movimiento tuvo en la historia mundial. Le debemos numerosas obras e instituciones grandiosas al pensamiento masónico, como la Encyclopaedia Britannica y la Gran enciclopedia francesa, así como la idea de museos públicos y bibliotecas. También es esta línea de pensamiento la que dio origen a la idea del respeto por la naturaleza, así como un concepto del jardín como entorno natural del hombre y un nuevo concepto de educación. ¿Y qué hay de Polonia? La exhibición en el Museo Nacional titulada “Masonería Pro Público bono” revela la verdadera cara del movimiento francmason, con su batalla por la igualdad y la fraternidad entre los humanos y los ideales de progreso y sabiduría. Al mismo tiempo, representa el importante papel que jugó la masonería en la cultura polaca, sin la cual este último parece mucho más pobre, a veces misterioso, pero también propenso a la apropiación. ¿Qué le debemos a los masones en Polonia? En otras palabras, ¿cuáles eran los lazos de figuras tan destacadas como Stanislaw August Poniatowski (el último rey de Polonia), Adam Mickiewicz y Janusz Korczak con el movimiento? Estas son algunas de las relaciones menos obvias entre la Francmasonería y nuestra cultura nacional, con sus extraordinarios logros. 50


Arquitectura - “geometría en el trabajo” El simbolismo basado en la arquitectura y la construcción sentó las bases de toda la iconografía masónica. La paleta, el bisel, la brújula y el Santuario de Salomón se encuentran entre los símbolos más reconocidos de la Francmasonería y se refieren a sus raíces: los gremios de constructores medievales (arquitectos, albañiles, escultores). La leyenda de la masonería aparece ya en 1723, en The Constitutions of the Free-Masons de James Anderson. En él, el movimiento está asociado con el arte de la arquitectura y, en una perspectiva más amplia, con el arte liberal de la geometría. Esta es la razón por la cual los tratados de la Francmasonería (los de Palladio y Vitruvio) sirvieron no solo como base y fuente de inspiración para el trabajo de los arquitectos, sino que también se convirtieron en un objeto de contemplación para los francmasones. Algunas logias también estaban equipadas con copias de ellas. Clasicismo de los francmasones polacos El culto a la razón y la admiración de los francmasones por las leyes de la geometría encontró su expresión, así como su cumplimiento, en la arquitectura italiana del Renacimiento tardío, con las obras de Andrea Palladio (1,508-1,580). Los francmasones ingleses jugaron un papel importante en la popularización de su culto. Fue gracias a los miembros de la Gran Logia de Londres que el estilo de Palladio se hizo dominante en Inglaterra, y luego también en los Estados Unidos. Los propagadores polacos del estilo eran arquitectos conectados con el rey Stanislaw August Poniatowski, y entre ellos el más notablemente Dominik Merlini. Sus diseños para la Casa Blanca y el Palacio sobre el Agua en el Parque Lazienki, así como el pabellón Królikarnia, fueron alusiones directas a la Villa Rotonda de Palladio, que se levantó en 1,582. 51


Szymon Bogumil Zug, un proyecto de la Iglesia Evangelista-Augsburgo en Varsovia, 1,777 una parte de la colección MNW

Los arquitectos masónicos que formaron la corriente clasicista polaca del siglo XVIII fueron Szymon Bogumil Zug (responsable de la Iglesia Evangélica de Augsburgo en Varsovia), el arquitecto de la catedral de Vilna Wawrzyniec Gucewicz y Jakub Kubicki, autor del proyecto del Santuario de la Más Alta Providencia en Varsovia. Marcello Bacciarelli, Antoni Smuglewicz y Zygmunt Vogel, pintores y grabadores, también formaron parte del movimiento. Lazienki masónica. Membership La participación del rey Stanislaw August Poniatowski en los francmasones encontró expresión en la construc52


ción del Royalazienki Royal Park. El primer tratado polaco sobre parques de estilo inglés fue escrito debido a la adaptación del terreno en comisión para el monarca. Fue escrito por Fryderyk August Moszynski, un francmasón, alquimista y asesor del rey. Su trabajo está saturado con referencias al simbolismo y la ideología masónicos, pero la construcción real del sitio no se realizó exactamente de acuerdo con su consejo.

Zygmunt Vogel, “Una vista de Lazienki desde el lado sur”, 1,795, aparte de la colección de MNW

El edificio que ahora se considera el más masónico es la Casa Blanca diseñada por Dominik Merlini. Su famoso Dining Room, con su pintura decorativa de Jan Bogumil Plersch, también se llenó con los símbolos del movimiento. Desde la figura de Venus Anadyomene –interpretada como Isis egipcia– a través de elementos pintados como una colmena (que simboliza el trabajo de un Masón sobre sí mismo) hasta las estrellas de cinco puntas que rodean a la diosa Ceres. Tales símbolos también estuvieron presentes en las decoraciones del Santuario de Salomón, 53


diseñado por Marcello Bacciarelli para el Palacio sobre el Agua. Desafortunadamente, estas pinturas fueron destruidas por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Dobrzyca El palacio en Dobrzyca es un lugar especial para masones. Creado por un miembro, August Gorzenski, un general y ayudante del rey Stanislaw August Poniatowski, así como un diputado del Sejm de cuatro años, el palacio también está rodeado por un diseño urbano y de parque, así como un diseño interior especial. El edificio en sí fue construido en el plano de la letra L (que evoca la paleta masónica) en la parte superior de un portón toscano de cuatro columnas con la cita latina de Horatio, “Ille terrarum mihi praeter omnes angulus ridet” (que significa, este lugar en la tierra es más querido para mí que cualquier cosa), mientras que el América un ngulusademás de la designación de un lugar en la tierra también puede significar una paleta.

Dobrzyca, interiores de palacio: foto tomada alrededor de 1,930 está en una colección privada, escaneada por: Lucaok; fuente: Wikipedia

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Pero Dobrzyca era aún más que eso: además de la arquitectura, también era un proyecto social. Gorzenski intentó transformar a Dobrzyca en una Bononia, una tierra de bienes y felicidad, reinada por un gobernante protector de una manera justa, de acuerdo con los principios de la Ilustración. Hace unos años, surgió la idea de crear un Museo de la Ilustración y la Francmasonería en el palacio Dobrzyca. La idea se perdió, y en su lugar se fundó el Museo de Gentry y Patriotic Tradition. ¿Qué tiene que ver el jardín con una Logia? Los jardines se convirtieron en un lugar para reuniones sociales, muy parecido a las logias. Ambos espacios compartieron el papel de un lugar para escapar y reflexionar. Pero para los mismos francmasones, las similitudes eran más profundas. Dios mismo, como el creador del Jardín del Edén, y el Gran Arquitecto, proporcionó la razón.

Jean Pierre Norblin de la Gourdaine, “Una reunión social bajo la estatua de Diane”, 1,779, óleo sobre roble, foto: MNW

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Junto a la arquitectura, los jardines, fueron una de las fuentes de inspiración favoritas. Se los consideraba un espacio simbólico, que también permitía a un individuo desarrollar el bien y el amor interior, así como la necesidad de libertad. Tal imaginación de la armonía entre el hombre y la naturaleza se puede rastrear en las pinturas de Jan Piotr Norblin y los dibujos de Zygmunt Vogel. Helena Radziwillowa nee Przezdziecka también realizó este ideal de un jardín en Arcadia en Nieborów, y también lo hizo Izabella Czartoryska née Fleming, en el pueblo de Pulawy. El francmasón y arquitecto Szymon Bogumil Zug estuvo activo en Arcadia, seguido por el italiano Henryk Ittar, cuya visión era algo más cercana al Romanticismo. La reconstrucción del jardín de Pulway que comenzó en 1,791 también adquirió un estilo inglés sentimental. Jardines construidos en el espíritu masónico también se encontraron en el parque Lazienki en el distrito de Mokotów de Varsovia, así como en Jablonna y Mlociny.

Jan Zachariasz Frey basado en el dibujo de Zygmunt Vogel, Una vista del Santuario de Diana a través del Arco Griego en Arcadia, 1,807, foto: MNW

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Retratos de masones Esta es la descripción utilizada en la historia del arte para describir retratos de masones con realeza masónica. Un retrato especial de este tipo en la pintura polaca fue pintado por Marcello Bacciarelli, que representa al rey Stanislaw August Poniatowski con un reloj de arena. Tanto el pintor como el modelo eran masones (del rito templario estrictamente observado) y en ocasiones se interpreta que el retrato posee un mensaje encriptado. Cuadros de Masón - Galería de imágenes

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La Constitución del 3 de mayo Los francmasones polacos desempeñaron un papel particularmente significativo durante el período Sejm de cuatro años. Allanaron el camino hacia una evolución necesaria del estado y ayudaron a implementar muchas reformas. Casi todos en la familia del rey Stanislaw August eran miembros del movimiento, al igual que las figuras políticas clave: el reverendo Adam Kazimierz Czartoryski, y Ignacy y Stanislaw Kostka Potocki. Según Tadeusz Cegielski, el proyecto de la constitución se formó dentro de un triángulo masónico: el rey Stanislaw August Poniatowski, el reverendo Scypione Piattoli e Ignacy Potocki. En el círculo de diputados, uno de cada cuatro era un adepto de la paleta simbólica (74 eran miembros de un total de 359 diputados).

Jean Pierre Norblin de la Gourdaine, La adopción de la Constitución del 3 de mayo de 1,791, fechada después de 1,791, tinta, papel, foto: MNW

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El templo masónico La historia de la Constitución del 3 de mayo también está relacionada con la historia del Templo de la Providencia Suprema, cuya piedra fundacional se estableció el 3 de mayo de 1,972, en el primer aniversario de la promulgación de la constitución. Se suponía que el templo era un “voto por la república multiétnica y religiosamente diversa a la Providencia Suprema, que ha permitido el trabajo eficiente y sin derramamiento de sangre de la reconstrucción del régimen del estado”. El levantamiento de este templo debía ser un gesto de acción de gracias por la implementación del llamado estatuto fundamental. Y lo que es crucial es que se suponía que el templo era un símbolo de trascendencia, para todas las creencias particulares. En el concurso de arquitectura, el primero en la historia de Polonia, el proyecto ganador fue escrito por Jakub Kubicki, un francmasón que poseía las más altas notas de iniciación.

El Santuario de la Providencia Suprema, según el diseño de Jakub Kubicki desde 1,972

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El proyecto de Kubicki se describe en la web de Bryla.pl: Según su proyecto, se suponía que el templo tenía dos niveles. Una iglesia inferior constituía el plinto de la iglesia superior, lo que le dio a la estructura un carácter monumental. El proyecto representaba una iglesia monumental en el plano de un hexágono, con cuatro anexos, cada uno de los cuales tenía un pórtico con un pico triangular. El edificio estaba cubierto con una cúpula. El proyecto limitó cualquier elemento decorativo, a favor de una forma clara y clasicista. Un modelo muy lejano para el santuario era el Panteón Romano. La piedra angular del edificio fue colocada por el propio rey de Polonia: la paleta y el martillo se rompieron posteriormente, de acuerdo con la costumbre masónica. Desafortunadamente, en 1,792, la construcción fue interrumpida por la guerra polaco-rusa. La idea fue revivida una vez más en el período de entreguerras, pero luego se transformó en un proyecto para una iglesia católica. Bohdan Pniewski ganó el concurso que se anunció en 1,930 con un diseño inspirado en catedrales góticas francesas, así como los rascacielos estadounidenses de los años 1,920 y 1,930 (ver el proyecto en Bryla.pl ). La realización fue nuevamente interrumpida por el estallido del conflicto militar, esta vez la Segunda Guerra Mundial. En cierto modo, la siguiente entrega del concepto y un proyecto evolutivo del Templo de la Providencia Suprema podrían rastrearse en la construcción del Templo de la Divina Providencia Suprema en Wilanów de Varsovia. Distrito. Hoy en día, los restos del Santuario de la Providencia Suprema del Templo de Varsovia se encuentran en la parte posterior del Jardín Botánico de la Academia Polaca de Ciencias. ¿Hay algo así como la música masónica? La realización más conocida del tema masónico en la música es, 61


por supuesto, la Flauta Mágica de Mozart. El marco para esta famosa canción es la leyenda de Osiris e Isis, popular en el medio de la masonería (Mozart y Emanuel Schikaneder pertenecían a la misma Logia en Viena). En Varsovia, la ópera de Mozart se representó en 1793, solo dos años después de su estreno mundial. Los directores del Teatro Narodowy (Nacional), Wojciech Boguslawski y Ludwik Osinski, eran ambos francmasones. Entre otros compositores francmasones, estaba Karol Krupinski, autor de la ópera cómica Zabobon czyli Krakowiacy i górale (Superstición, o Cracovians and Mountaineers) y Józef Elsner, el maestro de Frederic Chopin. Más literalmente la superficie de la música masónica durante las reuniones de la Logia. Las canciones se realizaron con el acompañamiento de un clavicordio, piano o armonio, y luego se grabaron en los libros de canciones. Algunos de ellos aludieron abiertamente a acontecimientos políticos, como la colección Tragiczne spiewy massonskie ( Cantos de Masón Trágico), que se lanzó después de la caída de Napoleón y la liquidación del Ducado de Varsovia. El registro Masonería (Masonería) lanzado por el Museo Nacional de Varsovia incluye composiciones de Mozart, así como las obras de Jean Sibelius, Arvo Pärta y Erik Satie. Legiones de Dabrowski El creador de las Legiones, Jan Henryk Dabrowski fue miembro de la Masonería italiana, y en el Gran Este de Italia, se desempeñó como Gran Experto. Los uniformes de los soldados de la Legión polaca llevaban la máxima “Gli uomini sono fratelli” (“Todos los hombres son hermanos”). Józef Wybicki, el autor de la letra del himno nacional polaco (Dabrowski Mazurek) también era un Masón. En todos los países, los masones participaron en movimientos de independencia. Durante el período Ris62


sorgimento, todos los líderes del movimiento para unir a Italia también fueron masones: el rey de Piemonto, Victor Emanuel, el primer ministro Cavour y Garibaldi. La casa de luto del Conde Józef Poniatowski Napoleón, quien, como todos sus generales, también era masón, les dio a los polacos grandes esperanzas. Los soldados polacos lucharon en muchas de sus campañas, creyendo en los ideales de igualdad y fraternidad, y la libertad entregada a muchas naciones y pueblos.

Stanislaw Kostka Potocki, Preparándose para la Logia de Luto en memoria del Conde Józef Poniatowski, 1,814, colección MNW.

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Uno de los últimos generales napoleónicos fue el último rey de Polonia, el conde Józef Poniatowski, que fue nominado por Napoleón para ser el último mariscal de Francia. El Conde murió en la batalla de Leipzig en 1,813. Después de su muerte, se organizó una casa de luto en Varsovia en el Palacio Mniszchy, y se registró en el dibujo de Stanislaw Kostka Hoffman, un albañil y un arquitecto. Conspiro Liberum Después de la caída de Napoleón, y después de los primeros años del reinado liberal del zar Alejandro I, que aún permitía que la francmasonería floreciera libremente, se produjo un dramático cambio de rumbo. La masonería se convirtió en un modelo para las organizaciones conspirativas creadas dentro del ejército por el comandante Walerian Lukasinski. La estructura y los rituales de la Francmasonería Nacional, que se fundó en 1,819, se parecían mucho a la Masonería regular. Unos 200 oficiales más jóvenes participaron en el movimiento, que se distribuyó en cuatro Logias. Lukasinski, quien fue arrestado en 1,822 y condenado dos años después, pasó el resto de su larga vida en prisión: 46 años. Masonería y literatura Uno de los miembros más destacados del movimiento, Stanislaw Kostka Potocki, era escritor. Este prominente político y diputado del Sejm de los Cuatro Años, miembro del KEN (Comité Nacional de Educación), y, desde 1,812, maestro del Wielki Wschód Narodowy (Gran Nacional del Este, equívoco en polaco con Gran Ascenso Nacional), fue el autor de Podróz do Ciemnogrodu (Un viaje a Darktown). Esta era una novela / tratado, en la que el autor criticaba la mentalidad polaca. Pero fue sobre todo el título del trabajo que hizo historia, ahora comúnmente utilizado para designar el conservadurismo y el atraso. 64


Una escena de la película Ashes de Andrzej Wajda, fuente: East News

Entre los poetas masónicos, los que todavía se mencionan hoy son Julian Ursyn Niemcewicz y Tomasz Kantorbery Tymowski. Adam Mickiewicz , el gran bardo romántico, también rozó la masonería. En 1,822, mientras trabajaba como maestro en Kowno, Mickiewicz se inició en el grado de Fellow Craft. Y la Sociedad Filomaci posterior también se fundó de acuerdo con los principios de los francmasones. 65


Una de las escenas más conocidas de la literatura polaca inspirada en el ritual masónico es la escena de iniciación de Rafal Olbromski en Popioly (Cenizas) de Stefan Zeromski, El ritual del Santuario de Isis también aparece en la película de 1,965 de Andrzej Wajda. Madrina de la Segunda República Polaca Las personas y los ideales de la Masonería de la Segunda República encuentran sus fuentes en el acto militar del PPS, los partidos de POW, las Legiones y los movimientos de exploración. La tradición viviente del conspiro Liberum que sobrevivió en esos movimientos hizo que algunos llamaran a la francmasonería “la madrina de la Segunda República”.

Edward Rydz-Smigly

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Durante el período de entreguerras, algunos políticos clave estuvieron activos en la Gran Logia Nacional, aquellos también conectados con el entorno Pilsudski. Entre ellos se encontraban Kazimierz Bartel, Edward Rydz-Smigly, Felicjan Slawoj-Skladkowski, el coronel Walery Slawek y el coronel Wieniawa-Dlugoszewski. Entre 1921-23, Andrzej Strug fue el Gran Maestro. Al mismo tiempo, la atmósfera dentro del movimiento comenzó a deteriorarse. La primera mala señal fue el asesinato del presidente Gabriel Narutowicz, un francmasón, y un miembro de la Logia de Varsovia llamado Wolnosc Przywrócona (Libertad recuperada). Otro fue el giro hacia la derecha de los miembros de la reforma, y una tendencia creciente entre los seguidores de Pilsudski a distanciarse de la Francmasonería. En 1,938, debido a una campaña antimasónica, el decreto del presidente Moscicki vio la disolución de todas las organizaciones de los francmasones. Uno de los miembros de Le Droit Humain, una orden concurrente del WLNP fue el general Michal Karaszewicz-Tokarzewski, teósofo y miembro de la Iglesia católica liberal de Polonia. Aquí, Janusz Korczak también jugó un papel activo. Después de la guerra Después de la Segunda Guerra Mundial, los masones polacos estuvieron activos en la Logia Kopernik (Copérnico) y, desde 1,961, por iniciativa de Jan Józef Lipski, también estuvieron activos en la logia conspirativa de Varsovia. Algunos de sus miembros se convirtieron en parte del KOR (Comité de Defensores de Trabajadores) en 1,976. Desde diciembre de 1,991, la Francmasonería ha estado abiertamente activa en Polonia. Autor: Mikolaj Glinski; fuente: catálogo de la exposición “Masonería. Pro publico bono”, traducido por Paulina Schlosser. 67


Logia Janus al Oriente de Bydgoszcz (Bydgostia ciudad situada al norte de Polonia) Los conceptos masónicos comenzaron a llegar en los años 1,784 cuando se funda la logia Janus con cede no lejana a las Ejes Jagellónicas, sus fundadores fueron altos funcionarios trasladados desde Prusia para tomar posesión de tierras adquiridas por el hermano masón Frederick II, rey de Prusia, intendente de Viena que recibe autorización de la logia madre “Royal York” para su creación. Ya en el primer año de su existencia la logia contaba con 35 miembros entre los que podemos destacar: Al H:. supervisor del almacén de tabacos, al H:. supervisor de impuestos, H:. controlador de provincias, ademas de ellos también pertenecían a la logia el jefe de correos de la ciudad de Naklo, un inspector clorhídrico de Fordon (barrio de Bidgostia), un funcionario judicial de la ciudad Pila y el director de correos de la ciudad Torun. En 1,800 la logia de Bydgostia deja de pertenecer a “Royal York” para pasar a ser parte de la “Gran Logia Madre Los Tres Globos” en Berlín. bajo la curatela del rey de Prusia. Durante el Ducado de Varsovia los hermanos de Bydgostia mostraron que sus principios de no mezclarse en la política no se cubrían con los hechos, hasta el año 1,812 no reconocieron el ducado y solo después bajo orden de liquidación cambiaron su nombre a “Cruz de Caballeros” esta vez bajo la tutela de la gran logia madre ”Estrella de Oriente” ,hay que agregar que en este mismo periodo la logia se dividió en dos grupos, los alemanes y los polacos. El año 1,815 se describe como retorno a la anterior denominación “Janus” y la supremacía anterior de Berlín. Las listas de hermanos afiliados al taller en los años 1,827-1,835 nos señalan la cantidad de 167 entre los que podemos encontrar represen68


tantes del Colegio de Abogados, funcionarios de regencia, médicos, profesores, terratenientes, comerciantes, empresarios y funcionarios postales. Ademas de la logia Janus en la agenda del año 1,901 del Departamento de asociaciones son nombrados también los siguientes talleres masónicos “Puertas del Mundo”, Logia Eduard “U.O.B.B” con tenidas en el Hotel St. Moritz situado en la calle Podgórna, (Torun) y la logia en honor al rey Federico el Grande, con domicilio en. Libelta 4 (situada en el actual edificio de los comandos de Hufca (Asociación Polaca de Escultismo Torun). Desafortunadamente, hasta el día de hoy no se conservan registros y documentos de las Logias mencionadas. De como la hermandad guardaba sus secretos tenemos grandes hechos., un ejemplo es la aplicación para la reconstrucción de una sala de Juegos, donde los hermanos se reservan para sí mismo con claridad, que parte de la propiedad(una casa sin ventanas) pudiera no ser accesible para los no iniciados. La historia de la masonería antes de la guerra termina en el año 1,927 cuando unos hermanos vendieron sus lotes situados en la esquina de la calle Tribunalska y Pod Blankami. Los alemanes destruyeron los edificios que estaban allí y en la actualidad en el lugar de la antigua “Logia Janus” hay un césped ...

Logia Galileo Galilei de Bydgoszcz, Gran Oriente de Polonia Fue erigida el 20 de febrero del año 2,009 por el Gran Oriente de Polonia. El lugar de las tenidas se encuentra en la ciudad de Bydgoszcz (Polonia), aunque también por cuestiones prácticas trabajamos en la ciudad de Torun o Grudziadz al centro del país. Hay que recalcar que somos el primer taller fundado en la actualidad por El Gran Oriente de Polonia (los anteriores talleres que hoy componen nuestro Oriente fueron fundados dentro del Gran Oriente de Francia). Colaboramos de forma mixta y recibimos mujeres y hombres. 69


¿Por qué Galileo? El nombre de nuestra logia es una toma de posesión simbólica del pensamiento y legado del gran humanista. Dos famosos pensamientos de Galileo: “El hombre no puede transmitir el conocimiento, sólo puede ayudar a descubrir el conocimiento que ya tiene de por si” y “No hay hombre tan estúpido del que no pueda aprender algo”. Ilustran lo que en la transferencia del conocimiento masónico es importante, su ubicación no solo en la memoria sino también en la experiencia. Estas palabras son una explicación lógica del proceso de auto-desarrollo del masón, las frases “No hay tal tonto en el mundo del que no pueda aprender algo” nos muestra la forma de actuar del taller. No venimos a las tenidas a escuchar ilustradas conferencias, no venimos a compartir conocimientos enseñando a los demás, venimos para trabajar juntos, para aprender unos de los otros los conceptos de Vida, Humildad y Tolerancia. Las anteriores explicaciones indican no solo el respeto hacia el gran científico humanista, personalidad que nos inspira, que supo cambiar al mundo y a la cual admiramos, vivió cien años antes de la masonería moderna y podría describir acertadamente su significado y el espíritu que queremos continuar. Otro aspecto de la elección del nombre de nuestro taller es la historia de las ideas heliocéntricas. Nicolás Copérnico cambió las viejas ideas y pensamientos para formar una teoría del mundo, la cual Galileo con sus conocimientos, experiencias y el uso del telescopio confirmó y fortaleció. Del mismo modo, simbólicamente, nosotros con nuestra experiencia y entendimiento masónico desearíamos afirmar y fortalecer los valores que a lo largo de los años de la no- existencia conserva la Gran Logia Copérnico. Nuestros principios son: LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD 70


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LOS MASONES ANARQUISTAS Herbert Oré Belsuzarri 33° En mis años de estudiante universitario, eran frecuentes las polémicas en los claustros universitarios, donde los estudiantes de diversas facultades exponían sus simpatías políticas para contraponer a otras. Así se formaban los futuros líderes políticos. En las mencionadas polémicas, era frecuente oír a los camaradas de diferentes pelajes y naturalmente a los demócratas, quienes eran alentados por bulliciosos aplausos y arengas, cada vez que el orador de su simpatía, expresaba un punto de vista solido o contundente en la materia de debate. Era común oír nombres de connotados personajes políticos nacionales e internacionales, así se tenía a Marx, Lenin, Mao, Castro y Guevara, como los tótems sagrados de los camaradas, mientras otros como Engels, Bakunin, Kropotkin, Proudhon, Trotski y otros, eran acudidos por los que se oponían al comunismo internacional. El debate de la lucha de clases entre el proletario y el frente único, era el que más encendía estos debates, pero para concluir en ello necesariamente se hablaba de la dictadura del proletariado, el anarcosindicalismo, el sindicalismo libre y el frente único. Como hombre libre y de buenas costumbres, encuentro con frecuencia a líderes políticos como miembros de la orden, y en la lectura de material masónico, es común hallar referencia sobre ilustres hermanos que son connotados políticos, y entre ellos están los anarquistas. De los primeros promotores del anarquismo moderno, William Goldiwin (1,756-1,836), Max Stimer (1,806-1,856), Mikhail Alexandrovich Bakunin (1,814-1,876), Leon Tolstoi (1829-1910), Pyotr Alexeyevich Kropotkin (1,842-1,921) y Pierre Joseph 74


Proudhon (1,809-1,865), eran francmasones o se sospecha que lo fueron. También muchos de los participantes en la Primera Internacional (1,864/09/28-1,876/07/15), la Comuna Révolutionnaire y de París (1,871/03/28-1,871/05/28) eran francmasones.

En la mayoría de las teorías que vinculan a la masonería con la anarquía, dicen que ambas tenían una cosa en común: la creencia de que era posible construir un mundo mejor. Sin embargo las relaciones entre anarquismo y francmasonería no siempre eran armónicas. 75


Entre las fuerzas que aspiraban a la transformación del individuo y la sociedad se hallaba la masonería y el anarquismo, ambas encarnaban con claridad este rol, por sus principios y naturaleza; eran como dos sendas teóricas de salvación y de mesianismo secularizado. Los anarquistas hablaban que para llegar a la gloria de la anarquía, debían practicar un evangelio social y, sus líderes eran los apóstoles de ese ideal. La intelectualidad ácrata, heredera del optimismo filosófico de la ilustración, se entregó por completo a la tarea de preparar al hombre y la sociedad para merecer ese futuro soñado, que tanto tiene de paraíso terrenal cristiano. Ellos infundieron a las masas su ideal y, dieron un ejemplo de bondad desinteresada. La masonería heredera directa de la ilustración dieciochesca, pretendía también transformar la sociedad, pero sus medios diferían sustancialmente de los propugnados por los anarquistas. La radical diferencia: no tomaba al proletariado como agente de ese cambio, sino al individuo, puesto que es una organización interclasista. No obstante hablaban del hombre, convertido en el sujeto que viviría libre absolutamente, en el curso perdurable de los siglos. Había hecho del anticlericalismo y la lucha por las libertades, el eje de su intervención en la sociedad; la masonería francesa a partir de la segunda mitad del s. XIX, practicaba del positivismo científico y el sufragio universal, y en algunos casos, la obligatoriedad de reconocer la existencia de un principio creador, había sido borrado de sus estatutos. Sin embargo jamás impidieron el ingreso a su seno de personas por motivos de raza o de religión y, por el contrario se vanagloriaban de contar en su seno con personas de todas las clases sociales, y de las más diversas tendencias políticas. ILUSTRES MASONES ANARQUISTAS Mikhail Bakunin 76


Fue iniciado masónicamente en 1,845. Veinte años después continuaba afiliada a la Logia Italiana “Il Progreso Sociale”, poseía por entonces el grado 32°. La logia de Bakunin, también conocida como “La Alianza Socialdemócrata Internacional”, en realidad publicó un manifiesto que sin duda se basó y desarrolló el prototipo original del documento atribuido a los Illuminati de Weishaup. La asociación de Michael Bakunin con la masonería plantea varias complicaciones. 77


TR Ravindranathan informa que “a mediados de la década de 1,840 en París, se había unido a una logia masónica”, señalando que “no hay constancia de que haya participado activamente en el movimiento masónico”. Desafortunadamente él no nombra la logia, solo se refiere a ella como una “Logia escocesa del Gran Oriente de París”. La relación de Bakunin con la francmasonería italiana es más clara. Se unió a la autoproclamada Logia masónica Il Progresso Sociale en Florencia en algún momento de 1,864-65. Su correspondencia deja en claro que Bakunin no tenía interés en la masonería más que como “una tapadera y una herramienta para sus propósitos revolucionarios”. La francmasonería italiana en ese momento estaba en un estado de confusión. De 1,864 a 1,867 hubo, simultáneamente, cuatro cuerpos masónicos que reclamaban jurisdicción en Italia, todos los cuales eran políticamente activos y no reconocidos por la Francmasonería regular. De los registros disponibles no está claro, de donde tomo su membresía Il Progresso Sociale; probablemente sea del Gran Oriente de Italia en Turín, establecido el 1 de enero de 1,862, que se limitó a los tres grados de la masonería. Lo que está claro es que Il Progresso Sociale, era un grupo de separación, inspirado políticamente y sin pretensiones de legitimidad masónica. Diversos autores como Ravindranathan, Boris I. Nicolaevsky (“Sociedades secretas y la Primera Internacional” Las revolucionarias internacionales, 1,864-1,943) no afirman que Bakunin fuera masón, como algunos críticos han mantenido, solo “indican” que estaba “conectado con los filadelfianos”, sin proporcionar explicación a estar “conectado”. Por su parte Mark Leier (“Bakunin, The Creative Passion”) dice que: “Bakunin se había unido a los francmasones en París en la década de 1,840, y se reincorporó a Italia”. “Bakunin había trabajado con miembros radicales de varios países mientras estuvo en Londres y se convirtió en miembro del Rito Escocés, uno de los capítulos de la orden fraternal, pronto se convirtió en un Masón de treinta y dos grados”. 78


“Su breve participación con los francmasones empujó a Bakunin a reevaluar la relación entre religión y política”. Existe un documento masónico expedido por Garibaldi el 22 de enero de 1,864 que entre otras cosas dice: “En virtud de los derechos que me han sido otorgados, yo Gran Maestro, en nombre del Gran Arquitecto, he hecho al Sr. Bakunin hermano 30°, y ruego al hermano Frapoli que regularice su situación. El Gran Maestre G. Garibaldi 33°” (Luigi Polo Friz, Univ. De Turin, “Mijail Bakunin y la masonería italiana”, pág. 198). Frapoli llevaba por entonces una parte de las responsabilidades masónicas del Rito Escoces Antiguo y Aceptado y Garibaldi era Gran Maestro. Meses después Bakunin será designado delegado a un conclave masónico en Florencia para masones de los grados filosóficos. No hay pruebas de cómo Bakunin intentó infiltrarse y utilizar la maquinaria masónica para fines revolucionarios, salvo una carta que escribió a Herzen y Ogarev desde Nápoles el 23 de marzo de 1,866, explicando su fugaz romance con la masonería: “Solo te pido amigos, no piensen que alguna vez me he ocupado seriamente de la masonería, esto puede ser útil como máscara o como pasaporte, pero buscar algo serio en la masonería no es mejor, sino peor, que buscar consuelo en el vino”. Luego les dijo a sus corresponsales que ya no les hablaría más sobre la Francmasonería. Ravindranathan, señala que Bakunin escribió un extenso manuscrito sobre la masonería en 1,865 “que se perdió”, pero afirma que fragmentos de su llamado “Catecismo de un francmasón” han sobrevivido. En él pronunció el famoso aforismo siguiente: Dios existe, por lo tanto, el hombre es un esclavo. El hombre es libre, por lo tanto, no hay Dios. ¡Escapa de este dilema el que puede! Este silogismo se encuentra en Fédéralisme, socialisme et an79


tithéologisme (1,867), de Bakunin, que no hace mención de la Francmasonería. Si existe un “Catecismo de un Francmasón”, nunca fue publicado. Las afirmaciones de que Bukanin escribió algo que tituló un “Catecismo de un francmasón” parecerían ser tan sustanciales como las acusaciones de que él era un satanista. Bakunin en su “Dios y el Estado” escribe: “La Biblia, que es un libro muy interesante y a veces muy profundo cuando se lo considera como una de las más antiguas manifestaciones de la sabiduría y de la fantasía humanas que han llegado hasta nosotros, expresa esta verdad de una manera muy ingenua en su mito del pecado original. Jehová, que de todos los buenos dioses que han sido adorados por los hombres es ciertamente el más envidioso, el más vanidoso, el más feroz, el más injusto, el más sanguinario, el más déspota y el más enemigo de la dignidad y de la libertad humanas, que creó a Adán y a Eva por no sé qué capricho (sin duda para engañar su hastío, que debía de ser terrible en su eternamente egoísta soledad, o para procurarse nuevos esclavos), había puesto generosamente a su disposición toda la Tierra, con todos sus frutos y todos los animales, y no había puesto a ese goce completo más que un límite. Les había prohibido expresamente que tocaran los frutos del árbol de la ciencia. Quería que el hombre, privado de toda conciencia de sí mismo, permaneciese un eterno animal, siempre de cuatro patas ante el dios eterno, su creador y su amo. Pero he aquí que llega Satanás, el eterno rebelde, el primer librepensador y el emancipador de los mundos. Avergüenza al hombre de su ignorancia y de su obediencia animales; lo emancipa e imprime sobre su frente el sello de la libertad y de la humanidad, impulsándolo a desobedecer y a comer del fruto de la ciencia” (pág. 12). Más adelante dice: “Todas las religiones, con sus dioses, sus semidioses y sus profetas, sus mesías y sus santos, han sido creadas por la fantasía crédula de los hombres, no llegados aún al pleno desenvolvimiento y a la plena posesión de sus facultades intelectuales; en consecuencia de lo cual, el cielo religioso no es otra cosa que un milagro donde el hombre, exaltado por la ignorancia y la fe, vuelve a encontrar su propia imagen, 80


pero agrandada y trastrocada, es decir, divinizada. La historia de las religiones, la del nacimiento, de la grandeza y de la decadencia de los dioses que se sucedieron en la creencia humana, no es nada más que el desenvolvimiento de la inteligencia y de la conciencia colectiva de los hombres” (pág. 24). Refiriéndose a la iglesia católica dice: “El cristianismo es, precisamente, la religión por excelencia, porque expone y manifiesta, en su plenitud, la naturaleza, la propia esencia de todo sistema religioso, que es el empobrecimiento, el sometimiento, el aniquilamiento de la humanidad en beneficio de la divinidad. Siendo dios todo, el mundo real y el hombre no son nada. Siendo dios la verdad, la justicia, el bien, lo bello, la potencia y la vida, el hombre es la mentira, la iniquidad, el mal, la fealdad, la impotencia y la muerte. Siendo dios el amo, el hombre es el esclavo. Incapaz de hallar por sí mismo la justicia, la verdad y la vida eterna, no puede llegar a ellas más que mediante una revelación divina” (pág. 24), continua y dice: “A nuestro modo de ver, es decir, según nuestro punto de vista de la moral humana, todas las religiones monoteístas pero sobre todo la religión cristiana, como la más completa y la más consecuente de todas, son profunda, esencial, principalmente inmorales: al crear su dios, han proclamado la decadencia de todos los hombres, de los cuales no admitieron la solidaridad más que en el pecado; y al plantear el principio de la salvación exclusivamente individual han renegado y destruido, tanto como les fue posible hacerlo, la colectividad humana, es decir el principio mismo de la humanidad” (pág. 123). Bakunin cuando se refiere a la ciencia dice: “la única misión de la ciencia es iluminar la ruta. Pero sólo la vida, liberada de todos los obstáculos gubernamentales y doctrinarios y devuelta a la plenitud de su acción espontánea, puede crear”. Cuando se refiere al estado dice: “En el fondo, la conquista no sólo es el origen, es también el fin supremo de todos los Estados grandes o pequeños, poderosos o débiles, despóticos o liberales, monárquicos o aristocráticos, democráticos y socialistas también, suponiendo que el 81


ideal de los socialistas alemanes, el de un gran Estado comunista, se realice alguna vez. Que ella fue el punto de partida de todos los Estados, antiguos y modernos, no podrá ser puesto en duda por nadie, puesto que cada página de la historia universal lo prueba suficientemente. Nadie negará tampoco que los grandes Estados actuales tienen por objeto, más o menos confesado, la conquista. Pero los Estados medianos y sobre todo los pequeños, se dirá, no piensan más que en defenderse y sería ridículo por su parte soñar en la conquista. Todo lo ridículo que se quiera, pero sin embargo es su sueño, como el sueño del más pequeño campesino propietario es redondear sus tierras en detrimento del vecino; redondearse, crecer, conquistar a todo precio y siempre, es una tendencia fatalmente inherente a todo Estado, cualquiera que sea su extensión, su debilidad o su fuerza, porque es una necesidad de su naturaleza. ¿Qué es el Estado si no es la organización del poder? Pero está en la naturaleza de todo poder la imposibilidad de soportar un superior o un igual, pues el poder no tiene otro objeto que la dominación, y la dominación no es real más que cuando le está sometido todo lo que la obstaculiza; ningún poder tolera otro más que cuando está obligado a ello, es decir, cuando se siente impotente para destruirlo o derribarlo. El solo hecho de un poder igual es una negación de su principio y una amenaza perpetua contra su existencia; porque es una manifestación y una prueba de su impotencia. Por consiguiente, entre todos los Estados que existen uno junto al otro, la guerra es permanente y su paz no es más que una tregua” (pág. 117). Pyotr Alexeyevich Kropotkin Las reclamaciones por la membresía masónica de Kropotkin parecen estar basadas únicamente en sus Memorias, en las que señala una reunión a principios de la primavera de 1,872 “en el 82


espacioso Templo Masónico Único”, en Zürich. De esto, concluyen que él era masón, pero Kropotkin no escribe que fue una reunión masónica, solo que su sección de la Asociación Internacional de Trabajadores se reunió en un edificio masónico.

Kropotkin en “Memorias de un revolucionario”, en la página 180 escribe: “El lugar donde solían encontrarse las secciones de Ginebra era el espacioso Templo Masónico Único. Más de dos mil hombres podían reunirse en su gran salón”. 83


Este revolucionario y teórico del anarquismo ruso. Nació en una familia aristocrática, y se dedicó a la carrera militar. En Siberia contribuyó a la exploración y adoptó las ideas anarquistas, influido por Proudhon y Bakunin. A raíz de la represión de la insurrección de Polonia en 1,863, abandonó el ejército y se dedicó a la geografía, así como hacer críticas al régimen zarista. Durante sus viajes por Europa y Asia se contactó con activistas anarquistas. En 1,872 se afilió a la Primera Internacional (la AIT), en cuyo seno apoyó la corriente anarquista de Bakunin en contra del liderazgo de Marx. Cuando regresó a Rusia, en 1,874, fue detenido por sus actividades revolucionarias; pero se evadió y huyó a Francia en 1,876. Fundó la revista El Rebelde, en cuyas páginas defendió el anarquismo y la necesidad de hacerlas realidad mediante el uso de la violencia. En 1,882 fue detenido por las autoridades francesas, pasando a Inglaterra tras su encarcelamiento en 1,886. Entre sus obras destacan: La conquista del pan (1,888), Campos, fábricas y talleres (1,899), Ayuda mutua (1,902) y Memorias de un revolucionario (1,906). En ellas definió el “comunismo libertario”, ideología predominante entre los anarquistas de finales del s. XIX y comienzos del XX, que vino a sustituir al colectivismo de Proudhon y Bakunin. El comunismo libertario, consistía en defender la organización colectiva de la producción en comunas autosuficientes, regidas por una concepción del mundo estrictamente científica, relaciones sociales basadas en el apoyo mutuo y, una moral de libertad, solidaridad y justicia. Valoró la lucha sindical como medio para despertar la conciencia revolucionaria de las masas, e incluso recomendó a sus seguidores apoyar a los aliado en la Primera Guerra Mundial (1,914-18). Al estallar la Revolución rusa (1,917) regresó a Rusia y prestó apoyo tanto al gobierno de Kerenski como al de Lenin; sin embargo, criticaba el poder dictatorial de los bolcheviques. 84


Pierre-Joseph Proudhon Alec Mellor afirmó que Proudhon se convirtió en francmasón en Dijon en 1,849. El propio Proudhon, afirmó en la Justicia haber sido iniciado el 8 de enero de 1,847 en la Logia Besançon, Sincérité, Parfaite Union y Constante Amitié.

Nació en Besanzón, en el seno de una familia de artesanos y campesinos. Su padre, Claude Proudhon, era tonelero y cervecero, y consideraba que la cerveza que fabricaba debía venderse por un valor que agregaba al precio de costo, tan solo el salario de su trabajo, ya que “hubiera creído robar si hubiese cobrado más al comprador”. Esta conducta paterna influirá a Pierre-Joseph, evidenciándose esta búsqueda del justo precio como estricta remuneración del trabajo, y considerando toda 85


“ganancia” como “ingreso no ganado”. Su madre era cocinera y sirvienta. Él mismo trabajó toda su vida: primero, como guardador de vacas y boyero hasta la edad de 12 años, y después como tonelero, junto a su padre; después, como mozo de labranza, luego, como tipógrafo. “La caída y la muerte de las sociedades se debe al poder de acumulación que se posee la propiedad”, decía Pierre Joseph Proudhon, quien pronuncio su célebre frase: “la propiedad es un robo”, en un tiempo en el que muchos franceses se sentían frustrados por los resultados de las revoluciones de las décadas anteriores. Cuándo público “¿Qué es la propiedad?”, habían pasado 10 años de la Revolución de 1,830, que acabo con los Borbones. Se esperaba que la nueva monarquía de julio haría realidad el ideal de libertad igualdad y fraternidad de la Revolución de 1,789. Sin embargo hacia 1,840, el conflicto de clases se había extendido, con una elite enriquecida junto a un pueblo que seguía en la pobreza. Muchos vieron que el resultado de tanta lucha no había sido la libertad y la igualdad, sino la corrupción y desigualdad crecientes. Proudhon sin temor desde las primeras líneas en el Capítulo I de su libro, ¿Qué es la propiedad?, decía: ¿Por qué razón, pues, no puedo contestar a la pregunta ¿qué es la propiedad?, diciendo concretamente: la propiedad es un robo (pág. 17), pero en su forma de pensar hay rasgos evidentes de su formación masónica: “La obra de la humanidad consiste en construir el templo de la ciencia, y esta ciencia comprende al hombre y a la Naturaleza. Pero la verdad se revela a todos, hoy a Newton y a Pascal, mañana al pastor en el valle, al obrero en el taller. Cada uno aporta su piedra al edificio y, una vez realizado su trabajo, desaparece” (pág. 18), otros podrán decir que no, y consideraran que solo es una coincidencia. Proudhon sostuvo que los derechos a la libertad, la igualdad y la seguridad eran naturales, absolutos e inviolables y forma86


ban el sustrato mismo de la sociedad. Pero también añadió que no pasaba lo mismo con el aparente derecho a la propiedad, al contrario que Locke. De hecho, en opinión de Proudhon, la propiedad socavada los derechos fundamentales anteriormente mencionados: Así como la libertad de los ricos y la de los pobres pueden coexistir, los ricos tienen propiedades a costa de la carencia de muchos. Así pues, la propiedad es intrínsecamente antisocial. Y ese era el principal problema de la clase trabajadora y de los movimientos socialistas que surgían en Europa del s. XIX, por lo que la contundente declaración de Proudhon fue el fermento revolucionario de la época. Proudhon fue un importante detractor del acceso de las mujeres a la educación y uno de los intelectuales del s. XIX que más atacaron el feminismo, declarando la inferioridad física e intelectual de la mujer. Consideraba, como fue corriente durante toda la historia de la humanidad que el papel clave de la mujer era en el hogar donde prevalecía la autoridad del varón. En Lyon escribió su obra más importante, “Sistema de las contradicciones económicas o Filosofía de la miseria” (Système des contradictions économiques ou Philosophie de la misère, 1,846), en la cual se erige en portavoz de un socialismo libertario y declara que “la sociedad ideal es aquella en la que el individuo tiene el control sobre los medios de producción”. Las cordiales relaciones entre Proudhon y Marx no duraron mucho. Marx ataca a Proudhon cuando éste publica su Sistema de las contradicciones económicas, tres o cuatro años después de haberlo alabado por su “¿Qué es la propiedad?”. Marx replicó un año más tarde a las teorías de Proudhon en el libro titulado “Miseria de la Filosofía”. Para muchos marxistas, Proudhon es un ideólogo de la pequeña burguesía, y particularmente de las clases artesanas y campesinas. Los proudhonianos responden a esto recordando los orígenes de Proudhon como trabajador manual. Algunos autores como Jean Touchard, en su “Historia de 87


las ideas políticas”, prefieren definir al proudhonismo como “un socialismo para artesanos”; otros han hablado de “un socialismo para campesinos”. Los proudhonianos responden a esto diciendo que tales definiciones sólo pueden aceptarse si se tiene en cuenta que, en el momento en que Proudhon pensaba y escribía, la mayoría de los trabajadores asalariados eran artesanos y agricultores más que obreros industriales. También hay quienes han optado llamarlo como León Víctor Bougeois, “padre del socialismo francés”, como Stekloff, “padre del anarquismo” y como Dolléans, “gran filósofo y tribuno de la plebe europea”. León Tolstoi. De él dijeron: Tolstói, el ascetismo estético se confunde con el ascetismo moral, el poeta con el profeta. Es el anarquista absoluto. La tierra para todos, mediante el amor; no resistir al mal; abolir la violencia; he aquí un sistema contrario a toda sociedad, a toda asociación, [...] porque toda ley, todo reglamento, toda forma permanente del derecho –derecho del burgués o derecho del proletario–, se funda en la violencia. ¡Y decir esto en Rusia! El Santo Sínodo excomulga a Tolstoi, sus libros son secuestrados, sus editores deportados. Es el revolucionario y el hereje sumo. Se ha discutido y se discute sobre el anarquismo del escritor y aristócrata ruso, que fue un cristiano sin Dios ni Iglesia, un cristiano de obras, de una filosofía por una buena vida basa en el trabajo atrayente y la fraternidad por encima de las razas o los credos. No fueron pocos los anarquistas que apreciaron su obra y apostolado pedagógico, pero rechazaron su pacifismo de la otra mejilla. Tolstói fue uno de los escritores que más influyeron en la formación y en la evolución de aquellos obreros y obreras que encontraron en sus libros una escalera atractiva y asequible, que le lleva a cuestionar su fe y su papel en la sociedad. Tolstói fue reconocido por muchos anarquistas como uno de ellos, como alguien que quería lo mismo que ellos. Kropotkin 88


mantuvo una relación amistosa desde lejos y, un sentimiento de admiración. Max Nettlau, conocido como “el Herodoto de la anarquía”, lo consideró un anarquista pacifista.

La novela “Guerra y Paz” escrita en 1,864 narra la vida de varias familias rusas durante los años 1,805 a 1,813. En ella se relata la iniciación masónica de uno de los protagonistas, Pierre Bezukhoz, con una minuciosidad tal que hacen sospechar que Tolstoi era masón y que estaba describiendo su propia experiencia como masón. 89


Bezújov encontró en Karatáiev contraste radical con la de su primer mentor, Osip Alexéievich Bazdéiev. Mientras que el masón había adquirido su sabiduría con años de estudio y dedicación, el campesino lo había hecho a través de la experiencia de vida y la ingenua observación de la naturaleza humana. De igual forma, mientras que Bazdéiev llevó a Pierre por el camino de la masonería, una institución que no era de origen ruso, Karatáiev le mostró un mundo que era el propio pero que el conde se había rehusado a ver y conocer a pesar de tenerlo tan cerca, basado en el altruismo, en el trabajo y en una espiritualidad y misticismo sencillos y directos, un mundo que sólo requería de la fe y no de grandes esfuerzos ni conocimientos intelectuales, asi Tolstoi logra dar cuerpo a esta gran alegoría que es “Guerra y Paz”. De Tolstoi podemos decir, que se sospecha de su pertenencia al anarquismo como de la masonería. Anselmo Lorenzo Asperilla. El español Anselmo Lorenzo, dice: “Fui iniciado en la Respetable Logia “Hijos del Trabajo” el 13 de diciembre de 1,883, a la cual he pertenecido siempre, asistiendo constantemente a todas sus tenidas, desde aquella fecha hasta el presente salvo casos de enfermedad y muy contadas de ocupación profana indispensable”. Entre los años 1,870 y 1,900, se constata que, con excepción de algunas logias compuestas básicamente de trabajadores, los elementos de la clase obrera que se acercan a las Logias, generalmente son de la elite intelectual o los redactores y directores de prensa. Así ingresaron a la masonería José Lunas y Pujals, fundador y director del semanario anarco-republicano-catalanista “La Tramuntana”, en Barcelona; Antonio Pellicer Peraire, director de las revistas anarquistas barcelonesas “Acacia” y “El Productor”, así como colaborador en la redacción de la obra “Garibaldi Historia liberal del siglo XX” de Rafael Farga Pellicer. 90


Estos dirigentes del proletariado son bienvenidos a la masonería, aunque como es el caso de Anselmo Lorenzo, prediquen la futura destrucción del Estado y el subsiguiente advenimiento de la sociedad ácrata. Por ello el anarquismo ibérico, era celoso de su pureza y reacio a dejarse contaminar por la “podredumbre burguesa”. La masonería española, pretendía integrar a todas las clases sociales en un proyecto social y filosófico vago, pero era capaz de 91


movilizar a los “hermanos” en tareas como la redención del proletariado. El movimiento anarquista por su parte, como fenómeno social de carácter heterodoxo, combatía el status social vigente, generando atracción entre dicho anarquismo y toda una amplia gama de “ideologías” heterodoxas, como pueden ser el espiritismo, el laicismo, el librepensamiento o la masonería. En este contexto, el movimiento anarquista se aboca a ejercer la dualidad de pertenecer a una organización obrera y, a crear logias dentro de la obediencia de las órdenes masónicas, usándolas como plataforma y modo de supervivencia del movimiento obrero al que pertenecen. Esta dualidad no estuvo exenta de tensiones, tanto por parte del movimiento obrero contra los que pertenecían a la masonería, como por parte de los masones contra los que ejercían esta dualidad. En 1,889 estalla una encendida polémica en el seno del movimiento anarquista: la necesidad o la imposibilidad de ser al mismo tiempo masón y anarquista. Las dificultades en contemporizar anarquismo y masonería parecen obvias si se define al movimiento anarquista, como una actitud permanente de condena de la sociedad, aun cuando esta condena pueda proceder de una concepción individualista de la naturaleza del hombre. Para los anarquistas el método es siempre el de la rebelión social, sea violenta o no. La masonería critica, pero no condena a la sociedad. No se debe olvidar, que todo este proceso fue fruto de una época. Época en que el movimiento obrero luchaba por defender su razón de ser, su crecimiento y su pervivencia, y con la masonería les unía parte de su lema: “Igualdad y Libertad”. La relación fue beneficiosa para ambas organizaciones. Los líderes obreristas dualistas consiguieron sobrevivir, tanto económicamente como intelectualmente, manteniendo vivo su pensamiento y dándolo a conocer, mientras eran represados por 92


el poder político. El beneficio para la masonería, fue que los masones tomaron conciencia de las injusticias cercanas palpables y eso los convulsionó. Fruto de ello, fueron sus posteriores intentos y participación en el terreno social, con fines filantrópicos, para ayudar a las víctimas de las injusticias sociales. En este escenario, el masón Anselmo Lorenzo, cuyo nombre simbólico era Gutenberg, había ocupado la Silla de Salomón de su Logia, en 1,889 fue Primer Gran Vigilante de la Gran Logia Provincial de Cataluña, que agrupaba a todas las logias catalanas pertenecientes al Gran Oriente de España. En 1,893 alcanzó el grado 30° y, gozaba de un gran prestigio en la orden. Sus trabajos masónicos no diferían en absoluto con sus ideas anarquistas. Revindico públicamente la compatibilidad de la masonería con el anarquismo y, no dejo a duda, que valoraba tanto pertenecer a la masonería como al anarquismo, generándole problemas tanto en su logia como en el obrerismo, situación que se agravo cuando fue acusado injustamente de actos violentos terroristas, en el atentado contra la procesión del Corpus Christi, el 7 de junio de 1,896 en la barcelonesa calle de Cambios Nuevos. El atentado, dio pie a una amplia persecución gubernamental contra el anarquismo: cuatrocientas personas fueron detenidas, entre ellas Anselmo Lorenzo, que tras su encierro en la fortaleza de Montjuic y negándose a pedir el indulto, fue deportado a París. Retorno a Barcelona en 1,899 por amnistía, para nuevamente ser deportado en 1,909 Anselmo estaba más cerca de Kropotkin y Réclus, que de Bakunin, y consideraba a la masonería como una herramienta para liberar al hombre de sus cadenas materiales y mentales. Concibió a la masonería como una organización que limpiaba al ser humano de toda escoria con que le habían embrutecido en este mundo injusto y degradante. Qué duda cabe, era un mesiánico laico decimonónico. Independientemente del contacto que estos hombres tuvieron 93


con la Francmasonería, no hay evidencia de que su política haya tenido un impacto real en la Francmasonería, o que las enseñanzas de la Francmasonería hayan tenido alguna influencia en su política. Sin embargo hay aspectos de la masonería que lo vínculo con el anarquismo. LA FILANTROPÍA MASÓNICA. Alberto Valín Fernández en, “La masonería y el movimiento obrero: imagos e ideas para una reflexión teórica” cuando se refiere a la filantropía masónica y el proletariado dice: “la masonería o hiramismo británico fue el primero en preocuparse, a nivel estrictamente filantrópico, de la cuestión obrera en su industrializado Reino Unido. La fundación y sostenimiento de instituciones de beneficencia como hospicios, escuelas y centros asistenciales donde se acogió a una zona menesterosa del primer proletariado moderno de la historia, fue y es una de las preocupaciones más relevantes de toda su acción corporativa”. Continua: “Todo tipo de masonería, tanto la denominada “regular” como ha sido y sigue siendo la anglosajona como la “irregular” o “liberal” como casi siempre fueron, a lo largo de la historia, las llamadas masonerías latinas, ha tenido la estatutaria obligación de realizar, primordialmente, la práctica del altruismo; pero la masonería British ha hecho, desde la propia fundación de esta asociación, más hincapié en potenciar la caritativa labor de su organización. El origen de todo ello está quizá en su propio rito masónico, el llamado Emulation Working, no olvidemos que para este rito, los tres principios en los que reposa la auténtica masonería son, por su orden: el Amor fraternal, la Beneficencia y la Verdad. Más tarde, ya entrado el siglo XIX, las logias inglesas irán asimilando en sus iniciáticos misterios a elementos instruidos y cualificados de su proletariado nacional, llegando la masonería británica en esta preocupación proletarista al extremo de ofrecer sus 94


propios locales para que dieran cobijo a una de las más importantes reuniones preparatorias de la Primera internacional obrera, como recogen, tanto el historiador alemán Max Nettlau como el anarquista y masón español Anselmo Lorenzo –citando éste la obra Garibaldi: Historia Liberal del Siglo XIX de Rafael Farga y Pellicer–, cuando el engolado y prestigioso hiramismo británico decimonónico cedió su Free Masons Tavern para que aquel célebre mitin, convocado por Karl Marx, la denominada Fiesta de la Fraternización Internacional del 5 de agosto de 1,862, pudiese llevarse a efecto” (pág. 13).

Inauguración de un orfanato masónico en Londres en 1,788

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El movimiento anarquista en Inglaterra es puramente judío salvo rarísimas excepciones. ¿Alguien desconoce el papel de la literatura anarquista judía? ¿Cuál el primer idioma entre los diversos en que se edita la literatura anarquista? Max Nettlau en su obra “La anarquía a través de los tiempos” nos dice, si no fuese por los francmasones socialistas organizados en “las pequeñas logias masónicas avanzadas de 1,850 y 1,858, que reunían socialistas internacionales”, refiriéndose sin duda a las logias “menfitas” de la Grande Loge de Philadelphes –formadas, en un principio, por exiliados republicanos y socialistas franceses en Londres–, “no se podría llegar jamás a la reunión fundacional de la Asociación Internacional de Trabajadores del 28 de septiembre de 1,864”. Algo semejante ocurre en otras naciones como los Estados Unidos, donde su primer sindicalismo de clase, poseerá una nomenclatura de clara influencia masónica: el sindicato de zapateros “Los Caballeros de San Crispín”, que se estructuraba por “logias”; los sastres de “La Noble Orden de los Caballeros del Trabajo”, que se organizaban secretamente en “logias”, adoptando complejos rituales y disimuladas señas y contraseñas de reconocimiento, con el fin de que, “ningún espía del patrón pudiese hallar la manera de entrar en el salón de la logia para traicionar a sus camaradas”, también hay que recordar que su más alta jerarquía sindical se denominaba “Gran Maestre Obrero”. En Francia prerrevolucionaria, encontramos en la masonería de provincias a logias que, comienzan a aceptar entre sus columnas, a pequeños artesanos. Durante el Primer imperio, se inicia el lento proceso de aceptación de proletarios en las logias francesas que se irá acentuando, progresivamente, a partir de la Restauración borbónica. Durante la monarquía burguesa de Luis Felipe de Orleans, se rebajarán las tasas o gastos mínimos de iniciación y habrá una declarada política de permisividad, con la exigencia de la alfabetización del neófito. 96


Serán los masones franceses exiliados en Inglaterra después del golpe de Luis Napoleón Bonaparte, los que fundan, en el Rito de Menphis –único prohibido por el Estado imperial francés–, la logia Philadelphes, cuyo título anunciaba –o recordaba– viejos aires conspiradores, logia madre de la que saldrá la gran logia del mismo nombre. En este ambiente de masonería republicana y social democrática cada vez más extenso, con su recién fundada Gran Logia de Philadelphos, encontraremos a republicanos y socialistas célebres como Jean-Baptiste Boichot, Bradlaugh, el yerno inglés de Marx, o Louis Blanc, y de este entorno masónico saldrá nada menos que la Sociedad Fraternal de Demócratas - Socialistas Franceses, y destacados internacionalistas como Le Lubez, Combault, Vésinier o Benoit, los auténticos organizadores de la A. I. T. Estos masones consideraban a su institución como un auténtico y arquetípico modelo de democracia con la obligada praxis de ayudar a la transformación de la sociedad humana, siguiendo la vieja y triangular divisa masónica de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, y a la logia, como una escuela de formación cultural y científica. En 1,867, esta corriente masónica tendrá como principal teórico a un viejo utópico sansimoniano, amigo y “hermano” de Proudhon, Marie-Alexandre Massol, se separará un pequeño grupo anarquizante que creará la revista L’Action maçonnique, caracterizado por un violento anti teísmo y pretenderá convocar a la masonería para que se comprometa, directamente, en las luchas políticas y sociales. En España, país de tardía Revolución industrial, la masonería, comenzó a iniciar a proletarios, en el llamado Sexenio revolucionario o democrático (1,868 - 1,874), sabemos de logias como “Los Amigos de la Naturaleza y Humanidad”, cuyo “cuadro logial” 97


poseía un abultado número de operarios de la fábrica de vidrio de Gijón. A partir de 1,868, según las “obediencias” o “masonerías”, se inicia una campaña de popularización de las logias, al dirigir su acción proselitista hacia los obreros, hasta el final de la guerra civil, en 1,939. Un extenso número de anarquistas, socialistas y algún comunista, serán miembros de las logias españolas, desde el s. XIX hasta el final de la Segunda república. LOS MASONES REVOLUCIONARIOS. El s. XIX fue el siglo de las Revoluciones. Florecía la ciencia y la filosofía. Fue la masonería el punto de unión entre burgueses cristianos, judíos, árabes, europeos, americanos, asiáticos y africanos. Sin raza, sin credo, unidos por la unión a la hermandad, a la obediencia y a la logia con sus valores comunes. Orientales y Occidentales compartían el mismo ideal humanista. Pero con el tiempo, el carácter que adoptaron las revoluciones en el orbe, reflejaba el desarrollo de las naciones. A medida que iban acumulando poder desplazaban a los nobles y clero como aristocracia, los capitalistas iban adquiriendo sus vicios de los desplazados. De progresistas liberales se volvieron simplemente conservadores, de todo tipo de colores y tendencias. Perdían el ímpetu de la revolución transformadora y se integraban en estructuras estatales y empresariales cada vez más y más opresivas, hasta el punto de instigar las peores matanzas y carnicerías que el mundo había visto hasta entonces. La burguesía era el nuevo poder, los cargos eran acaparados y se amparaban en los lazos de hermandad en diferentes sociedades iniciáticas y religiosas, y la masonería así como el judaísmo y otros, no eran la excepción. Decían, que toda una serie de tendencias imperialistas, tenían como punto de encuentro, de los que acumulaban el poder, en la masonería. En solo una centuria la burguesía se convirtió en el antagonista 98


del obrero. Fue entonces cuando la masonería, como organización, fue calificada como burguesa y a fuerza de propaganda mal intencionado, buscaban que lo aborreciera el pueblo. Así los “nuevos revolucionarios”, el clero eclesiástico, los marxistas, comunistas, socialistas y anarquistas enfilaron sus baterías contra la masonería. En América del Norte, Centroamérica y América del Sur, los masones se caracterizaron fundamentalmente por ser revolucionarios y lideraron todas las guerras independentistas contra el poder colonial de las potencias europeas, y sobre este tema hemos escrito varios documentos y en distintos momentos: “La masonería en el Perú”, “Las gestas libertarias en el Perú”, “Los masones y la independencia del Perú”, “El libertador Don José de san Martín”, “Los masones en la independencia del América del Sur y Centroamérica” y “Masones logran independencias y libertad”. Se destacan en ellos los masones George Washington, Benjamín Franklin, Thomas Jefferson, Joseph Gilbert, Toussaint Louverture, Miguel Hidalgo, Túpac Amaru, Francisco de Miranda, Simón Bolívar y San Martín, junto a una larga lista de masones en cada país que lucho por su independencia. La masonería revolucionaria independentista de los criollos sudamericanos se organizó en las logias Lautaro, cuyo antecedente masónico constituye “La Gran Reunión Americana”, también conocida como “Logia de los Caballeros Racionales”, fundada por Francisco de Miranda en el año 1,797 en Londres. El objetivo de esta logia era lograr la independencia de América de los españoles. En Cádiz (España), en el año 1,811 y en honor al caudillo mapuche Lautaro, se funda con el nombre de Logia Lautaro, la organización masónica que tuvo como miembros a: Francisco de Miranda, Santiago Mariño, Andrés Bello, Luís López Méndez, Simón Bolívar, José María Caro, Bernardo O’Higgins, José Miguel Carrera, Juan Pablo Fretes, José de San Martín, Tomás Guido, José Cortes de Madariaga, Francisco Isnardi y otros. Luego se establece la primera filial en América, en Buenos Ai99


res, en 1,812, por José de San Martín, Alvear y Zapiola. Tenía como objetivo luchar para lograr la independencia continental, triunfando en el plano militar, y haciendo que la política siguiera ese objetivo básico. Se unió a la Sociedad Patriótica que fuera creada por Mariano Moreno. Durante el proceso y la guerra por la independencia se crearon otras filiales más, dentro de ellas se tiene la de Chile, Perú, Bolivia y Uruguay.

Garibaldi durante la batalla de Calatafimi.

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En Europa se construyó también una imagen romántica del revolucionario masón. Este tipo de costumbre, nos hablan de conspiraciones de los Iluminados de Babiera de Adam Weishaupt –de nombre de guerra Spartakus–, que había copiado formas y maneras francmasónicas para crear aquella subversiva asociación con sus sobrenombres y sus grados; la orgánicamente triangular conspiración de los iguales de François Noël Babeuf, de sobrenombre Gracchus; los Philadelphos con sus tres grados y sus nombres de guerra; la Sociedad de los Sublimes Maestros Perfectos creada como una “organisation secrète politique de forme maçonnique”, como nos explica el Dictionaire de la Francmaçonnerie de Daniel Ligou, por el discípulo de Babeuf, el francmasón Philippe Buonarroti. Así mismo están las sociedades secretas conspiradoras que, remedando parte de las formas y maneras francmasónicas, fueron apareciendo a lo largo de la primera mitad del s. XIX, como el carbonarismo, los comuneros, los anilleros, las sociedades secretas republicanas en Francia, las mazzinianas Joven Italia y Joven Europa, las de los progresistas a lo largo de toda la española Era isabelina y, ya dentro del incipiente movimiento obrero internacional, la secreta Fraternidad internacional creada, en 1,864 y en Florencia, por Mihail A. Bakunin. Esta sociedad secreta bakuniniana estaba proyectada, como Weishaupt había pensado la suya cien años antes y León Trotski en Rusia, lo hará más tarde, la secreta técnica partidaria de infiltración denominada “entrismo”, que es la utilización de la organización secreta de iniciados, para introducirse, clandestinamente, en otras asociaciones –como llegó a intentar con la propia Internacional Bakunin–, para manipular aquéllas, granjeándose simpatías o inclinando a esas organizaciones, hacia sus propias ideas o fines estratégicos; veámos como es eso: “La sociedad internacional revolucionaria se constituirá en dos organizaciones diferentes: familia internacional propiamente dicha y las familias nacionales (...). La familia internacional. Únicamen101


te compuesta por hermanos internacionales, tanto honorarios como activos, será ella la clave de bóveda (...). El candidato (...). Es preciso que esté convencido de que no podrá servir mejor que compartiendo nuestros trabajos, y que sepa que, al ocupar un puesto entre nosotros, contraerá con respecto a nosotros el mismo compromiso solemne que nosotros contraemos respecto a él (...). Debe comprender que una asociación cuyos fines son revolucionarios debe necesariamente formarse como sociedad secreta, y que toda sociedad secreta en interés de la causa a la que sirve y de la eficacia de su acción, así como en el de la seguridad de cada uno de sus miembros, debe someterse a una fuerte disciplina, que no es por otra parte más que el resumen y el puro resultado del compromiso recíproco que todos los miembros han acordado unos respecto a otros, y que por lo tanto es una condición de honor y un deber el someterse cada uno a todo ello (...), no toleraremos más que un maestro, nuestro principio (...). Inclinándonos con respecto ante los servicios pasados de un hombre, apreciando la gran utilidad que podrían aportarnos los unos por su riqueza, los otros por su ciencia, los terceros por su alta posición y su influencia pública, literaria, política y social, lejos de buscarles por todo ello, veremos en lo dicho un motivo de desconfianza (...). Al entrar entre nosotros, el nuevo hermano deberá comprometerse solemnemente a considerar su deber hacia esta sociedad como su primer deber, concediendo como su segunda obligación su atención a cada miembro de la sociedad, su hermano” (Guerin, D. Ni dios ni amo pág.151). Bakunin crea esta conspiradora Fraternidad con masones de la talla revolucionaria de Giuseppe Fanelli o Saverio Friscia en la inquieta Florencia de 1,865, justo cuando este arquetipo del revolucionario romántico ruso asistía en esa misma ciudad de Toscana, el 21 de mayo de ese año –nada menos que como delegado del Cónclave masónico toscano por el Rito Escocés Antiguo y Aceptado–, a la primera asamblea constituyente de la masonería italiana. En aquella efervescente masonería italiana “post unitario” el camarada vitamine de Léo Ferré intentó in102


fructuosamente reformar de raíz a esta masonería, orgánica y teológicamente. Hacía un año que Bakunín, el romántico conspirador de origen ruso había abandonado las causas revolucionarias nacionalistas para centrar toda su energía en la causa social. Prueba ésta –como otras muchas– de la fuerte influencia que el liberalismo radical tuvo en el nacimiento del pensamiento anarquista. Esta secretísima sociedad revolucionaria fundada y sostenida por Bakunin y denominada, curiosamente, de variadas maneras como: Sociedad Internacional Revolucionaria, Fraternidad Internacional, Societá dei Legionari della Rivoluzione Sociale Italiana –y que, por otro lado, esta prolija forma de denominarla nos refleja una vez más el apasionado y pulsional Bakunin, que tanto cuidó y llevó siempre dentro–, acabaría siendo el origen o la causa de las denuncias dirigidas contra él en el seno de la Internacional, por parte de un “britanizado” intelectual como Karl Marx, su yerno Lafargue, Engels y Utin, ocasionando la expulsión del carismático Bakunin el l’enfant terrible de la A.I.T., en 1,872. Si hablamos de Inglaterra, en su apogeo el anarquismo promovió una visión ampliamente atractiva de una sociedad libre y sin estado. Los delegados en el Congreso Anarquista Internacional en 1,881 adoptaron la estrategia de “propaganda por acción”. Un solo ataque podría “hacer más propaganda que miles de panfletos”, dijo el filósofo anarquista Kropotkin, y los anarquistas llevaron a cabo docenas. Armados con dinamita recién patentada, la primera arma de destrucción masiva ampliamente disponible, los anarquistas transformaron sitios de sociabilidad burguesa, en sitios de escenas de asesinatos. Europa y Estados Unidos reaccionaron incrementando los poderes de la policía y aprobando actos para desterrar a los anar103


quistas o prohibirles la entrada. La única excepción fue Gran Bretaña, que se enorgullecía de las tradiciones de asilo y libertades civiles. Los anarquistas en fuga se congregaron en Londres, relativamente sin problemas por parte de la policía. Lo mismo hizo miles de migrantes europeos, principalmente judíos del este de Europa que huían de la persecución en Rusia. Desde 1,881 hasta 1,901, el número de rusos y polacos en Londres saltó de menos de 9,000 a más de 53,000, lo que provocó una reacción: partes de Londres eran “una ciudad extranjera”. Las masas de inmigrantes y el puñado de anarquistas eran bastante distintos. Pero la gente creía –influenciado por los periódicos y las novelas sensacionalistas– que algunos extranjeros podían ser revolucionarios que arrojaban bombas, no pensaban racionalmente sobre las diferencias.

Cartel anunciando conferencia sobre anarquismo en 1,894. Biblioteca, Universidad de Leicester.

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Cuando ocurrió el ataque de Greenwich, pareció confirmar las sospechas sobre los extranjeros y la violencia. La policía se abalanzó sobre un club anarquista alemán en Soho y detuvo a italianos sospechosos de construir bombas. Cientos de manifestantes asaltaron el cortejo fúnebre de Bourdin, arengando “¡No hay bombas aquí!”, “¡Regresa a tu propio país!”. Pero la mayor amenaza terrorista provenía de los propios súbditos británicos: los nacionalistas irlandeses. En la década de 1,880, los revolucionarios irlandeses habían dinamitado el metro de Londres, la Torre de Londres y la Cámara de los Comunes. Pero eso no quiere decir que el anarquismo no tuvo impacto. El anarquismo ayudó a moldear las modernas restricciones de inmigración en Europa y los Estados Unidos. Apoyó la consolidación de la policía internacional cuando los agentes de justicia penal se reunieron en 1,914 para abordar la amenaza del anarquismo y formaron lo que se convirtió en la Interpol de hoy. La vigilancia más estricta de las fronteras. En 1,905, el Parlamento Británico, aprobó una Ley de Extranjería, que limitaba la inmigración por primera vez en su historia. LAS REVOLUCIONES SE APROPIAN DE LA ICONOGRAFÍA Y RITUALES MASÓNICOS. “La masonería es un hermoso sistema de moral, velado por alegorías e ilustrado por símbolos”, y la república federal de los Estados Unidos de Norteamérica, en su independencia se apropió de la iconografía y simbología masónica, aun cuando mejor sería decir que “hicieron suya”, debido a que en su revolución participaron francmasones como Benjamín Franklin, George Washington, Joseph Gilbert “el marqués de La Fayette”, Thaddeus Kosciuszko, Thomas Adams, Joseph Warren, Richard Caswell, y un largo etc. Quienes hicieron suyo la divisa masónica “Libertad, igualdad y fraternidad”, no en la teoría, sino en la lucha por su independencia. 105


Desde su misma gestación como nación y sobre todo durante los primeros años de su historia, que corresponden a los dos gobiernos de su primer presidente el masón George Washington, los ex-colonos británicos, padres de aquel nuevo Estado Libre, no queriendo remedar para nada, los símbolos, apariencias y fórmulas institucionales de las viejas monarquías, encontraron en los símbolos, emblemas y el ritual masónicos, la base iconográfica y algunos de los ritos protocolarios para aquel nuevo Estado federal. Una muestra arquetípica de todo esto, encontraremos en el diseño de su bandera: Stars and Stripes, que nos recuerda a la “Logia”, la masónica y “universal” “Bóveda celeste” de su cantón con sus “estrellas flamígeras” blancas sobre el azul firmamento, que se pinta obligatoriamente en el techo de la logia. Las mencionadas “estrellas flamígeras”, asociadas ritualmente al segundo grado, de “Compañero Masón”, pueden representar el “compañerismo” o camaradería entre otros significados esotéricos. Para colocar la “primera piedra” del edificio fundamental de la nueva y revolucionaria democracia, su primer presidente la va a ubicar ceremonialmente “investido” con los llamativos atributos masónicos de un “Gran Maestro Masón” y no, como cabría esperar, como un victorioso general militar o como un sencillo y democrático presidente “laico” o civil. No olvidemos que ello, llegaron a ser auténticas apoteosis, las bases iconográficas del constructor “militar, liberal y obviamente masón”. Esta ceremonia ha quedado perennizado en un cuadro de pintura, donde el presidente de la república G. Washington, cabeza descubierta, vestido para el ritual como “Gran Maestro” con sus guantes blancos, mandil, collar y “joyas” de su “Dignidad”, hace descender el sillar aparentando que lo empuja con su mallete, mientras tres acólitos, también sin sombrero, vestidos masóni106


camente de ritual con mandiles, guantes y collares, esperan, solemnemente, con el trigo, el vino y el aceite para derramarlos sobre la piedra, consagrándola y dando por terminada la ceremonia de fundación. Alrededor de esta escena el público: mujeres, niñas, un niño, tres obreros sosteniendo la cuerda en polea que mantiene y hace descender el sillar, la bandera federal, un militar tocando el tambor, y muchos hombres, la mayor parte de los cuales son masones con el mandil atado a su cintura. Como se ve, la nueva república, quizás debido a la falta de un completo protocolo institucional republicano y al posible deseo personal de su presidente, se apropiaba de los usos y costumbres masónicos, permitiendo esta extraña y formal imbricación simbiótica de su República con el “Gran Arquitecto del Universo”. La primera piedra del nuevo Congreso fue colocada el 18 de septiembre de 1,793. La ceremonia estuvo presidida por la “Gran Logia de Maryland” y Washington dirigió el acto. En la ceremonia estaban presentes todas las logias de Maryland y re107


presentantes de la Alexandra, Virginia, que presidía el propio Washington. Se organizó un desfile en el que participaron una compañía de artillería y las logias luciendo sus insignias masónicas. Los representantes de las logias entregaron a Washington una placa en la que estaba grabada el nombre de todas las logias que participaban en el acto. Washington oró y dio un breve discurso. Llevaba encima los símbolos masones de la trulla de plata, la escuadra y el nivel, además del mandil masónico que todavía se conserva en un museo. El diseño del Capitolio lo hizo el arquitecto William Thorton. La colocación de la primera piedra del Capitolio también se hizo mediante un rito masónico. La ceremonia estuvo dirigida por Jenkins Heights. Estuvo presente el presidente George Washington y una compañía de voluntarios. La logia Nº 22 de Virginia y la Nº 9 de Maryland recibieron al Presidente. En el propio monumento del Capitolio, en la hoja izquierda de la puerta del Senado, hay un panel diseñado en 1,868 en el que se ve a Washington participando en la ceremonia de dedicación. Uno de los caballeros que están a la espalda de Washington sostiene dos escuadras y el Presidente lleva en la mano una paleta. Todos llevan el mandil masónico. El constructor de la cúpula del Capitolio, Charles Bulfinch, también era masón. Todos los edificios tienen símbolos masónicos en su decoración. El arquitecto nombrado para construir la Casa Blanca fue James Hoban, que había diseñado el capitolio de Carolina del Sur. Hoban estaba afiliado a la Logia Nº 9 de Georgetown. 108


Más tarde, será la Francia revolucionaria, que emulara el precedente revolucionario norteamericano, recogiendo tanto a nivel de publicidad oficial como a nivel panfletario, infinidad de “símbolos” o referentes iconográficos masónicos, componiendo una complejísima emblemática revolucionaria de “igualitarios” niveles, “moralizantes” escuadras, “Deltas sagradas”, “Estrellas flamígeras”, “compases”, “Ojos”, “colmenas” con sus laboriosas “abejas”, estables y seguras anclas, pirámides, obeliscos, Templos de Salomón, etc.

Eslogan original de la Rev. Francesa, Biblioteca nacional de Francia.

Los panfletos, folletos y opúsculos, poseerán, en ocasiones, un clarísimo influjo iconográfico masónico, formado por el variado ámbito de la impresión y las sociedades jacobinas. 109


Bajo la influencia de los clubes jacobinos, se imprimieron infinidad de panfletos preñados de clara iconografía masónica donde, por lo general, los símbolos más repetidos serán el equilibrado y divino “Delta” y el “igualitario” nivel. Hoy se puede encontrar, abundantes colecciones de estos panfletos. El porqué de estas fuertes influencias entre la masonería y el jacobinismo se debe posiblemente, a que la historia del desarrollo orgánico o estructural de los partidos políticos contemporáneos, le debe muchas influencias a la masonería. Camille Desmoullins comentaba sobre la sociedad (jacobina) de la calle St. Honoré: “Es su Gran Oriente, el centro con el cual todos los jacobinos y amigos de la constitución de los 83 departamentos, mantienen correspondencia”. Las sociedades masónicas, como los clubes que (también) precisaban certificados de afiliación (o diplomas), enviaban sus listas de miembros y estatutos a la capital, poniendo allí a buen recaudo las cartas de recomendación de las logias cercanas. Sus peticiones expresando devoción a la masonería y su deseo de admisión en el Gran Oriente, suenan de modo notablemente familiar a las escritas posteriormente por las sociedades (jacobinas) de provincias. En la estructura organizativa, tanto jacobina como masónica, las redes regionales se desarrollaron agrupadas en torno a los centros urbanos provinciales. Y, aunque los jacobinos carecían de algo comparable con la asamblea nacional (masónica) en la capital, a la que cada logia enviaba un representante, el club de Lille intentó sin éxito instaurar una “sociedad madre” para implantar un sistema similar en la primavera de 1,790” (Kennedy, M. L. The Jacobins Clubs in the French Revolution. The First Years. págs. 6-7). En los primeros días de la revolución, la masonería proporcionó gran parte del simbolismo clave y el ritual, comenzando con la bienvenida masónica bajo una “bóveda de espadas” del rey en el Hotel de Ville, tres días después de la caída de la Bastilla. Sin duda, la mayoría de los masones franceses anteriores a la revolución no habían sido “revolucionarios, ni siquiera reformadores, 110


ni siquiera descontentos” y, incluso durante la revolución, la masonería como tal permaneció políticamente polimorfa: “Cada elemento social y cada tendencia política podían ‘ser masones’ como lo deseaba”. Pero la masonería proporcionó un terreno rico y relativamente no tradicional para nuevos símbolos nacionales –monedas, canciones, pancartas, sellos–, nuevas formas de dirección (tu, frère, vivat!), y nuevos modelos para organizaciones cívicas, particularmente fuera de París.

Después, el Imperio napoleónico volvería a oficializar estatalmente infinidad de iconos masónicos, como también a la propia masonería francesa y a sus propagandísticas logias militares. El propio Napoleón ordenará que sus trajes de emperador este bordado con abejas y flores de lys, mientras los militares empezando por el diseño de botonaduras, numismática, medallas, etc. Emplearan simbología masónica. En España la presencia masónica se da con gran énfasis durante los llamados Sexenio Democrático de 1,868 al 1,874, La Restauración Borbónica de 1,875 a 1,902 y la Segunda República Española de 1,931 a 1,936. En ellos los símbolos y emblemas masónicos se hicieron parte del arte iconográfico español. 111


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Un claro ejemplo de ello es la alegoría de la proclamación de la Primera República Española, aparecida en la revista humorística “La Flaca” N° 55, el 6 de marzo de 1,873. Este semanario era de tendencia política liberal, anticarlista, republicana y federal, y fue publicado en Barcelona entre los años 1,869 y 1,876, es decir, durante el llamado Sexenio Democrático. La libertad de prensa disfrutada en aquel período permitió el desarrollo de este tipo de revistas satíricas, que se vendían no sólo en España sino también en sus territorios de ultramar e incluso en Francia o Italia. A pesar de ello, “La Flaca” estuvo muy vigilada por la censura y fue suspendida en varias ocasiones, debiendo publicarse de manera clandestina bajo encabezados diferentes. Una colección digitalizada de la revista puede hallarla en: http://revistalaflaca.blogspot.com/p/la-flaca-digitalizada.html El autor de la imagen publicado en “La Flaca”, es el dibujante catalán Tomás Padró Pedret. Autor de la totalidad de las ilustraciones que aparecían en “La Flaca”, donde firmaba con el seudónimo AºWº. La figura principal es una mujer joven, alada, tocada con un gorro frigio y vestido con una túnica roja que deja un pecho al descubierto, a su espalda se encuentra el arco iris. Su mano derecha se apoya en una lápida con una inscripción que dice “LEY. RF”, mientras que su mano izquierda sostiene una balanza. Una mujer vestida con una túnica roja, al estilo de una matrona romana, era una imagen habitual para representar a España en las pinturas alegóricas del Renacimiento y del Barroco. El detalle del pecho descubierto se relaciona con la práctica de alimentar a sus pobladores, considerados como hijos de la patria. Las alas son un símbolo de la victoria tomado de la escultura clásica, al igual que las hojas de laurel que asoman por encima de su cabeza. La balanza es un símbolo tradicional de la Justicia que se le presupone a cualquier poder político. Las novedades iconográficas se centran en el gorro frigio y en las tablas de la Ley. El gorro frigio es una especie de caperuza de forma cónica pero con la punta curvada, normalmente confeccionado con lana o fieltro. Aunque sus orígenes están en el 113


Mundo Clásico, constituye un símbolo de la libertad, de la razón y del republicanismo que fue muy difundido durante la Revolución Francesa. El gorro frigio era utilizado por muchos masones y revolucionarios, y precisamente por ello fue incorporado a la imagen de Marianne, una mujer que personificaba a la República Francesa y que seguro sirvió de modelo de inspiración a la alegoría de la República Española. En cuando a las tablas de la ley, hacen referencia a la Constitución de la República Federal (“RF”), que no pasó de ser un proyecto de ley, ya que un golpe de Estado perpetrado por el general Pavía impidió su aprobación en julio de 1,873. Otros símbolos que aparecen, están directamente relacionados con el contexto histórico de la época y la masonería. Destacan dos elementos de inspiración francesa. El primero es el gallo que hay a los pies de la mujer, que es símbolo de vigilancia, del despertar a una nueva era y de combatividad. El segundo es el triángulo grabado detrás, que recoge los tres principios de la Revolución Francesa: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Además, aparecen numerosas referencias masónicas: a la izquierda, un haz de trigo, una colmena y abejas. A la derecha, el caduceo de Mercurio, junto con otros símbolos relacionados con las artes, las letras y las ciencias y un globo terráqueo. La imagen de España como “La Niña Bonita” alcanzó tanto éxito que fue reeditada años después como emblema de la Segunda República (1,931), como un cartel conmemorativo, cuyo autor es J. Barreira y J. Esteller, en ella la Republica es representada de manera más recatada, pues la figura femenina se cubrió por completo con una túnica blanca bastante puritana. Además se sintetizó el mensaje, aligerando el aparato iconográfico e introduciendo pequeñas variantes como la bandera tricolor y el león. Paradójicamente, tanto el morado de la bandera como el león son símbolos tradicionalmente monárquicos: el primero es el color del pendón de la Corona de Castilla mientras que el león está asociado desde antiguo a la nobleza y a los reyes. Para 114


evitar la confusión, la propaganda republicana se esforzó por dotarlos de un nuevo significado acorde con su ideario, interpretando el morado con el color utilizado por los Comuneros del s. XVI y el león como símbolo de la fuerza del pueblo español, o de la Ley, ambos representados en las Cortes.

En el internet hay una colección “Más de 90 Carteles de la República de España” en http://www.xn--espaaporlarepublica-y3b. es/2013/02/blog-post.html que puede mejorar la opinión sobre este aspecto. 115


LOGE DES PHILADELPHES En diferentes momentos hemos hecho referencias a las logias de los filadelfos, pues bien hablemos de ello. Formado a partir de la membresía francesa de refugiados de Les Sectateurs de Ménès, La Grande Loge des Philadelphes se estableció a fines de 1,850. Su constitución fue ratificada por el Consejo Supremo de la Orden Maçonnique de Memphis el 31 de enero de 1,851, originalmente trabajando 95 grados del Rito de Memphis, después del 8 de abril de 1,857 solo trabajó los tres grados. El 7 de noviembre de 1,866 (once años antes del Gran Oriente de Francia), el Philadelphes, por una gran mayoría, acordó abrir sus obras ‘Au nom de la Raison et de la Fraternité Universelle’, para aceptar a los ateos como miembros. En enero 1,868, se decidió fusionar las dos logias de Londres, que se conoció como Les Philadelphes et Concorde Réunis. Una minoría decidió mantener la antigua logia de Philadelphes en existencia, por lo que, confusamente, pronto hubo dos logias en Londres: Les Philadelphes y Les Philadelphes et Concorde Réunis. Presumiblemente Leverson se unió a la logia, Austin Holyoake figura como miembro de la logia, por lo tanto, Philadelphes incluyó a tres de las figuras más destacadas del movimiento de pensamiento libre inglés. La antigua logia de Philadelphes, que había continuado en existencia después de 1,868 como protesta contra los procedimientos de Benoit, se esfumó en 1,871, pero Philadelphes et Concorde Réunis continuó siendo muy activa a lo largo de la década de 1,870. En noviembre de 1,873, Le Monde Maçonnique informó que un grupo de albañiles franceses en Londres habían formado provisionalmente una logia bajo el título “L’Union Maçonnique”. 116


En marzo de 1,859, Bradlaugh se unió a la logia masónica que había sido formada por refugiados franceses en Londres, el Grand Loge des Philadelphes. El médico emigrante francés Simon Bernard fue el patrocinador de Bradlaugh cuando en marzo de 1,859, un año después del juicio de Bernard, Bradlaugh se unió a la logia masónica formada por refugiados franceses en Londres, el Grand Loge des Philadelphes. Después del golpe de estado de Napoleón, el Rito de Memphis fue reprimido en Francia, y en 1,853 Les Sectateurs de Ménès se convirtió en la Gran Logia de la Orden, tomando el título de Grand Loge des Philadelphes. Entre 1,853 y 1,856, otras logias del Rito de Memphis se abrieron en Londres (Gymnosophistes, Fraternité des Peuples, Discípulos de Hermès, Conseil des Grands Régulateurs de la Maçonnerie) y Birmingham (L’Avenir). Según una nota de John Hamill sobre el expediente del ‘Rito de Memphis’, esta logia fue asumida gradualmente por los masones ingleses de habla francesa entre 1,863 y 1,866. Entre los filadelfos encontramos a Louis Jean Joseph Charles Blanc (1,811-1,882), que fue político, historiador y socialista republicano, pero no simpatizaba con la Comuna de París. A él se le atribuye la tan mencionada descripción del comunismo: “a cada uno según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”, y se inició en Les Sectateurs de Ménès, no en La Grand Loge des Philadelphes, según afirma Prescott en la revista AQC 203 pág. 15 Louis Blanc Si bien los orígenes de la logia se pueden encontrar en la Orden de Memphis no política, y tal vez espiritualmente esotérica, en general su membresía era políticamente republicana y socialista. Los miembros trajeron su política con ellos, no los encontraron en la logia. También trajeron a sus amigos y asociados con ellos, hombres que no se conmovieron con las lecciones de la 117


masonería, pero que se sintieron atraídos por un grupo existente que simpatizaba con su política radical. Ninguna de las numerosas biografías de los de Luis Blanc hace ninguna mención especial de sus actividades como un masón o como miembro de las sociedades secretas en general. Tampoco hay rastros de tales actividades en los periódicos de Louis Blanc en la Bibliothèque Nationale de París. Pero en las historias de la Francmasonería, Blanc siempre ha figurado como uno de los principales representantes de la Orden de Memphis; Louis Blanc era en realidad un miembro del Consejo Supremo de la Orden de Memphis.

El papel jugado por los habitantes de Filadelfia en 1,864 fue enorme; Víctor Le Lubez, para nombrar solo a los más importantes, personalmente emprendió la tremenda tarea de organizar la reunión del 28 de septiembre de 1,864, en la cual fue elegido el Consejo General de la Primera Internacional. El Consejo General de la Internacional fue seleccionado por Le Lubez, e incluyó un grupo grande e influyente de Filadelfianos. 118


No sabemos sobre los miembros del Consejo General de establecer con precisión cuántos de ellos eran de Filadelfia o sus aliados, pero sí sabemos que de ocho no ingleses elegidos para el primer Consejo General, seis eran filadelfianos o mazzinistas, quienes, como hemos visto, estaban entonces aliados con los filadelfianos. La influencia de los miembros no ingleses del Consejo General de la Internacional, fue mucho mayor de lo que su número sugeriría. Para el 29 de noviembre, la membresía del Consejo General había aumentado a 58, y los nuevos miembros eran principalmente candidatos propuestos por Le Lubez. El grupo francés en el Consejo General creció de tres a nueve, ocho de los cuales eran de Filadelfia; y la cantidad de miembros no ingleses que definitivamente fueron aliados de Le Lubez – entre los que se cuentan todos los italianos y polacos– creció de seis a 18 en la reunión del 29 de noviembre, un aumento, de 19 por ciento a un 31 por ciento, de la membresía total del Consejo General. Nicolaevsky omite mencionar que de los veintitrés miembros elegidos para el Comité Central provisional, en St. Martin’s Hall, Londres, el 28 de septiembre de 1,864, solo tres: Victor Le Lubez, JB Bocquet y J. Denoual podrían haber sido miembros de Loge de Philadelph. De los aproximadamente cuarenta que asistieron a la reunión del 5 de octubre de 1,864 De los diecinueve nombrados entre el 12 de octubre y el 29 de noviembre, de hecho, solo tres fueron propuestos por Le Lubez. Por otro lado, también se ha afirmado que la reunión había sido convocada por los líderes de los sindicatos de Londres. Le Lubez participó en la reunión inaugural, pero fue expulsado del Consejo General en 1,866. La interpretación de Nicolaevsky de la influencia de Le Lubez no surge de los minutos disponibles. Una lista completa de la Asociación Internacional de Trabajadores, libro de minuta 1,864-1,866 se puede hallar en: https:// www.marxists.org/history/international/iwma/documents/minutes/name-index.htm 119


La orden de Memphis Si la Orden de Memphis era o no un cuerpo masónico es una cuestión de perspectiva. Ciertamente, para la masonería artesanal regular y reconocida, por la Gran Logia Unida de Inglaterra y el Gran Oriente de Francia, la Orden de Memphis era irregular y clandestina. Si bien toda la Francmasonería regular y reconocida evolucionó a partir de sistemas desarrollados en Irlanda, Escocia e Inglaterra, los rituales de la Orden de Memphis fueron inspirados por el rito egipcio de Cagliostro, que había inventado de plano como un esquema para explotar a los francmasones. El rito primitivo de Memphis, fue creado por Samuel Honis en El Cairo en 1,814. Promovido por Gabriel-Mathieu Marconis de Negre en Montauban, Francia, hasta 1,816, el rito fue revivido por su hijo, Jacques-Étienne Marconis de Negre (1,795-1,868), comúnmente conocido como Marconis. En París en 1,838, encontró con poco éxito y las pocas logias que había formado, en París, Marsella y Bruselas, fueron reprimidas por la policía en 1,841. Se revivió nuevamente en 1,848 como el Rito de Memphis, y quizás diez logias fueron absorbidas más tarde en el Gran Oriente de Francia en 1,862 y sus “grados superiores” fueron reconocidos pero no permitidos. Para disgusto del Gran Oriente de Francia, Marconis de Negre, continuó otorgando membresías fuera de Francia. La Gran Logia Unida de Inglaterra había emitido una advertencia el 24 de octubre de 1,859, informando a sus miembros que el Rito de Memphis era un cuerpo irregular. La promoción del posterior Rito de Misram por Robert Wentwort Little, y el intento de sembrar el Rito de Memphis en América por Harry J. Seymour, así como las manifestaciones actuales de los ritos no son parte de esta historia. 120


LA PRIMERA INTERNACIONAL Nicolaevsky es muy claro al afirmar que la Francmasonería regular, como cuerpo, nunca fue un factor en la formación y el desarrollo de la Primera Internacional o Asociación Internacional de Trabajadores: “Exteriormente, estos grupos tenían la forma de una organización masónica y llevaban un nombre masónico, la Logia de Filadelfia ( Loge des Philadelphes ). Algunos de los miembros de hecho se han considerado albañiles. Pero los albañiles veteranos, esos, que encabezaron las logias, deben haberse dado cuenta de que sus logias tenían poco en común con la masonería real” (pág. 38). Continúa y dice: “No mantuvieron vínculos organizativos con la masonería oficial ni en Francia ni en Inglaterra” (pág. 39), y lo describen como “una de esas sociedades secretas que exteriormente imitaban a los masones pero que eran esencialmente organizaciones políticas conspirativas” (pág. 40). Nicolaevsky señala que la masonería revolucionaria no se consideraba una verdadera mampostería. Pero todavía lo define como mampostería, lo que ha permitido a los escritores posteriores –menos exigentes– etiquetar a los movimientos revolucionarios como inspirados por los masones. Ciertamente, cualquier vínculo con el Loge des Philadelphes parece tenue. Mientras que la membresía del Consejo Central de la Primera Internacional fluctuó, comenzó con veintitrés y llegó a 56 firmas, en el discurso al presidente estadounidense Lincoln. En una reunión del 5 de octubre de 1,864, el periódico The Bee-Hive del 8 de octubre de 1,864, informa que alrededor de cuarenta personas estuvieron presentes. De estos, solo Victor Le Lubez es confirmado como miembro del Loge des Philadelphes. Incluso Nicolaevsky, atribuye la membresía masónica sin citar 121


sus fuentes o proporcionar ninguna evidencia que corrobore, así dice: Primeros miembros del Consejo General Internacional Charles Longuet (1,833-1,903) y Paul Lafargue (1,842-1,911). “Fue también durante sus años en la Facultad de Medicina que Lafargue, como muchos oponentes republicanos del Imperio, se convirtió en Masón, el registro no está claro una cuenta lo describe como un miembro de la logia. L’Avenir y como más tarde después de haber sufrido una caída por falta de pago de cuotas: ‘Avenirera una logia de pensamiento libre que atraía a estudiantes de derecho y medicina”. Los archivos de la logia en la Biblioteca Nacional, que incluyen listas de miembros de 1,865 a 1,874, contienen los nombres de otros estudiantes de medicina, pero no los de Lafargue y Jaclard. Lafargue debe haber pertenecido antes de 1,865, pertenecía a otra logia o no pertenecía a ninguna. El punto no es vital, como argumenta Jacques Girault, los republicanos y los socialistas a menudo se unieron sin ningún compromiso real con los principios masónicos. LA COMUNA DE PARÍS. Muchos, francmasones parisienses, miembros de logias bajo el Gran Oriente de Francia eran partidarios de la Comuna de París de 1,871. Las actas de una reunión de la Loge LÕUnion de Belleville, celebrada el 28 de abril de 1,871, ejemplifican los sentimientos que motivaron a 10,000 francmasones para montar las barricadas al día siguiente. Veamos lo que dice el acta de una reunión Loge L’Union de Belleville Celebrada el 28 de abril de 1,871 Considerando que las cuestiones de moralidad universal y humanidad son la preocupación constante de los francmasones; Teniendo en cuenta que sin alejarse de la esfera filosófica y no 122


política que es su lugar, la masonería tiene el derecho y el deber de intervenir en todas las cuestiones donde los principios de la fraternidad son mal entendidos; Considerando que en el doloroso período de crisis por el que estamos pasando, que está asolando nuestra patria y afligiendo a la humanidad, todos los masones tienen el deber de afirmar los principios que le parecen ajustarse a la moralidad universal, y aquellos más aptos para hacer las ideas de solidaridad universal prevalecen, Una solidaridad que, el día que exista, evitará la renovación de todas las luchas impías entre los hombres y hará desaparecer la última semilla de la barbarie reuniendo a todos los hombres en una familia; Considerando que la proclamación de la Comuna de París, dirigida al pueblo francés, no contiene nada que sea contrario a los principios masónicos; Considerando que es por lo tanto la obligación de la Francmasonería, que siempre ha estado a la cabeza de la marcha del progreso, emplear toda la fuerza moral a su disposición para hacer que esas ideas estén en conformidad con sus principios; Considerando que es deber de cada logia indicar, no solo a los francmasones, sino a todos los ciudadanos el camino de lo justo y lo verdadero; El Lodge “La Unión de Belleville” declara: Que desea detener el derramamiento de sangre, mientras se adhiere al programa de la Comuna de París como figura en su proclamación al pueblo francés; En consecuencia, y para llegar a este resultado, invita: 123


Masones en las barricadas de la Comuna de París, 29 de abril 1,871.

Todos los francmasones de París y las provincias, y todos los ciudadanos, se unirán para que el gobierno de Versalles y la Comuna de París acepten el siguiente acuerdo: Reconocimiento de los derechos comunales para todas las grandes ciudades, así como para las ciudades más pequeñas; Elecciones generales para todas las comunas y la Asamblea Constituyente; y Para proceder a estas elecciones, que ocurrirán en tres meses, se establecerá una comisión administrativa compuesta en dos mitades iguales de miembros de la Comuna y miembros de la Asamblea de Versalles, nombrados en las elecciones de estos dos poderes. 124


Tales son las bases de un acuerdo propuesto por la logia “La Unión de Belleville” para poner fin al crimen que estamos atravesando, y para el éxito del cual invita a todos sus hermanos, Mason o no, a emplear toda su fuerza moral y todos los medios puestos a su disposición por la Declaración de los Derechos del Hombre. Por orden: Para el Lodge “The Union of Belleville”, The Tit: .Sec :. The Ven :. O:. Voisin H. Fernaux. 92 miembros de la Comuna (o, más correctamente, del “Consejo Comunal”) incluyeron una alta proporción de trabajadores calificados y varios profesionales (como médicos y periodistas). Muchos de ellos eran activistas políticos, desde republicanos reformistas, a través de varios tipos de socialistas, hasta los jacobinos que tendían a mirar hacia atrás con nostalgia a la Revolución de 1,789. Asi todos ellos estuvieron presentes en las barricadas de la Comuna de París, el 29 de abril de 1,871, una jornada histórica. Louis Auguste Blanqui El veterano líder del grupo “Blanquist” de socialistas revolucionarios, Louis Auguste Blanqui, fue elegido presidente del Consejo, pero esto fue en su ausencia, ya que había sido arrestado el 17 de marzo y estaba recluido en una prisión secreta durante todo el proceso. La Comuna intentó sin éxito cambiarlo primero contra Mons. Darboy, arzobispo de París, luego contra los 74 rehenes que detuvo, pero eso fue rechazado. La Comuna de París fue proclamada el 28 de marzo, aunque los distritos locales a menudo retuvieron a las organizaciones del asedio. Aunque Karl Marx había hecho una referencia burlona a los francmasones en una entrevista el 18 de julio de 1,871, la historia de la Comuna, publicada en 1,895, no menciona a los masones 125


ni a las logias. Sin embargo Marx había dicho: “Entonces también fue una trama de los francmasones, ya que su participación en el trabajo como individuos no era de ninguna manera leve. No debería sorprenderme, en verdad, encontrar al Papa estableciendo toda la insurrección en su cuenta. Pero intenta otra explicación. La insurrección en París fue hecha por los obreros de París. El más capaz de los obreros debe haber sido necesariamente sus líderes y administración, pero los obreros más capaces también son miembros de la Asociación Internacional. Sin embargo, la Asociación, como tal, puede ser de ninguna manera responsable de su acción” (Entrevista con Karl Marx, jefe de L’Internationale´, de R. Landor, New York World, 18 de julio de 1,871).

El Manifiesto emitido por los Francmasones el 8 de abril de 1,871 no parece haber tenido mucha influencia. Mientras que Gérald Dittmar identifica a los miembros de la Comuna de París como masones sin calificación, como lo hace Milorad M. Drachkovitch para los miembros de la Asociación Internacional de Trabajadores y Alberto Valín Fernández para “el movimiento obrero”, no logra distinguir entre los clubes políticos que se convierten en masones y las logias masónicas regulares. 126


Samuel Stephenson afirma que el geógrafo y anarquista francés Jacques Elisée Reclus (1,830-1,905), exiliado por su papel en la Comuna de París, estuvo “activamente involucrado” en la Francmasonería, pero no documenta el reclamo. Solo dice que Reclus era “Probablemente un miembro de la Logia de Filadelfia (1,852) y un miembro de la Francmasonería (1,864)” (Jacques Elisée Reclus, Samuel Stephenson http://academic.reed.edu/ formosa / texts / reclusbio.html) Dos miembros de Philadelphes et Concorde Réunis fueron elegidos para la comuna, mientras que otros, como Edouard Benoît, lucharon en su nombre. Lo de cierto es que habían varios filadelfianos en la Comuna, ¿Quiénes eran Filadelfianos? Garibaldi, fue nombrado miembro honorario cuando visitó Londres en abril de 1,864, pero asistir a un banquete en su honor parece haber sido el alcance de su participación. Charles Bradlaugh era miembro, pero él también se oponía al socialismo. El socialista Louis Blanc era miembro, pero se opuso a la Comuna de París. Paul Lafargue, su nombre no aparece en el rollo de la logia. El anarquista Jacques Elisée Reclus, como el líder laboral socialista. Alexandre Auguste Ledru-Rollin (1,807-1,874), y tantos otros, su membresía se reclama sin pruebas. ¿Quiénes fueron los fundadores de la Logia? Son desconocidos. Sin embargo, si yuxtaponemos los nombres en la lista de Bossu con los conocidos activistas políticos entre los emigrados franceses, encontramos una conexión cercana entre los primeros 127


miembros de la Logia y una agrupación política conocida como La Commune Revolutionnaire, que surgió poco después. Así se establece que en 1,859 Garibaldi, Mazzini, Charles Bradlaugh y Louis Blanc eran miembros de la Logia de Londres de los United Philadelphians. Por otra parte Bradlaugh, como es evidente por su biografía, en realidad se unió a esta logia en marzo de 1,859, pero es poco probable que Mazzini o Giuseppe Garibaldi, que ocuparon puestos prominentes en el movimiento masónico italiano, se unieran a una logia de emigrados franceses. Cuando los revolucionarios como Adolphe Talandier, Gustave Jourdain, Joseph Holyoake y Félix Pyat (1,810-1,889, un periodista y político socialista francés), hablan en el funeral del general francés Simon Bernard (1,779-1,839), o cuando, en 1,870, Louis Blanc y Gustave Flourens y Talandier organizan un banquete en honor a Paolo Tibaldi, no demuestra que estaban actuando como filadelfianos. Por tanto, si uno permite que los francmasones definan los objetivos y las enseñanzas de su propia sociedad, y si uno acepta que las acciones y creencias de los francmasones individuales pueden ser independientes de su membresía masónica, entonces el papel de la Francmasonería era inexistente. Por otra parte, el papel de los francmasones en forma individuales, como quiera que esté definido, aún no se ha determinado. De ello, es simplista y engañoso, identificar o agrupar individuos por su membresía masónica. MASONERIA Y ANARQUISMO EN AMERICA DEL SUR. ARGENTINA. En Argentina existían entre 1,890 a 1,930 numerosas logias extranjeras, así tenemos quince logias españolas, dos italianas, una francesa, una eslava, una docena de logias inglesas, una alemana y algunas estadounidenses. Por otra parte las logias 128


argentinas, contaban en su seno a muchos extranjeros, reflejo de la inmigración que tenía un paralelo con las composiciones de los sindicatos del naciente movimiento obrero argentino. En 1,895, aparece en Buenos Aires el folleto Propaganda anarquista entre las mujeres, bajo la firma de la librepensadora italiana Ana María Mozón, quien aborda temas como el amor libre, la familia, la explotación en el trabajo fabril, las distintas formas de violencia: conyugal: golpes, maltrato psicológico. “Queremos liberaros de la codicia del patrón que os explota, de las acechanzas del cura que os llena la cabeza de supersticiones, de la autoridad del marido que os maltrata…”. El folleto fue reproducido por el periódico La Questione Sociale. En 1,896 en Argentina, empieza a circular el periódico “La Voz de la Mujer” (1,896-1,897), que era la expresión de la corriente comunista-anarquista, circula entre las trabajadoras de Buenos Aires, La Plata y Rosario, principalmente. El primer número es recibido con hostilidad por algunos sectores anarquistas masculinos, que denominaron a algunas redactoras como “feroces de lengua y pluma”, por sus ataques dirigidos contra las actitudes poco consecuentes con el anarquismo respecto de la igualdad entre mujeres y hombres. Juan Manuel Ferrario en su trabajo “Anarquismo y masonería en Argentina”, apunta: “La masonería y el movimiento obrero argentino, tuvieron desde fines del s. XIX y principios del XX, una relación indudable. Desde la creación de La Fraternidad ferroviaria a la que hoy es la Federación Gráfica Bonaerense, militantes anarquistas y socialistas, participaron en sociedades secretas y en la creación de sindicatos. Es conocido el ingreso a la Argentina de muchos antiguos carbonarios italianos, que llegaron de Génova al barrio de La Boca, con las ideas de Garibaldi o Mazzini, para convertirse aquí en militantes ácratas y socialistas, creando ateneos y bibliotecas populares. En el caso socialista, sacando de ese barrio la mayor cantidad de votos el “primer diputado socialista de América”, en 1,904: Al129


fredo Palacios. Habría muchos socialistas masones también en la creación de la Sociedad Luz. Anarquistas como Napoleón Papini, estarían a la cabeza de la logia “Torcuato Tasso”, de Carmen de Patagones, Bs As. Anarquistas como Luis Franco darían numerosas charlas en la sede porteña de la masonería, en calle Perón 1242. Diego Abad de Santillán y Albert Camus, figuran entre los colaboradores de la revista de la masonería argentina, “Liberalis”, así como Ernesto Sábato, quien se definía como “anarquista cristiano”, polémicas aparte. El Gran Oriente Federal Argentino (GOFA), creado en 1,935, tendría entre sus filas a muchísimos anarquistas exiliados de España al caer la República. El GOFA participaría en la creación del Patronato Español de Ayuda a las Víctimas Antifascistas (PEAVA), Acción Laica y la Liga Pro Cremación, sirviendo de inspiración también al Centro Republicano Español de Buenos Aires”. Continúa: “¿Cómo explicamos que una organización, aparentemente elitista, de estructura vertical, extremadamente mística, machista y llena de rituales, contara entre sus filas con militantes anarquistas que eran todo lo contrario? Porque es sabido que muchos teóricos del anarquismo fueron masones” (pág. 112). El anarquismo nació del mundo ilustrado, en el que la masonería tuvo mucho que ver. Para los anarquistas prófugos, no es raro recurrir a una sociedad secreta que le sirva de refugio de las persecuciones políticas y religiosas, de las que casi ningún libertario estaba exento. Según otros historiadores de la masonería (H. Chumbita y Emilio Corbieri), los anarquistas prófugos como Buenaventura Durruti y Severino Di Giovanni, habrían sido masones, aunque no hay pruebas de ello. Masones anarquistas como Florencio Sánchez, Gerardo Andújar, Julio Jesús Marín, Jorge Roulet, Enrique Grande y Julio V. González, eran miembros del GOFA. 130


Dora Barrancos destaca la participación de la masonería argentina en los proyectos de escuelas laicas, tanto libertarias como socialistas: “Las tareas pedagógicas se iniciaron en 1,905 auxiliadas con nuevos aportes provenientes de la Logia Masónica ‘Libertad y Fraternidad e Igualdad’, que más adelante fueron completados con los provenientes de otros nucleamientos masónicos. Es de resaltar la permanente presencia de estas agrupaciones entre los núcleos que apoyaron la experiencia, y sobre todo la participación de miembros masones en los aparatos destinados a vehiculizar alternativas de educación laica, expresándose tanto en el socialismo como en el campo libertario” (D. Barrancos, 1,991) Es conocida la influencia de masones anarquistas en el desarrollo del Esperanto, alentada por la Liga Universal Francmasónica, donde abundaban los libertarios así como el gigantesco aporte de todos ellos a la creación de invalorables bibliotecas y archivos históricos como el de la Federación Libertaria Argentina, en el barrio de Constitución, que conserva la sala creada por “Los amigos de la ciencia”, todos anarquistas masones que lucharon por la revolución social, más una gigantesca estructura de dos pisos, que conserva a uno de los mayores archivos anarquistas del planeta. PERÚ. Desde finales del s. XIX, existían vínculos entre algunos dirigentes obreros y la masonería o, de forma más amplia, los grupos de propaganda liberal, los cuales se comprometieron a elevar la condición intelectual, moral y económica de los trabajadores. Así tenemos masones liberales como Ricardo Palma, Christiam Dam, C. Canevaro, W. R. Grace, F. J. Mariátegui, J. M. Quimper, A. Deustua, que incluso llegaron a ser Grandes Maestros de la masonería: Cesar Canevaro fue G.M en 1,887 y C. Dam en 1,896. Así mismo el clero denunciaba las presiones de los liberales, y las maniobras de los protestantes y masones, con el tiempo las críticas también irán contra los anarquistas y comunistas. 131


Es muy significativo las relaciones entre el dentista, miembro de la Gran Logia Masónica del Perú, Christian Dam y el panadero Manuel Caracciolo Lévano, destacado militante anarco-sindicalista peruano; entre el periodista director de “La Idea Libre”, Glicerio Tassara, y el grupo que editó “La Protesta”; entre el músico José B. Ugarte y el Centro de Estudios Sociales 1° de Mayo. La GLP (Gran Logia del Perú) tuvo un órgano mensual de prensa: la “Revista Masónica” que se comenzó a publicar regularmente en febrero de 1,882, bajo la dirección colectiva de Christian Dam, Eduardo Lavergne y J. A. Ego-Aguirre; a partir del cuarto número quedó bajo la sola responsabilidad de Lavergne hasta 1,896 en que cesó de publicarse, entonces “El libre pensamiento”, bajo la dirección de Christian Dam, asumió el papel de órgano oficial de la GLP, sólo se mantuvo en este carácter hasta 1,897, en que, coincidiendo con la renuncia de Dam a la masonería, pasó a ser órgano de la Liga de Libre-pensadores del Perú. Mariano Torres escribe: “el libre pensador no se preocupa ya del cielo, del infierno, ni aun de la muerte, ni menos de los días en que Dios creó el mundo, así sean tan largos como los días de la indulgencia o jubileo universal. Lo que le preocupa es la vida; la justicia, no como, sino como será, los derechos humanos, esos que están no solo en los libros, sino en las necesidades del día” (Mariano Torres, El Libre Pensamiento, 1,900, Nº 232). “El librepensamiento” reveló claramente la consistencia del liberalismo social, el internacionalismo, anticlericalismo, educación laica, moral cívica y participación política, valores esenciales con los cuales los masones formaron a los líderes de esa época, pero también generó constantes persecuciones por parte del estado y de la Iglesia, sin embargo y pese a tales dificultades se constituyó en una permanente tribuna contra el conservadurismo. 132


Los masones consideraban que el orden vigente en el Perú era negativo para el desarrollo humano. Vinculaban el atraso económico y social del país con la persistencia de la exclusividad católica en la vida religiosa, originada en la conquista y la colonización en que cristalizó “el contubernio entre la teocracia y el despotismo”. Quizá el masón que expresó de modo más sintético esta perspectiva fue José Benigno Ugarte: “Poseemos más iglesias que talleres, qué digo, sólo tenemos templos para el dios de la cruz, no para el dios del arte y de la industria”. Ugarte consideraba que las dificultades organizativas de la masonería simbólica eran producto de la tradición histórica del país, signada por un régimen absolutista, la cual limitaba la implantación de un verdadero republicanismo. El anarquismo inicialmente y el indigenismo después expresan en sus raíces parte del pensamiento liberal social y dan origen a los partidos políticos modernos en el Perú. Grupos de liberales influenciados por variadas corrientes del positivismo, radicales liberales, anticlericales, anarquistas, socialistas, masones, protestantes, y descreídos. Todos, mostrando ser expresiones de una nueva sociedad, van a coincidir en objetivos y métodos. Desde fines de los años 1,880, González Prada se había ganado fama de inconforme opuesto a las oligarquías, al caudillismo y al clero. Cuando regreso de Europa, en 1,898, su popularidad fue creciendo a causa del tono muy radical de sus críticas a los poderes establecidos. En su discurso de agosto de 1,898 en el local de la Unión Nacional, el ensayista había designado al obrero y al campesino como la parte sana del país. La semana siguiente, su amigo C. Dam le invito a dar otra conferencia en la Liga de Librepensadores que fue impedida por el gobierno. Ideológicamente, los dos hombres evolucionaron de forma parecida, pasando del liberalismo radical al anarquismo, del cual fueron unos de los primeros propagandistas en Lima. La Liga desempeñaba un papel de educación popular y concientiza133


ción política mediante reuniones públicas en las que participaban intelectuales y trabajadores. G. Prada escribió artículos para el semanario El Libre Pensamiento, el órgano de la Liga, pero a partir de 1,902, el escritor estrecho sus relaciones con los círculos obreros y parece que estuvo en contacto epistolar con varios líderes provincianos. De 1,904 a 1,909, G. Prada ejerció una influencia directa en el incipiente movimiento anarquista, escribiendo asiduamente, bajo seudónimos o de forma anónima, en el mensual “Los Parias”. El 1 de mayo de 1,905, a invitación de la Federación de Obreros Panaderos pronuncia el discurso “El intelectual y el obrero”, donde afirmaba la necesidad de la unión solidaria de todos los trabajadores sin distinción de clase social en la perspectiva de la futura revolución. También definía el papel que le corresponde al intelectual en su relación con las masas: “Cuando preconizamos la unión o alianza de la inteligencia con el trabajo no pretendemos que a título de una jerarquía ilusoria, el intelectual se erija en tutor o lazarillo del obrero”. Esa idea, sella la solidaridad entre los jóvenes universitarios de la clase media y los proletarios, más tarde serán adoptadas por Víctor Raúl Haya de la Torre en su Frente de trabajadores manuales e intelectuales, que tomando en cuenta la realidad peruana, donde el proletariado urbano era escaso y el rural se encontraba totalmente marginado de la sociedad, mientras una creciente clase media aspiraba a consistentes transformaciones sociales, la lucha por la reivindicación de sus derechos no era una tarea exclusiva del proletario. Al año siguiente, informado de lo que sucedía en Francia, G. Prada defendió en un artículo de “Los Parias”, la campana por la jornada de ocho horas, objetivo que ya había sido incluido en los estatutos de la Federación de Obreros Panaderos desde 1,904. En esta ocasión, los panaderos habían convocado un paro general que fue parcialmente logrado. Es interesante subrayar la argumentación de G. Prada: “Según la iniciativa que parece 134


emanada de los socialistas franceses, todas las manifestaciones que hagan hoy los obreros deben converger a crear una irresistible agitación para conseguir la jornada de ocho horas”. Para el ideario anarquista, eso no valía mucho; pero en relación al estado económico de las naciones y al desarrollo mental de los obreros, significa muchísimo. Era el gran salto hacia adelante en un terreno donde no se podía caminar ni a rastras ideológicamente. Predomina en G. Prada, una concepción individualista que no hace del sindicato la prefiguración de la sociedad futura. Con todo, su pensamiento se mantiene cerca de la línea del anarquismo sindicalista preconizado por P. Kropotkine y F. Pelloutier, para los cuales las reformas parciales son ante todo la ocasión de fomentar la huelga general revolucionaria. De forma pragmática, el sindicato constituye una escuela de anarquismo, al proporcionar a los individuos una experiencia de lucha solidaria y anti-autoritaria. Ese texto, escrito antes del congreso anarquista internacional de Amsterdam (agosto de 1,907), anticipa las críticas dirigidas por Errico Malatesta al sindicalismo revolucionario defendido por Pierre Monatte. Como el anarquista italiano, G. Prada confía más en la solidaridad moral generada por un ideal común que en la solidaridad económica; no toma el sindicalismo solo como un fin en sí mismo, sino como uno de los medios de acción para llegar a la revolución ácrata, la cual sobrepasa ampliamente los intereses de una sola clase y se propone la liberación integral de la humanidad oprimida económica, política y moralmente. En junio de 1,906, publico un artículo de aclaración ideológica que explica las diferencias entre el socialismo, que califica de reformista y autoritario, y el anarquismo, a menudo confundidos por los actores del movimiento social peruano: “Entre socialistas y libertarios pueden ocurrir marchas convergentes o acciones en común para un objeto inmediato, como sucede hoy con la jornada 135


de ocho horas; pero nunca una alianza perdurable ni una fusión de principios”. En noviembre de 1,906, mientras habían cesado el trabajo los jornaleros del Callao, el escritor abogo por la huelga general armada. Meses más tarde, en mayo de 1,908, después de la masacre en Iquique de 600 huelguistas por el ejército chileno (diciembre de 1,907), preconizo también el sabotaje. No solo los considera los únicos medios eficaces de lucha contra los capitalistas, sino que también piensa como Kropotkin, que toda lucha armada constituye una forma de preparación del pueblo para la revolución final. Lo que deseaba G. Prada era que se produjera una toma de conciencia de esa clase intermedia (clases media), para que se una a los demás trabajadores y regenerase el Perú. Denunciaba el carácter inicuo del capitalismo que explota al trabajador y lo mantiene en la miseria, lo cual la vuelve moralmente inaceptable. Pensaba: donde hay cambio de dinero por fuerza muscular, donde uno paga el salario y el otro le recibe en remuneración de trabajo forzoso, ahí existe un amo y un siervo, un explotador y un explotado. Toda industria legal se reduce a un robo legalmente organizado. En esto coincide con Proudhon. Mostrando la continuidad histórica de la explotación (esclavitud, vasallaje, proletarización) afirmaba que el productivismo capitalista transforma al trabajador en proletario, o sea en máquina de carne y huesos, la forma más acabada de la alienación. Distinguía así dos concepciones de la actividad productiva humana: por una parte, el digno trabajo libre para transformar el Globo en una morada cómoda y salubre, concediéndose las horas necesarias al solaz, a la instrucción y al sueño, y por otra, la vil explotación que consiste en bregar y esquilmarse para que otros reporten los beneficios, no conociendo más placeres que el trago de aguardiente y la procreación. Subrayaba la duplicidad del discurso ideológico dominante de la época, que 136


enmascara la realidad gracias a la alianza cómplice de intelectuales y capitalistas, donde el letrado y el capitalista explotan al ignorante y al obrero. Hipócritamente, predican la evangélica máxima del amor al prójimo, hablando de “libertad, igualdad y fraternidad”. Las Ligas de Libre Pensadores, constituidas por C. Dam, se dedicaban a la educación y la asistencia de los trabajadores; por otra parte, Dam y Ugarte habían sido miembros fundadores del partido radical Unión Nacional, creado por Manuel González Prada en 1,891 y cuyo programa ostentaba un claro compromiso social. Destacada labor de concientización y educación de clase tuvieron entonces algunas publicaciones liberales de crítica sociopolítica: La Luz Eléctrica (1,886-1,897), Integridad (1,889 -1,891), Germinal (1,889; 1,901-1,906), El Libre Pensamiento (1,896-1,904), La Idea Libre (1,900-1,920), antes de que aparecieran órganos de definida orientación anarquista: Los Parias (1,904 -1,910), La Simiente Roja (1,905-1,907), El Hambriento (1,9051,910), Humanidad (1,906-1,907), El Oprimido (1,907-1,909) y La Protesta (1,911-1.926). Los gremios inicialmente más influenciados por el anarquismo fueron los panaderos y los tipógrafos, también los sastres, zapateros y picapedreros; más tarde fueron los trabajadores del sector textil, que influían en los jornaleros de los valles agrícolas cercanos a Lima. En 1,907, funcionaba en Lima el Centro de Estudios Sociales “Humanidad”, muy acudido por los textiles de Vitarte. El Centro Socialista 1° de Mayo con su órgano “El Oprimido”, tenía como participante al dentista C. Dam, que fusionó en 1,908 con el grupo “Humanidad”, originando al “Centro de Estudios Sociales 1° de Mayo”. Tenía actividad el Centro Racionalista Francisco Ferrer que editaba mensualmente “Páginas Libres” en Lima, nombre que reto137


ma el título del primer libro de González Prada (Paris, 1,894). El grupo “Luchadores por la Verdad”, reunía a los más destacados militantes obreros y a algunos intelectuales, ellos publicaron a partir de febrero de 1,911 el periódico “La Protesta”. El anarquismo arraigó también en las provincias: Huacho, Sayán, Barranca, Trujillo, Chiclayo, Ica... En Arequipa fue constituido en 1,905 el Centro Social Obrero. Varios periódicos fueron editados en Chiclayo, donde fue fundada la Confederación de Obreros 1° de Mayo en 1,907. En Trujillo apareció “La Antorcha” y se fundaron Centros de Estudios Sociales como “Luz” e “Hijos del Pueblo”. En Huacho fue creado el Centro de Estudios Femeninos “Luz y Libertad” (1,918). Hubo también un Centro de Estudios en la hacienda azucarera Pomalca con escuela y biblioteca. 1,905 inaugura el primer periodo de la lucha sindical, como un medio para mantener contacto con las masas. El anarquismo por si solo carecía de tácticas de lucha apropiadas en una sociedad de incipiente industrialización y paradójicamente la orientación de las luchas del movimiento obrero era anarquista. La Federación de panaderos “La Estrella del Perú”, separada de la confederación de artesanos “Unión Universal”, ocupó la vanguardia del movimiento con sus medios de difusión de prensa anarquista. A partir de 1,911, la influencia anarquista en el movimiento obrero se volvió predominante. La segunda década del s. XX encontró a la dirigencia anarco-sindicalista en posesión de los principales gremios de la ciudad de Lima y del resto del país, quienes hicieron la primera huelga general de solidaridad en abril de 1,911, en apoyo a los tejedores de Vitarte; su resultado fue la supresión del trabajo de noche. Como consecuencia del conflicto, se fundaron la Unificación Obrera Textil de Vitarte en mayo de 1,911 y la Unificación Proletaria Textil de Santa Catalina en noviembre del mismo año, que son las verdaderas organizaciones sindicales y núcleos de formación y acción del 138


anarco-sindicalismo de la ciudad de Lima. Estas organizaciones fueron los modelos para los gremios de albañiles, sastres y ferrocarrileros. Entre los años 1,912 y 1,913, las huelgas por las ocho horas y aumentos salariales se intensificaron, dando lugar a la constitución de nuevos sindicatos. En el campo, que se iba organizando en reivindicativas Sociedades de Auxilios Mutuos. En abril de 1,913 hubo conflictos violentos, y las fuerzas represivas mataron a decenas de jornaleros de los valles agro-industriales de Chicama y Santa Catalina, en La Libertad. Frente a la multiplicación de las huelgas y por presión de la patronal, el gobierno de Guillermo Billinghurst, promulgó en 1,913 un Reglamento de Huelgas destinado a luchar contra los métodos anarquistas de acción directa, aunque decía garantizar el derecho de huelga. No obstante, los conflictos se extendieron a los obreros del petróleo de Talara, Negritos, Lobitos y Lagunitas, en el norte del Perú. La propaganda sindical se intensificó a partir de 1,914, a causa de la degradación de las condiciones de vida y trabajo. Como las clases populares no se beneficiaban de la bonanza exportadora por la I Guerra Mundial, sufrían el alza exorbitante de los artículos alimenticios, generando la organizaron nuevos sindicatos de zapateros, albañiles, sastres y ferrocarrileros. La respuesta a ello fue, represión más violenta, muriendo numerosos trabajadores en provincias en 1,916 y años siguientes. Un nuevo paro general paralizó Lima y El Callao del 13 al 15 de enero de 1,919 hasta conquistar la jornada de ocho horas. La huelga había sido iniciada por los tejedores y fue rápidamente apoyada por los demás sindicatos, así como los estudiantes de la Universidad San Marcos. Víctor Raúl Haya de la Torre, el principal líder de los universitarios, fue adquiriendo después una gran influencia entre los trabajadores textiles gracias a la crea139


ción en 1,921 de las Universidades Populares González Prada, que se creó con la finalidad de educar a la clase trabajadora. Un frente único de sindicatos, gremios y organizaciones populares, llamado Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias, fue constituido por la Federación de Trabajadores en Tejidos en abril de 1,919 para luchar contra la elevación del costo de la vida. Ese Comité dirigido por los anarquistas Carlos Barba (zapatero), Nicolás Gutarra (ebanista) y Adalberto Fonkén (tejedor), organizó un paro general en mayo-junio que fue severamente reprimido por las autoridades, muriendo varios manifestantes. La Federación de Trabajadores en Tejidos se había fundado en enero de 1,919 y tenía un órgano de difusión llamado “El Obrero Textil”, esta organización anarquista distinguía claramente entre crítica anticlerical y ataque contra la religión. Así “El Obrero Textil”, publicaba artículos que alababan distintas figuras religiosas por su sentido social, por ejemplo, en un artículo, “Jesús fue anarquista”, se exaltaba como un modelo de revolucionario al carpintero de Nazaret: “.. .el Mártir del Gólgota fue, en su época, un Gorki más altruista, más valiente, un Tolstoy más intransigente y convencido, un Bakunin más abnegado y hermoso!... Jesús, en nuestro siglo, habría dado mejores resultados. Su gran poder sugestivo imprimiría un rumbo uniforme a la Revolución Social” (El Obrero Textil, Lima, octubre de 1,923, pág. 4). A partir de 1,920, los huelguistas se dividían entre quienes aplicaban la acción directa o el arbitraje previsto por la nueva Constitución para resolver los conflictos laborales, y quienes preferían métodos más radicales. En el Primer Congreso Local Obrero de Lima y El Callao, organizado en abril de 1,921, fue planteada la cuestión de la acción política de los trabajadores. Parece ser que los anarquistas lograron declararla incompatible con el sindicalismo pero que no pudieron obtener del Congreso que se pronunciara en favor del comunismo libertario como 140


objetivo de los trabajadores organizados. Las ideas socialistas, divulgadas desde 1,918, empezaban a calar en el proletariado. En mayo de 1,923 salió el primer número de “Claridad”, el órgano de la FOLL (Federación Obrera Local de Lima) y de la Juventud Libre del Perú, fundado por Haya de la Torre y dirigido por José Carlos Mariátegui a partir de 1,924, después de la deportación de Haya (octubre de 1,923). En mayo de 1,923, los sindicatos y los estudiantes unidos lograron impedir la consagración del Perú al corazón de Jesús, una maniobra política del Presidente Leguía que buscaba su reelección. En los enfrentamientos murieron el trabajador tranviario Salomón Ponce y el estudiante Manuel Alarcón Vidalón A partir de 1,924, con la reelección de Leguía, la represión se hizo más feroz y la influencia socialista arraigó en la FOLL. Los textiles, seguidos por los choferes, electricistas, gráficos y otros más, abandonaron el anarco-sindicalismo. El desterrado líder estudiantil Haya de la Torre, funda en México (7 de mayo de 1,924) el APRA como un movimiento continental. Haya viajara a Rusia como un representante de la Federación Obrera de Lima, quienes lo acreditaron como tal el 2 de abril de 1,924 por medio de su Secretario General Ricardo Cáceres. En efecto en cumplimiento de tal misión, en “El Tiempo” de fecha 9 de octubre de 1,924, Haya escribe “Impresiones de Rusia”, artículo que generará replica de los anarquistas, y así el grupo “La Protesta” empezara una campaña en contra de Haya y de su participación en los congresos moscovitas. Los anarquistas, particularmente los albañiles y carpinteros, intentaron en vano crear una nueva organización obrera libertaria peruana. Finalmente, a principios de 1,926 ya dejó de publicarse “La Protesta” y en septiembre salió el primer número de la famosa revista “Amauta”. A mediados de 1,926 empezaron los preparativos para el Segundo Congreso Local Obrero de Lima a 141


iniciativa de los Trabajadores en Tejidos. Tuvo lugar bajo la dirección de Arturo Sabroso a partir de enero de 1,927, pero sin la participación de los anarquistas. El Congreso se pronunció en favor del sindicalismo revolucionario sin orientación ideológica definida. En junio de 1,927, la represión gubernamental desestructuró las organizaciones obreras encarcelando o desterrando a sus principales líderes. En octubre de 1,928 fue finalmente constituido el Partido Socialista del Perú y, en mayo de 1,929, la Confederación General de Trabajadores del Perú, cuyo primer Secretario General fue Julio Portocarrero, obrero textil de Vitarte, ex-anarco-sindicalista y miembro fundador del Partido Socialista. El 20 de setiembre de 1,930 se funda en Lima el Partido Aprista Peruano (PAP), cuyos líderes aurorales son masones: Haya de la Torre, Luis Alberto Sánchez, Luis Heysen, Manuel Seoane, Antenor Orrego, León de Vivero, Ramiro Priale, Armando Villanueva, Manuel Ontaneda, Agustín Mantilla y otros. De los varios anarquistas masones peruanos, destaca Christiam Dam. Christian Dam, a finales del s. XIX y siendo Gran Maestro, fue el primer masón en el Perú que retiro de las logias de su obediencia el uso de la Biblia y la advocación al Gran Arquitecto del Universo, en su búsqueda de una masonería progresista, moderna y liberal, hecho que no fue bien visto ni comprendido por los masones conservadores de aquella época, que hicieron que renuncie a su cargo. Escribió “El Dogma de la Libertad de Conciencia” del que extraemos algunos párrafos. “La libertad de conciencia es la libertad es la recompensa del trabajo y la virtud, y consiste en la seguridad de que no es el hombre esclavo de la superstición fanática y explotaje de ninguna religión 142


revelada” (Christian Dam, El Dogma de la Libertad de Conciencia, Pág. 9).

En su época debió espantar a quienes leían su folleto, especialmente a la burguesía nacional que convivía con las autoridades religiosas del país y a las mojigatas limeñas. “Hemos visto, que los ritos y ceremonias inventados por los Pontífices romanos, desde la llamada Agua Bendita hasta el acto de la bendición de las palmas en el día del domingo de Ramos, tiende 143


a idiotizar las multitudes para sacar dinero, porque el dinero es el móvil de todas las acciones de la tenebrosa religión apostólica romana. Pero donde la cosecha es abundante, para todos los cuervos del altar y sacristía, es la representación mística –grotesca, titulada el santo sacrificio de la misa. El sacrificio de la misa es la comedia que deja incalculables ganancias a los clericales. Es el tesoro o rica mina que no se agota jamás y donde se cosecha mucho más dinero embaucando a tontos y fanáticos” (Christian Dam, El Dogma de la Libertad de Conciencia, Pág. 44). La GLP en la Declaración de Principios de su Constitución dice: “La Francmasonería busca el conocimiento de la verdad, considera a la justicia como el valor supremo que regula nuestra conducta y a la libertad e igualdad como derechos consustánciales del ser humano, exige que sus afiliados practiquen la tolerancia como actitud permanente en el trato social, respetando las ideas de todos los hombres a los que considera componentes de una misma familia, no admitiendo entre ellos ningún tipo de discriminación, ya sea por su raza, nacionalidad, religión, credo político o situación económica”. CHILE. Hacia mediados del s. XIX Chile es un país agrario, el 80 % de la población vive en las zonas rurales, la agricultura es la principal actividad económica. En el tercio final del siglo, esta situación se transforma. La incorporación como consecuencia de la Guerra del Pacífico, de los yacimientos salitreros ubicados en el Perú tras ser arrebatadas las provincias de Tarapacá y Antofagasta, con lo cual se da gran impulso al desarrollo de las fuerzas productivas, ya que la producción de nitrato permite generar los recursos monetarios para la balanza comercial que corres144


ponden al 50% de las entradas del fisco, creando un mercado para la producción agrícola del Sur y estimulando la naciente industria del país. La base de este proceso lo constituye la clase obrera. Según el censo de 1,875, el número de obreros del nitrato sumaban 2,848, los mismos que en 1,890 pasaban de 13,060. Para igual fecha el número de trabajadores manuales no rurales llegaba a 150,000 individuos, cerca al 17 % de la población económicamente activa se ubica en el sector de asalariados urbanos, porcentaje que incluye una variada gama de oficios, empleados de comercio y transporte. Este desarrollo se realiza en condiciones laborales y salariales deplorables que impulsaran a la resistencia obrera, que se manifiesta en un sin número de movilizaciones y huelgas. Es dentro de este contexto de irrupción de las luchas populares, que surgen los primeros núcleos de activistas que se imponen la tarea de conformar un movimiento social obrero. La formación de la clase obrera está ligada las corrientes marxistas y anarquistas, por la presencia de núcleos de activistas europeos. En un principio, el anarquismo superó al marxismo. Al producirse las primeras migraciones europeas hacia América Latina, estos trajeron consigo la organización y levantaron secciones en la costa atlántica, principal punto de radicación de los extranjeros. Esta se manifiesta de diversas maneras, ya sea en la prensa chilena; por el arribo a nuestro país de obreros extranjeros anarquistas principalmente; o a través de la llegada de impresos (libros, folletos, periódicos) publicaciones editadas por organismos europeos o americanos. Por otro lado, obreros chilenos que salían del país tuvieron la ocasión de tomar contacto con organizaciones obreras extranjeras; las organizaciones internacionales hicieron llegar a Chile elementos para organizarlos, que se confirma por la práctica de la Asociación Internacional de Trabajadores que acostumbraba enviar emisarios a América, con el expreso propósito de levantar secciones de ésta. 145


La propaganda anarquista en Chile se inició en la década de 1,880, con material proveniente de España y Argentina. En 1,893 se editó “El Oprimido” en Valparaíso, primer periódico libertario, seguido de otros con nombres tales como: El Ácrata, La Luz, La Revuelta, La Batalla, El Surco, Acción Directa, etc. Con mayor continuidad se publicó La Batalla, entre 1,912 y 1,926. También hubo varios periódicos voceros de sindicatos y Sociedades de Resistencia de tendencia anarquista, como: El Siglo XX, La Imprenta (tipógrafos) y El Marítimo de Antofagasta (marítimos). El 24 de febrero de 1,896 se publicó el periódico “El grito del pueblo”, con la participación de Javier Rocuant, Antonio Bórquez y de los destacados escritores Diego Dublé Urrutia y Carlos Pezoa Véliz. Antes de fines del siglo, editaron otros periódicos: “El Proletariado”, dirigido por Luis Olea, Magno Espinoza y Alejandro Escobar y Carvallo, “El Rebelde” (1,898), “El Martillo” (1,898), “La Tromba” y “Rebelión”; y al despuntar el siglo XX: “El Ácrata” (1,901) y “Germinal” (1,901). En 1,898 se fundó la “Sociedad de Carpinteros y Ebanistas”, la “Sociedad de Instrucción y Socorros Mutuos Caupolicán” y la “Sociedad de Resistencia de los Obreros de la Maestranza de Ferrocarriles”; todas de inspiración ácrata. La llegada en 1,901 del jurista y teórico anarquista italiano, Pietro Gori, fortaleció la formación ideológica de los anarquistas chilenos. La época de oro del anarquismo chileno comenzó a principios del s. XX con la creación de las Sociedades en Resistencia y las Mancomúnales. Los principios fundamentales de estas organizaciones, fueron inspirados por el anarquismo. Los primeros sindicatos obreros organizados por gremios, ramas u oficios, se crearon entre 1,901 y 1,902 así como los gremios de carpinteros, ferroviarios, marítimos, relojeros, panaderos, tranviarios, yeseros, zapateros, mueblistas, gráficos y carboneros. Algunos activistas destacados en esta época fueron: Marcos Yá146


nez, Belarmino Orellana, Eugenio Sagredo Jiménez, Luis Morales y Manuel Guerra. Estas Sociedades de Resistencia pronto tuvieron conflicto con las viejas mutuales y sociedades de socorro, presentes desde mediados del s. XIX; a las que consideraron incapaces de defender los intereses de la clase obrera. Hacia principios de s. XX comienza a desarrollarse la corriente anarcofeminista, inspirado en los textos de Loise Michel, Voltarine de Cleyre, Lucy Parsons y Emma Goldman. Las anarquistas formaron la “Federación Cosmopolita de Obreras en Resistencia” (1,903), la “Sociedad en Resistencia de Sombrereras” (1,906) y la “Sociedad en Resistencia de Operarias de la Casa Matus” (1,907). Una de las mujeres más sobresaliente de estas primeras organizaciones fue Ángela Muñoz Arancibia. El crecimiento del movimiento obrero originan las mancomúnales, inspiradas en la idea anarcosindicalista y, eran de carácter estrictamente reivindicativo. La primera mancomunal se funda en Iquique por los portuarios el 1 de mayo de 1,900, y posteriormente surgieron en Antofagasta, Chañaral y Copiapo. En 1,904 se realiza en Santiago la “Primera convención nacional de mancomúnales”; participando 15 organizaciones en representación de 20,000 asociados. Los socialistas y marxistas, principalmente a través del Partido Demócrata, se hicieran del control de la mayoría de las mancomúnales, pasando luego muchas de estas a integrar la Federación Obrera de Chile (FOCH). Los anarquistas impulsaron “la gran huelga de lancheros” de 1,890 en Iquique, Antofagasta, Valparaiso, Concepción y otros puertos menores que estallo en 1,903. En 1,905 en Santiago ocurre un movimiento de trabajadores, estimulado por los anarquistas. El movimiento se inició luego de una injustificada represión policial a un mitin en protesta contra 147


el impuesto a las importaciones de carne. Como resultado de los enfrentamientos que causó la feroz represión se contabilizaron alrededor de 200 obreros muertos. La indignación de los trabajadores estalló declarando, la gran mayoría de los gremios, la huelga general. El gobierno decretó el estado de sitio y convocó al ejército a reprimir. Las muchedumbres intentaron tomar el palacio de gobierno, pero aunque no lo lograron, la ciudad quedó prácticamente en su poder. En la rebelión de 1905, tuvo una sobresaliente participación Magno Espinoza y otros activistas anarquistas, que comenzaban a hacer sus primeras experiencias de lucha armada embrionaria. Los trabajadores se apoderaron de las calles de Santiago por 48 horas. Desfilaron desde sus barriadas hacia el centro de la ciudad, amenazando con entrar a la Moneda y a la Tesorería Fiscal. el gobierno, viendo que la policía no era capaz de doblegar la combatividad de los trabajadores llamo urgentemente a varios regimientos. Grupos de trabajadores practicaron el sabotaje revolucionario a líneas telegráficas y a la Maestranza de Ferrocarriles con el fin de impedir la llegada de tropas a Santiago. El gobierno reaccionó acrecentando la represión y persiguiendo a los anarquistas y sindicalistas que lideraban el movimiento. Pero a pesar de la represión la actividad anarquista siguió en alza. El periódico anarquista “El Alba” denunció en su edición de la segunda quincena de octubre de 1,905: “el pueblo ha sido asesinado con toda saña y alevosía por la cosa quería y por la horda joven de la burguesía. Han sido asesinado cobarde y vilmente más de 500 ciudadanos y más de 1,500 fueron heridos” En 1,906 se da la huelga general en Antofagasta, dirigida por los ferroviarios. El 21 de diciembre de 1,907 la huelga de los salitreros en Iquique, terminó en una masacre perpetrada por las autoridades, conocida como la Matanza de la Escuela Santa María de Iquique. Allí el ejército ametralló a la multitud congre148


gada en la plaza Santa María, asesinando a unas 3,000 personas, entre trabajadores, mujeres y niños.

21 de diciembre de 1,907, Iquique. Trabajadores del salitre en huelga general por las míseras condiciones de trabajo y explotación son asesinados con ametralladoras por unidades militares comandadas por Roberto Silva Renard (también responsable de la Masacre del “mitin de la carne” en Santiago, 1,905), bajo las órdenes del Ministro del Interior Rafael Sotomayor Gaete. Víctimas: entre 2,200 a 3,600 personas, cifra difícil de precisar dado que todos fueron enterrados en fosa común y los restos recién se exhumaron en 1,940 solo para ser enterrados de nuevo. El gobierno de Pedro Montt prohibió detalles en los certificados de defunción. El Congreso ordenó una comisión investigadora sin designar a nadie y no investigó. Recién en 1,913 hubo un primer informe oficial. Existe además la presencia de peruanos y bolivianos entre las víctimas, además de familiares, mujeres y niños que acompañaban a los trabajadores chilenos. Entre los muertos se cuentan veteranos de la Guerra del Pacífico. Los sobrevivientes fueron escoltados con sables hasta el Club Hípico, y desde allí a la Pampa.

En junio de 1,906 en Santiago, fundan la primera central sindical chilena: la Federación de Trabajadores de Chile (FTCH). Paralelamente se crea la “Federación Mancomunal de Valparaiso”, que 149


agrupa las sociedades de socorros mutuos y las sociedades de resistencia. Siguiendo el mismo ejemplo se crea la “Federación Mancomunal de Santiago” en 1.907. Con la Matanza de la Escuela Santa María de Iquique se inicia una mayor represión hacia las organizaciones obreras, por lo cual la FTCH y gran parte de las organizaciones anarquistas se disuelven o desarticulan. Luego de la Revolución Rusa, las diferencias entre ácratas y marxistas se profundizaron. La cohabitación al interior de las sociedades de resistencia llegó a su fin, y los socialistas moderados y reformistas se apropiaron de la Federación Obrera de Chile (FOCH). En diciembre de 1,919 obreros anarquistas fundan en Valpariso la Industrial Workers of the World (IWW) sección chilena. La IWW chilena se diferenció de la organización obrera estadounidense, porque en Chile fue mucho más anarcosindicalista que en estados Unidos. El principal logro de la IWW fue organizar el disperso movimiento obrero en su enfrentamiento con el capital y el gobierno. Sin embargo, nunca pudo aglutinar a todas las organizaciones sindicales libertarias. El golpe de estado cívico-militar del 5 de setiembre de 1,924 fue repudiado por toda la izquierda chilena. Sin embargo el movimiento militar restaurador de enero de 1,925 fue apoyado por las fuerzas socialistas y comunistas. Los anarquistas y las organizaciones en las que ejercían su influencia decidieron mantenerse al margen y no confiar en los militares. En 1,925 Los anarquistas fundaron una nueva organización obrera, la Federación Obrera Regional Chilena (FORCH), afiliada a la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT). Finalizada la dictadura en 1,931 los comunistas y socialistas fun150


dan la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH). Los anarquistas hacen lo propio y crean la Confederación de Trabajadores (CGT). Sin embargo, la legalización de los sindicatos reformistas y su institucionalización, la dura represión hacia los anarquistas y una cierta desorganización entre los libertarios; minaron la preponderancia anarquista, que iría decayendo durante la década, con un leve repunte durante los años de la Revolución Española, hasta tornarse poco significativa en la década de 1,940. El protagonismo sindical había quedado en manos de los socialistas, comunistas y demócratas cristianos. La característica de la primera masonería que se implantó en chile fue una forma de sociabilidad ligada en su mayoría a comerciantes y artesanos extranjeros de origen europeo no hispano, y a norteamericanos. Esto explica su proliferación en las ciudades porteñas, centros de comercio nacional e internacional del Pacífico. Eran hermandades laicas, con deberes de ayuda mutua y solidaridad en aspectos sociales, políticos, laborales y económicos entre sus miembros. Las logias eran un refugio fraternal para extranjeros de confesiones protestantes, los cuales debían soportar las persecuciones de la iglesia católica, que los discriminaba al no permitirles contraer matrimonio, ni ser sepultados según sus propias convicciones religiosas. En 1,850 un grupo de franceses residentes en la ciudad de Valparaíso, puerto de Chile, solicitaron al Gran Oriente de Francia carta constitutiva para regularizar sus trabajos. Jean Baptiste Dubreil, antiguo miembro de la logia “L’étoile de la Gironda” del oriente de Bourdeaux, Francia, levanta columnas de la logia “L’étoile du Pacifique”. Situación análoga ocurre con un grupo de masones norteamericanos y europeos, quienes dieron vida a la logia “Bethesda”, bajo los auspicios de la Gran Logia de Massachusetts. Por último, debido a que estas logias trabajan en francés e inglés respectivamente, se formó una tercera logia en 1,853, por iniciativa del masón brasilero Manuel de Lima, la cual fue bautizada con el nombre de “Unión Fraternal”, en la cual 151


participarían un importante número de chilenos y argentinos, estos últimos exiliados por el régimen de Rosas. En Valparaíso existía una gran concentración de extranjeros, principalmente comerciantes, que le brindaba un carácter cosmopolita respecto a la capital, Santiago, sede de la oligarquía chilena vinculada al catolicismo. De este conjunto de logias surgió, debido a la gran movilidad de los comerciantes entre los puertos de Valparaíso y Talcahuano, al sur de Chile, una logia en la ciudad de Concepción. El español Enrique Pastor, que había sido miembro de la logia “Unión Fraternal” fundó en 1,856 la logia “Estrella del Sur”, que se afilio al Gran Oriente Nacional del Perú. Las logias, que debían ser refugio para la fraternidad, no estaban ajenas a los problemas del mundo profano. Durante la guerra civil de 1,859, en la logia “Estrella del Sur” fue detenido su Venerable Maestro, Federico Benavente, por el intendente interino de la ciudad de Concepción Adolfo Larenas, miembro de la misma logia. Adolfo Larenas fue acusado de perseguir a los hermanos de su taller por sus convicciones políticas, pero fue eximido de los cargos en su contra. En 1,860, la logia “Estrella del Sur” rompió Relaciones con la Gran Logia Nacional del Perú y se afilió al Gran Oriente de Francia, cambiando su nombre por “Aurora de Chile”. En la ciudad de Copiapó, en el extremo norte, se funda la logia “Orden y Libertad” en 1,862. En Valparaíso, además de las tres logias existentes surgió una cuarta bajo el nombre de “Progreso”, cuyo primer Venerable Maestro fue Blas Cuevas, miembro de la logia “Unión Fraternal”. De este modo para 1,862 ya existían en Chile 6 logias creando una red intercomunicada entre el centro, norte y sur del país. La Iglesia católica chilena, atenta a los avances de la masonería 152


en Chile y en respuesta a un artículo publicado en 1,858 en el periódico El Mercurio de Valparaíso, llamando la atención de las autoridades en la “Revista Católica” sobre los peligros de este tipo de agrupaciones. Este sólo sería el comienzo de una difícil historia de confrontación y convivencia. La masonería chilena, define como determinante para la formación de la Gran Logia, el hecho, de que el emperador Napoleón III haya intervenido en la designación del Gran Maestro del Gran Oriente de Francia en la persona del Mariscal Magnan, el 11 de enero de 1,862. Este hecho más que desencadenar la ruptura, sirvió de excusa para crear una entidad nacional y autónoma. La logia “Unión Fraternal” buscó agrupar a todas las logias existentes en el territorio. Sin embargo, las logias de Valparaíso “l’etoile du Pacifique” y “Bethesda” se negaron a formar parte de la Gran Logia. Algo similar sucedió con el Capítulo Rosa Cruz del grado 18º y el Consistorio de Caballeros Kadosh del grado 30º que dependían de dichas logias. Las tres logias, acordaron que cada una presentara una delegación de tres hermanos y con ello dieron vida a la Gran Logia de Chile. Eligiendo como Gran Maestro a Juan de Dios Arlegui. La Logia “Aurora de Chile” por su parte, pasó a llamarse “Fraternidad”, debido a su ruptura con el Gran Oriente de Francia, y obtuvo el número 2, ya que el nº 1 lo ostentaba la logia “Unión Fraternal”. Paralelamente con miembros de esta logia surgió en Valparaíso otra con el nombre de “Aurora”. Rene García Valenzuela nos manifiesta que: “La exageración del sentimiento individualista condice a una doctrina política bien definida, pero mal conocida, genéricamente denominada anarquismo, cuyos métodos de acción, de extraordinaria violencia a veces, lo ha hecho temible y criticable de parte de ciertos sectores”. No obstante el anarquismo tiene su propia ética, desde el 153


punto de vista masónico. “En efecto el anarquismo idealista busca la disminución progresiva de las atribuciones de la denominada casta gubernamental, a través del perfeccionamiento político de los individuos” (Rene García Valenzuela: Introducción a la historia de la francmasonería en Chile, pág. 117). Por otra parte la masonería y sus obediencias en Chile, no era ni es parte de ningún partido político ni social, pero sus integrantes tienen el derecho de estudiar, cuantos problemas se refieran a la vida humana, para afirmar la fraternidad. Así en la masonería chilena hubo masones anarquistas, socialistas, comunistas y liberales. “Para ella el arte de gobernar no debe entenderse solo dentro de los límites de la razón y de la ciencia, sino que también de la justicia, incluso simbolizada en la escuadra del Maestro, como armónica combinación de derechos y deberes. Esta posición nada tiene que ver con la política transitoria, con la política del poder, con la política electoral, con la política del día, como resorte y oportunidad para aprovechar circunstancias momentáneas y tornarlas favorables y dúctiles para el logro de una causa determinada”. (Rene García Valenzuela: Introducción a la historia de la francmasonería en Chile, pág. 142). La Constitución de la Orden Masónica en Chile dice: ARTÍCULO 3. La Masonería tiene por divisa: Libertad, Igualdad y Fraternidad; pero recuerda a sus adeptos que trabajando en el dominio de las ideas, uno de sus primeros deberes como masones y como ciudadanos es el respeto y observancia de las leyes del país que habitan. Sin embargo, en la esfera de la discusión filosófica les será permitido procurar la reforma de las que no estuviesen de acuerdo con la justicia y la razón. ¿LA MASONERIA TIENE VOCACION POR LA LIBERTAD? Si la pregunta se formula al masón de América, la respuesta que oirá es “Si”, porque los masones lucharon por su independen154


cia, contra las potencias imperiales de Europa, en América del Norte, Centroamérica y el Caribe y, en América del Sur. Si la pregunta se formula al masón europeo, las repuestas es “Si” en algunos casos y, en otros es “No”. Mucho tiene que ver en esto con su pertenencia a la masonería dogmática o, a la masonería liberal o adogmática, con las excepciones que en ellas se dan. Los masones europeos que responden si a la pregunta nos dirán que el artículo primero de la Constitución del Gran Oriente de Francia (1,773) dice: “La Francmasonería, institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva, tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad; trabaja por la mejora material y moral, por el perfeccionamiento intelectual y social de la humanidad. Tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto a los otros y a uno mismo, la libertad absoluta de conciencia. Considerando que las concepciones metafísicas son del dominio exclusivo de la apreciación individual de sus miembros, rechaza toda afirmación dogmática. Tiene como divisa: Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Mientras que los que responden no a la pregunta, dirán que las Constituciones de Anderson de 1,723 dice: “El Masón ha de ser pacífico súbdito del Poder civil doquiera resida o trabaje, y nunca se ha de comprometer en conjuras y conspiraciones contra la paz y bienestar de la nación ni conducirse indebidamente con los agentes de la autoridad; porque como la Masonería recibió siempre mucho daño de la guerra, el derramamiento de sangre y el confusionismo, los antiguos reyes y príncipes estuvieron siempre dispuestos a favorecer a los masones a causa de la quietud y lealtad con que prácticamente respondían a las sofisterías de sus adversarios y fomentaban el honor de la Fraternidad que siempre floreció en tiempo de paz. Así que si un hermano se rebela contra el Estado, no se le ha de apoyar en su rebelión, aunque se le compadezca por tal desgracia; y si no está convicto de ningún crimen, aunque la leal Fraternidad deba condenar la rebelión y no dar al Gobierno el menor motivo de recelo ni asomo de fundamento 155


sobre el particular, no podrán expulsarlo de la Logia y su relación con ella permanece incólume”. Cada masón es libre de hacer suyo, el principio que mejor le parece y su opinión es respetable aun cuando no se comparte ella.

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Así en el s. XIX muchos masones que hicieron suyo el pensamiento masónico francés, así como los masones laboralistas ingleses, consideraron natural que los masones luchen por sus independencias en América y se preguntaron: ¿Qué contradicción habría con la anarquía?, porque para los anarquistas y los masones, el denominador común es el hombre. Ambos, anarquismo y masonería, se basan en una moral del comportamiento del hombre. Ambos tienden a la universalidad. Ambos asocian, complementaria y armoniosamente, el individuo a lo social. El masón es hombre libre, que puede adherirse sin abdicar de nada, a cualquier sociedad de pensamiento, porque su adhesión no es un enrolamiento, no implica ninguna obligación incompatible con su ideal, porque la masonería no anula su libertad, no atenta contra su independencia, no disminuye en nada sus convicciones. Por otra parte es virtud para el masón practicar la humildad, generosidad y la fraternidad entre otros. La masonería tiene métodos particulares de trabajo, en la serenidad de sus tenidas, sus tradiciones y ritos libremente aceptados, sus símbolos libremente interpretados, una total libertad de expresión en la tolerancia y la fraternidad, un proceso iniciático excepcional de perfeccionamiento y emancipación de los individuos en sus diversidades. El Masón libre en la Logia libre, aceptó no solo al anarquista, sino también a otros perseguidos por sus ideas, su fe o raza. Ellos se sintieron como pez en el agua, porque eran hombres libres. Ahora bien, solo un hombre libre, acepta una disciplina. Pues no hay más disciplina válida que aquella a la que uno se somete libre y espontáneamente. Sea en una colectividad libertaria, iglesia, partido político, organización social o en una logia masónica. No se puede confundir organización y autoridad. En una reunión anarquista o de cualquier organización social, hay un pre157


sidente un secretario y un tesorero. Un taller masónico está presidido por un Venerable Maestro, asistido por los Oficiales de la Logia, que son hermanos del oficio y que nada tiene que ver con oficiales militares de graduación. Ni masones ni anarquistas son perfectos. Porque la masonería es una sociedad humana y los anarquistas son hombres. Ni siquiera los religiosos son unos santos. El problema surgió cuando sectores políticos y religiosos de posición extrema, dijeron que había una trinidad o triada malévola en colusión y, apuntaron con el dedo acusador a marxistas, anarquistas y masones, como los enemigos del alma, los demonios del mundo y la carne. Otros afirmaban que la masonería había creado el anarquismo y el marxismo; la masonería patrocinaba el protestantismo, el anarquismo y marxismo; la masonería anticlerical y atea fomentaba al anarquismo. Es decir los enemigos del anarquismo, marxismo, masonería y del protestantismo, juntaron fuerzas para combatirlos con los métodos y medios más deleznables.

Lo cierto es que hubo masones que eran anarquistas, así como también es cierto que hubo masones en América y Europa que lucharon por la libertad. 158


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Medalla revolucionaria francesa

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