Las caras del amor de Dios. ¿Tiene el cristiano que arrepentirse? O quizás ya todo está perdonado y no tenemos que arrepentirnos. ¿Por qué arrepentirnos? ¿De qué arrepentirnos? ¿Puede el cristiano hacer lo que sea y sigue con su salvación? ¿Puede el cristiano perder la salvación? ¿Qué es la salvación? ¿Sabe el lector las respuestas a estas preguntas? Si su respuesta es NO, yo le pregunto ¿Por qué? Lo más importante es su vida, y si llegamos a la respuesta que la salvación se puede perder, y no sabemos cómo, ¡quizás ya no somos salvos! ¿Qué es la salvación? Es acaso un convencimiento en la mente de que Cristo murió por mí y soy salvo, ¿Es esto la salvación? Es acaso repetirse hasta convencerse a sí mismo de que Cristo murió por mí. El Reino de los cielos está siendo plagiado, no por hombres malos, sino por los mismos que quisieron entrar en él. No se puede decir que el predicador no predico la verdad y por eso no se conoce la verdad. La verdad ha sido dada a todos, el uno y el otro recibirán la paga del Señor, pero cada uno dará cuentas a Dios de su vida. Cristo no ha quedado muerto. Él Vive. Si lo buscas lo encontraras. La Palabra habla desde las páginas del libro, creed a la verdad, creed a la luz mientras la luz está con nosotros. ¿Por qué dejas en las manos de un predicador, lo que debe estar en tus propias manos? No digo que no se debe escuchar a los pastores, pero digo que cada uno tiene la responsabilidad de su vida, por lo menos de su propia vida. Cada uno de nosotros tenemos que buscar a Dios, creer a su Palabra, creer a Cristo, hacer lo que él nos enseñó que debíamos hacer. Cristo no es la última moda de Internet, Cristo no es un club de prosperidad económica, Cristo no es