La ola, que rompe en el medio de la ría, comienza a funcionar a partir de media marea subiendo. Con la marea baja, la rompiente se extiende tanto a través de la desembocadura del río, que carece de la fuerza suficiente para ser surfeada. Pero a medida que va subiendo la marea, el mar se concentra, dando lugar a dos tipos de ola: una derecha muy larga, aunque con poca fuerza en algunas de sus secciones, que puede dar recorridos de más de 600 metros y de un minuto de duración, y una izquierda, más corta, aunque también muy larga, que en el punto bueno de marea levanta secciones muy divertidas. Llegar hasta la ola exige consecuentemente una remada también muy larga, tanto al entrar como si la ola que has cogido es la derecha, remada que en seguida se ve compensada por la belleza del paisaje y por la cara de felicidad de los otros surfistas con los que te vas cruzando en busca de una nueva ola.
Aunque está relativamente cerca de casa, han sido muy pocas las veces que he surfeado en el Pedrido. La última vez, no se podría hablar técnicamente de un baño. Fue durante la edición 2013 de Onda Longa. Entré al agua equipado con tres cámaras con la idea de grabar toda la acción que me fuese posible. Y aunque cogí varias olas muy buenas, estuve más centrado en grabar a los demás que en correr paredes. Con aquellas grabaciones, y con las que había realizado el año anterior, edité el video ‘Onda Longa. Un viaje a la ola más larga de Galicia’, que se estrenó en la playa de Bastiagueiro este invierno, y que próximamente se podrá ver en otros festivales antes de su estreno en la web con motivo de la edición 2014 de Onda Longa. En el video he intentado transmitir lo que Onda Longa representa para todos los que desde hace 4 años nos acercamos al festival: un encuentro en el que prima la amistad y el deseo de pasarlo bien, en un lugar increíble rodeados de una gente increíble•
D iciembre 2014 • H angten 91