Indios imaginarios e indios reales iii

Page 4

Esta inserción cristiana del relato de la profecía mosaica desposee al pueblo hebreo de la palabra sagrada; representa una advertencia para ellos sobre lo que va a ocurrir, preparando así la justificación de todos los desarrollos míticos e inquisitoriales posteriores. Mediante las profecías y figuras del Antiguo Testamento, Dios preparó a la humanidad para la venida de su hijo y la realización de sus propósitos redentores. Con los patriarcas y los profetas, con la Ley, con los ritos de la religión mosaica, Dios familiarizaba a su pueblo con las grandes verdades, pues la humanidad, en su infancia, no podía aún recibir la completa Revelación. Gracias a esta pedagogía divina, el pueblo judío pudo ya recibir las grandes líneas de la Revelación y, en un conmovedor resumen, Ireneo (uno de quienes han formulado con más claridad los grandes principios de la lectura del Antiguo Testamento) nos descubre todo el sentido del Antiguo Testamento: a ese pueblo, pronto a regresar a los ídolos, Dios lo formaba a través de numerosos llamados, lo preparaba para la perseverancia y el servicio de Dios; lo llamaba a las cosas primeras por las cosas segundas, es decir a la verdad por las figuras, por las cosas temporales a las cosas eternas, por las cosas de la carne a las del espíritu, por las cosas de la tierra a aquellas del cielo…3

Esta gran paciencia de Dios hacia su muy amado pueblo, esta pedagogía divina que guiaba al pueblo elegido, se expresaba en la primera Jerusalén “histórica” y “geográfica”. Pero esta misma ciudad santa deja entrever ya los signos del futuro apenas disimulados bajo la letra del libro sagrado. Es lo que explica Hilario de Poitiers en el siglo IV: Hay varias maneras de interpretar la Escritura... Toda la obra contenida en los Santos Libros anuncia con sus palabras, revela por los hechos, establece por los ejemplos, la venida de N. S. J. C. quien, enviado por su padre, se hizo hombre y nació de una virgen por la acción del Espíritu Santo… es Él quien, por las prefiguraciones verdaderas y manifiestas, engendra y lava, santifica, escoge y rescata la Iglesia en los patriarcas. Por el sueño de Adán, por el diluvio de Noé, por la bendición de Melquisedec, por la justificación de Abraham... Durante todo el recorrido de los tiempos, en una palabra, el conjunto de las profecías, manifestaciones del desarrollo del plan secreto de Dios, nos fueron dadas con benevolencia, por el conocimiento de su encarnación por venir. Y puesto que nosotros deseamos mostrar en este pequeño tratado que en cada personaje, en cada época, en cada hecho, el conjunto de profecías proyecta como un espejo la imagen de su advenimiento, de su predicación, de su pasión, de su resurrección y de nuestra comunidad en la Iglesia... 4

El mismo Hilario termina su tratado concluyendo:

3 4

J. P. Brisson, Introduction au traité des Mystères de Hilaire de Poitiers (siècle IV), Ed. Du Cerf, Paris, p. 43. Hilaire de Poitiers: “Traité des Mystères”, op. cit., LI, 1, p. 73.

133


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.