Allen 01

Page 104

Raziel

The Fallen

Kristina Douglas

―Él me odia ―dije alegremente. Si yo no puedo tenerlo, al menos puedo disfrutar molestándolo. ―¡Oh, no! ―dijo Sarah―. Raziel no odia a nadie. Al menos… ―Créeme, me odia. No estoy demasiada encariñada con él tampoco. ―No era exactamente una mentira―. Él cree que soy un dolor en el trasero. ―Por supuesto que no ―dijo Sarah. ―Por supuesto que sí. Y explícame lo que tiene en la mente. ―¿Qué? ―¿Cómo hace Raziel para saber lo que pienso cuando estoy con él? ¿Cómo supiste que quería lasaña y helado? ¿Nadie tiene algún secreto, algo de privacidad, en este lugar? ― sabía que sonaba muy quejumbrosa, pero no podía detenerme. ―Los secretos usualmente causan problemas ―murmuró Sarah―. Pero hay privacidad. Mientras la mayoría de nosotros puede discernir lo que piensan los demás si escuchamos cuidadosamente, es más cortés no hacerlo. Podemos entender tus necesidades básicas, si quieres comida, o si te gustaría ir a caminar, o querer compañía. Las cosas más importantes únicamente son accesibles para Raziel. Y me asusta que él no quiera hacerte compañía. Conoce lo que hay en tu mente incluso cuando está en otra parte. ―Grandioso ―dije―. No es de extrañar que no le agrade. Mis pensamientos deben ser muy poco dulces. Al menos son sinceros. Así que él sabe absolutamente cada cosa. Si quería. También era capaz de apagar la radio. Me permití a mí misma recordar brevemente cómo me miraría con la ropa interior que Jason había comprado para mí con la esperanza de reavivar nuestra pasión. Realmente parecía deliciosa, pero había sido demasiado poco, demasiado tarde. Por lo menos eso podría ayudar a mantener a Raziel fuera de mi mente. Carrie repentinamente se puso rígida. ―Necesitamos irnos ―dijo, levantándose con un movimiento fluido, más elegante de lo que yo podría serlo. Sarah asintió, su serena expresión fue reemplazada con un ceño preocupado, y la sensación del frío y la humedad, se deslizó tan ansiosamente en mi interior que me golpeó con toda su fuerza. Me puse de pie antes de darme cuenta. ―¿Están listos para el encuentro? Sarah asintió. ―Quédate aquí. Sí hay un problema, Raziel vendrá por ti. ―Dudo que venga… ―comencé a decir, pero ellas ya se habían ido, abandonándome en el apartamento estéril mientras la oscuridad se cerraba alrededor de mí. 104

TRADUCIDO EN PURPLE ROSE


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.