La Gaceta de Benaoján nº6 Julio2012

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L a Cuando terminaba la dura jornada de trabajo, seguía hasta altas horas de la noche ayudando en casa a coser. Su madre era costurera, sobre todo de ropa masculina, camisas y pantalones. Es curioso pero trabajaban en cadena, su madre cortaba y montaba los cuellos, su Anita cosía el resto, ella le hacía los ojales , trabajo delicado y preciso, Frasquita María a la plancha, dejando las prendas listas para entregar. En 1966 con la escasez de trabajo que azotaba nuestro pueblo, Julia también decidió probar suerte en Alemania. Para ello conto con la ayuda de Juanito la Tornalla y Eloy de Irene. El 24 de mayo de 1966 viaja junto con Loli Pacheco y Antonio Villalba, en la mayor expedición que salió de la Serranía de Ronda, hacía Alemania. Pero por si no fuera poco el disgusto de tener que dejar su tierra se le sumo la grave enfermedad de su cuñado, el marido de Anita, muriendo este mientras ella aun estaba de camino a Alemania, pero ella no lo supo hasta que no llego a Knittlingen a casa de Felisa Castaño y esta se lo comunico. Cuando llegaron a la estación de Stuttgart, fue toda una odisea llegar a Knittlingen, pues perdieron el tren, sin conocer el idioma y sin dinero alemán, no sabían lo que hacer, por fin enseñando una dirección consiguieron que un taxi los llevara hasta misma puerta de Felisa. Esta y los demás españoles estaban muy preocupados sin saber lo que les había podido pasar, al no llegar a la estación donde se les esperaba. A Julia aquello le pareció otro mundo, acostumbrada al pueblo, aquello era tan distinto, pero nunca se sentido sola, Felisa siempre le dio calor y cariño. Allí se encontró con muchos españoles, que se juntaba en casa de la Tante, esta mujer junto con Felisa Castaño ayudaba a los españoles, ofreciéndole un primer refugio mientras se instalaban y encontraban trabajo. Julia se traslado a vivir a otra casa cerca, donde le alquilaron una habitación. Enseguida

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Eloy González le busco un trabajo en la Metallbau, una fabrica de acero, allí entro en el apartado de costura, donde confeccionaban las camillas para el ejercito y hospitales. Siempre estuvo acompañada por españolas junto con ella trabaja Emma y Loli Pacheco. La casera que tenia eran muy amable y por las mañana siempre la esperaba para desayunar y por las noche permanecía levantada para que tomara algo antes de acostarse. El poco dinero que podía ahorrar se lo enviaba a su madre para que hiciera frente a los gastos de la casa. Permaneció allí durante dieciséis meses, dejo Alemania por pequeños problemas de salud. La decisión definitiva de venirse la tomo un día de septiembre de 1967. Se acercaban las fiestas de octubre en Benaoján y Manolito Castaño le contaba que tenia ganas de venir a ver a su novia, ella le insistía que hiciera lo que su corazón le dictara, este decidió venirse y ella con él. Insiste en que nunca podrá olvidar y agradecer lo suficiente a Felisa Castaño todo lo que hizo por ella, mientras vivió en Knittlingen. Guarda muy buenos recuerdos de todos sus compañeros de trabajo y de la señora que le alquilo la habitación. Cuando volvió se incorporo a trabajar de nuevo en casa de María Joaquina, cuando allí escaseaba el trabajo se iba a otra fabrica. Ha trabajado en casi todas las fábricas del pueblo y en la que no ha estado, ha sido porque estaba ocupada, no porque no la hubiesen buscado. Así estuvo hasta que en el día del corpus de 1976 avisaron a ella y a su hermana Anita para que al día siguiente fueran a trabajar a la Cooperativa San Marcos. Allí estuvo catorce años, hasta que su hermana Anita enfermo y quedo

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postrada en la cama, entonces ella decide venirse para ayudar a cuidar a su hermana. Gracias a lo cotizado en los últimos años y algunos días de 1967, pudo cobrar una pensión. Julia, nunca se caso, permaneció soltera pues no llego nunca un hombre que la enamorara y eso que tuvo muchos pretendientes e incluso tuvo un novio formal. Era de Jimera se disgustaron por una tontería, pero ella reconoce que la decisión de dejarlo fue porque ella no estaba realmente enamorada de él. Aunque él siguió buscándola ella no quiso. Se planteo su vida con sus hermanos y familia y no quiso volver con él. Julia y su familia siempre han sido una familia bondadosa, han ayudado a todo aquel que lo necesitado. Su madre siempre le enseño a que ayudase a los demás y donde han vivido siempre han sido de gran ayuda a los vecinos, sin una mala cara a nadie. Incluso ayudando a las madres que trabajaban fuera a criar su hijos. Algunos criándose en casa, otros acercándoselo a sus madres que estaban en la fabrica para que los amamantasen y a otros hasta salvándoles la vida porque enfermaron y sus padres no tenían los medios necesarios para poder curarlos. En su casa siempre había niños, unos familia de sangre y otros de corazón, los vecinos más que vecinos eran familias. Julia una mujer que ha vivido para los demás y sigue viviendo por los demás, ayudando con buen agrado a todo aquel que puede. Una mujer pequeña, pero de gran corazón.


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