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CÓMO PONER REMEDIO A “SUMIDEROS” DE ENERGÍA EN EDIFICACIÓN
La cubierta es el cerramiento más importante del edificio, y no siempre recibe la atención que merece. Nos protege de la lluvia, la nieve, el granizo, y por supuesto del frío y del calor. Dimensionar e instalar correctamente aislamiento térmico en la cubierta reduce el consumo de energía, mejora el confort y contribuye a la sostenibilidad y el medio ambiente. En este artículo exploraremos las posibilidades que tenemos a nuestro alcance para mejorar el aislamiento térmico de las cubiertas.
Los edificios consumen el 41% de la energía en Europa, y casi la mitad de este consumo, el 46%, se utiliza en calefacción y refrigeración. Finalmente, el 30% de la calefacción y la refrigeración se pierde de media por la cubierta, por lo que podemos afirmar que el 6% de toda la energía utilizada en Europa se pierde a través de las cubiertas de nuestros edificios.
Estas pérdidas son fácilmente reducibles hasta en un 80% mejorando el aislamiento térmico de las cubiertas. Es cierto que la relevancia de las pérdidas de la cubierta es mayor en edificios de tres plantas o menos, que son la mitad de las viviendas de España según la ERESEE 2020, pero también en los edificios de cuatro plantas o más, que habitualmente se encuentran entre medianeras, la superficie de cubierta es un porcentaje importante sobre la envolvente térmica no adiabática. Afortunadamente la población es consciente de esto, y así el Barómetro de la Vivienda destacaba en 2018 que el 22,8% de los encuestados que querían realizar obras de rehabilitación en su edificio tenían intención de realizarlas sobre la cubierta.

Ventajas asociadas
De forma telegráfica, instalar aislamiento térmico en la cubierta tiene las siguientes ventajas:
� Es fácil. En muchos casos las cubiertas son fácilmente accesibles, no hay limitaciones de espacio y el mercado ofrece muchas soluciones para cada tipo de cubierta.
� Alvaro Pimentel Ingeniero Industrial Secretario General de Aisla (Asociación de Instaladores de Aislamiento)
� No reduce espacio habitable. El grosor de los cerramientos ha crecido mucho en los últimos años, pero en este caso el grosor de la cubierta no reduce el espacio habitable.
� No sobrecarga la estructura. Los aislamientos térmicos son productos muy ligeros que no requieren reforzar la estructura en ningún caso.
� Mantiene y protege la cubierta. La cubierta es un elemento que cada 10 o 15 años hay que rehabilitar, normalmente para reparar o sustituir la impermeabilización, y ahora para instalar placas solares, y es la excusa perfecta para, por un poco más, mejorar el aislamiento y convertir un gasto en una inversión. Además, el aislamiento térmico protege la cubierta del estrés térmico.
� Es sostenible. El informe CEPS “Revisiting EU policy options for tackling climate change” de 2007 identificaba la instalación de aislamiento térmico como la solución más sencilla y rentable de reducir las emisiones de CO2 en Europa.
� Es rentable. Toda inversión en aislamiento térmico se recupera. Los plazos de retorno varían en función del edificio, el tipo de aislamiento instalado y el coste de la energía, pero oscilan entre dos y ocho años. Además, una vez amortizado el aislamiento, los ahorros se mantienen durante toda la vida útil del edificio.
� Mejora el confort. La última, pero quizás la ventaja más importante. Quien vive bajo la cubierta lo sabe: la mejora del confort térmico y acústico se nota inmediatamente, tanto en invierno como en verano.
Cuánto aislamiento hay que instalar
El CTE DB-HE recoge, en el Anexo E, los valores orientativos de transmitancia térmica de las cubiertas en función de la zona climática de invierno. De acuerdo a estos valores, y de forma genérica, podemos calcular los espesores necesarios para cumplir la normativa en obra nueva y rehabilitaciones en las que se afecte más del 25 % de la envolvente. Para las reformas en las que se afecten elementos individuales hay que cumplir con las exigencias de transmitancia térmica de la tabla 3.1.1.a del DB-HE.
Cubiertas
Zona α 30 – 50 40 - 60
Zona A 40 – 60 50 - 70

Zona B 50 – 70 70 - 100
Zona C 60 – 80 110 - 150
Zona D 70 – 90 120 - 160
Zona E 70 – 100 140 - 180
Espesores, en mm, para cumplir la normativa.
Estos son valores mínimos, pero conviene recordar que una de las ventajas del aislamiento en cubiertas es que es sencillo incrementar la exigencia mínima, ganando confort, ahorrando más en calefacción y refrigeración, y recuperando antes la inversión.

Qué posibilidades ofrece el mercado
El mercado ofrece un sinfín de posibilidades para instalar o mejorar el aislamiento térmico de la cubierta según el tipo de cubierta que nos encontremos. En líneas generales, podemos instalar el aislamiento térmico por el exterior, en medio o por el interior de la cubierta. Si comparamos las tres opciones, nos encontramos que todas tienen puntos fuertes y no hay ninguna superior en todas las categorías:
Aislamiento exterior en cubierta inclinada
En obra nueva siempre es más sencillo. Lo habitual es instalar el aislamiento térmico sobre el soporte resistente, y bajo la capa de impermeabilización (teja, pizarra, etc.).
En estos casos se suele utilizar aislamiento térmico con la mínima absorción de agua, como el XPS, el poliuretano o la espuma fenólica, si bien hay también productos de EPS, lana mineral, lana de madera o corcho válidos para esta aplicación.
Se puede colocar entre rastreles, adheridos, con fijación mecánica… cada producto tiene su instalación correcta.
Lo más importante en todos los casos es ejecutar correctamente la impermeabilización superior y los puntos singulares para garantizar que no se filtre agua al aislamiento.
En rehabilitación podemos retirar la teja o la pizarra, instalar el aislamiento entre rastreles o directamente sobre el soporte, y volver a colocar el acabado deseado. En última instancia, como actuación rápida y barata, podemos proyectar poliuretano sobre la teja o la pizarra protegerlo con un elastómero, una pintura o una poliurea.
Y por supuesto contamos con una extensa oferta de soluciones industrializadas, que crece cada día. Desde los tradicionales paneles sándwich de caras metálicas, más orientados a construcción industrial, a paneles multicapa que incorporan diferentes aislamientos, capas de acabado interiores de alto valor estético, y capas de impermeabilización exteriores resistentes a las inclemencias del tiempo.

Aislamiento exterior en cubierta plana
En las cubiertas planas nos encontramos dos tipos de ejecución: la cubierta convencional, con la impermeabilización por encima del aislamiento; y la cubierta invertida, con la impermeabilización por debajo del aislamiento.
En ambos casos, el aislamiento térmico debe quedar protegido; y en el caso de la cubierta invertida habrá que asegurar que el aislamiento térmico está específicamente diseñado para esta aplicación.
En la cubierta convencional, al tener la impermeabilización en la cara fría del aislamiento, es posible que se produzcan condensaciones intersticiales, por lo que es necesario realizar el cálculo y, si es necesario, colocar una barrera de vapor bajo el aislamiento.
También se puede complementar la instalación de aislamiento convencional con una nueva familia de soluciones, que son las llamadas “Cool Roof”, o cubiertas frías. Consisten en aplicar una capa de acabado final con un índice de reflectancia solar muy alto, que reducen drásticamente las ganancias de calor en verano.


Aislamiento térmico intermedio
Si disponemos de alguna cavidad entre el exterior y el interior del cerramiento de cubierta, podemos aprovecharla para instalar aislamiento intermedio de forma rápida y barata, sin alterar ningún elemento constructivo. Si contamos con una cavidad amplia, como un espacio bajo cubierta, un desván o un espacio entre tabiques palomeros, donde pueda acceder una persona, tenemos varias opciones:
� Poliuretano proyectado: tanto en techo, cuando el espacio sea no ventilado, como en suelo.

� Lana mineral: en forma de mantas o rollos, o en forma de borra directamente depositada en el suelo de la cavidad.
� Celulosa: normalmente depositada en el suelo de la cavidad, aunque también se puede proyectar en húmedo sobre el techo.
� Poliuretano reciclado granulado: en bolsas o sacos para facilitar su instalación y evitar su dispersión.
“Tips” de puesta en obra
Hay muchos aspectos a tener en cuenta, pero de acuerdo a nuestra experiencia los que más relevancia suelen tener, o los más habituales son los siguientes:
� Aislamientos específicos para cubierta. La intemperie, el frío, el agua, el viento, el sol, el peso… son agentes muy agresivos para los aislamientos, que normalmente están diseñados para quedar protegidos. En cubiertas transitables, el aislamiento térmico deberá tener una resistencia a compresión de al menos 300 kPa. En cubierta invertida, habrá que buscar muy baja absorción de agua y resistencia a ciclos de hielo/deshielo. En algunos casos habrá que prever fijación mecánica o rastreles de sujeción para evitar movimientos. Cada aislamiento y cada cerramiento requerirá una prestación concreta.
� Grosor, pero también continuidad. Sabemos que la mejora de la eficiencia energética es directamente proporcional al grosor de aislamiento que instalamos, pero también a la continuidad de este aislamiento. Es preferible instalar una capa continua de 5 cm de aislamiento, que una capa de 10 cm con un 10% de puentes térmicos.

� Cuidar los puntos singulares. Los encuentros con albardillas, chimeneas, lucernarios, juntas de dilatación, canalones o bajantes son los puntos más críticos. Es necesario hacer una buena planificación de los mismos, una ejecución cuidadosa, y emplear los materiales y piezas especiales disponibles.
� Asegurar la evacuación del agua. No hay que olvidar que estamos incrementando espesores sobre la cubierta protectora. Hay que respetar las caídas y evitar crear zonas donde el agua pueda quedar embalsada.
� Calcular las condensaciones intersticiales. Siempre que la impermeabilización vaya por encima del aislamiento tendremos riesgo de condensación. Hay que realizar el cálculo y prever una barrera de vapor en la cara caliente en caso de riesgo.
� Garantizar la durabilidad. Una solución de cubierta puede durar muchos años si se ejecuta correctamente y si se protege adecuadamente. No hay que escatimar en este aspecto, porque es una inversión de futuro.
� Y la seguridad por encima de todo. No es un aspecto técnico, pero no quiero dejar de mencionar que el trabajo en cubierta supone un riesgo importante para el trabajador. Hay que ser especialmente escrupulosos a la hora de cumplir y hacer cumplir la normativa de seguridad y salud para trabajar sobre una cubierta.
Aislamiento térmico en cubiertas: posibilidades y ventajas asociadas
La gran ventaja es la rapidez y la sencillez de ejecución, y los altos grosores de aislamiento que podemos instalar a bajo precio. El aspecto débil es la dificultad para asegurar la continuidad del aislamiento, por lo que habrá que asumir un porcentaje de pérdidas a través de los puentes térmicos.
Aislamiento térmico por el interior
Cuando no podemos o no queremos actuar por el exterior, y no disponemos de un espacio intermedio, podemos utilizar el falso techo o montar uno.
Si hay falso techo, se pueden realizar unos orificios de 8 cm cada 2-3 m e insuflar celulosa, lana mineral, corcho granulado o poliuretano granulado hasta rellenar el espacio.
La calidad en todo el proceso
El éxito de toda actuación depende de hacer bien las cosas durante todo el proceso:
� Diseño. Es preciso realizar un buen diseño de la solución constructiva, y recogerla correctamente en el proyecto o la memoria. Lamentablemente, no es inusual encontrar memorias descriptivas de productos de hace 25 años. Para esto los colegios profesionales, las asociaciones y los fabricantes suelen asesorar de forma gratuita.
� Elección de productos. Los fabricantes tienen, en general, altos estándares de calidad, pero no todo vale para todo. Un asociado histórico decía que “el chocolatero haría de chocolate hasta el aperitivo”. Hay que conocer los diferentes productos, sus prestaciones y su adecuación a cada solución constructiva.
� Mano de obra cualificada. Y por supuesto de nada sirve un buen diseño y el mejor producto si luego no se instala correctamente. Es importante contar con mano de obra cualificada y con empresas reconocidas con algún distintivo como el Sello Instalador Homologado Aisla –desarrollado para reconocer el esfuerzo de las empresas de instalación por formarse, cualificarse, controlar su labor y garantizar la calidad de los trabajos– o con cualquier otro reconocimiento u homologación del fabricante.

Si no hay falso techo, podemos instalar uno sacrificando 8 o 10 cm de altura útil. Para esto la oferta de soluciones es amplísima: Poliuretano proyectado, paneles de aislamiento de Lana Mineral o EPS entre rastreles, manta de lana sobre el falso techo, paneles decorativos con aislamiento incorporado, aislamientos insuflados como celulosa, lana mineral, perlas de EPS, etc.
Por último, podemos corregir pequeñas deficiencias o algún puente térmico con soluciones rápidas y sencillas basadas en revestimientos de bajo espesor, como pinturas cerámicas o corcho proyectado.

Las Normas UNE 92180, 81, 82 y 84 recogen las características mínimas recomendables de los aislamientos de lana mineral, EPS, XPS y poliuretano proyectado en diferentes soluciones constructivas, incluyendo cubiertas. Además, la Norma UNE 92325 recoge los criterios para realizar un correcto control en obra de la instalación de aislamiento en cualquier solución constructiva, y con cualquier producto.
Conclusión
• En un momento en el que el aislamiento térmico en fachada está en auge, las cubiertas también nos ofrecen una gran oportunidad para mejorar la eficiencia energética de la edificación en España.
• Es fácil, barato, ayuda a la conservación y tiene un efecto significativo en el ahorro y el confort.
• Hay muchos productos y muchas soluciones, en función de cada necesidad.
• Solo necesitamos contar con un buen diseño, un buen producto y un buen instalador.
Protección e impermeabilización de cubiertas planas e inclinadas, terrazas y balcones
Con una durabilidad estimada de 25 años
Cada vez más, las cubiertas se utilizan de una manera holística y casi todo lo que es posible hacer en el suelo ahora también se puede recrear en estas áreas. Para la creación de aceras y/o pasos de vehículos, duraderos y funcionales, es imprescindible seleccionar el sistema de revestimiento adecuado, con el correspondiente Documento de Evaluación Europeo (EAD). Esta certificación es, por un lado, un requisito para el libre acceso al mercado europeo y sus estados miembros. Por otro lado, ofrece a los arquitectos, proyectistas, diseñadores, clientes y otros interesados la seguridad de que se ha realizado la certificación requerida para un producto determinado y que estos cumplen con los requisitos de evaluación.
CIN Performance Coatings presenta un sistema especialmente desarrollado para la protección e impermeabilización de cubiertas planas e inclinadas, terrazas y balcones, con una durabilidad estimada de 25 años, evaluada por la antigua guía ETAG 005, actualmente EAD 030350-00-0402. El sistema, con Evaluación Técnica Europea ETE 20/0160, está compuesto por la imprimación

C-FLOOR® PRIMER E150 DP, la membrana de poliurea pura CINGARD® EP500 y el acabado poliaspártico C-FLOOR® PAS810 FD FLEX

Productos destacados
• C-FLOOR® PRIMER E150 DP es una imprimación especialmente desarrollada para sustratos cementosos con alto contenido de humedad superficial, que reduce los problemas asociados a la contrapresión osmótica y es compatible con diferentes sistemas de pintura: epoxi, poliuretano, poliaspártico y poliurea.
• CINGARD® EP500 es una membrana elastomérica de poliurea pura recomendada para la protección e impermeabilización de superficies horizontales y verticales de acero y hormigón. CINGARD® EP500 resulta en un revestimiento continuo sin juntas, con alta flexibilidad y alta capacidad de puenteo de fisuras. Por su secado instantáneo, permite una rápida puesta en servicio, en un amplio rango de temperaturas.
• C-FLOOR® PAS810 FD FLEX es un revestimiento poliaspártico flexible con excelentes características para la protección de pisos y cubiertas de hormigón, en interior y exterior.
Además de sus propiedades impermeabilizantes, este sistema es la respuesta a situaciones donde el tiempo es el factor limitante, cuando se requieren tiempos de ejecución reducidos y puesta en marcha rápida.
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