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“EUROPA NO DEBE LEGISLAR PEGÁNDOSE UN TIRO EN EL PIE”

El sector de las chimeneas y estufas de leña y pellet ha experimentado en los últimos tres años un espectacular incremento de ventas ante el auge de la demanda de los europeos… y no ha sido casualidad. Sin embargo, la propuesta de la Comisión Europea que prevé fusionar en una sola etiqueta energética la clasificación energética de las bombas de calor aire-aire (recogidas por LOT10) y los equipos de calefacción local como estufas y chimeneas de biomasa locales (LOT20) ha despertado las alarmas, al entender que estos sistemas no suelen ser intercambiables, por razones técnicas y económicas, y que colocarlos bajo una escala conjunta de etiquetado energético podría confundir a los consumidores.

El primer aumento de demanda y ventas llegó en 2020 con la pandemia; en 2021 llegó el alza del coste de la energía; y por último, en 2022 la guerra de Ucrania. Estos tres factores han revolucionado y tensionado el panorama de mercado de las chimeneas y estufas de leña y pellet desde el punto de vista de la demanda, de los precios y de la motivación de compra de los usuarios.

En 2020, tras tres meses “encerrados” en casa, aumentó la inversión en la reforma y mejora de las condiciones del hogar y de las segundas residencias en las que pasamos más tiempo. En 2021, con el aumento del precio de la energía y el ascenso del gasto en calefacción por la subida del precio de los combustibles y la electricidad, los sistemas de energías renovables alternativas como la calefacción con leña y pellet resultaron más atractivos para el consumidor.

� Carlos Oliván Presidente de Aefecc Director general de Grupo Jotul para España y Portugal

Y para “rematar” la faena, llegaba en 2022 la invasión de Ucrania, que hacía elevar, todavía más, el precio de la energía con el corte de suministro de gas ruso que elevaba la tensión en los mercados y el miedo entre los ciudadanos europeos a posibles cortes de gas en plena temporada de calefacción.

En estos dos años ha habido un aumento de la demanda de equipos de leña y pellet del 30% en 2021 y otro tanto este año pasado. Y esta demanda no ha sucedido por casualidad. El consumidor europeo, y en particular el español, ha encontrado en las chimeneas y las estufas de biomasa un sistema más rentable en el corto plazo que otros sistemas.

Rebaja del IVA, un paso fundamental Además, a esta ola se ha subido el Gobierno con la rebaja del IVA a pellets, leña y demás biocombustibles sólidos, lo que supone un paso fundamental hacia un uso sostenible de los sistemas de calefacción. En un contexto tan inestable como el actual, esta bajada supone la “llama que prende hacia una bajada definitiva del IVA en estos combustibles”, como se hizo años atrás en otros países como Francia, por ejemplo, donde el mercado de chimeneas aumentó en un 80% entre 2002 y 2006 gracias a un incentivo fiscal del 50% sobre la compra de un aparato de calefacción a leña que superara el 65% de rendimiento térmico. Actualmente, la subvención en Francia es del 30% más un IVA reducido del 5,5% para chimeneas o estufas de bajas emisiones contaminantes y de más del 70% de eficiencia energética.

El consumidor, insisto, sabe lo que es eficiente y económico… Y si encima es sostenible, la ecuación se resuelve fácilmente. La calefacción supone el 47% del consumo energético de los hogares españoles. En viviendas unifamiliares, que suponen el 35% del parque inmobiliario del país, esta proporción del consumo energético en calefacción puede elevarse al 64%.

Por ello, la utilización de la biomasa –y especialmente la leña– supone un consumo ecológico que impulsa el desarrollo en entornos rurales y que no requiere procesos industriales de transformación; en muchas partes de nuestro país consumes lo que recoges en el bosque, por poner un ejemplo. En Austria, por ejemplo, la chimenea de leña, cerrada y eficiente, es la principal fuente de calefacción en los hogares, con una cuota de más del 50%.

Por eso el sector echa en falta un mayor apoyo a la reutilización del excedente de los bosques y los incentivos a la sustitución de sistemas de calefacción provenientes de energías fósiles por estas más ecológicas, como son las chimeneas de toda la vida. España, que es el tercer país europeo con mayor número de bosques, utiliza tan solo un tercio de la madera que generan, mientras el 65% de la masa forestal aprovechable queda a merced de los incendios, como hemos visto en los días del inicio de la primavera.

Respuestas a las demandas medioambientales europeas Desde el 1 de enero de 2022, los equipos de calefacción local conocidos como LSH (Local Space Heaters), englobados en lo que se conoce como LOT20, se rigen por la normativa de la Unión Europea Ecodesign (regulada por el reglamento (UE) 2015/1185), una nueva regulación que obliga a los fabricantes de equipos de combustible sólido a cumplir con requisitos de emisiones mucho más estrictos que los anteriores a 2022.

Los productos que cumplen con estos requisitos tienen un impacto medioambiental muchísimo menor, redundando en mejor calidad del aire. Y de hecho, los fabricantes de equipos de combustión de combustible sólido, como el caso de la leña, mejoramos todavía más los estándares europeos.

Desde el sector de fabricantes de estufas y chimeneas de biomasa en España estamos encantados de haber conseguido alcanzar los objetivos impuestos por Ecodesign; hemos dedicado una gran cantidad de recursos económicos y humanos para desarrollar modelos que cumplen en su totalidad con las exigencias del reglamento de Ecodesign, lo que supone cientos de horas de mano de obra cualificada entre I+D (diseño y prototipos), laboratorios (pruebas internas y certificación) y producción (procesos, diseño, programación, formación y herramientas).

Un equipo fabricado antes de 2022 podía emitir 10 veces más partículas que un equipo actual. Consideramos que la Unión Europea está haciendo grandes esfuerzos para apoyar a las energías renovables y a la vez reducir las emisiones contaminantes, ambos objetivos compartidos por la Asociación de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y

Cocinas para Combustibles Sólidos. No obstante, aún quedan muchas chimeneas abiertas y equipos antiguos en funcionamiento en España que en los próximos años deberán ser sustituidos por estufas o chimeneas de leña o pellet de nueva generación, eficientes y respetuosas con el medio ambiente.

Por ello, confiamos que el reciente aumento de la demanda acelere este proceso y ayude a mejorar la calidad del aire que respiramos y a reducir la dependencia energética del país.

Y tras la inversión en I+D… un jarro de agua fría Y con este panorama tan estimulante…, entonces llega desde hace unos meses la propuesta de la Comisión Europea que prevé fusionar en una sola etiqueta energética la clasificación energética de las bombas de calor aire-aire (recogidas por LOT10) y los equipos de calefacción local como estufas y chimeneas de biomasa locales (LOT20).

Estos dos grandes tipos de sistemas no suelen ser intercambiables por razones técnicas y económicas. Colocarlos bajo una escala conjunta de etiquetado energético podría confundir a los consumidores, ya que se les podría hacer creer que las distintas tecnologías de calefacción son intercambiables y, en realidad, ambos grupos de productos difieren en sus funcionalidades, tienen rangos de potencia calorífica, requisitos de instalación, puntos de distribución e instalación y costes muy diferentes.

El mejor aparato para calentar un edificio depende del tipo de edificio, del clima, del precio de la energía y de la eficiencia. Al reducir la comparación entre productos diferentes e incomparables, basándose únicamente en la eficiencia eléctrica, se introduce el riesgo de distorsionar el mercado. Las etiquetas energéticas están pensadas para comparar productos de la misma clase, permitiendo al consumidor evaluar de forma significativa su eficiencia, y con esta propuesta este no es el caso.

La fusión de productos incomparables conducirá a una dependencia excesiva de la bombas de calor aire-aire, haciendo que los ciudadanos dependan más de la electricidad, generada en gran parte por combustibles fósiles, para su calefacción. Esto perjudicaría a un activo europeo estratégico en la combinación energética y a un sector clave para la independencia energética de la UE.

Por ello, dada la necesidad general de eficiencia energética y ecodiseño, creemos que los equipos de calefacción local no deberían estar sujetos a una escala combinada de etiquetado energético junto con las bombas de calor aire-aire.

¿Toda la inversión en tecnología habrá merecido la pena?

La leña y los pellets que se compran en Europa proceden del mercado europeo y los fabricantes de equipos tenemos casi todos nuestra sede en la Unión Europea, exportando también a todo el mundo. Somos una opción fiable para proporcionar calefacción renovable y accesible en todas las zonas, urbanas y rurales. Europa no debe legislar “pegándose un tiro en el pie”.

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