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Rehabilitar por eficiencia y sostenibilidad, pero también por calidad de vida y salud

Por tercer año consecutivo, los españoles pierden calidad de vida dentro de sus casas. Así lo recoge el último informe “Bienestar y calidad de vida en los hogares españoles”, elaborado por Cuida Tu Casa –la iniciativa de Andimac para difundir entre profesionales y particulares buenas prácticas para mejorar las prestaciones de bienestar y confort de sus viviendas– y publicado en el marco de la última edición de Rebuild, la cumbre tecnológica y de innovación para la edificación celebrada en Ifema Madrid del 28 al 30 de marzo. Con estos datos, se confirma la tendencia que se venía intuyendo desde que llegó la pandemia de la Covid-19, y es que la calidad de nuestras viviendas como generadoras de bienestar cae año tras año. Uno de los motivos principales de este descenso podría deberse a que nuestro parque de viviendas no ha envejecido bien y no responde a las actuales necesidades, valores y expectativas sociales y personales de bienestar.

Como señala el informe en sus páginas, gran parte del parque edificado está diseñado y pensado para atender un perfil de usuario que ya no existe, es un parque anticuado que hay que actualizar y mejorar. Curiosamente, en los mensajes que venimos recibiendo desde hace tiempo, en referencia a la necesidad de rehabilitar y “rejuvenecer” nuestro entorno construido para hacerlo sostenible, la idea que poco a poco va calando se limita al plano de la eficiencia energética; sin embargo, no hay que olvidar que la sostenibilidad abarca tres enfoques fundamentales: medioambiental, económico y social. El primero ya se está empezando a abordar con fuerza, como decíamos antes, espoleado por los retos y obligaciones que emanan desde la Unión Europea y sus inéditas ayudas en nuestro camino hacia 2050, entre ellas el impulso a la rehabilitación. El segundo podría decirse que está relacionado con el primero, ya que la búsqueda de eficiencia energética se apoya, indefectiblemente, en pilares que redundan en ahorro. Pero, ¿y qué sucede con el tercero, con el cuidado de la salud y el confort? ¿Responde nuestro parque de viviendas a las necesidades y demandas actuales de sus moradores?

A juzgar por el barómetro 2022 al que hacíamos referencia al principio, la respuesta es que no... o cada vez menos. Si en 2020 la media de bienestar del hogar era de 6,83, en los últimos años ha caído hasta el 6,64 (2021) y hasta el 6,46 (2022). Cabe destacar que, entre los indicadores analizados por el informe, considerados como “factores de confort” –el equilibrio de todos ellos es lo que permite que la vivienda genere el bienestar necesario–, el que peores medias obtiene es el confort térmico (lo que pone de manifiesto la falta de familiarización con conceptos como aislantes térmicos y la importancia del estado y las características de los cerramientos de la vivienda) y el diseño de los espacios (donde se evalúa la funcionalidad, el espacio, la orientación, distribución, comunicación, estancias, movilidad…). Por el contrario, el grado de satisfacción de los españoles es mayor en cuanto a salubridad (que engloba, por ejemplo, la protección frente a la humedad, la recogida y evacuación de residuos, la calidad del aire interior, el suministro y la evacuación de aguas.…) e iluminación (donde no solo interfiere la iluminación, sino las paredes y suelos que la absorben o reflejan).

Es fundamental incidir, como recuerdan desde Andimac parafraseando a Smith, Rosen y Fallis (1998), en que existe una fuerte correlación entre calidad de vivienda y calidad de vida, y que por tanto resulta decisivo promover las reformas que mejoren la calidad de vida de las personas en los espacios construidos... ¿Por eficiencia y ahorro?, sí; pero también por salud y bienestar. Una sociedad e instituciones comprometidas con la mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos no puede permanecer ajena o impasible en relación con la mejora del confort de sus viviendas. Este es otro de los grandes retos de nuestra sociedad, y de todos los agentes que forman parte del sector... Conviene no perderlo de vista.

Dolores Huerta Directora general de Green Building Council España (GBCe)

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