40 Magisterio
MIÉRCOLES, 16 DE DICIEMBRE DE 2015
¿CÓMO HA CAMBIADO LA EDUCACIÓN EN LOS ÚLTIMOS 150 AÑOS? COMPROMISO. La fórmula consistió en proclamar el “derecho a la Educación” y la “libertad de enseñanza” de forma integrada y armónica.
El pacto constitucional en Educación
E
n la historia de la Educación en España ha habido un hecho que acaso no se ha valorado suficientemente: el pacto constitucional en materia educativa de 1978. Como jefe del Gabinete del ministro de Educación de la legislatura constituyente, Íñigo Cavero, seguí de cerca las vicisitudes que culminaron felizmente con un acuerdo, a mi juicio muy satisfactorio, que se plasmó en el artículo 27 de la Constitución. Sabemos que el modelo de Educación configura el futuro de una sociedad. Y que no se puede abordar desde planteamientos puramente técnicos. Los actores políticos del proceso constituyente mantenían visiones muy discrepantes sobre las que deberían configurarse como bases del sistema educativo en la naciente democracia. El partido socialista propugnaba con gran vigor una escuela “única, pública y laica”. El centro-derecha, tanto UCD como AP, consideraban
irrenunciable la constitucionalización como derecho fundamental de la libertad de enseñanza. En los trabajos de los ponentes del proyecto de Constitución fue la cuestión que más controversia suscitó, hasta el punto que motivó el abandono del representante socialista Peces-Barba de la ponencia, lo que provocó uno de los más delicados momentos en la elaboración de la Constitución. Fue el espíritu de concordia, que animó toda la obra de la Transición, el que logró resolver tan fundamental escollo. El compromiso se logró en las maratonianas reuniones que mantuvieron Alfonso Guerra y Fernando Abril Martorell para superar las dificultades en aquellas materias que no habían alcanzado un suficiente grado de acuerdo entre los ponentes. En Educación el compromiso consistió en una fórmula tan original en el constitucionalismo comparado como fecunda: proclamar el “derecho a la Educación” y “la libertad de enseñanza” de forma inte-
grada y armónica en el frontispicio del artículo 27 de la Constitución, colocándolos entre los derechos fundamentales con mayor nivel de protección. El Estado asumía, así, una responsabilidad reforzada para hacer real el derecho
pañola no han desaparecido los enemigos de las libertades, especialmente de la libertad de enseñanza, ni tampoco las incomprensiones de lo que significa un modelo educativo plural, que responda a las demandas de una sociedad plural. A lo largo de estas cuatro décadas me parece indudable que el pacto ha dado sus frutos, porque son millones las familias que aprecian sobremanera la libertad de elección del tipo de Educación para sus hijos. Siempre he tenido la convicción de que el ejercicio de esa libertad configura una sociedad moderna y abierta. Por eso el pacto constitucional de 1978 debe preservarse y debería ser la base del acuerdo educativo que se hace ahora imprescindible y que demanda con tanta fuerza la sociedad española.
En la Constitución el Estado se hacía garante de una Educación básica y gratuita proclamado: se hacía garante de una Educación básica gratuita, que permitiría la escolarización de toda la población, así como de la igualdad de oportunidades en todos los niveles educativos. Pero también se obligaba a garantizar la libertad de enseñanza, lo que implicaba que la iniciativa social podría concurrir a prestar el servicio de interés general que es la enseñanza y, asimismo, que las familias podrían elegir centro escolar
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para sus hijos conforme a sus idearios educativos. Con deficiencias y dificultades, aquel pacto ha funcio-
nado durante los casi 40 años transcurridos desde la aprobación de la Constitución. Es cierto que en la sociedad es-
Eugenio Nasarre Ex secretario general de Educación (1996-1998) y presidente de la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados