buen sabor
[TEXTO Y FOTOS: MIKEL ZEBERIO]
La fachada del restaurante Don Giovanni, en Málaga.
Vista de la terraza exterior.
Don Giovanni COMO ANDREA TUMBARELLO CUENTA, ÉL RESIDÍA EN LA VIEJA SICILIA. ALLÍ CONOCIÓ A UNA ESPAÑOLA Y SE TRASLADÓ A MADRID, DONDE ENCONTRÓ UN PEQUEÑO RESTAURANTE ITALIANO QUE NO HACÍA AQUELLO QUE SU FILOSOFÍA CONSIDERABA COMO COCINA ITALIANA. LO COMPRÓ Y LO CAMBIÓ. ASÍ, EN 2005, SE CONVIRTIÓ EN ANDREA TUMBARELLO, COCINERO. FUE DE ESTE MODO como comenzó a disfrutar de la auténtica culinaria italiana, mezclando tradición y creatividad. Con estos dos ingredientes, Don Giovanni cumplía con la promesa de dar placer y no dejar de sorprender. Montó entonces aquel restaurante en el Paseo Reina Cristina, en Madrid. Su trayectoria parte desde ahí y llega hasta hoy, con este restaurante que, en el fondo, provoca evocación, mezclando un sano eclecticismo y combinando sabiamente ideas de cocina creativa con una magia personal innata. Nosotros le visitamos en el nuevo Don Giovanni, enclavado en la Finca Cortesín, en la Costa del Sol malagueña. Cuando tomamos su carta leemos frases como La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace; y justo debajo de su firma encontramos la máxima El éxito va por delante del trabajo sólo en una ocasión: en el diccionario. Ese día volvimos a ver a Andrea conectar con su público, incidiendo en la sencillez, sin abandonar las fórmulas de 40 ❘ GASTRONOMÍAON
siempre. Platos poco tocados, eso sí, con precisión, y fórmulas que reproducen sabores –para nosotros ya, a fuerza de ser tradicionales italianos– familiares. Todo
RESTAURANTE DON GIOVANNI Finca Cortesín Carretera de Casares s/n E-29690 Casares, Málaga Tlfno: 952 937 800 reservas@hotelcortesin.com Puntuación: 14/20 Carta de vinos: 7/10
ello lo consigue en ese teatro en el que con más o menos solemnidad encontramos todas esas obras suyas, algunas muy sensatas, incluso fáciles de entender, otras más complicadas.
LA CARTA Casi todas las propuestas de la carta son consagradas a lo largo de su devenir profesional. Arranca con sus antipastis: queso Provolone fundido con orégano (10 euros); parrillada de verduras a la plancha (12 euros); berenjenas con tomate, mozzarella, jamón y parmesano (13 euros); los carpaccios clásicos; ese surtido de fiambre italiano (15 euros); o la burrata –mozzarella fresca con aceite de oliva, pimienta, orégano y salsa picante aparte– (18 euros). Como su restaurante está ahora junto al mar tiene más sentido también ese carpaccio de atún rojo con almendras picadas y vinagre de Módena. En la oferta de ensaladas no faltan la Caprese, la ensalada fantasía o la ensa Pizza margarita.