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La épica

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La poesía lírica

La poesía lírica

Recursos DESTACADOS de la materia

Guía de gramática Diccionarios de latín y castellano Tradición y pervivencia en las artes Frases y expresiones latinas Diccionario visual mitológico Galería de personajes históricos

guía de gramática

Clases de oraciones

Recuerda que… ➜ Las oraciones simples constan de un solo verbo. ➜ Las oraciones compuestas tienen más de un verbo en su enunciado. ➜ Las oraciones compuestas, a su vez, pueden ser coordinadas o subordinadas. Oraciones subordinadas ➜ Más de un verbo. ➜ Mantienen una relación de dependencia funcional respecto de otra; es decir, la oración subordinada desempeña una función dentro de la principal. ➜ Pueden ser: • Sustantivas o completivas: - Ostendit se feminan esse.

‘Muestra que es una mujer’. • Adjetivas: - Is primus vicit Helvetios, qui nunc Sequani appellantur.

‘Este venció primero a los helvecios, que ahora se llaman secuanos’. • Adverbiales.

Índice Reglas de evolución fonética

17. consonantes geminadas

Las consonantes geminadas latinas se simplifican. attentum > cast.: atento > cat.: atent > gall.: atento El grupo -rr- se mantiene. narrare > cast.: narrar > cat.: narrar > gall.: narrar Ejemplos: • aggregare • horrorem • flaccum • apportare • grammaticam • turrem • cappam • occasum

Recursos clasificados por unidades

Todos los recursos clasificados para que puedas localizar fácilmente los relacionados con cada apartado de tu unidad.

UNIDAD 10

Guía para la traducción

1. El infinitivo

Una oración traducida y comentada Actividades (El infinitivo) Soluciones

2. La construcción de infinitivo-acusativo

Una oración traducida y comentada Actividades Soluciones

Latín. 1.º Bachillerato

Unidad 6 la vida privada

Ventajas e inconvenientes de la educación privada y de la educación pública

Sin embargo, no hay que negar que hay algunos que no son partidarios de este sistema educativo casi público. Estos parecen aducir principalmente dos argumentos: el uno, que tienen más en cuenta las costumbres, evitando la aglomeración de hombres de tal edad, que es la más inclinada a los vicios, de donde surgen a menudo las causas de acciones vergonzosas; el otro, que quienquiera que sea el preceptor, parece que empleará más liberalmente su tiempo en un solo discípulo, que si lo reparte entre muchos.

Piensan que las costumbres se corrompen en las escuelas públicas; se corrompen en ellas, en efecto, pero también se corrompen en casa. Hay a nuestro alcance muchos ejemplos de esto, tanto de la corrupción de la honestidad, como de su honestísima conservación en uno y otro ambiente. El remedio de este temor era fácil. ¡Ojalá no echáramos a perder nosotros mismos las costumbres de nuestros hijos! Nada más nacer deshacemos su infancia con refinamientos. Esta educación poco austera, que llamamos indulgencia, quebranta todas las fuerzas de la mente y del cuerpo.

Pero los mejores preceptores se animan con la asistencia numerosa y se consideran dignos de un auditorio lo mayor posible. En cambio, los preceptores de menor talla, generalmente por la conciencia de su propia inferioridad, no consideran indigno el dedicarse a uno solo y el desempeñar el papel, en cierto modo, de niñeros. Pero, aunque alguno tenga la posibilidad de tener en su casa, por influencia, por dinero o por amistad, un maestro doctísimo e incomparable: a pesar de todo, ¿acaso va él a gastar todo el día en un solo discípulo? O bien, ¿puede haber una atención de un discípulo tan constante, que, como sucede con la vista, no se fatigue con la contemplación continua? Por otra parte, las enseñanzas que han de transmitirse a cada uno de los discípulos pueden ir a través de varios. Pues la palabra de un preceptor no es, como una cena, menos suficiente si se imparte a muchos, sino que es como el sol, que da con largueza a todos la misma cantidad de luz y de calor.

Ahora bien, se objetará, el número elevado de discípulos es un obstáculo para la corrección y la explicación previa de la lección. Concedamos que esto sea un inconveniente, luego lo compararemos con las ventajas. Desde luego, yo no pretendo que un muchacho sea enviado a un lugar en donde no se le preste la debida atención. Pero un buen preceptor no se hará cargo de un grupo demasiado numeroso para poderlo atender y, ante todo, hay que procurar que este se convierta por todos los medios en un amigo íntimo para nosotros y que, al enseñar, no tenga en cuenta su deber, sino el afecto que nos profesa. De este modo nunca estaremos entre la masa de alumnos. Y, desde luego, nadie, que esté al menos ligeramente empapado en las letras, dejará de ayudar de un modo especial, incluso para su propia gloria, a aquel discípulo en el que haya visto claramente entusiasmo y talento. Pero, aunque las clases formadas por grupos numerosos han de ser evitadas, este argumento, sin embargo, no es válido hasta tal punto que hayan de ser evitadas en general todas las escuelas públicas. Una cosa e evitarlas y otra elegir entre ellas.

Quintiliano, Institutio oratoria Autoevaluación

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