La erosión eléctrica, análisis del problema.
Daños causados al rodamiento. La erosión eléctrica provoca daños graves al rodamiento y el fallo prematuro del mismo, reduciendo notablemente su vida. La aparición de microcráteres en las pistas de rodadura es la primera fase de la erosión, aunque todavía no es visible al ojo humano. Estos continuos chispazos que crean los cráteres terminan por eliminar cierta cantidad de material de los elementos rodantes y sus pistas de rodadura.
La solución. En condiciones normales, el lubricante se encarga de separar los elementos rodantes de las pistas de rodadura, reduciendo el coeficiente de fricción. Tal y como hemos explicado, la lámina de lubricante actúa en este caso como un condensador. Cada vez que este condensador se descarga, genera un paso de corriente de alta frecuencia en el rodamiento.
Estos restos de material se desintegran debido a la elevada temperatura que se produce durante el arco eléctrico.
Estas rápidas descargas generan modificaciones del campo magnético que se genera alrededor del rodamiento.
En esta fase los cráteres pueden llegar a ser de mayor tamaño, pudiéndose detectar con un simple vistazo.
Un fabricante de rodamientos detectó estas variaciones y desarrolló un equipo capaz de aislar esta banda de frecuencias y contabilizar el número de picos que o c u r re n e n u n p e r i o d o d e t i e m p o determinado por el usuario.
Estos grandes cráteres se denominan picaduras eléctricas y aparecen principalmente en los motores de corriente continua. La segunda de las fases que aparecen en el proceso de la erosión eléctrica es la denominada formación de estrías, durante la cual, aparecen pequeños segmentos paralelos de un color grisáceo sobre las propias pistas de rodadura.
El detector es capaz de advertir estas modificaciones del campo magnético y contabilizar las descargas eléctricas que pasan por el rodamiento, haciendo posible detectar la erosión eléctrica desde la primera de sus fases.
Estas marcas son resultado del estrés mecánico que los elementos rodantes ejercen al rodar sobre los microcráteres. Esta es ya una fase crítica para el motor eléctrico y puede ser detectada gracias a un análisis de las vibraciones que comienzan a aparecer y que indicarán que será necesario cambiar el rodamiento en un plazo muy breve. En la última de sus fases, la erosión eléctrica provoca la descomposición y degradación del lubricante. El ennegrecimiento de la grasa es una clara señal de este efecto, ya que los picos de temperatura provocados por los arcos de corriente alteran la estructura molecular del aceite base, el espesante y los aditivos que conforman la grasa.
El mundo de la eficiencia energética
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