El Grito del Sur N°33

Periódico barrial

Comunas 1 / 3 / 4

Distribución gratuita 3.000 ejemplares mensuales Agosto / 2017 ISSN 2451-7178

Constitución / Monserrat San Cristobal / San Telmo Parque Patricios / Barracas

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El Grito del Sur

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Foto: Rafael Oviedo

25 mil en el umbral El Censo Popular de Personas en Situación de Calle dio a conocer que 5872 personas se encuentran sin techo en la ciudad de Buenos Aires, mientras que otras 20 mil están en riesgo de caer en esta situación. Informe exclusivo de El Grito del Sur.

Vi

Vivienda

Cu

Cultura

Ed

Educación

Ser noticia por los incendios

Cerraron el ArteCinema

Una persecución inusitada

Otro conventillo incendiado en La Boca dejó 4 personas muertas y familias en la calle por falta de respuestas del GCBA.

El gobierno nacional decidió cerrarlo el 31 de julio. Los vecinos no se rinden y seguirán peleando por la reapertura del cine.

En los institutos Mariano Acosta e Isauro Arancibia, se registraron casos de persecución a las directoras por razones ideológicas.

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Ed Editorial

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COMUNAS 1 / 3 / 4 El Grito del Sur

Secciones Editorial Sa Salud

Historias de barrio So Sociedad

Ge Géneros Tr Trata de personas

Ic Informe Central Contracara Sd Sindical

Indice

Nosotros / Nosotras - Editorial

Crueldad, frío e insensibilidad

Editorial + Equipo p.02

Agosto // 2017

Plaza de las Carretas p.03 Gente en Situación de Calle p.04 y 05 Incendios en La Boca p.06 Persecución Docente p.07 Cierre ArteCinema p.08

Equipo de trabajo Aldana Mancilla Pais / Yair Cybel Andrés Wittib / Mariano Solari / Sebastián Furlong Bruno Cossentino / Christopher Loyola / Lourdes Blanco Lescano / Julián Valdéz / Matías Ferrari / Oscar Flores Rivera

Sumate a nuestras reuniones semanales.

Santiago del Estero 1029, Constitución

Esta nueva edición refleja en su informe central los fríos números del Primer Censo Nacional de Personas en Situación de Calle, que hablan por sí solos.

De acuerdo con la estadística relevada por 300 voluntarias y voluntarios de organizaciones sociales, casi 6 mil personas buscan todas las noches refugios callejeros para intentar conciliar el sueño en este duro invierno de la ciudad y otras 20 mil están “en riesgo” y podrían caer en esta situación, que lamentablemente se va agudizando a medida que empeora la situación social y económica con las políticas de ajuste en curso.

Estas cifras no oficiales cuadruplican el número reconocido por el gobierno porteño, que a través de diferentes voceros ha ocultado a lo largo de los últimos años la dimensión real de esta problemática. Hace algunas semanas, el subsecretario de Fortalecimiento Familiar y Comunitario de la ciudad de Buenos Aires, Maximiliano Corach, reconoció que en el lapso de tan solo 1 año se produjo un incremento del 20 por ciento en la cantidad de personas en situación de calle, pero situó su número en apenas 1066 casos.

Vamos Juntos, Andy Freire, prosiguió la polémica al afirmar que “hay que tener mucho cuidado con las cifras. Hay mucha gente que no quiere ir a un parador, a pesar de la oferta que hay. El segundo elemento es que el sistema de paradores no tiene su correlato en el Conurbano, entonces genera que venga mucha gente de ahí”. Finalmente, el abogado de varios dirigentes del PRO, Alejandro Fargosi señaló que “muchos de los sin-techo de Recoleta-Barrio Norte están pagados por punteros”.

Fue demasiado para cerrar un mes de julio con mucho frío y cargado de fobia macrista hacia los pobres, con las personas en situación de calle como los principales blancos de críticas y ataques desmesurados. Sin lugar a dudas, son la presa más fácil para el envalentonado gobierno PRO. Los sin-techo no tienen posibilidad de defenderse ni de recurrir a los grandes medios de comunicación para responder como quisieran. Y el gobierno de Macri, que no vacila a la hora de facilitar ganancias extraordinarias a las principales empresas del país, descarga toda su furia y odio de clase sobre los sectores más vulnerables.

Casi en paralelo a estos anuncios que contrastan fuertemente con la realidad que se vive en las calles, otros funcionarios macristas se sacaron el cassette y dijeron barbaridades. Al ser consultado sobre la muerte de una mujer en situación de calle alcanzada por la ola de frío, el secretario de Salud de Mar del Plata, Gustavo Blanco, sostuvo que “la dejamos en el hospital y vuelve, como un perrito, al lugar donde se siente cómoda”. Por su parte, el ministro de Modernización porteño y precandidato a legislador por

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Hb Historias de Barrio

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Plaza de las Carretas

El mercado que prosperó en Constitución En esta 2da entrega, nos adentramos en la aparición del “Mercado del Sud”, allá por 1850. Este sitio fue la antesala de la Plaza Constitución, que se remodeló con la llegada de la estación de trenes.

Por Jorge Quiroga* El Mercado Constitución, conocido con ese nombre desde 1858, era una simple concentración de carretas que se agrupaban en la plaza. Con la previa solicitud de propietarios y comerciantes, la ciudad aprobó su emplazamiento después de una intensa controversia.

Con el aval del gobernador Pastor Obligado, destinó para parada de carretas un terreno cuadrilongo, que se fue transformando en trapecio, circundado por las calles Cochabamba, Buen Orden (después Bernardo de Irigoyen), Brasil y Salta.

La discusión en torno al lugar donde se debía emplazar ese mercado de frutos había sido ardua, pero por fin se resolvía el tema de la nueva instalación de dichos vehículos en la ciudad. Históricamente el sitio que ocupó era un terreno anegadizo, un verdadero “pajonal” suburbano que

posteriormente fue rellenado por la Municipalidad con residuos y basura.

Al principio hubo dos mercados: uno llamado “Mercado del Sud del Alto”, por su proximidad con los Altos de San Telmo y otro conocido como “Mercado del Sud del Bajo” en la calle Larga (actual Montes de Oca). El Mercado del Alto, desde 1852, ya figura con el nombre de “Mercado del Sud” en las memorias municipales, porque fue el que prosperó.

El espacio que albergaba 900 vehículos se engrandeció con los terrenos linderos que fueron vendidos en subasta pública en 1858. Sólo algunas construcciones precarias rodeaban el mercado, dado que los propietarios que los adquirieron demoraron el pago o se mantuvieron indecisos respecto al valor de los predios.

A fines de 1862 estuvo por desaparecer, porque un concesionario del nuevo

camino de hierro (el ferrocarril), exigió cumplir el contrato y construir en el lugar la nueva estación. La Municipalidad se opuso alegando una reciente ley que prohibía construcciones de edificios en lugares destinados a plazas públicas.

Dice Maroni: “el Mercado Constitución llegó a ser mucho más que una simple parada de carretas. Su recinto, es decir, el enorme espacio abierto que servía de plaza, fue en realidad “el gran patio” de una inmensa barraca, constituida por todas las barracas que lo bordeaban y las situadas en los alrededores…”

Al lugar del Mercado, que duraría hasta 1885, y que recién sería inaugurado como plaza en 1907, llegaban y se trasladaban carretas y bueyes en un incesante ir y venir de cargas de frutos del país, viajeros y bultos en medio de una abigarrada muchedumbre de variadas vestimentas, que indicaba el

origen de la gente que deambulaba: comerciantes, mercachifles, paisanos, chinas e innumerables chiquillos.

La Plaza de Constitución se remodeló con la llegada de la estación de trenes que avizoraba sus inmediaciones.

Siempre había sido un terreno baldío, poblado con la algarabía y diversión de los carreros que se amontonaban ruidosa y festivamente. Durante varios años funcionó como centro de carga y descarga, y de diversión para los sectores populares, que bailaban allí y frecuentaban los boliches, canchas de pelotas y los ranchos que fueron los embriones del barrio. Con la llegada del Ferrocarril (1865) paulatinamente entró en decadencia, pero quedaron sus huellas para que lo recordemos. *Junta de Estudios Históricos de Constitución

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Gente en Situación de Calle

Censo Popular de Personas en Situac Menos invisibles desde ahora

El primer Censo Popular de Personas en Situación de Calle dejó como resultado que unos 25 mil habitantes de la Ciudad sufren la pro

Ilustraciones: Perro Ernia Son 5872 las personas sin techo en la Ciudad de Buenos Aires. La cifra es casi seis veces mayor a la que reconoce el Gobierno porteño, que relevó unos 1200 casos, y surge del primer “censo popular” sobre la problemática, llevado adelante por medio centenar de organizaciones sociales durante mayo y cuyos resultados fueron dados a conocer a fines del mes pasado, apenas una semana después que los oficiales.

La abismal diferencia entre el número final de uno y otro censo se deben a cuestiones metodológicas. Mientras que el relevamiento oficial fue realizado en pocas horas y sólo en algunos barrios, lo que fue denunciado por los propios trabajadores del programa Buenos Aires Presente (BAP), las organizaciones recorrieron las calles de los 48 barrios porteños

durante toda una semana y en tres horarios diferentes por día. La rigurosidad del método “popular” no fue un capricho: el principal objetivo de las organizaciones fue dejar en evidencia la negligencia del Ejecutivo porteño a la hora de realizar el censo (a lo que está obligado por ley), lo que repercute, denuncian, en la falta de políticas públicas para afrontar la problemática.

“Lo más positivo es que nos pudimos encontrar tantas organizaciones para abordar un tema tan urgente como postergado, el de las personas en situación de calle. En cuanto a los números, nos parece que certifica lo que nosotros veníamos trabajando en el cotidiano desde hace muchísimos años”, dijo en diálogo

con El Grito del Sur Horacio Ávila, referente de Proyecto 7 e impulsor de los centros de integración Monteagudo y Frida. 25 mil en “el umbral” De las 5872 personas sin techo, 1478 forman parte de la población que deambula por los paradores nocturnos que ofrece el Gobierno, y 4394 viven directamente en la calle.

La segregación entre ambos datos cobra relevancia si se tiene en cuenta que, según dijo el propio jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, las camas disponibles para pasar las noches en los paradores son apenas 2 mil.

Además de los paradores, la otra política oficial destinada a resolver el problema es el subsidio habitacional, que el PRO heredó de la gestión de

Aníbal Ibarra.

El subsidio se otorga luego de varios trámites en las oficinas del ministerio de Desarrollo Social porteño, se cobra durante diez meses y alcanza este año a unos 6800 beneficiarios.

Además, hay otras 5430 personas que lo reciben indeterminadamente gracias a los amparos judiciales que se tramitan en la Justicia porteña.

Además -siempre según el censo popular-, otras 6770 personas en situación de vulnerabilidad viven amparadas en iglesias, hospitales psiquiátricos y otros refugios. Por eso, las organizaciones hablan de un total de 20 mil personas “en riesgo” de quedar en situación de calle.

Por qué el censo popular reveló además que hay un 20 por ciento más de gente viviendo en la calle que el año pasado. En ese punto sí hubo

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Gente en Situación de Calle

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ción de Calle:

oblemática. Esto se dio a conocer en el marco de un aumento de los índices de pobreza y desocupación en el último año. coincidencia con el relevamiento oficial, que reconoció un aumento del 23 por ciento respecto a 2016.

El sinceramiento oficial tiene una razón: a mediados del año pasado, la jueza María Elena Liberatori hizo lugar a un amparo presentado por las organizaciones para que el Gobierno rehaga el censo, que había arrojado la cifra de 876 personas en esa situación, un número similar a las que difundió en años anteriores.

Pese a que los datos de la UCA revelaron en abril del año pasado que se habían sumado un millón y medio de nuevos pobres en pocos meses por los efectos del ajuste, para el Gobierno porteño el número de gente en situación de calle se mantenía “estable”. Así lo expresó el propio jefe de Gobierno desde la mesa de Mirtha Legrand, donde dijo además que la gente “elige estar en la calle”. También el subsecretario de Fortalecimiento Familiar, Maximiliano Corach, funcionario de responsabilidad directa sobre la problemática, sostuvo esa hipótesis en una entrevista con una periodista de Clarín. El diálogo fue así: -¿Hay más gente en la calle? – preguntó la periodista.

-Según un relevamiento que hicimos el 14 de abril, hay 850 personas en situación de calle, la población es estable y hace años que no cambia.

-Sin embargo las organizaciones que los ayudan dicen que hay mucha más gente...

-No voy a opinar sobre la percepción de la gente. Lo que pasa es que vienen del conurbano, por eso parecen más.

-La gente se queja de los refugios del Gobierno de la Ciudad.

-Tenemos 35 refugios, con 2.000 plazas. Los días de frío polar se llenan. Muchos arman lazos con vecinos que les dan comida.

También tienen gran desconfianza hacia el Estado.

Pero trabajamos mucho con ellos. Los trabajadores sociales los conocen a casi todos. La atención es permanente.

El aumento del último año en el número de personas en situación de calle “lo explica la situación de pobreza a la que ha llevado el ajuste: todos los indicadores socioeconómicos, incluso los que difunde el propio gobierno, han desmejorado, y sabemos que la falta de trabajo pega mucho más en el sector informal de la economía”, explicó a nuestro medio el titular del Consejo de Organizaciones Sociales de la Defensoría del Pueblo porteña, Roberto Baigorria.

Cifras y realidades -Un 58% (n= 1840) de quienes respondieron la encuesta, dice que el tiempo de permanencia en calle es superior a los 3 años. De éstos, el 65 % se encuentra en esta situación hace más de 6 años.

-Un 23% refiere que hasta hace un año no vivían en situación de calle. Que un porcentaje alto de personas no vivían en situación de calle hace un año, podría estar vinculado al aumento de la pobreza y la indigencia, junto a la desmejora en la situación socioeconómica de las familias.

-Es de destacar la alta concurrencia a la escuela, a pesar de las enormes dificultades que acarrea para niñas/os y adolescentes en situación de calle sostener la escolaridad.

Esto ayuda a desarmar miradas estigmatizadoras respecto de que se trata de familias despreocupadas por los hijos/as y su educación. Sólo un 38,2% (n= 126 de 30) de quienes contestaron la encuesta, son beneficiarios de la AUH. - El 70 por ciento de las personas dice haber sufrido algún tipo de violencia institucional por parte de la Policía de la Ciudad.

- El 93 por ciento de las personas adultas alcanzó algún nivel de instrucción. El 54 por ciento tiene el nivel primario completo, el 15 por ciento, el secundario e incluso, un dos por ciento nivel superior completo. Sólo 177 personas son analfabetas.

- El 74 por ciento de las personas en situación de calle son varones. Hay un 1 por ciento de personas trans que, junto con las mujeres, son los grupos más vulnerables cuando viven en la calle.

- Un 80% (n= 1927) realiza algún tipo de actividad como parte de sus estrategias de subsistencia, aunque esto no significa un trabajo formal ni ingreso fijo. Entre las tres categorías de violencia más frecuentes (discriminación, amenazas, y violencia física), la principal fuente de violencia fue institucional, ejercida primero por las fuerzas de seguridad y luego por funcionarios públicos de instituciones y programas estatales del gobierno.

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Vi Vivienda

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Incendio en La Boca

La Boca incendiada En los últimos años, el barrio de Quinquela ha sido noticia por los recurrentes incendios en conventillos. La precariedad habitacional sigue sin encontrar respuestas por parte del gobierno porteño.

En vez de relucir por su inmenso patrimonio histórico-cultural y su magnífico paisaje, La Boca se ha destacado últimamente por figurar en las portadas de medios de comunicación nacionales a partir de hechos trágicos que ocurrieron en la zona y que por lo general tuvieron como eje el problema de la vivienda.

En el año 2012, un incendio en un conventillo de tres pisos situado en Palacios y Garibaldi dejó 3 heridos y 50 personas en la calle.

Desde ese lapso hasta la actualidad, no se ejecutaron políticas públicas para impedir estas situaciones de extremo peligro. Por esa razón, el pasado 20 de julio hubo que lamentar víctimas por otro incendio en un conventillo del barrio de La Boca. Sobre Pedro de Mendoza al 1400, un hombre identificado como Miguel Ángel Torres generó un trágico hecho donde el fuego volvió a ser protagonista.

Cuando tres dotaciones de bomberos lograron ingresar al lugar, se encontraron con cuatro personas muertas: Beatriz Méndez (60 años), su hija Jackelin Vedia (20), el marido de la joven, Jesús Mansilla (23), y Zoe (1), hija de ambos. Ésta no fue la única y grave consecuencia: el incendio dejó en situación de calle a las 40 familias que viven en el edificio conocido como Zanchetti, que durmieron varios días a la intemperie sin ser atendidos por el gobierno de la Ciudad.

Luego de escuchar al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta en los medios,

Foto: Nicolás Cardello

Foto: Rafael Oviedo las y los vecinos se quejaron en aquel momento a través de un comunicado reproducido por la organización La Boca Resiste y Propone (LBRP): “(Larreta) planteó que se encuentran ´buscando alternativas para todas las familias hasta tanto se ponga en condiciones el lugar´. Exigimos que se nos ponga en conocimiento y se acuerde con nosotros sobre cuál es dicho proyecto de reconstrucción y las alternativas de vivienda transitoria a las que hace referencia”.

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Si bien varios de los habitantes del inmueble viven allí desde hace 30 años, sospechan que el incendio puede ser una estrategia para intentar sacarlos de allí: “No queremos creer que se esté aprovechando lo ocurrido para realizar un desalojo encubierto y de esta manera seguir beneficiando como desde el año 2012 a los grupos de especuladores inmobiliarios que quieren quedarse con nuestro barrio”, sostuvieron los vecinos.

Al cierre de esta edición, los vecinos se

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encontraban insatisfechos ante la respuesta del gobierno de la Ciudad, que consistió en ofrecer el traslado de las familias a paradores u otorgar apenas 1 cuota del subsidio habitacional. Frente a este panorama, las familias insisten en sus reclamos: entre otras cosas, manifiestan la necesidad de acceder a viviendas transitorias en La Boca y solicitan una ayuda económica que les permita recuperar las pérdidas materiales que tuvieron en el incendio.

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Ed Educación

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Persecución a Docentes

Perseguir a quienes piensan distinto

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Las direcciones de algunas instituciones educativas de la Ciudad vienen siendo blanco de ataque por no ser afines a las políticas del gobierno porteño. El Mariano Acosta y el Isauro Arancibia, en la mira.

En un intento de embestir contra la educación pública, el gobierno porteño quiere borrar de un plumazo a dos directoras que sostuvieron críticas sobre la gestión de Horacio Rodríguez Larreta. Raquel Papalardo y Susana Reyes, del colegio Mariano Acosta y del Centro Educativo Isauro Arancibia respectivamente, sufrieron una persecución continua durante todo julio, al punto tal de querer ser desplazadas de sus cargos.

Dichos casos tuvieron llamativas coincidencias: en ambos, las directoras fueron intimadas a jubilarse. Mientras que Papalardo había denunciado el ingreso de la policía a la institución mientras se realizaba una clase pública en apoyo a la lucha docente, Reyes había impulsado una

medida cautelar para frenar la construcción del Metrobus de Paseo Colón, debido a que debía pasar por donde estaban sus instalaciones.

“Con esto dejan al Isauro endeble. Si me voy, no existe el cargo para que alguien lo reemplace. Les queda fácil para desarmarlo legalmente. La gente y el alma del Isauro es difícil de doblegar, pero están avanzando sobre eso”, sostuvo Susana Reyes, quien recientemente fue intimada a jubilarse y se sostenía en el cargo a pesar de las amenazas. También debió salir de la dirección del colegio Mariano Acosta la rectora Raquel Papalardo, quien denunció en pleno conflicto que “hay una persecución política a los docentes y, en particular, hacia mi persona. Ellos creen que, matando al

mensajero que soy yo, van a matar las ideas de la escuela. Y están equivocados”.

Finalmente, luego de movilizaciones y abrazos a la institución en apoyo a Papalardo, la rectora retornó a la institución el 1 de agosto tras haber sido depositado su sueldo de rectora correspondiente al mes de julio, lo que no debería haber ocurrido debido al cese impuesto el 30 de junio. Papalardo agradeció a la comunidad educativa por haberse movilizado para permitir que pudiese volver y afirmó: “estoy acá para defender los derechos de los niños, adolescentes y adultos”, en alusión a los estudiantes de los niveles inicial, primario, media y terciario, que alberga la institución.

Al cierre de esta edición, el colegio Mariano

Acosta contaba con dos personas que ejercen las funciones de rector y que están en conflicto: Raquel Papalardo y Daniel Altamiranda, quien está alineado al gobierno de la Ciudad. Mientras que la primera sostiene que fue apoyada por el Consejo Directivo y toda la comunidad educativa, el segundo cuenta con el respaldo y reconocimiento del ministerio de Educación porteño. Papalardo asegura que va a asistir a la escuela hasta por lo menos el 31 de agosto, cuando se cumpla el último día del mes anterior a que cobre su jubilación, tal como afirma la ley. Por su parte, el método de la jubilación también se repitió en el Isauro Arancibia, dado que el Ministerio de Educación de la Ciudad notificó esa decisión a Susana Reyes.

Gatillo fácil en la villa 21-24 La “nueva” Policía de la Ciudad sigue reproduciendo la clásica práctica policial de disparar a sangre fría contra jóvenes pobres. Esta vez la víctima fue Cristian Toledo, acribillado cuando volvía de bailar.

Foto: Diario Villa 21-24 Cristian Toledo, un joven de la villa 2124 que volvía de bailar acompañado por dos amigos, fue asesinado el pasado 15 de julio a la madrugada por el policía de la Ciudad Adrián Gustavo Otero, quien fue rápidamente identificado como el responsable del caso.

No es el primer caso de gatillo fácil en la villa 21-24. En agosto del año 2014, luego de un presunto robo a dos integrantes de la Policía Federal, dos hermanos terminaron muertos a balazos. Al igual que en aquella ocasión, el hecho generó un fuerte repudio popular, dado que vecinos y familiares se manifestaron en las puertas de la comisaría 30, en medio de un operativo policial que

finalmente no reprimió a los manifestantes.

En diálogo con la Agencia Paco Urondo, la abogada Ana Adelardi aseguró que “el auto en el que iba no tiene marca de ningún piedrazo, o sea que no hubo realmente ninguna agresión. Sí el auto en el que iban los chicos tiene impactos de bala y provocó la muerte de Cristian” y agregó que “las pericias en la escena las hizo Gendarmería Nacional, lo cual está bien porque hay que apartar a la fuerza a la cual pertenece el presunto autor en todos los casos, esto es por el código procesal penal”.

La víctima es conocida por el barrio como “el Paraguita”, trabajaba todos los días

en la ferretería de Osvaldo Cruz y pasaje Padre Daniel de la Sierra. El policía, por su parte, intentó justificar su accionar por una persecución, aunque en los hechos no hubo intercambios de disparos.

En las semanas siguientes al hecho de gatillo fácil, el barrio no se quedó de brazos cruzados. Por un lado, se realizó una multitudinaria marcha con el objetivo de visibilizar el caso de Cristian y, por el otro, los familiares y amigos, junto a la abogada Maria Del Carmen Verdu (CORREPI), presentaron en el juzgado nº 11 una querella contra de Gustavo Adrián Otero por homicidio calificado. Por el momento, los allegados al “Paraguita” plantean la

incertidumbre sobre si Otero se encuentra en una cárcel común o prisión domiciliaria.

“Vamos a estar atentos hasta que se haga justicia, tenemos un montón de críticas hacia el desenvolvimiento de las fuerzas de seguridad en nuestros barrios. Nos dijeron que este policía-bombero fue indagado y que en poco tiempo va a ser procesado. Es muy probable que vaya camino a que deje de ser policía y que deje de ser bombero, que quede desafectado de las fuerzas”, afirmó el Padre Toto de Vedia, de la Parroquia de Caacupé, al término de una movilización multitudinaria que pidió justicia por otro joven asesinado por la policía.

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Cu ContraCara

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COMUNAS 1 ,3 y 4 El Grito del Sur

Cierre ArteCinema

¿A quién le importa un cine en Constitución?

Finalmente, el primer día de agosto amaneció con el Arte Cinema cerrado. Los vecinos no se rinden y seguirán reuniéndose en asambleas para pedir por la reapertura del cine.

Por Néstor Granda Salta y Avenida Garay. A una cuadra, la estación Constitución. Pobreza, prostitución, marginalidad, hambre, violencia, ilegalidad forman parte del imaginario de quienes no viven en el barrio, de quienes desde la tranquilidad de sus hogares, con sus necesidades básicas resueltas, ven por televisión a esos otros a quienes se los presenta como “el peligro” que puede acecharlos si intentan acercarse a la zona.

En Salta y Avenida Garay, a metros de la estación, hasta hace sólo unos días había un cine; el ArteCinema. ¿A quién pudo ocurrírsele la idea de asociar arte, cine, cultura en un barrio de estas características?, ¿Quién pudo considerar que inmigrantes, prostitutas, travas, desclasados podían formar parte del paisaje que rodea a un cine con pretensiones artísticas?

Hasta hace sólo unos días, había un cine en Constitución. El único en la zona sur, la más marginada de la Ciudad de Buenos Aires. ¿En qué cabeza estuvo la idea que ahí debía funcionar un cine; justo ahí donde no hay más que seres invisibles?

Cuando nos enteramos, hace ya más de mes y medio, que las nuevas autoridades del INCAA habían decidido no renovar el convenio que tenía con los propietarios de la sala; un convenio que permitía acceder con un valor de entrada de sólo 15 pesos, y que esa decisión implicaba el cierre de la sala nos preguntamos a quién podía importarle un cine en el barrio de Constitución. Bastó unos pocos días, en los que hicimos pública la noticia, llamamos a una reunión,

nos convocamos en la puerta, difundimos en la prensa, firmamos petitorios, para darnos cuenta que éramos muchos a quienes sí nos importaba. Porque cerrar un espacio de cultura es cercenar la libertad, restringir derechos, suprimir identidades.

Se sucedieron asambleas, festivales, marchas, pedidos de reuniones pero quienes debían darnos una explicación, un argumento válido que justificara el cierre jamás nos recibieron, nunca dialogaron; sólo se limitaron a callar, a silenciar, a cerrar las puertas de una sala de cine en un barrio de seres invisibles.

No está en su lógica la existencia de una sala cinematográfica que dé acceso a miles de ciudadanos que ya casi no acceden a nada.

No está en ellos la posibilidad de la argumentación fuera de lo que genera pérdida o ganancia. En ellos está la lógica del Estado ausente, de fábricas cerradas, de trabajadores sin trabajo, de enfermos sin medicamentos, de pibes sin escuela ni techo. En ellos está la lógica de las puertas cerradas. ¿A quién le importa un cine en Constitución?

A ellos está claro que no.

Nos importa a nosotros, a las putas, a las travas, a los laburantes que toman el tren, a los pibes de los merenderos, a los inmigrantes, a quienes viven el barrio que ellos no ven. A quienes sabemos que acceder a una sala de cine es acceder a una infinita multiplicidad de miradas que nos muestran, que nos hacen visibles, que nos permiten ser.

Nos importa a nosotros. Por eso estamos seguros que también te importa a vos.

(Aún con las puertas del cine cerradas, la Asamblea se sigue reuniendo todos los miércoles a las 18.30hs en Salta 1620)

¡Relanzamos nuestra página web!

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