“Las decisiones del <<día tras día>> de la actividad matemática”. Edith Weinstein.
La práctica de enseñanza, ya más difundida en algunas salas, nos abre nuevos interrogantes, quizás más acotadas, más específicas pero que también merecen una reflexión detenida. Cómo detectar los conocimientos matemáticas iniciales de los niños, de qué manera conformar los grupos de trabajo, qué secuencia didáctica organizar, qué relaciones establecer entre el abordaje de la matemática y las unidades didácticas y proyectos, cómo desarrollar los diferentes momentos de la clase, son algunas de las preguntas sobre las que intentaremos reflexionar, con el convencimiento de que los “grandes enfoques” se vehiculizan en el “día tras día” de la clase. Sabemos que….acordamos con… Perspectiva desarrollada por la didáctica de la matemática, cuyo objeto es el estudio de las condiciones y apropiación del conocimiento matemático dentro del contexto escolar. El sujeto es un activo constructor de conocimientos en interacción con el medio, que aprende matemática enfrentando situaciones problemáticas que impliquen un desafío, un obstáculo a esos conocimientos iniciales. En el proceso de búsqueda de respuestas, de elaboración de soluciones, desplegando acciones cognitivas y comprendiendo su finalidad, el sujeto avanzará en la construcción de sus conocimientos. El niño construirá el sentido de los conocimientos matemáticos en la medida en que los comprenda como respuestas a los problemas planteados y no por mera ejercitación o memorización; resolviendo problemas y reflexionando sobre ellos, con la intervención intencional del docente. El docente tiene un claro rol enseñante, de mediación entre el alumno y el saber.
Selecciona los contenidos a abordar. Plantea las situaciones problemáticas a resolver. Guía las búsquedas y construcciones de los niños. Alienta la confrontación de ideas. Maneja las variables didácticas. Coordina las puestas en común de los descubrimientos, de las dificultades, de los procedimientos de resolución puestos en juego. Ayuda a poner en palabras y sintetiza los avances logrados acercándolos al saber disciplinar. Toma decisiones sobre la continuidad de los contenidos y nuevos problemas a abordar por el grupo. La matemática no se aprende de una sola vez ni con una única actividad, no se trata de un aprendizaje lineal ni sumario; el sujeto irá construyendo aproximaciones sucesivas a los conocimientos. Esto implica resignificar el concepto de error: más que pensar en el error como una secuencia de conocimiento pensamos en distintos momentos o etapas en la construcción de ese conocimiento, que debemos reconocer, problematizar, confrontar, generando las condiciones para que todos los alumnos avancen.