Arturo Brizio: el árbitro de México Valores compartidos en la cancha y en el mundo empresarial
En entrevista, el mejor árbitro mexicano del último cuarto de siglo, comparte sus experiencias en el arbitraje y su relación con GONHER. GO!: Un árbitro es una figura polémica ya que la toma de decisiones siempre está presente en su vida profesional. Para usted, ¿cómo fue el proceso de tomar decisiones en el arbitraje desde el comienzo de su carrera hasta ese punto de inflexión que fue expulsar a Zidane en Francia 98? Brizio: Es un proceso como todo en la vida. Cuando empiezas a arbitrar, lo primero que pretendes es quedar bien con todos porque el ser humano está diseñado para eso; nadie quiere caer gordo ni mucho menos. Por lógica, 12
aprendes que eres un juez y como tal, vas a dejar a una parte satisfecha y a otra enojada. Cuando entiendes que así tiene que ser, empiezas a tomar las decisiones de una manera más automática; ya no es un tema de raciocinio, es algo más indistinto. Y entonces comienzas a saborear ser un definidor que toma determinaciones drásticas que, en la línea del arbitraje, están apegadas a un reglamento establecido. Cuando tomas estas decisiones, no lo haces pensando si es el equipo grande o el jugador estrella, simplemente se toman determinaciones contra todo aquél que atente contra la moral del juego. En este caso, mi forma de arbitrar y dirigir siempre ha sido en la línea de tolerancia cero, una línea contra la violencia en la cancha. Por ello, cuando se
presentó la oportunidad de arbitrar ciertos encuentros, pues había que tomar las decisiones drásticas, entre ellas, la expulsión de Zidane. G: Con esta mención de ser un juez y saber que sus decisiones están en la mirada pública, ¿cómo maneja la crítica sabiendo que el fútbol puede ser una parte decisiva en la vida de las personas? B: No es fácil. Vivimos en una sociedad donde la corrupción está permeando en todos los sectores, donde no se entiende que una persona imparte justicia en un juego y que, como ser humano, puede equivocarse. Lo primero que debes aprender es que los errores son de buena fe, que nunca te vas a equivocar para perjudicar a nadie. El hecho de que la gente piense que eres un árbitro vendido o una persona con baja moral, no te debe de afligir. Y lo segundo es que el fútbol es un tema de pasión y por ello, es obvio que a un fanático no le va a gustar cuando su equipo pierde; cuando esto pasa, lo primero que vamos a intentar es echarle la culpa a un mal arbitraje y uno tiene que aprender a vivir con eso. Si dejamos que nos afecte, imagínate, no podrías arbitrar la siguiente