Glass Onion - Número 21

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Fue como un estallido. “Una bicicleta con la rueda pinchada en una solitaria ladera ¿Me hará la naturaleza un hombre por fin?”. Se volvió un fantasma que recorrió toda Inglaterra y modificó el panorama musical inglés. “Soy un humano y necesito ser amado igual que todos los demás”. Desaparecieron en el momento justo: como dice Neil Young, es mejor desaparecer que quemarse lentamente. “No te sientas mal por mí, quiero que sepas, que dentro de la celda de mi corazón me sentiré feliz de ir”.

“Quemen la discoteca / ahorquen al bendito DJ / porque la música que ponen constantemente / no dice nada sobre mi vida”. Morrissey -una versión Oscar Wilde moderna- se transformó en la voz de un generación inglesa que no tenia referentes. “La timidez es agradable y la timidez puede alejarte de hacer todas las cosas en la vida que te gustarían”. Una generación que pedía mucho más que lo que ofrecían los artistas pop de la época. “En mi vida ¿por qué le doy mi valioso tiempo a gente a la que le da igual si vivo o muero?”. Mientras todo era luces, colores, y todo parecía y se creía alegría, The Smiths estaba ahí (no sola, por supuesto) para brindar la otra cara. Mostrar que pasan más cosas que “las chicas sólo quieren divertirse”.

Manchester, 1983. Morrissey, Johnny Marr, Andy Rourke y Mike Joyce lanzaron su primer single para sólo en cuatro años dar un puñado enorme de singles y dos pares de discos de estudio. El nivel prolífico de la relación entre el tiempo y los lanzamientos de los álbumes parece recordar a The Beatles. Y si trazamos un paralelo más entre los de Liverpool y los de Manchester, The Smiths tuvo su dupla Lennon – McCartney. Marr – Morrissey funcionaron como dúo al igual que John y Paul aunque de una manera algo distinta: Morrissey solía encargarse de las letras y Johnny Marr de la música. Y aunque no siempre era estrictamente así, por lo general ese sistema funcionaba de esa manera.

La banda funciono como un canalizador de las pasiones de ambos, de sus cabezas creativas. Morrissey pudo demostrar su poesía y su manera cruda, visceral y ambiciosa de escribir y Marr pudo lucir su talento para los arreglos de guitarra y las melodías. En medios de disputas entre la banda y la discográfica y las propias de la banda, The Smiths se separó, nunca más volvieron a juntarse. Marr y Morrissey tomaron cada uno sus caminos y no parecen interesados en volverse a ver. La potente base detrás ellos (Joyce en bajo y Rourke en batería) no pudo dejar atrás a la banda y corrieron con distintas fortunas en lo posterior. “The Smiths”, “Meat Is Murder”, “The Queen Is Dead” y “Strangeways, Here We Come” fueron los cuatro discos de estudio que editaron desde 1984 a 1987. “Yo podría haber sido salvaje, podría haber sido libre, pero la naturaleza jugó éste truco en mí”.

Maximiliano Seijas Argentina

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