PETER MORGAN Mientras los partidarios de la fa-
milia real británica levantan la ceja, el New York Times se entusiasma sosteniendo que, con The Crown, Peter Morgan ha devuelto relevancia a la monarquía. Lo que explica la repercusión abrumadora de la serie y del hombre que la ha creado. Tras los Golden Globes, en los que la cuarta temporada de la serie se ha llevado el mayor número de galardones, se ha llegado a comparar a este guionista (The Queen, Frost/Nixon), nacido en Wimbledon, con Shakespeare. Al igual que las obras del dramaturgo del Renacimiento, la obra maestra de Peter Morgan gira en torno a una soberana que se debate entre tensiones políticas y familiares. El autor dice: «Para mí, los personajes son avatares. Por supuesto, se trata de la familia real, pero, en cierto modo, también se trata de nosotros». Desde sus comienzos, hace cinco años, la serie de Netflix ha tenido una audiencia de 73 millones de espectadores en el mundo. Los costes de producción se elevan hasta hoy a 260 millones de dólares: más del doble de lo que cuesta cada año la familia real al contribuyente británico. De Peter Morgan se sabe poco: hijo de refugiados, su madre era polaca católica; su padre, judío alemán, murió de un infarto cuando Peter tenía nueve años. En casa hablaban alemán. Actualmente, este padre de cinco hijos mantiene una relación turbulenta con la actriz Gillian Anderson (foto), que interpreta a Margaret Thatcher en The Crown. Antes estuvo casado durante 20 años con Lila Schwarzenberg, hija del antiguo ministro checoslovaco de Asuntos Exteriores.
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