Revista Surmanía Nº 10

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COLECTIVO MEMORIA Y ACCIÓN

Apoyan

Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales Sede Bogotá

Programa Gestión de Proyectos Dirección de Acompañamiento Integral Dirección de Bienestar ISSN 2011-9798 ISSN en línea

2011-9798

E ISSN

Es una publicación anual y digital de los estudiantes de pregrado de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, en la que se abordan las realidades de la educación superior, Colombia, y América Latina y el Caribe.

En la décima edición, encontrarán ensayos y textos literarios sobre las problemáticas actuales del país, la situación del sistema-mundo y la violencia en Colombia. A través de estos, es posible no solo analizar las problemáticas y el contexto actual, sino también construir y visualizar alternativas para la solución

DECANO FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTCAS Y SOCIALES

Hernando Torres Corredor DIRECTOR BIENESTAR FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTCAS Y SOCIALES

Edwin Parada Rodríguez
Omar Huertas Diaz

CONTENIDO

EDITORIAL

Thomas Franco – miembro del comité editorial

ANÁLISIS POLÍTICO

ALGUNOS ELEMENTOS PARA DIMENSIONAR EL PROCESO CONSTITUYENTE ABIERTO EN COLOMBIA

Camilo Andrés Espitia Hernández

MARCO FISCAL Y REALIDAD SOCIAL EN COLOMBIA, TENDENCIAS INSANAS EN LA BÚSQUEDA DE UN ESTADO RESILIENTE GUIADO POR LA JUSTICIA TRIBUTARIA

Cristian David Medina Hernández

FLUJOS MIGRATORIOS INTERNACIONALES ACTUALES A LA LUZ DE LA TEORÍA SISTEMA-MUNDO Y EL DEBATE POSCOLONIAL

Camila Andrea Aguilar Patiño, Germán Enrique Caviedes So lano, María Camila Meza Martínez, Angie Sofía Pinzón Latorre, Karol Juliana Riaño López

EXPRESIÓN LITERARIA

CARTA ABIERTA PARA QUIEN LA ENTIENDA

Laura Daniela Daza

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EDITORIAL

Porque “[…] nos sentimos de todos los tiempos y de todos los lugares, y andamos como el viento tras esa semilla que cayó […] un día […] en terreno fértil, retoñó y se levanta, como lo que siempre hemos” (palabras de Aquiles Nazoa sobre Josésible la utopía, tomar el cielo por asalto, en últimas, ser rea listas y pedir lo imposible; por eso, les herederes de Benkos Biohó, la Gaitana, Simón Bolívar, Emiliano Zapata, María Cano, la Revolución cubana, el movimiento estudiantil del 68, Hugo Chávez y miles de revolucionaries más pregonamos a gritos y con tambores que este siglo es para nosotres, pues es el siglo de la utopía, es nuestro siglo, es el siglo de la resurrección de Abya Yala de cara a una transformación histórica. Lo anterior hace que más que nunca sea necesario comprender, analizar este momento que viven América Latina y el Caribe, muestra de ello son los textos académicos y literarios presentados en este número de la Revista Surmanía.

Referencias

Castro. F. (2004, 11 de marzo). Palabras pronunciadas por el Presidente de la República de Cuba Fidel Castro Ruz, en el acto de conde coración con la Orden “Carlos Manuel de Céspedes” al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, en el X Aniversario de su primera visita a Cuba. Teatro “Carlos Marx”, 14 de diciembre de 2004. http://www.cuba.cu/gobierno/dis cursos/2004/esp/f141204e.html

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ANALISIS POLÍTICO

ALGUNOS ELEMENTOS PARA DIMENSIONAR EL PROCESO CONSTITUYENTE ABIERTO EN COLOMBIA

“Los (humanos) hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran di rectamente, que existen y les han sido legadas por el pasado.” (Karl Marx en el 18 Brumario de Luis Bonaparte)

Introducción

El 28 de abril del 2021, con la convocatoria por parte de diferentes actores sociales a una jornada de paro nacional, asistimos a la inauguración de un nuevo estallido social en Colombia, alegando principalmente el carácter regresivo de una reforma tributaria impulsada por el Gobierno y una re forma a la salud presentada por sectores del establecimiento en el Congreso de la República. El pésimo manejo de la pandemia de la COVID-19 y la acentuación de la precariedad de las condiciones de vida y la violencia en el país por cuen ta de un Gobierno neoliberal con rasgos autoritarios, dado el curso de los acontecimientos, el denominado por la opinión

1 Estudiante de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia. Representante estudiantil ante el Comité Asesor de Pregrado del programa de Derecho e integran te del Grupo de Investigación en Derechos Colectivos y Ambientales (GIDCA) de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. Miembro del Colectivo Memoria y Acción.

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Analisis político

pública “gran paro nacional” devino en un proceso de rebe lión social que contiene las jornadas de protesta social más largas y fuertes en la historia reciente del país. La fuerza de este proceso en curso, así como la justeza de sus reclamos y luchas, han puesto sobre el ágora pública la discusión de las posibles salidas o soluciones de la situación actual del país, de las condiciones socialmente existentes que posibilitan tal

Las luchas enarboladas por la rebelión social, gracias a la sus cometidos con respecto a las reformas referidas, e incluso contra el Gobierno, pues han señalado un horizonte de lucha que cuestiona el orden social existente —destacando el mo delo económico de acumulación neoliberal y el régimen político autoritario, excluyente y militarista—, lo cual ha dejado ver la puesta en marcha, por parte de los actores movilizados, de prácticas destituyentes, una dimensión antisistémica y dinámi cas constituyentes. No obstante, la rebelión social en curso y las luchas que irradia no surgen esporádicamente; en cambio, se suscriben en un rico acumulado histórico de luchas sociales y populares. Por ello, las prácticas destituyentes, la dimensión antisistémica y las dinámicas constituyentes manifestadas tie nen una historicidad que se suscribe a un proceso constituyente abierto, inaugurado por los procesos de lucha social y popu lar dados en los inicios de la década pasada. La continuación del proceso constituyente abierto —en el cual, como estación, en algún momento se alumbra una Asamblea Nacional Constituyente— se proyecta entonces como una salida democrática y popular a la situación actual del país, en la que el poder popular se erige como elemento central.

Así las cosas, en este artículo esgrimimos algunos ele mentos que permiten dimensionar el proceso constituyente abierto en Colombia como apuesta democrática y popular

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transformadora de realidades. Para ello (i) nos referiremos a la crisis social y económica que ha padecido el país en los últimos años en relación con el estallido social, (ii) realiza remos unos comentarios críticos a la Constitución de 1991 a sus treinta años de promulgación en relación con la crisis social y económica y el estallido social; (iii) expondremos la prácticas destituyentes, la dimensión antisistémica y las di námicas constituyentes del movimiento social y popular que hemos rastreado a propósito de la rebelión social en curso, (iv) esbozaremos algunos elementos indispensables que ca sobre el horizonte estratégico y los alcances de este, (v) y Es preciso anotar que en este breve artículo no pretende mos abarcar toda la complejidad de lo que implica el proceso constituyente abierto, lo que buscamos es brindar algunos elementos en clave de la rebelión social.

Crisis social y económica del país en relación con el estallido social

Las causas de la rebelión social no son coyunturales sino estructurales. Los indicadores socioeconómicos que tenía el país antes del estallido social brindan un primer acercamiento en relación con la crisis social y económica, tal como lo con una retracción económica de -6,8 %, una de las peores caídas de la economía colombiana en su historia (DANE, 2020a). Para abril del 2021, Colombia ostentaba una tasa de desempleo del 15,1 % (del 19,9 % en mujeres) (DANE, 2021a) y de trabajo informal del 48,6 % (DANE, 2021b). En el caso de la población juvenil, la desocupación afectaba al 23,1 % y el desempleo en las mujeres jóvenes era del 30,1 % (mientras que en los hombres era del 17,9 %) (DANE, 2021c). Y el 33 %

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Analisis político

de esta población hacía parte del segmento de los llamados ninis (ni estudian, ni trabajan), con un 42 % de ninis mujeres jóvenes (mientras que los ninis hombres eran el 24,1%) (Es pobreza monetaria del 42,5 % (DANE, 2020b) y de pobreza Gini1 cia el reforzamiento de la desigualdad, pues fue de 0,544 para el 2020, mismo indicador del 2011.

A pesar de los indicadores socioeconómicos alarmantes, antes de la pandemia contábamos con indicadores defectuosos, la tasa de desempleo fue de 12,2 % (DANE, 2020c), en mujeres fue del 16,5 % (mientras que en los hombres fue del 9,9 %) y en la población juvenil fue del 18,7 % (DANE, 2020d). La pobre za monetaria del 2019 tuvo una incidencia del 35,7 % (DANE, si bien la precariedad de las condiciones socioeconómicas fue ron acentuadas por la crisis de salud pública que desencadenó la pandemia de la COVID-19 y el tratamiento gubernamental a esta, las lógicas de gobierno impuestas por élites políticas — donde se han visto representadas las clases dominantes—, que obedecen al régimen político autoritario, excluyente y militarista, así como al modelo económico de acumulación neoliberal asentado en el país, son las que han dirigido tendencialmente el aumento de la precarización de las condiciones de vida y la reproducción de la violencia. Estas mismas lógicas guían al Gobierno en la gestión de la pandemia y tienen una relación cla ra con la rebelión social y la Constitución de 1991, sea porque encuentran bases constitucionales, sea por su desconocimiento.

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Hoy, el régimen de acumulación neoliberal colombiano está signado por la reprimarización y el fortalecimiento del sector servicios del aparato productivo, con una fuerte transnacionalización y bancarización, desarrolladas por poelaboración y ejecución de megaproyectos agroindustriales, la producción de mano de obra desde la “formación para el trabajo”, el despojo, tanto rural como urbano y a la capaci dad adquisitiva y los salarios de la clase trabajadora; por la empresarización de la fuerza laboral con la promoción del emprendimiento individual, y la mercantilización de los derechos como educación, salud, seguridad social, entre otros (Estrada, 2020). Los indicadores de las problemáticas socioeconómicas, pues, demuestran la debilidad de los ci mientos del aparato económico colombiano y las profundas desigualdades y asimetrías sociales.

desplegadas desde hace décadas por los gobiernos neolibe rales, han consolidado la acumulación neoliberal. Entre ellas se destacan la política de tributación regresiva, el endeuda miento público, las exenciones de impuestos a grandes em bilización laboral, la privatización y mercantilización de los derechos —entendidos como servicios— y la focalización de la política social en la población más pobre. nes autoritarias, militaristas y excluyentes, expresadas en la restricción del orden democrático, la obstaculización de la construcción de paz y el mantenimiento del fenómeno para militar. Respecto a lo primero, no pocas veces el ejecutivo y las clases dominantes se han empeñado en cooptar los poderes del Estado y los organismos de control y han usado mecanis-

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Analisis político

la opinión pública, apoyado en este propósito por los grandes medios de comunicación corporativos. Sobre lo segundo, los sectores dominantes que gobiernan se han esforzado por de tener los diálogos de paz con el ELN e hibernar la implemen tación de los Acuerdos de Paz entre el Estado y las Farc-EP (en adelante Acuerdos de Paz), lo que denota un avance en alcances de este con respecto al proceso político colombiano y las luchas sociales y populares. Y en lo tercero, el fenómeno paramilitar no pudo haberse expandido y consolidado —aún persiste a pesar de sus variaciones— sin apoyo de sectores de las clases dominantes y funcionarios del Estado.

Todo esto se contempla en la reedición de la doctrina mi litarista de seguridad nacional, en la que como “enemigo in terno” se ubica directamente a elementos del movimiento social y popular, catalogándolos como “vándalos” o “guerrilleros”. Ello estigmatiza y criminaliza la protesta social, y se ma contra dicha forma de expresión1 y en los asesinatos a líderes sociales y excombatientes de las extintas Farc-EP2.

Estos son algunos elementos sustanciales que explican las condiciones objetivas que sirvieron de caldo de cultivo para la rebelión social desencadenada. Hablamos de rebelión social porque los repertorios de protesta exhibidos por el movi

1 Según el Boletín #20 del 30 de junio de 2021, la Campaña Defender la Libertad ha registrado 84 homicidios de civiles en el marco de la protesta social, 1 790 heridos por el accionar desproporcionado de la Policía Nacional, el ESMAD y civiles arma de la Policía, 75 personas desaparecidas según datos de la Personería de Bogotá, entre otros graves registros, lo que da cuenta del tratamiento criminal ejercido por la Fuerza Pública a la protesta social. Ver informe: https://defenderlalibertad.com/ boletin-informativo-20-paronacional/.

2 “Instituciones del acuerdo de paz de Colombia alertan que 904 líderes sociales y 276 excombatientes de las FARC fueron asesinados desde el 1 de diciembre de 2016”.

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miento social y popular han sido variados y en su mayoría no han respondido a lógicas esquemáticas o mecanicistas, y Los escenarios de construcción política de las expresiones socia les y populares movilizadas han sido bastantes y han tendido a la conformación de mínimos de negociación, pliegos de exigencia e incluso mandatos populares, erigiendo órganos de poder popular como las asambleas populares y los ca bildos abiertos. Sergio de Zubiría y Giovanni Libreros (2021) caracterizaron el momento político como una crisis orgánica de hegemonía dada la agudización de las contradicciones so ciales y la imposibilidad de conciliar o tramitar la pugna por medio de los mecanismos existentes, así como la ruptura con la ideología dominante y las lógicas autoritarias y partidistas que socavan el sistema político actual.

Ahora bien, si queremos exponer cómo el proceso constitu yente abierto aporta a la transformación de estas realidades, es pertinente comentar breve pero críticamente el papel de la Constitución de 1991 en la conformación del orden social existente. También buscaremos denotar el carácter popular y democrático del proceso constituyente abierto en contraste con la hoja de construcción de la Carta Política actual.

Breves comentarios críticos a la Constitución de 1991 a sus 30 años de promulgación en relación con la crisis social y económica y el estallido social

En este segmento elaboraremos algunos breves comentarios críticos a la Constitución de 1991 a sus treinta años de promulgación en relación con la crisis social y económica y el estallido social, por lo que concentraremos este ejercicio en tres aspectos clave: (i) la construcción de la carta, para luego referirnos a (ii) la construcción de paz y el régimen político,tonces, realizar una crítica acabada a la Constitución de 1991,

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pues eso excede los alcances de este escrito.

A la Constitución de 1991 se le ha endilgado por parte de varios sectores políticos el carácter de progresista, algunos incluso la valoran como emancipatoria. Sin embargo, no pocos momentos del proceso constituyente de la Constitución de 1991 estuvieron signados por el elitismo estructural (Jiménez, 2006). Lo primero por decir es que el Gobierno de Virgilio Barco, donde inició formalmente el proceso constituyente de 1991, buscaba una reforma constitucional —no una Asamblea reajuste institucional adecuado para sobrellevar la aguda si tuación social, económica y política del país en ese momento1.

Barco y sus asesores, luego de un largo proceso2, optaron por la convocatoria a una Asamblea Constitucional apelando al constituyente primario, la cual no solo se deslindaba de lo contemplado en los artículos 217 de la Constitución de 1886 y 13 del Plebiscito de 1957, que solo permitían la reforma a la Constitución vía Congreso, sino que daba un buen impulso de legitimidad al proceso de reforma constitucional. Para ello, elaboraron el Decreto de Estado de Sitio 927 de 1990,

1 Para Carolina Jiménez (2004), Múltiples y de diversos órdenes fueron los acontecimientos que condujeron a la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de 1990. En efecto, la crisis del régimen político, la incapacidad del Estado para consolidar un mono polio de la coacción física legítima, la tendencia hacia una mayor desigualdad de ingresos, el mantenimiento de niveles muy altos de pobreza, la consolidación de instituciones sociales que obstaculizaban el pleno ejercicio de los derechos de la ciudadanía, las profundas transformaciones en el espacio público, entre otros, se constituyeron, al decir de las diversas fuerzas políticas y sociales de la nación, en elementos perturbadores para la estabilidad del sistema social colombiano. (p. 133)

2 Para lograrlo, intentó hacer un plebiscito, un acuerdo entre el bipartidismo y una re forma constitucional vía Congreso, pero ninguna opción resultó, pues, por un lado, en términos formales, el sistema político estaba cerrado por cuenta del artículo 217 de la Constitución de 1886 y del artículo 13 del plebiscito de 1957, los cuales consignaron que la vía de reforma a la Constitución era el Congreso, y por otro lado, el mismo Con greso, históricamente conformado por mayorías bipartidistas y con múltiples intereses de élites regionales y nacionales, impedía grandes reformas constitucionales.

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declarado constitucional por la Corte Suprema de Justicia. Ce sar Gaviria, al llegar a la presidencia, asume la dirección de la duración, los modos de elección, los requisitos para ser delegatario, el número de secciones, entre otros (Jiménez, 2006). En consecuencia, el Gobierno de Gaviria logró un acuerdo —de su propia impronta— con el bipartidismo y la AD M-19, denomi nado “Desarrollo del acuerdo político”, base del Decreto 1926 de 1990 que regularía a la futura ANC:

Lo anterior ilustra cómo esta primera parte del proceso constitu blea. En este orden de ideas, es importante destacar que pese a que la Corte en su sentencia del 9 de octubre de 1990 declaró creto 1926, y exigió que ésta debería tener el carácter de cons tituyente y no de constitucional, rechazando de este modo toda limitación a su soberanía, el gobierno logró mantener su decálogo temático como eje orientador del proceso de discusión, tanto en el escenario que precedió a la Asamblea, como en la misma ANC (Jiménez, 2006, p. 144).

Además de la poca participación en la elección de la Cons tituyente (contó con solo 3 710 557 votos), la participación ciudadana se daría por mesas de trabajo y comisiones preparatorias. En las mesas “[…] cualquier ciudadano o fuerza social podía presentar sus proyectos de reforma. Por el contrario, las comisiones preparatorias eran órganos cerrados, conformados por dirigentes políticos y económicos, y una especie de élite intelectual” (Jiménez, 2006, p. 145). Dichas comisiones elabo raron una síntesis de lo trabajado en las mesas, las cuales dieron al traste con algunas de las propuestas surgidas en estas, y realizaron algunas recomendaciones y propuestas para la ANC; tales recomendaciones y propuestas eran muy similares a las del Gobierno, dirigidas a la comisión redactora asesora del Gobierno que elaboraría un acto reformatorio para propo

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ner en la ANC, dando cuenta de la participación limitada del constituyente primario en estos procesos (Jiménez, 2006). Por tanto, en la segunda parte del proceso constituyente también rado, encabezado por el Gobierno. Finalmente, la hoja de ruta y muchos de los elementos por examinar en las deliberaciones de la ANC estuvieron direccionados por parte del elitismo es tructurado, además de que las delegaciones mayoritarias fue ron las bipartidistas y de la AD M-19.

que el proceso constituyente fue excluyente y adoleció de una estructuración democrática, pues prevaleció el elitismo estructurado y sus intereses de reformas políticas y econó micas, sobre todo en lo relativo al modo de regulación, en detrimento de la participación popular (Jiménez, 2006). En esa línea, la promesa de paz perdió sentido, sumado a que el 9 de diciembre de 1991, día de elección de los constituyentes a la ANC, el presidente Gaviria ordenó el bombardeo a Casa Verde, campamento histórico de las Farc-EP y símbolo de los diálogos de paz con esta guerrilla durante la década pasada, lo cual posicionó a la nueva Constitución no de cara a la paz sino a la guerra con la insurgencia armada.

En lo referente al régimen político y la construcción de paz, acabado para la paz en el momento de su promulgación, por el contrario, esta representó un acuerdo de dominación de las élites que excluyó a varias fuerzas sociales y políticas del país (tanto inscritas en el marco de la legalidad, como insur gentes armadas) y, además, fungió como nuevo ordenamien to constitucional que, en vez de conseguir la paz y reconcilia pretendió deslegitimarlo (Mejía, 2002).

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¿Cuál fue la estrategia que las élites, empotradas en la Constitu yente, le ofrecieron al país para hacer converger la pluralidad de posiciones y conciliar, al menos coyunturalmente, la extrapola

neorrepublicanismo tibio, concretado en una democracia participativa sin participación popular. Las élites quisieron reemplazar el consenso político mediante tales espejismos jurídico-políticos danía— y su apariencia emancipatoria y progresista que, en todo caso, quedaba supeditado a la intención de dominación exclu yente y hegemonía ideológica que aquellas buscaban perpetuar (Mejía, 2002, pp. 64-65)

Adicionalmente, el proyecto neoliberal se estructuró en torno a la Constitución, direccionado por los gobiernos del momento y su equipo de tecnócratas (Jiménez, 2006). Por la brillantez que exhibieron en la promoción y discurso legiti mantes la búsqueda de la paz y la democracia participativa, pero también con la intención sustancial de reciclar la domi nación excluyente, ahora con el rediseño del régimen de acu mulación, al decir de Óscar Mejía (2002), la Constitución se plasmó como un rizoma, “un Estado social sin condiciones de posibilidad, una democracia participativa sin participación, junto a un esquema económico neoliberal, ese sí homogéneo,

Ahora bien, el régimen político de nuestros días padece grandes problemáticas. Una de ellas hace referencia a la cri sis de la justicia, que en palabras de Libreros (2014) se puede enunciar así:

El sistema acusatorio penal que en la Constitución de 1991 in corporó procedimientos y normas del anterior Estado de Sitio, prolongando la institucionalidad del terror estatal, ha colapsado. El balance en sus dos décadas de funcionamiento es negativo. Continúan los asesinatos de líderes sociales y el desplazamiento masivo. La utilización recurrente de la extradición no ha elimina

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redujeron las garantías procesales de defensa y ha terminado por profundizar el hacinamiento carcelario (p. 20).

Otra gran problemática alude a las grietas del sistema democrático-electoral, diseñado en la concepción, heredada de la Constitución, limitada de participación política desde los esquemas de la democracia representativa y participati va-normativa. Por un lado, la reforma política que le brindaría mayores garantías de participación política a las fuerzas opositoras del país aún no se ha completado, a pesar de su inclusión en los Acuerdos de Paz. Por otro lado, proselitista, lo que ya se convirtió en práctica recurrente durante nómicos asociado al funcionamiento corporativo del Estado com pleta el cuadro de una democracia representativa en bancarrota (Libreros, 2014, p. 21).

Acuerdos de Paz, la paralización de los diálogos de paz con el ELN y el aumento de la violencia estatal y paramilitar representan quizás el punto más desastroso ción de 1991 sentó las bases constitucionales para la imple mentación y juridización del orden neoliberal en Colombia en su Título XII sobre el régimen económico y de hacienda privatización y mercantilización de la industria y los derechos brillan como elementos estructurantes del neoliberalismo, que como contrapartida desencadenan la desobligación del Estado en la garantía de derechos de una serie de procesos sociales y, en aras de salvaguardar la libertad económica, su participación menos activa en el proceso económico. En ese

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sentido, la economía de mercado no solo absorbe los merca dos existentes (laboral, de bienes y servicios y de capitales), sino amplia y crea nuevos mercados, en la órbita nacional e -

tar la economía colombiana en los circuitos transnacionales de acumulación, orientado y guiado por los postulados del Consenso de Washington, organismos de banca multilateral como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y los Tratados de Libre Comercio.

Si bien “[…] en sentido estricto los antecedentes de política neoliberal se sitúan en la década del setenta y se presenta evidencia en torno al desarrollo de algunos lineamientos de política neoliberal durante la década del ochenta” (Estrada, 2006, p. 250), la Constitución de 1991 consolidó el nuevo modo de regulación de la economía. En Las reformas estruc turales y la construcción del orden neoliberal en Colombia, Jairo Estrada (2006) propone 5 momentos para dimensionar la trayectoria del

[…] orden neoliberal en Colombia, a saber: diseño e implantación de reformas legales estructurales clave tendientes a la desregula ción de la economía (1990-1991); formulación de la Constitución económica (1991); profundización de la desregulación económi ca mediante el diseño e implantación de reformas legales según mandato constitucional (1992-1998); ordenamiento para la ges tión de la crisis y el reforzamiento de la desregulación económica jurídico-económico mediante la “negociación” de tratados de libre comercio. (p. 251)

Como se aprecia en cada momento, la Constitución de 1991 jugó un papel fundamental en la construcción del orden neoli beral, lo cual se puede nombrar como “constitucionalización del neoliberalismo” (Jiménez, 2004).

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La llamada constitucionalización del neoliberalismo “se ex presa en la constitución de una tríada de la dirección de la ecoeconómico y los lineamientos principales de las políticas de construcción del orden neoliberal” (Estrada, 2006, p. 251). La re ferencia alude a la constitucionalización y posteriores desarro llos legales de los regímenes de banca central, planeación y pre supuesto, estos dos últimos de carácter presidencial1. Tal cosa ha producido la profundización de la desregulación económica y la ampliación de mercados, la asunción de funciones macroal aumento del endeudamiento público” (Estrada, 2006, p.260). Adicionalmente, “[…] se constitucionalizó el concepto de libertad económica (libertad de empresa y derecho a la competen cia)” (Estrada, 2006, p.261) y se continuó el proceso de liberaliza ción económica. Esto afectó al régimen de descentralización con la reducción de recursos a transferir por parte del Gobierno a los Entes Territoriales e “[…] incorporó en el ordenamiento consti tucional criterios de asignación de recursos basados en la de manda, con los cuales se estimulará la organización mercantil recursos (educación, salud, entre otras)” (Estrada, 2006, p. 268). Otro punto agravado lo causó “el Acto Legislativo de Sostenibi lidad Fiscal de 2011, en el que se consagra que el pago de los intereses de la deuda tiene prioridad sobre los gastos sociales” (Libreros, 2014, p. 24). Así, los desarrollos legislativos tendieron

1 Las iniciativas de Ley del Plan Nacional de Desarrollo y del Presupuesto General de la Nación se encuentran en manos del Ejecutivo. Ambos pueden ser expedidos por Decreto si no son aprobados por el Congreso.

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Ahora bien, la tendencia del proceso político y legislativo en su totalidad, sostenido por algunas bases constitucionales, (Mejía y Munera, 2008).

Los desarrollos posteriores a la Constitución de 1991 darían cuenta de un fortalecimiento del poder presidencial; de congresos en su ma yoría dóciles y corruptos, susceptibles de ser movilizados —a través de prebendas burocráticas o presupuestales— en favor de las políticas del respectivo gobierno; de una Corte Constitucional que en ocasio especialmente la acción de tutela y el control de constitucionalidad— a los propósitos de imponer la política neoliberal (desatendiendo las reglas de juego establecidas en el ordenamiento) pero que en otras contribuiría igualmente a la consolidación del modelo neoliberal. El ordenamiento que se fue construyendo a lo largo de los años noven ta resolvió la tensión, en cierta medida expresa en la Constitución de 1991, entre derechos fundamentales y derechos patrimoniales en favor de los segundos, en gran parte como resultado de la tendencia del proceso político, cuya preocupación central descansa actualmen te —con la política de seguridad democrática del gobierno de Álvaro Uribe Vélez— en la protección de los derechos de propiedad de las transnacionales y de los grupos económicos (Estrada, 2006, p. 262).

Para concluir nuestros comentarios críticos sobre la Consti tución de 1991, consideramos que esta, con sus 52 reformas nacional de hoy, en el que un gran segmento de la ciudadanía y de los movimientos sociales y populares exigen cam bios sustanciales en la organización social. A pesar de ello, la Constitución tiene elementos destacables como la protec ción de algunos derechos fundamentales y, en línea con ese

1 Un proyecto neoliberal y otro proyecto socialdemócrata comulgaron en el proceso constituyente de 1991. Este último se pretendió desarrollar con base en el discurso del Estado Social de Derecho (y de los Derechos Fundamentales). Tanto en el texto constitucional como en los desarrollos legislativos de la Constitución, el proyecto neoliberal se impuso. Véase Mejía, Ó. (2002). Dominación y exclusión en la Constitu ción de 1991: La constitucionalización de la mentira. Palimpsestvs, (2), 60-67 .

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propósito, instituciones como la Defensoría del Pueblo y la acción de tutela. El rastreo de un enfoque socialdemócrata en la Constitución1 debe ser examinado con rigor para que sus elementos rescatables sean profundizados por el proceso constituyente abierto.

Para lograr la paz y la transformación del régimen político y económico bajo una vía democrática y popular, en el marco de la crisis social y económica de nuestros días y la rebelión social en curso, es preciso allanar el camino del proceso constituyen te abierto, es necesario desatar el poder constituyente: un proceso signado por la participación popular e incluyente de las fuerzas sociales del país y la institución de órganos de poder popular, en contrapartida al elitismo estructural que signó al proceso constituyente de la Constitución de 1991.

Prácticas destituyentes del movimiento social y popular, dimensión antisistémica y dinámicas constituyentes

Las prácticas destituyentes exhibidas en la rebelión social por parte del movimiento social y popular están íntimamenteto de nuevas formas de comprender las relaciones sociales (López, 2016). El hecho de que las denuncias y exigencias de la rebelión social no encontraran en los canales institucio del orden social existente para responder a las demandas sociales y populares y enfrentar la crisis social y económica, como también la necesidad de buscar canales más efectivos, democráticos e incluyentes para tramitarlas. La institucio nalidad estatal —el poder ejecutivo, legislativo, judicial, los organismos de control, entre otros— se vio excedida. Esto, en alguna medida, fue receptado rápidamente por la rebelión social, ya que las expresiones de protesta no se detuvieron a las pocas semanas de iniciar el paro, por el contrario, busca-

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ron organizarse de distintas formas mientras se seguía con vocando a miles de personas, aunado a los procesos de lucha y organización que preceden el estallido social.

Las asambleas populares y los cabildos abiertos hicieron parte de las formas de organización de la rebelión social, gra cias a su carácter democrático y plural, y sus agendas dispuesy organizativo de la rebelión social. Estos espacios, en los cuales nos concentraremos a efectos de este escrito, obtuvieron gran importancia y no se limitaron a discutir únicamente las situaciones del día a día del paro, sino que, en muchos casos, importantes, expresadas en mínimos de negociación, pliegos de exigencia y mandatos populares, acompañados de las experiencias e insumos de luchas sociales y populares anteriores, lo que proyectó escenarios futuros de disputa.

Las asambleas populares y los cabildos abiertos pueden ser denominados órganos de poder popular en tanto irradien el poder popular, entendido como

[…] el proceso a través del cual los lugares de vida (de trabajo, de estudio, de recreación, etc.) de las clases subalternas se transmu tan en célula constituyente de un poder social alternativo y libe del poder y las relaciones de fuerza y, claro está, avanzar en la consolidación de un campo contrahegemónico. Se trata de espacios de anticipación social y política, donde habita lo real posible (el poder popular consuma una transformación y a la vez posibilita la apertura a nuevas transformaciones), espacios cuyos modos se contraponen a los ejes principales de la política burguesa, tanto en sus versiones de derecha como en las “progresistas”: la administración de lo dado y la gestión sin fondo utópico (Mazzeo y Stratta, 2007, p. 12).

Entonces, tanto las prácticas destituyentes —en muchos casos— como los órganos de poder popular pretenden instituir

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Analisis político

un nuevo campo para el desenvolvimiento de las relaciones políticas y sociales; buscan transformar la actual correlación de fuerzas y el desarrollo de la lucha política y social, insti tuyendo nuevas formas de acción y organización política y nueva sociedad, en tanto buscan superar el ya caduco orden social existente y abrir una nueva organización social.

El orden social existente y la facción de las clases dominantes que lo dirige se muestran incapaces de proponer un proyecto de nación plausible y de sortear la crisis social, económica y también política (orgánica de hegemonía), tal como lo deja ver la rebelión social. Pero esa incapacidad la comparte con otros proyectos políticos, tanto de la derecha como de la centro-derecha, que no lograrían eventualmente materializar los descontentos y exigencias de la rebelión social, al igual que proponer un proyecto de nación donde se transite a cambios sustanciales en lo social, económico, político.

En ese sentido, la dimensión antisistémica que exhibe la rebelión social es la que allana el camino de las transformaciones profundas del país. Tal dimensión expresa un hartazgo grandísimo con el actual régimen político, caracterizado por el auto ritarismo, la exclusión y el militarismo, cuyas manifestaciones más graves quizás son las múltiples vulneraciones a los DDHH, expresadas en el asesinato sistemático de líderes sociales, excombatientes y la represión a la protesta social, así como en la

ELN. Asimismo, contiene una crítica implacable al modelo capi talista y a su actual forma de acumulación neoliberal basada en el despojo, la privatización y la mercantilización.

La dimensión antisistémica, al proponerse como la superación del orden social existente, instituye nuevas formas de acción y organización política que exceden los límites de la democracia representativa y participativa-normativa, signada por el capi

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talismo neoliberal transnacionalizado y el armazón del Estado social de derecho. Como alternativa antisistémica, entonces, la rebelión social deja asomar postulados no solo antineoliberales sino anticapitalistas y de democracia popular o socialista, relacionados con la soberanía de los pueblos y el poder popular, por de construcción política, decantándose preferiblemente por la democracia directa y mecanismos asamblearios, lo que va en contra de lógicas representativas, aunque no las desecha del todo (Mazzeo y Stratta, 2007).

El anticapitalismo se dimensiona en la crítica irrevocable a las formas imperantes de explotación capitalista, pero, de ciales que no estén mediadas por el individualismo, el afán de la ganancia en detrimento del colectivo y la acumulación de capital. En cambio, busca relaciones sociales mediadas por la defensa y consolidación de los bienes comunes y la materialización del buen vivir, para así armonizar las pers pectivas garantes de derechos y de bienestar social con el ambiente y con el grueso de la población que es subordinada por el capital (pueblos indígenas, comunidades afro, sectores populares urbanos, entre otros). El desarrollo de estos plan teamientos se contrapone a la acumulación capitalista y, justamente, busca detener el deterioro de los derechos.

Algunas expresiones de la rebelión social profundizaron, como lo dijimos con anterioridad al referirnos a las asambleas populares y los cabildos abiertos, en el desarrollo de mecanis mos de construcción política al punto de conformar mandatos populares para establecer cambios sustanciales en el país, que así una dinámica constituyente. Constituyente porque el poder constituyente (el soberano, el pueblo) busca instituir la política y

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Analisis político

En consecuencia, las formas de acción y organización po pular devienen en dinámica constituyente en la medida en la que forjan mandatos populares que dibujan una nueva socie dad, los cuales guardan una hoja de ruta con temporalidades tivas más o menos permanentes, orientadas bajo principios como la democracia directa, la unidad entre los sectores que reclaman cambios de fondo y la participación plural y diversa. Insistimos en la centralidad del poder popular en las dinámicas constituyentes porque funge como elemento que permite irradiar el potencial liberador de las clases subalternas y exige adecuar una praxis revolucionaria, pues consiste, siguien do a Gaudichaud (2004), citado por López (2016, p. 69) en “la autoorganización de las masas y la capacidad de control de estas sobre la gestión de la sociedad”.

Pese a todo, estas dinámicas en estricto sentido no vieron la luz en este estallido social. Estas representan los esquemas de acción y organización política de luchas sociales y populares del pasado. Las grandes movilizaciones sociales y populares de la última década como las mingas indígenas del suroccidente, los paros nacionales estudiantiles, los paros campesinos, las marchas en apoyo a los Acuerdos de Paz, los paros de las expresiones organizadas a nivel regional y nacional de los trabajadores, etc., se han hecho de estas di námicas y las han desarrollado en algún grado, poniendo en marcha y profundizando el proceso constituyente abierto al que aludimos en este escrito (Estrada, 2014). Procesos sociales y políticos como Congreso de los Pueblos, la Marcha Patriótica, la Cumbre Nacional Agraria Campesina Étnica y Popular, la Organización Nacional Indígena de Colombia, el Proceso de Comunidades Negras, entre otros, han trazado el andar constituyente durante años, adecuando las formas de acción y organización y los posicionamientos políticos en

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clave de transformación del orden social existente referidos anteriormente, siguiendo a Jiménez (2017):

Estos procesos plantean una crítica al ordenamiento económico, político, ambiental, militar, territorial y cultural del capitalismo. Sus luchas no tienen un horizonte exclusivamente antineoliberal, pues ellas caminan hacia la construcción de un orden anticapitalista. Para estos espacios, la posibilidad de avanzar hacia la construcción colectiva de un nuevo país, de una sociedad democrática e incluyen te, pasa por recuperar las concepciones y prácticas comunitarias, por reconocer la diversidad cultural, por romper la estructura jerárquica que organiza la sociedad por clases, por eliminar las relaciones de explotación del trabajo, por aceptar el poder popular, entre otros elementos, que va en contravía de los fundamentos del mundo crea do por el capital (p. 302).

El proceso constituyente abierto, al calor de la rebelión social, se revitaliza, gana más experiencia, más insumos, más fuerza. Esto también permite dimensionar la historicidad en torno a las luchas sociales y populares. Pero es un equívoco pensar el desarrollo del proceso constituyente abierto de forma unívoca, más cuando, en el desatamiento de este, las intensidades son desiguales y dispersas en el territorio nacional. Algunos elementos indispensables que cabalgan en el sobre su alcance y horizonte estratégico

En primera instancia, expondremos los elementos que se exhiben claramente en aras de caracterizar el proceso consti tuyente abierto, para luego ligarlos con la dimensión constituyente anteriormente expuesta. Aclaramos que este segmento no pretende mostrarse como fórmula revelada, solo proporciona algunos elementos relativos a cambios ineludibles que la continuación del proceso constituyente abierto debe forjar.

Si el proceso constituyente es de carácter popular y trans

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Analisis político

formador, su continuación acertada implica necesariamente la profundización de las dinámicas constituyentes, es decir, estabilizar y fortalecer las formas de acción y organización política, tendientes a la construcción de mandatos populares, con claras denotaciones antineoliberales, donde las concep ciones de participación política, Estado y proceso económico sean más incluyentes y democráticas, sin limitarse al Estado, sino, por el contrario, trasciendan a este. Por tanto, es preciso que la organización y dinamización de las luchas sociales y populares se pueda situar en algún momento del proceso, en aras de fortalecer su continuación y ubicar estaciones de avanzada, como la ANC. Una ANC derivada del proceso cons tituyente abierto es imprescindible para la transformación del país, pues representaría un nuevo pacto social que trans forme —en una medida positiva, pero no de forma completa— el orden social existente. Lo que está en discusión sobre la ANC es, más bien, su lugar temporal, ya que este momento no parece el indicado para convocarla debido a la falta de cons trucción programática y organizativa y el estado actual de la correlación de fuerzas, a pesar de los avances.

El proceso constituyente abierto ubica como elementos indispensables para su realización al antineoliberalismo, el reemplazo de la democracia liberal-representativa por una democracia popular más incluyente, la puesta en marcha de acciones decididas contra la violencia patriarcal y racial y la constitución del buen vivir. Esto último implica un caminar que cuestione los esquemas de desarrollo social y económico excluyentes y expoliadores, y, por el contrario, tienda a la cons trucción de esquemas sociales y económicos orientados por el bienestar social y la armonización del relacionamiento con el ambiente y las comunidades, donde emergen postulados anticapitalistas, como lo vimos anteriormente. En consecuencia, la transformación del régimen político, del modelo económico y

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el abanderamiento de la lucha antirracista y antipatriarcal son elementos fundamentales para el bienestar social y el horizonte estratégico del cambio revolucionario en el país.

En primer lugar, la apertura democrática y la construcción de paz son elementos ineludibles para la transformación del régimen político. El andar estratégico de la reforma al régimen político pasa necesariamente por la implementación completa de los Acuerdos de Paz, pero debe ir más allá dado el carácter y alcance de estos, entendiendo que reforman al gunos aspectos del sistema político, mientras otros no son tocados considerablemente. Por tanto, se debe buscar la alte ración de los factores reales de poder en el ámbito político, militar, económico, lo que permitirá cambiar el carácter auto ritario, militarista y excluyente del régimen político por uno democrático y popular. La construcción de un nuevo pacto social de cara a la paz que no excluya a los actores del conuna obligación política y moral para la sociedad colombiana.

La alteración de los factores de poder demanda la apertura de mecanismos democráticos con garantías de participación directa más allá de lo electoral y seguridad jurídica para el lleva a la consolidación de órganos de poder popular como las asambleas populares o los cabildos abiertos y convierte a la política en práctica del pueblo.

Por ello es importante pensar algunas reformas al régimen político dimensionando las tres ramas del poder de forma democrática y popular, lo cual implica emprender un proceso de desconcentración del poder instalado en el carácter presidencialista del régimen, así como brindar garantías democrá ticas y transparentes para la composición de las tres ramas del poder. En ese sentido, los organismos de control deben

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Analisis

político

ser apartados de la cooptación del Ejecutivo. La reforma del sistema electoral debe desmontar la entrada de dineros cor porativos e ilegales a campañas electorales y al funciona miento del Estado, y la reforma a la justicia debe extinguir la corrupción dentro de la rama judicial y poner a la justicia al alcance de la ciudadanía, exaltando una perspectiva progre siva e integral de derechos.

En segundo lugar, la superación del neoliberalismo constitucionalizado contempla la conformación de bases constitucio nales que aseguren la prevalencia de los intereses sociales y populares por encima de los intereses privados orientados por el individualismo y la acumulación de capital. Por esta razón, se hace necesaria la participación amplia y democrática del pueblo en el desarrollo de la economía y sus instituciones.

Así, es preciso desmontar el dogma de la economía de mercado en la Constitución y en el imaginario colectivo. La participación del Estado y las expresiones productivas orga nizadas de la sociedad como las cooperativas, asociaciones, sindicatos, etcétera, son necesarias para un desenvolvimien to del proceso económico apartado de intenciones monopolistas por parte de los grandes capitales —nacionales y transnacionales— y orientado hacia el bienestar social y la redistribución de las riquezas. Los regímenes de planeación y presupuesto deben adquirir componentes inclusivos y partici Ejecutivo. Es necesario un régimen de banca central que no permita el endeudamiento del Estado vía créditos a precios de mercado y sea presto al desarrollo de la matriz producti va. Debe materializarse la política tributaria progresiva en favor de la garantía de derechos, en contra de las exenciones a la tributación de la clase trabajadora y sectores populares del país. El gasto social debe estar orientado principalmente

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a satisfacer las necesidades esenciales del país, dentro de un marco jurídico que contemple los derechos como universales y no monetizados, y que proyecte un claro propósito de des mercantilización y desprivatización.

Para que estas medidas caminen hacia el buen vivir, tam bién les es preciso valorar acciones en materia ambiental, como la lucha gradual contra el extractivismo y los combus tibles fósiles. Asimismo, debe impulsarse la descentralización y autonomía de las regiones, para que los procesos socia les sean más efectivos y participativos. Podríamos hablar de un camino lúcido hacia el buen vivir completando un claro posicionamiento a favor de la soberanía de los pueblos, el antiimperialismo y la integración en agendas latinoamerica nistas e internacionalistas.

En tercer lugar, la lucha antirracista y antipatriarcal, que erigen al anticolonialismo y al feminismo como proyectos políticos, deben ostentar mayúscula importancia en la conblaciones históricamente oprimidas. De hecho, grupos orga nizados anticolonialistas y feministas han hecho actividades de protesta profundamente disruptivas en el marco de la re belión social, como tomas culturales o intervenciones a estatuas de conquistadores españoles.

Las agendas políticas transformadoras deben estar necesariamente atravesadas por perspectiva de género y compo nentes que luchen contra todo tipo de discriminación (género, sexo, etnia, color de piel). Es ineludible la construcción de mecanismos que potencien la participación política de estos sujetos y les brinden garantías de cuidado y protección de sus derechos, resaltando el enfoque de género y étnico en casos de discriminación o violencias por estos motivos.

Ahora bien, la posibilidad de trascender a una organización

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social transcapitalista (más allá del capitalismo) y de carácter popular demarca los horizontes emancipatorios que se abren con la materialización del proceso constituyente abierto en el país. A su vez, delimita el alcance de un primer tramo del pro ceso constituyente abierto en términos de un cambio revolu cionario. Por el momento, lo claro en cuanto al horizonte estra tégico y alcance del proceso constituyente abierto se relaciona con que la transformación del modelo económico y el régimen político, de cara al impulso de acciones asociativas y comunitarias de producción y de comercio con el Estado como actor dinamizador, donde a su vez la democracia y el poder popular sean elementos estructurantes de la participación política y la organización social, contribuirán a la consolidación de un nuevo bloque histórico y popular. Por eso, un resultado sugerente de este proceso no son fórmulas estatistas, mientras que, jalonadas por dimensiones antisistémicas, fórmulas socialistas, entendidas como el impulso a la acción asociada, comunitaria, de la sociedad civil en movimiento, con el Estado como actor dinamizador (García, 2016) sí son sugerentes.

Conclusiones

El orden social existente pasa por una grave crisis social y económica, así como por una crisis orgánica de hegemonía. Estas se han gestado a partir del manejo que le han dado las élites dominantes al régimen de acumulación y al régimen político, entre otras, porque varios de sus lineamientos encuentran asidero en la Constitución de 1991, aunque la falta de cumplimiento y violación a esta también ha aportado al desarrollo de las crisis.

Desde la década pasada presenciamos el despliegue de di námicas constituyentes por parte de varios procesos sociales y políticos de raigambre popular, los cuales han contribuido a la formulación de mandatos y nuevas formas de organización

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popular en busca de establecer una nueva sociedad. Para ello, han decidido caminar un trecho estratégico, donde los cambios estructurales a la organización social del país son fundamentales y una ANC, para conformar un nuevo pacto social de cara a la paz y el buen vivir, es una estación impres cindible, aunque en el momento actual no es precisa. Esto, concatenado con la rebelión social desatada desde el 28 de abril, ha dilucidado y profundizado el proceso constituyente abierto, lo que genera aportes a la continuación de sus diná micas y da cuenta del momento instituyente de las prácticas destituyentes exhibidas, además de destacar una dimensión antisistémica que se establece como faro del horizonte estra tégico emancipatorio.

Así, una salida popular y democrática a la situación actual de crisis del país por el camino de cambios sustanciales del orden social que recoja los procesos de lucha y organización social y popular anteriores, y que decante un horizonte es tratégico acertado y sugerente es la continuación del pro ceso constituyente abierto en el marco de la rebelión social y los próximos escenarios de lucha social y popular. Como elementos indispensables para la transformación estratégica del país, comulgan la transformación del régimen político, del modelo económico y el enaltecimiento de la lucha antirracista y antipatriarcal en busca del bienestar social signado por el buen vivir y el horizonte estratégico del cambio revolucionario en el país.

No entendemos el proceso constituyente abierto como uní aciertos, más cuando, en el desatamiento de este, las inten sidades son desiguales y dispersas en el territorio nacional; pero un adecuado andar nos debe llevar a la dimensión de horizontes emancipatorios sugerentes signados por fórmulas socialistas que impulsen la acción asociada, comunitaria de

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la sociedad civil en movimiento, así como la democracia y el poder popular como elementos estructurantes de la partici pación política y la organización social en la consolidación de un nuevo bloque histórico y popular. Por eso un resultado su gerente de este proceso no son fórmulas estatistas. Mientras que, jalonadas por dimensiones antisistémicas, las fórmulas socialistas sí son sugerentes. No obstante, insistimos en que el camino no está trazado, sino lo traza el movimiento real, por tanto, debemos aportar a la construcción y continuación del proceso constituyente abierto en la práctica, adecuando una praxis transformadora de realidades.

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MARCO FISCAL Y REALIDAD SOCIAL EN COLOMBIA, TENDENCIAS INSANAS EN LA BÚSQUEDA DE UN ESTADO RESILIENTE GUIADO POR LA JUSTICIA TRIBUTARIA

“Lo que el rico da al pobre, mientras millones se mueren de hambre, no es un favor perfecto sino un derecho imperfecto.” (Linebaugh, 2015, p. 28)

El poder de la palabra yace en cada persona que se atreva a cuestionar los marcos del poder establecidos, de manera singular surge un impulso inevitable de explorar, debatir y compartir las inconformidades con las que convive la sociedad diariamente. Es a partir de este empoderamiento, que se del Estado colombiano en los últimos años, haciendo que

1 Estudiante de Contaduría pública de la Universidad Nacional de Colombia. Estudian vicio Nacional de Aprendizaje. Miembro del Grupo de Estudios Fiscales y de Equidad.

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Cristian

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país, para repensar las vías de acción que dispone la nación Administrativo Nacional de Estadística (DANE) sobre la po breza monetaria y la desigualdad en Colombia. es menor al gasto público. Este balance suele expresarse como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB). El in greso público en Colombia está conformado por impuestos, bienes de capital, entre otros, mientras que el gasto inversión e intereses.

PIB según Portafolio (2021b), lo cual se traduce en 77,7 billo nes de pesos aproximadamente al 2020 según el Banco de la República (Banrep, s. f.). Dichas cifras solo son aceptables si en el largo plazo los ingresos públicos son sustanciosos. Bajo este contexto las alarmas se encienden y el Gobierno nacio nal impulsa la mal llamada1 reforma tributaria 2.0. de incrementar los ingresos nacionales vía impuestos, se puede acudir a instrumentos de deuda, venta de activos na cionales y otras políticas polémicas. Mediante esta estruc tributaria 2.0 del 2021. Ahondando un poco más, Portafolio (2021a), indica que los recursos planean recaudarse como se indica en la tabla 1:

1 Según Actualícese (2021) hemos pasado por siete reformas tributarias en el Gobierno tes 2106, Ley de Crecimiento Económico 2010, Ley de Turismo 2068, Ley de Emprendi miento 2069, Ley de Cultura 2070.

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Tabla 1. Financiación Reforma Tributaria 2.0 del 2021

Nota. Elaboración propia a partir de Portafolio (2021a)

No es cuestión de asombro que se espere obtener ingresos mediante la venta de activos de la nación, ya que, en teoría, además de obtener ingresos mediante la priva tización de activos, se disminuyen los gastos de funcio línea con la falsa política de austeridad y el nocivo “recor te” del gasto público, pues en realidad el Fondo Monetario Internacional (2021) muestra que el gasto nacional no ha hecho más que crecer 1 en los últimos años, de tal mane ra que el Gobierno nacional ha creado fobia al gasto y lo ha usado como pretexto para vender los activos de la na ción buscando “cuadrar caja” en situaciones difíciles. Como producto de esto, se ha perdido la capacidad institucional de gestión pública al tener un Estado pequeño 2 y se ha generado un gasto público de poco calibre que no logra disminuir los índices de pobreza y desigualdad.

Ahora bien, la tabla 1 devela a un Gobierno que contra deuda, pero a la nación no le quedó otra opción ya que endeudarse se volvió más costoso al incrementarse las ta sas de interés de los préstamos, tras el análisis 3 efectuado la pandemia (la cual trabajó bajo el supuesto de austeri

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2

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Standard & Poor’s el presente año, bajando de BBB- (grado medio bajo) en marzo 26 del 2020, a BB+ (grado especulativo sin grado de inversión) en mayo 19 del 2021 (Trading Economics, s. f.).

ciarse más por la vía de la deuda pública y en menor medida por otros ingresos (privatización fundamentalmente)” (Bautista, 2021, 1:33:05).

Nota. Elaboración propia (aproximación) a partir de Bautista (2021, 1:33:05)

1 En el 2000, el gasto público fue del 26,5 % del PIB, la tendencia continúa hasta que en el 2021 el gasto público se consolida como el 35,2 % del PIB (Fondo Monetario Internacional, 2021).

2 Al 2018, los trabajadores públicos representan el 3,7 % del total de trabajadores en Colombia. El promedio de América Latina y Caribe (ALC) es del 11,9 % y el de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es del 21,1 % (OECD, 2020).

3

un outlook negativo desde mayo 23 del 2019 (Trading Economics, s. f.). Nótese las fechas, es antes del paro nacional del 2021.

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0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80%
Recaudo tributario / Presupuesto Financiacion deuda / Presupuesto Otros ingresos / Presupuesto
Participación
1970 2021

aproximadamente, 28,3 billones de pesos al 2020 según el Banco de la República (Banrep, s.f.) por concepto de pago de intereses. Por tal motivo, es pertinente alejarse de la tendencia histórica nacional y buscar alternativas en in gresos por medio de impuestos, entendiéndolos como una mente, disminuir los índices de pobreza y desigualdad a través de sus propiedades redistributivas de la riqueza.

Si se compara el recaudo tributario 1 como porcentaje del PIB entre Colombia y los países del ALC y de la OCDE, se evidencia que Colombia recauda poco dinero vía impues tos; esto respaldado y profundizado por la tendencia hisvez menos importancia dentro del presupuesto nacional. Por esta razón, es imprescindible mencionar algunos pro blemas en materia tributaria que afectan el recaudo, la re su vez que la reforma tributaria 2.0 fue la “gota que rebosó la copa” e impulsó el paro nacional colombiano del 2021. Tributación colombiana incentivar y desincentivar. En esta misma línea, la Constitución Política de Colombia (1991, Art. 363) señala que “el sistema tributario se funda en los principios de equidad, 2”. Centrando el análisis en los principios tributarios de recaudo y redistribución, se pue -

1 Al 2021, el recaudo tributario como porcentaje del PIB en Colombia es del 19,7 %, en ALC es del 22,9 % y en la OCDE es del 33,8 % (OECD, s. f.).

2 Es decir, un ciudadano debe aportar más al sistema tributario cuanta más riqueza posea.

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fundamentos establecidos en el seno de la Constitución.

La primer gran problemática surge tras analizar el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Aunque este es un tributo necesario debido a la alta informalidad de las empresas del país, es inminente recordar que es un impuesto regre sivo, ya que no tiene en cuenta los niveles de ingresos de los colombianos al gravar el consumo. Este impuesto se ha convertido en uno de los más importantes dentro del sistema tributario al aportar, en el año 2020, el 40,9 % radica en que bienes exentos, excluidos y el uso de tarifas diferenciales en el IVA han generado un gasto tributario 1 del 7,1 % del PIB al 2019 (MinHacienda, 2020), lo que hace que el Gobierno nacional busque ampliar los ingresos nacionales vía IVA. Bajo esta lógica, el IVA ha asentado poco a poco un razonamiento dentro del Estado que ignora la necesidad de un sistema tributario progresivo.

Figura 2. Participación impuestos recaudados por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN)

Nota. Elaboración propia a partir de la DIAN (2021)

1 El gasto tributario es entendido como un costo de oportunidad. Es lo que se pierde al no explotar todo el potencial de un impuesto

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En este sentido, es justo criticar medidas populistas pro movidas por el Gobierno tales como la redistribución del IVA a los colombianos más pobres. Este tipo de disposiciencia establecido en el artículo 363 de la Constitución) porque Colombia tiene instituciones pequeñas (como la DIAN) con pocos trabajadores estatales. Es decir, Colombia tiene poca capacidad institucional de gestión pública en materia tributaria.

La segunda gran problemática hace referencia a la evasión y elusión impositiva de las mayores riquezas en Co lombia. Aunque el Gobierno nacional es consciente de este problema y planea tratarlo mediante la reforma tributa ria 2.0, es preciso exponer que, por medio del impuesto a 1 conveniente desactualización catastral, las grandes riquezas han eludido el recaudo efectivo de impuestos hacien do que el Minhacienda (2020) reconozca que “las tarifas efectivas (del impuesto de renta) disminuyen en percenti les de mayores ingresos”.

Mucho se ha hablado sobre el impuesto a los dividen dos con el objetivo de evitar su efectivo recaudo, algunos dicen que desincentiva la inversión, otros que se genera doble tributación; el profesor Jairo Bautista (2021, 00:52) señala que realmente estas son falacias argumentativas. Por un lado, sí se desincentiva la inversión al disminuir los ni el criterio más importante, que usan los especuladores a la hora de invertir. Por el otro lado, no se genera una doble tributación, ya que la renta generada por la empresa 1 rios al 2019.

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y el accionista no tienen la misma naturaleza económica. Es decir, el inversionista no desarrolla la actividad de la empresa que da como resultado una renta, este realmente pone capital en el mercado de renta variable y obtiene uti lidades sin trabajar desarrollando la actividad empresarial.

En este sentido, es imperioso recordar que los colombianos con mayores ingresos reciben gran parte de sus ga nancias vía dividendos. El Grupo de Estudios Fiscales y de Equidad (GEFE) (2021a, 11:04) muestra cómo la inequidad ingresos (por encima de los ingresos laborales y de arrien dos) gravándolos con una tasa nominal más baja y haciendo que la tasa efectiva del impuesto de renta sea menor. Si a esto se le suman las falacias argumentativas menciona das previamente y el hecho de que los colombianos más adinerados, como controladores y propietarios de empresas, reciben el pago de dividendos por medio de sus compañías (lo cual permite eludir el gravamen sobre este ingreso) em pieza a ser claro por qué Colombia recauda poco dinero vía

El senador Luis Velasco aborda esta segunda gran problemática en el foro ¿Cómo Construir un Sistema Tributario nes de pesos anuales en promedio, aunque la cifra podría ser mayor. Analizando esta problemática en el impuesto de renta desde las tasas efectivas y nominales, concierne mencionar un estudio del GEFE (2021a, 16:30) efectuado sobre las declaraciones de renta de las empresas colom bianas, en el cual se indica que, para el 2018, la tasa efectiva de tributación de las 5 000 empresas más grandes de -

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ciero, según el Minhacienda (2020) fue del 12 %. De esta manera, sale a la luz cómo un impuesto que tenía planeado gravar con una tasa del 30 % 1 recauda menos dinero al que solo pueden acceder los grandes capitales.

Este problema se ve agravado por el hecho de que “[…] el recaudo […] está sobrecargado hacia el lado de las empre sas” (Minhacienda, 2020), lo cual se materializa al observar las declaraciones de renta de las personas naturales. Sitos, se puede ver que los ciudadanos con mayores ingresos aportan poco dentro del recaudo impositivo al tener tasas Hilando un poco más sobre esta problemática, sobresale un

Figura 3. Impuesto a la renta de personas naturales

Nota. Tomado de Garay Salamanca y Espitia Zamora (2019, p. 113)

1 Tasa nominal del impuesto de renta aplicable a las sociedades nacionales desde la Ley 1943 de 2018.

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0,00 5,00 10,00 15,00 20,00 25,00 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Tarifa (tasa) Deciles Tarifa nominal Tarifa efectiva

Analisis político

factor (adicional a los impuestos sobre dividendos y los be colombianos con mayor capacidad adquisitiva. Este factor se conoce como desface entre valorizaciones y nace como consecuencia de la pésima gestión catastral y territorial liderada y progresivo de los impuestos de renta y predial. Estos impuestos se gravan con base en el valor de la

Agustín Codazzi (IGAC). En este sistema, el valor de los terrenos (valor catastral) debería asemejarse al valor co mercial que se le otorga a un terreno en el mercado. El problema radica en que el peritaje y avalúo catastral en Colombia está profundamente desactualizado (en zonas rurales principalmente), haciendo que los terrenos no re conozcan las valorizaciones y plusvalías a lo largo de los años. Fruto de esto, el GEFE (2021b, 13:15) denuncia que el valor catastral del Ubérrimo es de 8 600 millones de pesos mientras que su valor comercial ronda los 165.000 millones de pesos. Este desface demuestra por qué hay un bajo recaudo sobre las altas concentraciones de tierras 1.

El Estado es incapaz de hacer una actualización catastral en el territorio nacional con enfoque social debido a la lógica de austeridad en gastos de funcionamiento, bajo la cual se tiene la intención de crear todo un sistema basado en intermediarios (gestores y operadores catastrales) para trasladar al mercado su responsabilidad de gestión terre nal. En este sentido, al volcar el sistema catastral a manos del mercado, los costos de los avalúos se incrementarán debido a que estos se verán como un servicio ofertado por

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1

el mercado y no como una responsabilidad gubernamen tal, lo que retrasa, aún más, el cobro efectivo del impuesto de renta y predial a los grandes terratenientes.

Ahora bien, dejando de lado el análisis de los principales impuestos y sus relacionados, es necesario buscar alterna tivas para aumentar los ingresos nacionales por medio de otros tributos debido a la incapacidad del Gobierno de nu trir de progresividad al sistema impositivo nacional vigente.

Debido a lo anterior los impuestos a la muerte (es decir, impuestos sobre el patrimonio, herencias y donaciones) se muestran como una alternativa viable para la reducción de la brecha de la desigualdad y aumentar el ingreso del Estado al incrementar la tributación de aquellas personas con mayor capacidad económica. (Ardila Pernett, 2019, p. 51)

Las bases para los impuestos a la muerte en Colombia se han asentado con el establecimiento del impuesto al patri monio (antiguo impuesto a la riqueza) y el impuesto com plementario a las ganancias ocasionales que contempla el gravamen sobre las herencias con una tasa única del 10 %.

Aunque los impuestos a la muerte han sido eliminados poco a poco en los países en que estaban vigentes a causa toría. Ardila Pernett (2019, p. 56) indica que dichos costos pueden sobrellevarse si adoptamos y adaptamos el mo Estados Unidos. En síntesis, Colombia debería asumir este costo en aras de robustecer con equidad y progresividad el sistema tributario nacional.

Para concluir, tras analizar diferentes impuestos con el igualdad en el país es alentador cuestionarse a manera

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Analisis político

volcado hacia el impuesto de renta y otros impuestos pro gresivos, en vez de centrarse cada vez más en el IVA como lo ha venido haciendo históricamente?

Implicaciones sociales

Cuestionamientos como los planteados en este texto son los que inundan las calles y las conversaciones hogare ñas en un lenguaje comunal sin tecnicismos. Estos surgen como manifestación del estallido social impulsado por los preocupantes indicadores de pobreza y desigualdad en Cote aclarar cuáles indicadores sociales contempla principalmente el DANE en sus estudios poblacionales. por el Banco Mundial. Esta ratio muestra la desigualdad, absoluta. De esta manera, al hacer un promedio entre el 2000 y 2019, el Grupo Banco Mundial (s. f.) permite ver que Colombia es el séptimo país más desigual del mundo. Si solo se tuvieran en cuenta a los países que reportan este el tercer país con el índice más alto. -

cial adoptada por el DANE y busca determinar la capacidad de adquisición de una serie de insumos elementales. En este sentido, coloquialmente se podría decir que una per sona está en condición de pobreza monetaria cuando no le alcanzan sus ingresos para comer y adquirir bienes y ser vicios básicos para subsistir. Asimismo, una persona está en condición de pobreza monetaria extrema cuando sus ingresos no le permiten ni siquiera comer saludablemente

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(canasta básica alimentaria).

Figura

Porcentaje

40%

35%

30%

25%

de Colombianos Pobres* Pobreza Monetaria Pobreza Monetaria Extrema Coeficiente de Gini

20%

15%

45% 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020

0,55 10%

0,54 5%

0,52

0,51

0,53 0%

Nota. Elaboración propia a partir del DANE (2021) *Más conocido como incidencia en la pobreza, representa el porcentaje de colombia nos que se encuentra por debajo de las líneas de pobreza establecidas por el DANE tributos a las personas inadecuadas, sino que dicho recaudo vamente debido a la falta de progresividad de un sistema tributario que tiende a enfocarse en impuestos regresivos que gravan los bienes y servicios, lo que repercute negativamente en la desigualdad y pobreza del país, así como en

Coeficiente de Gini

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Al estar intrínsecamente relacionados, es posible sintetisocial en los últimos años. De esta manera, se puede ver cómo no solo se recaudan los 0,49
0,50
4.
Indicadores sociales en Colombia

Analisis político

tratado sin descuidar las necesidades sociales que acarrea el tener una población pobre y desigual en términos de tie -

de fortalecer a las instituciones estatales para tener mayor capacidad de gestión sobre los impuestos nacionales. Lo anterior acompañado de una fuerte voluntad política para establecer un sistema tributario que se funde en los prin cipios constitucionales y ataque la evasión tributaria de las mayores riquezas del país.

En este sentido, el sistema tributario debe centrarse en recaudar el impuesto de renta de manera progresiva y equi tativa, apoyándose, a su vez, en el replanteamiento de otros impuestos tales como el de los dividendos, las herencias y el predial, con el objetivo de incrementar los ingresos nacionales vía tributos. Esto para evitar acentuar las tenden cias históricas que incitan a gravar el consumo de manera ligrosas tales como la deuda pública, la venta de activos de la nación y medidas de falsa austeridad en el gasto público que, de no ser llevadas con discreción, pueden ser perjudiciales para la sociedad colombiana en general.

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( 55 )

FLUJOS MIGRATORIOS INTERNACIONALES ACTUALES A LA LUZ DE LA TEORÍA SISTEMA-MUNDO Y EL DEBATE POSCOLONIAL

Camila Andrea Aguilar Patiño1

Germán Enrique Caviedes Solano2

María Camila Meza Martínez3

Angie Sofía Pinzón Latorre4

Karol Juliana Riaño López5

Introducción

ha posicionado como un tema central en el debate político y académico. Este un fenómeno de primer orden al compren der otros tópicos como los derechos humanos, el desarrollo y la geopolítica (ONU Migración, 2020). De esta forma, la cre ciente migración es un proceso complejo y diverso que se da en todas las partes del sistema internacional y que, además,

1 Estudiante de pregrado en Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia.

2Estudiante de pregrado en Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia.

3Estudiante de pregrado en Ciencia Política y Geología de la Universidad Nacional de Colombia.

4Estudiante de pregrado en Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia.

5Estudiante de pregrado en Ciencia Política y pregrado en Sociología de la Univer sidad Nacional de Colombia.

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Analisis político

requiere de miradas analíticas y críticas. Por esto, se hace per tinente analizar las causas y consecuencias a la luz de los

En este orden de ideas, el presente trabajo comprende el estudio del fenómeno de la migración desde la teoría siste ma-mundo y la perspectiva poscolonial. Para esto, en primera instancia, se abordarán los planteamientos del sistema-mun do, seguido del análisis de las migraciones desde dicha teoría. En segundo lugar, se expondrán los planteamientos del pos colonialismo y posteriormente se analizarán las migraciones partiendo desde esta perspectiva. Finalmente, se presentarán algunas conclusiones de manera comparativa sobre ambas perspectivas y sus aportes teóricos en el entendimiento de

De manera consecuente y para efectos del desarrollo de este análisis, se tomará la siguiente pregunta orientadora: partiendo de la coyuntura internacional en relación con los sistema-mundo, ¿en qué medida el debate postcolonial se plantea como la apuesta por un análisis contra-hegemónico o subalterno de la realidad internacional?

Migración desde el sistema-mundo y el poscolonialismo

La teoría del sistema-mundo en las relaciones Internacionales

Uno de los principales exponentes de la teoría del sistema-mundo es Immanuel Wallerstein. Esta teoría parte del mar por la teoría de la dependencia. Es importante mencionar la peculiaridad de Wallerstein al no partir de una unidad de análisis como el Estado o la sociedad, en este sentido se encarga

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Un sistema mundial es un sistema social, un sistema que posee límites, estructuras, grupos, miembros, reglas de legitimación y co características de un organismo, en cuanto a que tiene un tiempo de vida durante el cual sus características cambian en algunos de sus aspectos y permanecen estables en otros. (Ianni, 1996, p. 16)

En este sentido, se considera que el sistema-mundo tuvo ini cio en el siglo XVI; sin embargo, su mayor expansión fue en el siglo XIX. Este sistema-mundo moderno es considerado una economía-mundo, pues es más grande que cualquier unidad cia de varios sistemas políticos que dan lugar a su propia ex pansión, sin llegar a convertirse en un imperio-mundo con un único Estado-mundo (Ianni, 1996). Por otro lado, dicha econo mía-mundo hace referencia al capitalismo, en el cual la fuerza motora es la acumulación del capital privado que logra una zona espaciotemporal que atraviesa múltiples unidades políticas y culturales, las cuales obedecen en conjunto a las reglas del sistema (Wallerstein, 2005 citado en Martínez y Abel, 2011).

en su forma capitalista logró la propagación en todo el globo terráqueo de la división del trabajo, el intercambio de bienes que tuvieron inicio desde el siglo XV hasta el siglo XVIII con la primera ola de migración colonizadora de Europa hacia América (Germaná, 2005). En este sentido, se puede observar del trabajo por parte de Europa y el centro. Existe un patrón del capital y acumulación se limita “[…] a los países del cen tro, mientras que los países de la periferia se reducen a meros proveedores de recursos naturales y mano de obra no

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Analisis político

p. 221). Esta jerarquía en el escenario internacional es man dirigidos a los productores del centro y protegen la economía capitalista en su totalidad.

De esta forma, se evidencia que los tejidos entre las par tes interdependientes del sistema-mundo son esencialmente de carácter económico, por ende, el carácter de las RR. II es principalmente económico o comercial, aunque también recurren a la fuerza militar y de comunicación como herra mientas de dominación, expansión, invasión e imposición. Cabe aclarar que, al hacer referencia a las partes, la teoría del sistema-mundo no se limita a hablar de centro y perife ria, pues propone la existencia de semi-periferias, las cuales cuales moderan la brecha derivada de las asimetrías y des igualdades según los intereses del centro (Grosfoguel, 2000).

Asimismo, según Aguirre (2004) se trata de una econo mía-mundo donde los Estados se ven obligados a competir y tener ventaja para evitar que uno solo domine el sistema, en el cual, al ser un organismo que cambia, se pueden determinar transformaciones en las estructuras de dominio y liderazgo, pues el poder por medio de la competencia o la lucha pasa de un país a otro por diferentes razones, como los avances y especialización en la productividad, la fragili dad del monopolio y el éxito en la guerra. Por otro lado, esta economía-mundo:

[…] comprende muchas culturas y grupos (múltiples religiones, múltiples idiomas y diferentes comportamientos cotidianos). Esto rales comunes, una geocultura. Ni la homogeneidad política ni la cultural debe ser esperable en una economía-mundo. Lo que llerstein, 2005, citado en Martínez, 2011, p. 218).

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tres ejes articuladores que señalan las principales características del sistema-mundo:

En primer término, un sistema económico integrado a nivel mun dial de naturaleza polarizadora con una lógica de cadenas de mercancías que poseen una forma centrípeta. En segundo término, un sistema político basado en estados soberanos independientes jurídicamente, pero vinculados a través de un sistema interestatal donde las diferencias se hacen patentes. Y, por último, un sistema cultural que es capaz de dar coherencia y legitimidad-conocido como geocultura. (citado por Martínez y Abel, 2011, p. 217)

Migraciones internacionales actuales desde la teoría del sistema-mundo

Si bien el fenómeno migratorio es una cuestión global, se evidencia una tendencia de lo que en términos de la teo ría sistema-mundo se entiende como una migración masiva, creciente, intensa e indetenible de personas que provienen de países periféricos a países del centro (Aguirre, 2004). Por ejemplo, en los últimos años se ha presenciado el crecimien to de las migraciones hacia los países de centro por parte de muchas personas de América Latina, fenómeno que de acuerdo con el Portal de Datos Mundiales sobre la Migración (2020) se debe a factores económicos, políticos y sociales, entre ellos los bajos salarios, la falta de oportunidades labo

América Latina no son exclusivas de esta zona, pues como lo plantea ONU Migración en su informe (2020), durante los dos últimos años:

[…] hubo importantes episodios de migración y desplazamiento, Los principales fueron los desplazamientos de millones de per

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Analisis político

la República Árabe Siria, el Yemen, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur) y a raíz de si tuaciones de violencia extrema (como la ejercida contra los rohin yá, que tuvieron que ponerse a salvo en Bangladesh) o de grave inestabilidad económica y política (como la que afectó a millones de venezolanos) (p. 2).

teoría del sistema-mundo, pues se entiende que dicha jerar quía establece una brecha entre los países centro y la periferia (Grosfoguel, 2000). Como muestra de esto, de acuerdo con el Portal de Datos Mundiales sobre la Migración (2020), la mi gración de países latinoamericanos hacia países europeos o norteamericanos ha causado una fuga de mano de obra que da. Aunque la teoría del sistema-mundo se ve limitada en tanen la práctica el fenómeno migratorio comprende todo tipo de mano de obra como bien lo menciona este portal. Esta teoría logra explicar parcialmente las dinámicas que se dan dentro de zonas periféricas como África, el Medio Oriente y América Latina a las zonas centrales de dicho sistema. de cómo el sistema-mundo estableció la división del trabajo global: los países centro son aquellos en donde se da la mayor acumulación de capital, desarrollo industrial y tecnológi co, por ende, muchas personas de la periferia llevan su fuerza de edad de las personas migrantes, pues de acuerdo con el Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2020:

En 2019, la mayoría de los migrantes internacionales (alrededor del 74%) estaban en edad de trabajar (20 a 64 años); la proporción de migrantes menores de 20 años había disminuido ligeramente

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con respecto al año 2000 (del 16,4 % al 14 %), mientras que la de migrantes internacionales de 65 años o más se había mantenido constante en el mismo período (en torno al 12 %) Así mismo, con las semi-periferias como lo es el caso de Venezuela (p. 24).

Lo anterior da cuenta de la desigualdad que hay entre países centro y periferia, pues donde hay mayor capital, hay mayores oportunidades laborales, lo que lleva a una mayor estabilidad económica para las personas. La concentración de capital en el centro permite que quienes residen allí tengan una mejor cali dad de vida. Por esto, la mayor parte de la población migrante se encuentra dentro de la edad apta para trabajar.

Particularmente, en el caso de Venezuela se ha presenciado un aumento en las migraciones sur-sur, es decir, migra ciones que se dirigen a países dentro de la misma región (Naciones Unidas, 2021). Los países receptores de las mi graciones derivadas de la crisis venezolana se pueden entender en este caso como las semi-periferias que propone la teoría del sistema-mundo, pues a pesar de que esta teoría se enfoca en el aspecto económico y comercial, las migra ciones parten también desde un aspecto político y social, por lo cual, los países del mismo sur han ayudado a mitigar y abordar la crisis migratoria de Venezuela.

Una muestra de lo anterior es el caso de Bolivia, que de cretó la regularización migratoria para migrantes que se encuentren en situación irregular o para los que su tiempo de estadía ya haya vencido (Carrasco, 2021). Asimismo, países como Perú, Ecuador, Venezuela, Brasil y Colombia han sido receptores de los migrantes venezolanos cumpliendo su función moderadora, lo que evidencia una cooperación por parte de los países latinoamericanos —en este contexto semi-periferias—; sin embargo, al ser semi-periferias y no tener el mis mo capital económico ni desarrollo que los países de centro,

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Analisis político

no logran controlar la coyuntura completamente y, por ende, deben enfocarse en la planeación de la integración de los migrantes a largo plazo para darle así un mejor manejo a la situación (ONU Migración, 2020).

El fenómeno de migración ha sido denominado por algu nos como “cuarto mundo” dentro del “primer mundo”, a pesar de mostrar cifras crecientes e indetenibles este “cuarto mun do” se ve obligado a convivir en contextos racistas y xenófobos (Aguirre, 2004). Algunas situaciones donde la población migrante ha sufrido estas violencias lo podemos ver en el caso de la población China en Europa y América, que soporta el racismo como consecuencia de sus lazos con el país de ori gen del virus COVID-19. Sin embargo, Wallerstein consideró que estas situaciones discriminatorias, de inestabilidad y lle nas de contradicciones sociales permitirían la consolidación de movimientos antisistémicos de lucha antirracista (Aguirre, 2004), como fue el caso de las movilizaciones masivas en Estados Unidos por del asesinato de George Floyd, denomi nadas como Black Lives Matter.

No obstante, Ianni (1996) señala cómo estos movimientos antisistémicos pueden llegar al poder y cambiar los sistemas políticos —pues en la economía-mundo es posible la existencia de varios modelos políticos—, pero no lo hacen con la división social del trabajo del capitalismo, es decir, el caso de George Floyd logró posicionar el tema del racismo en Esta dos Unidos dentro de los planteamientos de las candidatu ras presidenciales; sin embargo, ningún candidato propuso el cambio del modelo económico que reproduce divisiones los centros de acumulación que, en últimas, son sistemas que mantienen problemas estructurales como el racismo.

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Aportes poscoloniales en el campo de las relaciones Internacionales

La teoría poscolonial dentro del entramado de las relacio nes internacionales está enmarcada en el espectro de las teorías subalternas, en tanto se problematiza el origen y losblecen como miradas críticas al neorrealismo y a la vertiente desarrollan dentro del debate subalterno es el entendimien to necesario de:

[…] abandonar el Estadocentrismo y contemplar dinámicas internacionales que comprometen a una gran diversidad de actores y de formas de interacción entre ellos, a primar la visión “desde abajo” de las Relaciones Internacionales, sea para observar las regiones periféricas como para poner en foco la visión desde los excluidos y desposeídos del orbe (Ureña-Sánchez, 2020, pp.18-37).

Así las cosas, en cuanto a lo poscolonial, se enfatiza en la crítica interpretativa que desencadena el universalismo de las teorías dominantes en las relaciones internacionales. De modo que esta óptica de la realidad fundacional del sistema internacional nacida en Europa y dominada por Estados entendimientos desde una visión del mundo occidental atra vesada por el discurso de los poderosos. Cuestión que falla en tanto deja a un lado las preocupaciones y perspectivas surgidas de los países pobres (Ureña-Sánchez, 2020). Así pues, se estructura una comprensión vertical desde arriba en el que los Estados y el mercado se enmarcan como objetos ma internacional dentro del neorrealismo y (neo)liberalismo.

El núcleo central de la perspectiva poscolonial parte de la historicidad sobre la realidad de Occidente en torno a las dinámicas coloniales y a la creación de sujetos. De esta ma

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Analisis político

nera, se quiere reinterpretar la historia rompiendo con el pa radigma lineal de la visión vertical desde arriba en la necesidad de otorgar agencia al sujeto, en tanto estos son parte de la construcción histórica con relación a la diferenciación de raza, género, clase y territorio que han estado subsumidos en la dominación (Luna, 2017). El punto clave en este apar sido clave fundamental para el desarrollo internacional, pero que, bajo dominación y dirección del ejercicio del poder, han necesidad de abrir el paradigma a un entendimiento desde abajo, enmarcado en el punto de quiebre de la colonización. Materializado entonces el origen diverso de este pensamien-

Las Américas (latino/as; afroamericanos; americanos nativos; pensamiento crítico en América latina y el Caribe), en el norte de África, en el África subsahariana, en el sur de India y en el sur de Europa, y cuya emergencia fue generada por el elemento común en toda esta diversidad: la expansión imperial/colonial desde el siglo XVI hasta hoy. (Mignolo, 2003, p. 20)

Estas interpretaciones se adscriben al entendimiento del poder y su resistencia desde un desarrollo principalmente his tórico, pero con gran incidencia en la realidad material actual. De tal manera que, categorías como el imperialismo como ge nerador de exclusión por medio del uso de la fuerza y elementos como el género, la raza, y la cultura atraviesan una lectura contra-hegemónica en la que se establece una relación de dominación y resistencia (Galindo, 2013). Entendiendo así que la perspectiva poscolonial realiza un aporte metodológico para la comprensión desde lógicas críticas a lo internacional.

Un aspecto que es importante para tener en cuenta está en relación con la producción de símbolos, narrativas, discursos, identidades y lenguaje como elementos de estudio que pro-

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blematizan el conocimiento, las ideas y las concepciones en su origen principalmente europeo, en tanto se denuncia que el paradigma poscolonial “supone una ruptura con aquellas, en función a que pretende refundar las lógicas colonizadoras imperantes” (Luna, 2017, pp.55). De modo que, los entendimientos

europea se han establecido de forma homogeneizadora de las realidades materiales construyendo una identidad dominante, sobre la cual se determina un “nosotros europeo” sobre un otro que, generalmente constituye a un subalterne.

Lo que se imbrica aquí es el antagonismo sobre el cual se relaciona un universal que solo puede ser reconocido a partir de las concepciones de los sujetos dominados. Tal y como lo explica Quijano (2013), las “identidades fueron asociadas a las jerarquías, lugares y roles sociales correspondientes, como constitutivas de ellas y, en consecuencia, al patrón de dominación colonial que se imponía” (p. 202). Por lo tanto, se pue de entender que el desarrollo del poder se ejerce dentro del elemento cultural colonizador de las realidades de un sector desarrollado y racionalmente preparado, frente a otro popular, irracional colonizado. Incluso esta separación de sujetos no se tado, en términos de desterritorialidad de modo que:

Los poscolonialistas se enfocan en el “Sur” y en los pueblos mar ginalizados con el objeto de inquirir por la importancia de las

Se intenta así dar cuenta de las relaciones coloniales para en tender por igual a los (ex)colonizadores y a los (des)colonizados (Ureña-Sánchez, 2020).

Ahora bien, en lo que respecta a la globalización y el sistema internacional, se viene diciendo que el objeto de análisis del poscolonialismo no se establece en el Estadocentrismo.

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Analisis político

un centro político-económico de las realidades materiales de un Estado abstracto, sino en la forma en la que se producen concepciones, ideologías y entendimientos desde el Estado hacia lo colonizado. Es decir, dentro del mundo internacional el ejercicio del poder no viene dado únicamente por las ventajas materiales de los Estados (sea económica o militar mente), sino que también y principalmente se da desde una producción cultural que rompe con los límites territoriales, estableciendo así las dicotomías entre lo moderno y lo colo nial, o el sur y el norte.

Por ello, desde las perspectivas poscoloniales, se habla de la “colonialidad del poder”. Entendida de forma que, “la expoliación colonial es legitimada por un imaginario que es tablece diferencias inconmensurables entre el colonizador y el colonizado” (Castro-Gómez, 2000, p. 189). La mirada posco lonial problematiza la colonialidad del poder en cuanto este dispositivo de legitimación busca (dentro del campo de las relaciones internacionales) homogeneizar las producciones políticas que se dan desde lo anglosajón y lo europeo como lo es la democracia liberal, en tanto se difuminan las relacio y la colonización bajo un modelo o mecanismo de democra cia liberal, que desconoce profundamente las realidades internas dadas en el llamado “sur”.

Migraciones internacionales desde el debate poscolonial

América Latina y el Caribe han sido escenario constante de fenómenos migratorios suscitados por diversos factores internos y externos sumamente complejos y en períodos hisetapas explicativas de este fenómeno: la primera se produce desde la Conquista hasta los procesos independentistas y se caracteriza por la incorporación de población proveniente de

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las metrópolis y la población esclavizada del continente afri cano. La segunda etapa abarca el proceso de recepción de población migrante de Europa en América del Sur, especial mente durante la segunda mitad del siglo XIX e inicios del XX donde se evidencia la movilidad de capitales vinculado a la internacionalización económica. La tercera fase, desde 1930 hasta mediados de 1960, recoge los movimientos inter nos de población hacia las grandes metrópolis adquiriendo un carácter regional y fronterizo. Por último, la cuarta fase, hacia países desarrollados como Estados Unidos en un clima de globalización (Pellegrino, 2003, p.11). trabajo, la población implicada en el análisis serán los inmigrantes coloniales, entendidos, según Grosfoguel y Maldonado (2008), como provenientes de “las localidades neocoloniales periféricas en la economía-mundo capitalista que, aunque nunca han sido directamente colonizados por el país metro politano al cual migran, al momento de su arribo fueron racia lizados en formas similares a los sujetos coloniales racional del imperio” (p. 123), tal es el caso de la “«africanoamericaniza ción» de los haitianos” (Grosfoguel y Maldonado, 2008).

Para comprender el fenómeno migratorio de la población de Haití, resulta indispensable realizar un breve recorrido histórico, el cual tiene un punto de partida común con los demás paí ses de nuestra América con el mal llamado “Descubrimiento” a nia. Haití, tal como lo presenta el escritor y politólogo haitiano tre África y América, marcado por cicatrices coloniales y sueños revolucionarios (Escuela Diplomática, s. f., p. 1), es protagonista de una historia legendaria conformada por una revolución in dependentista liderada por esclavos en 1971 —la primera en

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Analisis político

el continente americano, que sintió los látigos coloniales con la sanción impuesta por los franceses tras su independencia, adquiriendo una deuda cuantiosa para ser reconocida como una nación independiente—.

En este entendido podría decirse que así inicia la convulsa historia haitiana, marcada por el rechazo internacional, la inestabilidad política, la crisis social y económica, el inter vencionismo extranjero y la ayuda —invasión— humanitaria.

militar norteamericana en 1915, donde, en términos generales, se explotaron recursos naturales y se realizaron una serie de reformas constitucionales impulsadas por Estados Unidos que desfavorecían a la República de Haití, seguido por la dictadura de Papa Doc y Baby Doc, frecuentes golpes de Estado y, el suceso más reciente, el asesinato del presi dente de Haití, Joevenel Moise, en julio del 2021, lo que in crementó el clima de incertidumbre e inestabilidad. No obstante, algunas investigaciones apuntan a que la diáspora haitiana inició tras el devastador terremoto en el 2010 durante el Gobierno de René Préval, el cual dejó un gran saldo de personas muertas e innumerables pérdidas materiales trayendo consigo el incremento de los índices de miseria y de la deuda externa, y la validación de la intervención es-

Si bien se reconoce el terremoto del 2010 como cataliza dor del éxodo haitiano, se considera que tal acontecimien to es la cara visible de una historia colonial de exclusión e invasión. Para comprender la complejidad del fenómeno migratorio haitiano, cabe hacer mención, nuevamente, al sistema de dominación construido a partir de un patrón de poder impuesto por Europa al resto del mundo a inicios del siglo XVI, especialmente sobre las colonias americanas, lo cual supuso un dominio multidimensional en términos

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económicos, políticos, sociales, culturales y epistémicos. Es importante aclarar que, según Migración Colombia, la histórico que ha tenido picos de más de 35 000 personas arribó desde el Caribe, pero también del sur, especialmente de Brasil —que reclamaba mano de obra barata para cons truir las infraestructuras del Mundial del 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro— y Chile (El País, 2021b), un elemento importante para la compresión de las migra ciones internacionales relacionado directamente, como se ha mencionado con anterioridad, con la división del tra bajo y el componente racista inherente, pues cada forma de control del trabajo estuvo vinculada con una raza par ticular, producto de la colonización, e indispensable para el desarrollo del sistema capitalista; donde, para esta caso, la “industria” en torno a la migración permite el desarro llo de los países receptores, en tanto la población migrante representa mano de obra barata disponible. Asimismo, se Salvador, Guatemala, Honduras, y la reciente ola migratoria extracontinental del 2021 conformada por población haitiana y cubana en mayor medida, asiática y africana que se dirigía a Estados Unidos —padeciendo un estancamiento en la región conocida como el Tapón del Darién (zona selvática con fuerte presencia de grupos armados, convirtiéndola en bien responde a dinámicas diferenciadas, están atravesadas por la herencia colonial y padecen opresiones similares.

En este sentido, es indispensable aclarar que les “[…] mi grantes arriban a espacios metropolitanos que están ya «con taminados» por una historia colonial, un imaginario colonial,

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Analisis político

conocimientos coloniales, una jerarquía racial étnica vincula da a la historia del imperio” (Grosfoguel y Maldonado-Torres, 2008, p. 122), es decir, los espacios que habitan no son neu trales ni mucho menos vacíos. Bajo esta línea, se entiende que los fenómenos migratorios son la cara visible de proble mas estructurales, a lo que el sociólogo afroamericano W.E.B. Du Bois ha denominado “línea de color” para hablar sobre una problemática que atañe a:

[…] millones de sujetos mestizos, cobrizos, oscuros que escapan de la pobreza existente en un Sur empobrecido -una condición económica que está vinculada a las estructuras y políticas co loniales y raciales todavía existentes a nivel global-, y que son vistos como que están invadiendo o infectando un Norte tra do-Torres, 2008, pp. 119-120) quiere vital relevancia para la comprensión de los procesos rios de disputa epistémica y el pensamiento crítico, partiendo de la idea de la colonización en los modos de conocer, de producir conocimiento, de producir pers pectivas, imágenes y sistemas de imágenes, símbolos, modos de sig formalizada y objetivada, intelectual o visual. (Pues) los coloniza

Conclusiones

La teoría del sistema-mundo permite comprender el sistema internacional desde una perspectiva economicista que contempla distintas partes políticas y la existencia de reglas que obedecen a los principios de la acumulación. Sus categorizaciones de centro, periferia y semi-periferia permiten entender

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distintas funciones de los Estados modernos, además de con siderar que siempre estarán en movimiento y transformación como si de un ser vivo se tratase. La diferenciación espacial de la expansión de la economía-mundo capitalista permite, a la desigualdades que llevan a miles de personas a migrar de su país natal hacia centros políticos, económicos y de desarrollo.

Teniendo en cuenta que las relaciones internacionales se han constituido bajo el espectro del norte global y que, por tanto, su aplicabilidad para la comprensión de múltiples fenómenos es restringida, las perspectivas poscoloniales se erigen como resistencia productora de enfoques alternativos desde la otredad para interpretar nuevos orígenes del ejercicio del poder en clave colonial y desde la perspectiva del sur. En este sentido, ofrecen herramientas para el cuestionamiento de los discursos, el lenguaje y la narrativa europea y anglosajona, con emanada desde nuestra América anti-homogeneizadora. Aún más, cuando “la expresión y los efectos contemporáneos de la migración están intrínsecamente vinculados al problema de las múltiples e interconectadas líneas de la colonialidad glo bal” (Grosfoguel y Maldonado-Torres, 2008, p. 120).

Ahora bien, la teoría sistema-mundo y la teoría poscolonial tienen un punto en común respecto al papel del Estado: ninguna de estas es Estadocentrista. Sin embargo, el papel del Estado sigue siendo fundamental en tanto desde el sisteen una intensiva producción de capital y acumulación en estas zonas, mientras que los países de la periferia se ven reducidos a proveedores de materias primas y mano de obra. Asimismo, desde el poscolonialismo se puede entender la importancia

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gunos países de Asia para el desarrollo internacional, pese a esto, dichas regiones han sido excluidas históricamente por los Estados dominantes que ejercen poder sobre ellas.

La realidad internacional ha sido hegemónicamente explicada por teorías que plantean una relación vertical entre los diferentes Estados, que conforman una jerarquía predominante entre aquellos fuertes y dominantes sobre aquellos que son considerados débiles. Dicha relación vertical se puede evidenciar también en la teoría del sistema mundo, pues si bien introduce categorías nuevas como las semiperiferias, que mitigan las desigualdades persistentes entre la periferia y el centro, sigue presente un ejercicio de poder y domina ción por parte del centro. En ese sentido, la teoría poscolonial se plantea como una apuesta contrahegemónica para el aná lisis de la realidad internacional, porque rompe con los para digmas tradicionales que se han planteado en las teorías de RR. II, a través de propuestas de nuevos panoramas de análisis como entender el contexto histórico-cultural y analizar los fenómenos internacionales desde abajo. Esta propuesta poscolonial es, a su vez, un paso para la reivindicación de los pueblos históricamente sometidos, lo que permite entender el papel fundamental que África, América Latina y Asia han jugado en el ámbito internacional.

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EXPRESIÓN LITERARIA

CARTA ABIERTA PARA QUIEN LA ENTIENDA

El 28 de abril del 2021 un rugido gigante ensordeció a todo un país. Una gran manada de leones y leonas salieron de sus jaulas y nunca pudieron apagar sus voces. Sus cabe zas eran cascos que los protegían de las municiones que les mandaban. Sus rostros tenían una máscara improvisada, pero de los requisitos que incluía la nueva normalidad impuesta gracias a un virus que había llegado el año anterior, el cual logró desmotivar el ánimo de lucha. Sin embargo, y pesar dechar por la dignidad. Era un grupo indomable que tenía sed de justicia y libertad.

Esos leones y leonas vivían en ciudades, pero también en campos como el Chipaque y otros como el de Tumaco. Sin embargo, desde el desierto de la Guajira hasta la punta del Valle rugían sin parar. Tenían muchos enemigos, heridas desde hace más de cincuenta años, pero se pararon y desde nas que los atan a la guerra.

1 Estudiante de Antropología y Derecho de la Universidad Nacional de Colombia. Miem bro del Colectivo Memoria y Acción e integrante del Observatorio en Seguridad y So beranía Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional de Colombia (OBSSAN).

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Había algunos más jóvenes, resistentes, fuertes y conscien tes; cantaban, bailaban, gritaban, pintaban, escribían y rayaban las paredes para denunciar a quienes los lastimaban. Desde esos personajes que juraron, por Dios y la patria, pro tegerlos, hasta los “dueños” de sus hogares, ellos enfrentaron batallas magistrales. Se escuchaban rugidos, pero eran apa gados con gases, se veían frases en los monumentos, pero las tapaban con sangre, se escuchaban llantos por quienes ya no estaban y se callaban con más balas.

Las leonas que cuidaban de sus cachorros lloraban sin parar, pero cada día les daban un beso fuerte y los enviaban a pelear. Temían, temían un montón, pero no por la debilidad de sus hijos, sino por las grandes armas que ostentaban los monstruos que les callaban. Hubo más de 6 402 más que nunca los vieron regresar y estos días ha subido el número. Algunos se los llevaban en artefactos extraños de color verde y ruido ensordecedor que bajaban del cielo, y a otros los de jaban en las calles ante los ojos de sus madres.

Los leones más viejos temían por ese contagio inevitable del virus, pero se asomaban en sus ventanas con lágrimas en los la libertad. Esos leones corrían por ollas y palos para aumentar su rugido, y es que la voz no es el único sonido de libertad válido.

Los más pequeños aún no comprendían muy bien. Pero no eran ajenos, acompañaban a sus padres, tocaban cacerolas o también echaban bendiciones a los mayores que iban a pelear. No son apáticos, son sabios que no han sido fuertemente escuchados, vienen de otros planetas y ellos juegan y juegan para aprender.

Por desgracia esta manada gigante enfurecida tenía mu chos enemigos, entre ellos sus supuestos cuidadores, quienes solo obedecían órdenes de un fulano que era el títere perfecto de un monstruo sin corazón, sin piedad y con mucho

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poder. Aquel monstruo era la pesadilla de todo un país, pero ya no más. Los leones se han despertado y solo sueñan un nuevo camino.

Los días de lucha han sido intensos: noches en vela, aliados sin rostro que revelan secretos, dolor, llanto, desesperación, muerte y violación. Sin embargo, todos rugen y cada vez más alto por aquellos de su manada que ya no están y hacen falta. Pero ellos no mueren, porque viven en cada compañero. Y las leonas salían a las calles a pelear por sus cachorros gritando: ¿QUIÉN DIO LA ORDEN?

Y aun así dentro de la lucha existían otros que contaban aquello que sucedía, eran narradores. Sin embargo, su trabajo no era el más adecuado, siempre se preguntaban: ¿todo esto para qué?, a lo que los leones valientemente responden: ¿cómo que pa’ qué?, ¿para qué le sirve a usted la dignidad?, ¡¿esa palabra no existe o qué?!, ¿o no la enseñan en televisión? ¡PARA LA DIGNIDAD, PARA LA DIGNIDAD NUESTRA!

Pues sí, los leones querían libertad, y una paz a la que prome tieron llegar. Se les encendió una llama que era de dignidad. Esta quemaba como mil soles y nada obstruía su enorme in cendio. Muchos les criticaban su salida de las jaulas, pero ellos no paraban, a pesar de las balas, a pesar del miedo, a pesar del virus, a pesar de todo, solo quieren vivir en paz y con dignidad. presión artística que pudieran expresar los leones se convirtieron en denuncias y carteles de lucha. Los versos del rap y las danzas en medio de las marchas, les recordaban que eran una manada y que eran superiores a todos esos monstruos que les robaban no solo el dinero, la salud y sus otros derechos, sino también el sueño, los compañeros, la paz y la alegría.

Nadie sabe qué pasará, solo hay una claridad, esos leones no tendrán un cazador que les pare. Los eslabones son pesados y

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Expresión literaria

de ellos brota mucha sangre cada que se rompen, pero cada vez que el miedo no reina, la valentía toma su lugar. Los leones saben que unidos nunca serán vencidos. Por sus muertos, por sus derechos, por su paz, por su tierra, por sus alimentos ¡NI UN MINUTO DE SILENCIO, TODA UNA VIDA DE COMBATE!

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