Recetario muisca. Alimentando nuestra memoria (1a ed.)

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Recetario Muisca 62

Las verduras, en esos tiempos en donde la tierra y el agua no eran obstáculos para cultivar, en la preparación, se variaban según lo que la madre tierra tuviera de regalo para nosotros, se podía reemplazar con ahuyama, arveja con zanahoria, habas, frijoles verdes o, de pronto, no turnar sino adicionarle una que otra que le gustara a sumercé o su familia. La guapucha se preparaba, también, como una especie de refrigerio u onces, una preparación que se llamaba guapuchas tostadas, que, como lo indica su nombre creativo, se tostaban las guapuchas en la olla de barro con maíz, y rebulla y rebulla eso hasta que se lograra percibir su color tostado; pero ¡pilas!, es tostar, no fritar ni cocinar; así tal cual, el pescadito se dejaba entrar en contacto con el calor que nos permitía el elemento fuego. Si quiere saber un dato curioso, no hay indicios de que se hiciera la extracción de aceites vegetales por parte de nuestros ancestros indígenas; al parecer, esto fue traído por lo españoles (Restrepo, 2012). Se preguntarán, si ya hicieron el cocido, y están atorados y atoradas, ¿qué tomamos? Ponga rapidito una olla de barro, con agua y panela, aproveche ahorita la que tiene en la casa y si no, por mucho, le toca ir hasta la esquina a traerla; mande al que siempre hace los mandados, y que no se queje, porque antes, nuestras abuelas y abuelos debían ir hasta el centro o al pueblo de Soacha por este endulzante, y no en taxi ni en bici taxi, a pie o en burrito; así que ponga esa aguapanela a estar rapidito. Sin embargo, si alcanzó a leer esta

Preparando los ingredientes, cocinando y recordando.


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Recetario muisca. Alimentando nuestra memoria (1a ed.) by Programa Gestión de Proyectos, Universidad Nacional de Colombia. - Issuu