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Las pieles teñidas con sangre: la moda que incomoda
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Andrés Felipe Prieto Alarcón
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afprietoa@unal.edu.co Ingeniería Civil Jack David Henríquez Gómez, docente
El comercio de pieles no tiene nada que ofrecer, excepto el peor tipo de crueldad para un producto que nadie necesita.5 Block (2020a, párr. 8)
Resumen
[Texto argumentativo] Uno de los insumos más utilizados en la industria de la moda es la piel animal, por la cual numerosos animales sufren muertes violentas tras soportar una vida de sufrimientos. Los artículos de pieles provienen en su mayoría de China. Dentro de este marco de agresión contra los animales, también se incluye la contaminación ambiental, debido a que los residuos tóxicos del proceso de producción de pieles provocan daños en los ecosistemas. Por lo anterior, en el presente ensayo se argumenta que se debe motivar un boicot hacia estos productos crueles, boicot que es sustentado mediante la exhibición de las secuelas en la naturaleza que traen consigo las prácticas depredadoras por parte de la industria peletera china.
Palabras Clave
China, Industria Peletera, Maltrato animal, Contaminación, Transparencia.
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China, el gigante asiático, basa su éxito económico en la explotación de la mano de obra y de la naturaleza. Según la Academia China de Ingeniería (citada por BBC News Mundo, 2020), casi el 75 % de la industria de cría silvestre de este país está destinada para la producción de pieles. Asimismo, la mayoría de los artículos de piel provienen de este país por ser el mayor exportador, importador, fabricante y productor de pieles en el mundo. Como ejemplo de ello, durante el año 2017, las ventas minoristas a nivel mundial en el mercado de pieles generaron cerca de 30 mil millones de dólares, de los cuales 17 mil millones provenían de China. Este valor fue más de la mitad en comparación con las ventas de Europa, el segundo mercado de pieles más grande, que tuvo ganancias de tan solo 7 mil millones (Lung y Lin, 2019). Por ende, China es el mayor productor y consumidor de prendas de piel en el mundo, como lo reafirma la reconocida etiqueta Made in China.
Al ser la industria peletera china una de las más importantes en el mundo, existe una demanda constante de pieles de animales a las granjas productoras de este insumo, en donde los animales sufren una crianza en condiciones de vida deplorables. Luego, tan pronto sus pieles alcanzan la madurez, pasan de ese sufrimiento a la muerte agonizante en los mataderos, en los cuales son aturdidos brutalmente a golpes para ser desollados vivos para poder despojarles su piel. Adicional a ello, las fuentes hídricas son contaminadas con los residuos químicos liberados en los ríos y lagos por las industrias que procesan las pieles. Cabe agregar que, de acuerdo con Lung y Lin (2019),
5.Traducido del original: “The fur trade has nothing to offer except the worst sort of cruelty for a product no one needs”.
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el número de granjas de pieles aumentó en beneficio de los inversores extranjeros gracias a la inexistente regulación del Gobierno chino sobre las prácticas de la industria peletera. Los líderes comerciales de pieles de América del Norte y de Europa aprovechan la legislación limitada en China sobre el bienestar animal y la eliminación de desechos tóxicos en la búsqueda de ganancias cuantiosas en la cría intensiva (ACTAsia, 2019). Así, la industria extranjera mueve sus recursos a China en busca de mayores ganancias, lo que aumenta los problemas de bienestar animal y contaminación ambiental.
Asimismo, para proteger esta economía, existe una falta de transparencia en las granjas industriales de pieles chinas que ocultan los problemas de comportamiento y de salud animal a causa de la cría inapropiada, el modus operandi de matanza, así como los riesgos medioambientales producidos. Teniendo en cuenta todo lo anterior, es posible afirmar que se debe motivar un boicot a los artículos de pieles. Para esto me centraré en cuatro argumentos que comprometen una concientización, sin censura, a partir de la exhibición del proceso de producción de pieles en China. El primero trata sobre los problemas de comportamiento por las condiciones de cría; el segundo, sobre los problemas de salud referentes al contagio de enfermedades por hacinamiento de especies; el tercero, sobre los métodos baratos de matanza crueles; el cuarto, sobre la contaminación generada por los productos químicos con los que se tratan las pieles.
Para empezar, los animales criados en granjas peleteras son confinados en jaulas estrechas donde apenas pueden moverse, siendo el único espacio que llegan a conocer durante toda su vida. En estas jaulas también son expuestos a la intemperie, a todo tipo de condición climática, como lluvias torrenciales, noches heladas o al sol abrasador (People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), s.f). Este trato cruel a los animales criados en granjas les provoca anomalías en la conducta que afectan su bienestar. Al respecto, HsiehYi et al. (2006) afirman Andrés Felipe Prieto Alarcón/ afprietoa @unal.edu.co
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Las observaciones y las imágenes registradas en video de zorros confinados en granjas de pieles chinas muestran niveles extremos de comportamiento estereotipado, lo que indica que las condiciones de alojamiento de los animales son extremadamente inadecuadas y dan como resultado graves problemas de bienestar. (p. 8)
Este confinamiento les causa, a los animales, frustración porque sus instintos están restringidos a un espacio crítico distinto de su espacio territorial en libertad, donde pueden explorar todas sus habilidades en estado salvaje. El miedo en estos animales es la fuente de estrés que les provoca patologías en su comportamiento como la estereotipia común de animales que viven en cautividad, la apatía a causa de la monotonía del encierro, el aumento de la agresión y las conductas redirigidas, las cuales generan que las madres maten a sus crías y que los animales cautivos se automutilen (Hsieh-Yi et al., 2006).
Al mismo tiempo, en las granjas de pieles es muy alto el riesgo de transmisión e incubación de enfermedades entre especies por las condiciones de confinamiento de los animales. Los animales criados en granjas no tienen ningún tipo de atención veterinaria (Block, 2020a). De igual forma, se encuentran hacinados con distintas especies, lo que compromete sus sistemas inmunes en espacios reducidos. Según la Asociación de Medicina Veterinaria de la Humane Society (citada en Block, 2020b), "se han encontrado zorros y perros mapaches, mantenidos en estrecho confinamiento, infectados con enfermedades virales como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS)”6 (párr. 3). Incluso las granjas que cuentan con jaulas medianamente espaciadas terminan apiñando animales de diferentes especies en estrecho contacto con las secreciones respiratorias y los excrementos de los demás, lo que constituye un caldo de cultivo para las enfermedades virales
Posteriormente al confinamiento en las granjas, los animales vivos son transportados, en un largo viaje hacia la muerte, a los mercados mayoristas en las peores condiciones, donde son subastados y sacrificados en el mismo lugar. Estos son sometidos a prácticas
6. Traducido del original: “Foxes and raccoon dogs kept in close confinement have been found to be infected with viral diseases like Severe Acute Respiratory Syndrome (SARS)”.
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de matanza crueles por parte de los peleteros al ser baratas. Los animales son aturdidos brutalmente a golpes para luego ser despellejados: "La fisiología del proceso de muerte del animal determina el hecho de que la industria peletera china a menudo despelleja animales mientras están vivos"7 (Lung y Lin, 2019, p. 39). En esta medida, los animales son agarrados por sus patas traseras y apaleados repetidamente en la cabeza o son golpeados contra una superficie dura, el suelo o la pared, cabeza abajo tras ser balanceados en sacudidas violentas con la intención de aturdirlos; la inmovilización puede ir más allá cuando les rompen sus cuellos o son asfixiados por una aplastante pisada (Hsieh-Yi et al., 2006).
Luego, los peleteros despellejan a los animales con un cuchillo desde la parte posterior del vientre, arrancándoles la piel hasta que sale sobre su cabeza mientras están colgados boca abajo de sus patas traseras de un gancho o acostados de espaldas. Aún vivos, los animales patean y se retuercen en su sufrimiento. Los métodos de matanza más baratos son los más crueles y algunos están legitimados por creencias populares chinas; por ejemplo, ellos consideran que despellejar vivo a un animal permite conservar la calidad de su piel (Rissi, 2005).
Por su parte, para que la piel del animal sacrificado pueda ser convertida en artículos de piel que se venden como productos de moda, se emplean sustancias químicas tóxicas y nocivas en los procesos de preservación, limpieza, decapado, curtido, engrase/desengrase, blanqueo, teñido y conservación de la piel. Los tratamientos, que van desde la preservación de la piel cruda, pasando por la coloración del pelaje, hasta la conservación de la piel procesada para uso de la industria de la moda, son realizados con productos químicos, tales como cromo hexavalente, formaldehidos, alquilfenoles etoxilados (APEO + NPEO), pigmentos azoicos, clorofenoles (PCP – TCP – TECP), hidrocarburos aromáticos
7. Traducido del original: “The physiology of an animal’s death process determines the fact that the Chinese fur industry often skins animals while they are alive”. Andrés Felipe Prieto Alarcón/ afprietoa @unal.edu.co
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policíclicos (HAP) y metales pesados, incluido el plomo, que por su concentración tienen efectos dañinos para la salud humana y el medio ambiente (ACTAsia, 2018). Por lo anterior, estas sustancias tóxicas contaminan no solo al ser vertidas en la naturaleza, sino también al estar presentes en los artículos de piel. En este sentido, son agentes carcinógenos y alérgenos en abrigos de piel, ribete de capucha de piel, bufandas, guarniciones de prendas, ropa combinada, juguetes, llaveros, muebles tapizados con piel, pompones de piel utilizados en sombreros, adornos en guantes y zapatos.
Finalmente, los animales despellejados son descartados en una pila de cadáveres y cuerpos sin piel, aún conscientes, que pasaron por lo mismo. La acumulación de cadáveres y restos de animales a causa de la matanza por parte de los peleteros contamina el ambiente en este país: “El número increíble de animales matados en los centros de tratamiento y sus alrededores causa enormes daños medioambientales. Se acumulan inmensas cantidades de sangre y despojos en los mataderos a cielo abierto” (Hsieh-Yi, 2005, p. 12). Los cuerpos pelados y ensangrentados puestos al aire libre, en inmediaciones de los mercados locales, ocasionan afectaciones recurrentes al ambiente, debido a la incapacidad del suelo y su entorno para procesar la enorme cantidad de residuos orgánicos producto de la carnicería intensiva.
De modo semejante, la contaminación ambiental generada por el vertido de residuos químicos, debido a los procesos llevados a cabo por las industrias chinas que procesan las pieles, ha generado graves daños al suministro de agua de las poblaciones aledañas a estas, y es la causa del creciente número de las llamadas “aldeas del cáncer”. En el 2013, las autoridades notificaron 255 aldeas de las 459 “aldeas del cáncer”, donde el suministro de agua, de uso doméstico y agrícola, tiene una coloración negra y amarilla (Animal Rigths Center Japan, 2017). Dichas aguas fluyen en ríos negros o de color marrón rojizo con burbujas blancas, así como en ríos verdes contaminados con metales pesados, como cadmio, plomo y cromo. Por consumir estas aguas contaminadas, las personas de estas aldeas contraen cáncer y muchas de ellas, por esto, viven tan solo hasta los 45 años (Animal Rights Center Japan, 2017; Animal Rights Center Japan, 2016). El riesgo de salud de estas personas es un desastre social
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perpetrado por la industria peletera china, que arroja indiscriminadamente metales pesados tóxicos y contaminantes a las aguas que sirven de suministro a estas aldeas.
A pesar de todo lo anterior, la Federación Internacional de Comercio de Pieles (IFTF) alega que promueve códigos de práctica estrictos que cumplen o superan los estándares de producción de pieles establecidos y aceptados para el bienestar animal (Animal Legal y Historical Center, 2010). Asimismo, esta Federación plantea que la cría de pieles tiene beneficios ambientales por la utilización de subproductos animales en las industrias (Scientific American, 2009). Si bien existen unos estándares en la peletería china, estos son ínfimos porque flexibilizan el mercado de pieles. Las investigaciones encubiertas de la Humane Society International revelan el sufrimiento que implica la piel, los gritos, la sangre derramada por los golpes y el montón de cuerpos de zorros desollados y amontonados como basura retorciéndose sin piel hasta quedar sin vida (Block, 2020a).
En concordancia, las afirmaciones de la IFTF revelan el formalismo de las típicas campañas de relaciones públicas que buscan mejorar la reputación y defender los intereses propios. Asimismo, la IFTF se ha preocupado más por eliminar el estigma moral asociado al uso de pieles que por desvelar la verdad tras estas pieles. Todo esto solo oculta el trato cruel en la cría animal y la contaminación ambiental relacionada con la peletería, teniendo en cuenta que China es miembro de esta Federación.
En resumen, la realidad del consumismo de los artículos de piel es diferente a la que vende el marketing. La piel de los animales es anunciada como una mercancía, a pesar de ser la imagen del maltrato cruel que reciben los animales destinados a estas industrias que solo perciben sus ganancias, lo que genera residuos como toda economía que explota la naturaleza. La violación de los principios más elementales del bienestar animal y cuidado ambiental por la industria peletera china fue demostrada en el desarrollo de los cuatro argumentos que dan cuenta de la realidad en la producción Andrés Felipe Prieto Alarcón/ afprietoa @unal.edu.co
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de pieles. La finalidad inherente de estos artículos de pieles es la crueldad animal y la contaminación ambiental, más que el embellecimiento de sus consumidores. Por ello, es necesario conocer la verdad tras estos productos, que motive un boicot y desarticule este abastecimiento cruel a fabricantes, diseñadores, mayoristas, minoristas y consumidores, quienes son la base de este mercado de pieles. Cabe preguntarnos si es posible, aun confrontando la realidad tras estos artículos de piel, el hecho de seguir luciendo o coleccionando cadáveres en un armario.
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Referencias
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Scientific American. (2009). What Impact Has Activism Had on the Fur Industry? The results of decades of protesting by PETA and similar groups. Scientific American. Recuperado de: https://bit.ly/3riju4S
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FOTO: [Seguiremos en las calles (2021), Bogotá, por María Alejandra Garzón]