2. Actividad Promotora de Crecimiento Vegetal Uno de los grupos más estudiados en la promoción del crecimiento son las bacterias con la capacidad de fijar N, también denominadas diazótrofos (Vessey et al., 2003; Kennedy Kennedy, Choudhury y Kecskés, 2004; Lucy, Reed y Glick, 2004; Fuentes y Caballero, 2006; Bhattacharjee, Singh y Mukhopadhyay, 2008; Bhattacharyya y Jha, 2012). Estos diazótrofos han promovido el crecimiento en cultivos como maíz, arroz, trigo, sorgo y caña de azúcar, especialmente (Choudhury y Kennedy, 2004; Bhattacharyya y Jha 2012). El desarrollo de inoculantes bacterianos con diazótrofos es cada vez más relevante, no solo por la importancia del N para el establecimiento de cultivos de interés comercial sino por el aumento en el precio de la fertilización nitrogenada (Adesemoye y Kloepper, 2009). Los diazótrofos de vida libre rizosféricos más empleados son Azotobacter, Clostridium, Azospirillum, y endófitos como Herbaspirillum, Burkholderia y Azoarcus (ver revisión de Choudhury y Kennedy, 2004). Para que exista un efecto benéfico por inoculación de una PGPR, esta debe colonizar la raíz, sobrevivir, multiplicarse y competir en la rizósfera (Bashan, Holguin y de Bashan, 2004; Barea et al., 2005). La supervivencia de una PGPR depende de factores como los contenidos de materia orgánica, la fracción arcillosa (Bashan, Holguin y de Bashan, 2004), el tipo de suelo, el balance de agua, las prácticas agrícolas como la fertilización, el control químico de enfermedades y los genotipos (Fages, 1994). Esto explica las inconsistencias de los resultados en el campo y el laboratorio; además del vacío que existe entre la investigación básica y las aplicaciones a gran escala en la agricultura (Lucy, Reed y Glick, 2004; Díaz-Zorita y Fernandez-Canigia, 2009). Para desarrollar un biofertilizante es necesario establecer relaciones específicas con el hospedero, determinar las condiciones físico-químicas en las que se establece el inoculante, desarrollar formulaciones adecuadas y evaluar la rizocompetencia del inóculo ante poblaciones nativas bien adaptadas (Lucy, Reed y Glick, 2004). Por ejemplo, la respuesta en la promoción del crecimiento es influenciada por un nivel óptimo de fertilización de N (Cong et al., 2009; Baba et al., 2010), la cual depende de las cultivariedades y la cepa inoculada (Gunarto, Adachi y Senboku, 1999). Por un lado, las cultivariedades que responden positivamente a la fertilización de N podrían ser afectadas positivamente por la inoculación con diazótrofos a bajos niveles de N; por el otro lado, las cultivariedades que responden débilmente a la fertilización de N podrían ser afectadas positivamente por la inoculación al 100% de los requerimientos de N (Sasaki et al., 2010). En Colombia, se han aislado bacterias fijadoras de N en plantas forestales como el pino romerón, cedro rosado, encenillo y pagoda (Orozco, 2009). En cuanto a plantas de interés comercial se han realizado aislamientos y evaluaciones de promoción de crecimiento en algunas como la vainilla (López, Vega y Montoya, 2013), arroz (Valero 2003, Laray Álvarez. 2013, Vanegas y Uribe-Vélez, 2014), lechuga (López et al., 2014), pastos (Criollo et al, 2012; Caro et al 2014), ají (Vanegas, 2007), tomate (Pareja, 2012, Vanegas, 2004), entre otros. No obstante, son limitados los bioinsumos aplicados a gran escala en cultivos comerciales.
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