Documento de Trabajo Comisión: Agroindustria Hecho en Argentina Llevar adelante un proyecto político es una tarea que demanda una profunda convicción de la dirigencia y un importante compromiso de la militancia, que inviten a trabajar por el proyecto al resto de la sociedad, desde la certeza que el proyecto político que promueve nos llevará a todos al mejor destino que nos merecemos como Pueblo para alcanzar esa Patria más justa, más libre y más soberana que todos anhelamos. El primer centenario nos encontró en el lugar que habían decidido por nosotros las potencias de la época y una dirigencia que se veía a sí misma como una extensión de las clases altas europeas. Fuimos el granero del mundo y en el imaginario colectivo quedaron recuerdos de grandeza y de proezas posibles. Sin embargo, lo que no nos contaron en el relato oficial fue que toda esa riqueza estaba en manos de unos pocos y que el país se encontraba sometido a una gran desigualdad y condenado a un destino de subdesarrollo. Fue la irrupción del peronismo la que construyó y consolidó la industrialización sustitutiva de importaciones, como estrategia de desarrollo. Hoy medio siglo más tarde y tras haber atravesado “la década ganada”, nos encontramos ante el desafío de consolidar lo conseguido hasta aquí y profundizar el impulso industrializador de ésta última década hacia todos los sectores de la economía. Es aquí donde tanto el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial, como el Plan Estratégico Industrial hacen las veces de hoja de ruta para consolidar el modelo de desarrollo industrial con inclusión social que venimos transitando desde el 2003. Una de las grandes virtudes de estos planes es la amplia participación con la que contaron en su armado, lo cual los legitima en el origen y permite que actores que históricamente pudieran haber estado enfrentados, se sientan hoy en día parte integrante de este modelo y estén dispuestos a trabajar en pos de objetivos en común: alcanzar la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación. Nos encontramos ante un escenario internacional de crisis con mayúscula, donde lo que se está cuestionando es el lugar que ocupa el hombre y la mujer de hoy en el
capitalismo. Este capitalismo financiero ciego y sordo, que sólo se preocupa por engrosar los bolsillos del 1% de la población. Es aquí y ahora donde el Peronismo revalida sus banderas y vuelve a elegir la tercera posición. En pos de alcanzar una mayor competitividad no se trata de sumarse al club de los devaluadores para conseguirla con el hambre del Pueblo. Tampoco es una solución la que ofrece el club de los endeudadores, aquellos que quieren dejarnos a nosotros, y a nuestras generaciones futuras con onerosas obligaciones que sólo sirven para quitarnos soberanía económica. El lugar que se nos propone desde la conducción es el del trabajo mancomunado para alcanzar una mayor industrialización. Lograr la generación del máximo valor agregado posible en origen, para lo cual no sólo se han generado las condiciones de mercado y se han mejorado las cuestiones relativas a la infraestructura, sino también se ha realizado una importante inversión en ciencia y tecnología. Inversión que comenzó a mostrar sus frutos en forma de: clonaciones exitosas, desarrollo de vacunas, de semillas resistentes a las inclemencias climáticas, radares que vigilan nuestras fronteras, maquinaria agrícola que agrega precisión a la siembra, etc. La posibilidad de transformarnos en la Arabia Saudita de los alimentos, lleva en sí el desafío de profundizar la integración con nuestros hermanos Sudamericanos para vernos como socios de un proyecto común que se llama Patria Grande. Este lugar en el mundo es posible y podemos alcanzarlo con inclusión social y tomando las medidas necesarias para conseguir un desarrollo sustentable. No se trata sólo de generar empleo, sino de generar empleo de calidad y bien remunerado. No se trata sólo de agregar valor, sino de lograr el máximo desarrollo posible de cada uno de los eslabones de las distintas cadenas de valor. No se trata sólo de ganar elecciones, sino de entender que la política que sirve es la que interpreta las necesidades del Pueblo y las transforma en realidades. Porque como dijo el fundador de nuestro movimiento, “No existe para el Peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan”, es por esto y por nuestro compromiso con el Pueblo que la comisión de agroindustria entiende la importancia que tiene para el Proyecto Nacional agregar valor a la producción nacional y generar trabajo de calidad.