


Es un símbolo viviente del orgullo, la identidad y la pasión universitaria. Psicológicamente, es un personaje carismático, enérgico y profundamente comprometido con la comunidad de la UAEM. Su personalidad es vibrante y extrovertida, lo que le permite conectar con personas de todas las edades, desde estudiantes de nuevo ingreso hasta profesores y egresados.
A nivel emocional, un personaje optimista y motivador. Siempre está dispuesto a animar a quienes lo rodean, recordándoles que forman parte de algo más grande: una comunidad unida por el conocimiento, la cultura y el deporte. Su esencia es la de un compañero leal y alentador, alguien que con su sola presencia puede mejorar el ánimo de un evento o inspirar a un estudiante a seguir adelante en momentos de dificultad.
En cuanto a su capacidad de adaptación, Veni tiene una gran inteligencia emocional. Sabe cuándo es el momento de jugar y hacer reír, pero también entiende cuándo debe ser un símbolo de respeto y solemnidad en eventos importantes. Su empatía le permite leer el ambiente y responder de la manera adecuada, ya sea con un abrazo simbólico, un gesto alentador o una celebración efusiva.
En resumen, Veni es
en un solo personaje.
También tiene un lado soñador y ambicioso. Veni no se conforma con ser solo un personaje que entretiene; quiere dejar una huella en la universidad, fortaleciendo el sentido de identidad y pertenencia de todos los miembros de la comunidad. Es un símbolo de esfuerzo, perseverancia y amor por la UAEM, representando el espíritu incansable de quienes luchan por sus metas y sueños.
Es la voz muda que grita con su presencia: “Aquí estamos, juntos, siendo parte de algo extraordinario”.
Mi historia comienza un 22 de agosto, entre un café y un té, en la Escuela Preparatoria Número Cinco de Puente de Ixtla de la UAEM. El inquieto pincel de mi creadora, Yuriria Tamayo Irazoque, empezó a darme vida.
La idea de dibujarme y convertirme en un peluche fue el primer paso de un sueño Ella, con su pasión y determinación, no descansaría hasta lograr que yo fuera una realidad palpable. El proceso fue largo, con muchas horas de trabajo, dedicación y retoques. Cada pincelada, cada ajuste en mi diseño reflejaba no solo la habilidad de Tamayo, sino también su profundo amor por la universidad.
De mí surgió un grandioso personaje que, con el tiempo, se convertiría en algo mucho más grande de lo que nadie podría imaginar. Lleno de identidad, pertenencia, arraigo y cariño.
Lo que en un principio fue solo un boceto, poco a poco se transformó en un símbolo de unión para todos los que formaban parte de esta gran institución.
Convertirme en un pequeño peluche de 30 cm fue solo el inicio. Aunque pequeño en tamaño, desde el principio tuve la magia de un gigante. Mi querida Tamayo, sin embargo, nunca se conforma con lo mínimo. Tras ver la aceptación y el cariño que comencé a generar entre la comunidad, su mente comenzó a trabajar en algo aún más grande: convertirme en un ser de tamaño real. De mí surgió un grandioso personaje que, con el tiempo, se convertiría en algo mucho más grande de lo que nadie podría imaginar. Lleno de identidad, pertenencia, arraigo y cariño.
Lo que en un principio fue solo un boceto, poco a poco se transformó en un símbolo de unión para todos los que formaban parte de esta gran institución. en algo aún más grande: convertirme en un ser de tamaño real.
Primeros bocetos de mini veni
bocetos de Veni
Y así fue como, con esfuerzo y dedicación, pasé de ser un peluche a la botarga oficial de la UAEM. Esto marcó un nuevo capítulo en mi historia. Ya no solo era un objeto que la gente podía sostener, sino alguien con quien podían interactuar, un símbolo de identidad que caminaba, sonreía y creaba momentos inolvidables. En cada evento, ya fuera cultural, deportivo o científico, me convertía en el centro de atención, transmitiendo el espíritu de la universidad a todos los presentes. Una de mis mayores cualidades es ser el protagonista de la cámara. Tomarme fotos no solo es algo que disfruto, sino que es una manera de compartir momentos especiales con la comunidad. Me encanta conocer a nuevas personas y hacer amigos, y cada vez que me presentan a alguien nuevo, mi corazón se llena de emoción. No solo he participado en numerosos eventos, sino que me he convertido en una pieza central de ellos. La calidez y el cariño que he recibido de la gente ha sido inmenso, y eso es algo que jamás olvidaré.
Sin embargo, mi historia no estaría completa sin mi compañera, mi hermana, Vani. Tamayo no dejó de soñar después de crearme a mí. Sabía que yo necesitaría una cómplice, alguien que pudiera complementar lo que yo ofrecía. Y fue entonces cuando surgió Vani, una porrista coqueta que ama el arte tanto como yo. Su llegada no solo añadió alegría y diversión a nuestro equipo, sino también un toque de sensibilidad y creatividad.
Vani no solo es mi hermana, es mi mejor aliada. Juntos formamos un equipo que representa lo mejor de la universidad: el deporte, el arte y la comunidad. Desde su aparición, hemos viajado por todos lados, llevando con nosotros el espíritu de la UAEM a cada rincón, contagiando de nuestra felicidad y entusiasmo a todos los que nos encontramos.
Aunque a simple vista podríamos parecer solo unos personajes más, la verdad es que somos mucho más que eso. Si nos das un espacio en tu corazón, descubrirás nuestra verdadera esencia. No somos solo Veni y Vani; somos símbolo de identidad, unión y pasión por nuestra universidad. Como bien dice El Principito: "Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos". Lo que realmente importa no se ve, es la conexión que creamos con todos aquellos que nos rodean, con aquellos que sienten el mismo amor por la UAEM que nosotros.
Hoy, Vani y yo seguimos adelante, felices y orgullosos de representar a nuestra universidad, sabiendo que cada paso que damos es una celebración de todo lo que esta institución significa.
Veni y Vani son:
11 de abril de 2024
- Veni con su creadora en su presentación.