
5 minute read
Rockcientoúnico: Cuando la Radio Sonó MEI Martín Santillán (página
Rockcientoúnico: Cuando la Radio Sonó
Fue 1 de junio de 1984, siendo las 6 de la mañana, cuando Rock 101 irrumpió en las ondas hertzianas. Originalmente se encontraba en el 100.9 del FM, bajo las siglas XHSON-FM, y era parte del mítico Núcleo Radio Mil. A un inicio eran Luis Gerardo Salas, junto a José García Moreno y Federico Lira, quienes le dieron una alternativa a la juventud que ya estaba algo olvidada y etiquetada por la música pop dictada desde el programa semanal Siempre En Domingo. Fueron los acordes de Start Me Up de The Rolling Stones quienes abrieron la caja de pandora y nos dieron muchas horas de reaprendizaje musical, descubriendo nuevas alternativas auditivas y redefiniendo lo que nos venía ofreciendo una radio adulta y aburrida. Hay que recordar que anteriormente, para ser más exactos en 1971, se había celebrado el Festival Rock y Ruedas de Avándaro que llevó a un desenlace funesto a la música rock nacional, obligando a las bandas de rock – del verdadero, no del manoseado por Televisa – a refugiarse a los famosos hoyos funkie. Fue gracias a Rock 101 que volvimos a encontrarnos, no sólo con el rock gabacho o inglés, sino a redescubrir lo que la escena nacional estaba por gestar. Fue gracias a Rock 101 que llegué más allá de la “músicauniversal”y de los “éxitos dorados”; no fueron los pioneros, pero fueron quienes, de alguna forma indirecta, enseñaron cómo tenían que hacer las cosas las estaciones actuales al hacer sus promocionales. Una de las primicias que el formato de la estación tenía era el evitar las famosas complacencias. Evitar de utilizar el término clásico en canciones ya muy choteadas. Incluían una pequeña viñeta casi todas las canciones en dónde aportaban una idea general del tema de la canción, quién cantaba, año y disco en cuál estaba incluido (todo esto muchísimo antes de Shazam o Spotify). Sus programas – algo que las estaciones actuales han olvidado – eran conducidos por expertos o, por lo menos, por verdaderos fans del género que abordaban.
Advertisement
De igual forma, ahí fue en donde descubrí con antelación lo que se venía a finales de 1985, en el programa El Chiringuito,que era conducido por José Ignacio Viseras. Este cuate traía la música en español que se venía gestando desde España, gracias a la famosa Movida Madrileña, así que yo escuché un poco antes a Hombres G, Radio Futura, Alaska y Dinarama, entre otros, justo antes del boom del famoso rock en tu idioma. También traía lo que se escuchaba en Argentina, Chile y lo que venían produciendo los grupos mexicanos. Pero lo innovador de la estación estaba tanto en su música como en sus promocionales, que no eran pretenciosos, ni llenos de efectos, ni saturados de ese humor simplón que tenía su competidora directa WFM.

Aquí, en la radio local, se trató de copiar hasta cierta forma las fórmulas de ambas estaciones, por un lado, la famosa Radio Lobo con su locutor estrella Jorge Hurta, eran un remedo de WFM, y posteriormente aparecería Sí FM, una combinación entre Rock 101, Radio UNAM y Radio Educación, aunque siendo Sí FM un poco más impactante –hablando de contenidos.
A mí me daba mucha envidia cuando tenía que irme a la secundaria y mis hermanos se quedaban en casa escuchando Panorama 101, un programa que abría a eso de las 7 de la mañana. Luego vino El Preludio Adictivo, ya con Luis Gerardo en la conducción, y para su última época con un programa que no recuerdo su nombre. También ahí descubrí más allá de The Beatles, The Rolling Stones y Creedence, llegaron “nuevos viejos” que ampliaron mi panorama. Otra de las virtudes que tenía la estación en cuestión era que los sábados no todo era rock, tenían un programa titulado Salsabadeando , que iniciaba a las 10 de la mañana y terminaba a las 12. Ahí descubrí esa ricura de LocodeAmorde David Byrne – líder de Talking Heads –y la mismísima Celia Cruz. Fueron de los primeros en darle importancia a la mujer desde la inclusión de locutoras muy inteligentes, hasta la creación de programas dirigidos por ellas (Mujer coma Rock & Roll; Lágrimas en tu Almohada).
Cada 12 de octubre y 15 de septiembre tenían especiales de 24 horas en donde, sin importar el día en el cual esas fechas caían, ponían música iberoamericana – si se trataba del 12 – o puro rock nacional –si era el 15. Nunca se casaron con ese viejo concepto de hacer spots en inglés – como ahora se escucha por ahí – a pesar de que casi el 90% de su contenido era música en inglés. El martes 6 de agosto de 1996, durante el programa vespertino de Nuestro Rock, Ricardo Bravo anuncia que la estación llegaría a su fin. Fue en la noche de ese mismo día que se transmitió el último programa, Rock Projection. Desde ese momento, la música continua se apoderaría de la frecuencia y saliendo del aire definitivamente hasta el día 16 del mismo mes. Pasarían años para que Rock 101 regresara –primero – en una versión online, y posteriormente, se estacionaran en Guadalajara a partir del 1 de julio de 2019, teniendo repeticiones en vivo por ABC Radio, pero cómo dice el dicho: no es lo mismo los tres mosqueteros que veinte añosdespués. Y así es, la magia ya no es la misma, su idea se escucha muy vieja, muchos de sus locutores no suenan atractivos – suenan pretenciosos – y desafortunadamente no ha tenido el impacto (al menos para muchos que crecimos con esa estación) que tuvo.


Finalmente, que queda de la radio. Pues desafortunadamente, en Puebla, se encuentra en un letargo muy lamentable. Estaciones juveniles que suenan a como lo eran las estaciones de los 80s, estaciones populacheras con locutores gritones y gritonas sin ingenio, noticieros con la misma fórmula que dejó su antecesor, estaciones de “rock” convertidas en rockolas de éxitos, donde escuchamos las mismas canciones del mismo artista y con locutores muy estudiados, con poses muy poco emotivas, y las opciones universitarias se escuchan fatuas, rudimentarias, saturadas de programas que ya se escuchan encostrados, sin inventiva, o con una muy forzada, rayando en lo burdo y absurdo. Sólo nos queda – afortunadamente – escuchar radio online de otros países o escudarnos con Spotify, aunque allí también se manipulan nuestros gustos.

MEI Martín Santillán
