De ahí la importancia de entender cuál es el deseo de la otra, otro, cuando se encuentra en la tercera edad, no renunciando a la satisfacción sexual, creyendo o pensando que únicamente el coito vaginal (penetración vaginal) es el válido y aceptado para sentirse placentera o placentero. La intimidad corporal significa construir un puente de comunicación para ser contactado y no únicamente tocado. Sentido en su más amplia expresión, el cuerpo mantiene cinco vías de comunicación consigo mismo y con el mundo exterior: el tacto, el olfato, el gusto, el oído y la vista. Nuestros cinco sentidos se convierten en las principales herramientas y vías de comunicación para establecer intimidad corporal, que no es otra cosa (en su expresión más sencilla) que el reconocimiento de las capacidades corporales y aunque sabemos que a través del proceso de envejecimiento se presentan cambios en órganos, sistemas y funciones, pero que no deben determinar en forma negativa la vivencia de intimidad corporal, por lo que debe aclarase que muchas actitudes y conductas que se consideran propias de la vejez, son normales en la mayoría de las personas, aunque puede ser una defensa corporal contra la intimidad corporal, acentuada en la vejez por el proceso natural del envejecimiento (Pasini, 1992). Finalmente una buena comunicación sexual asertiva llevara a entender que la sexualidad, el erotismo de las personas de la tercera edad no son la cantidad de veces que practiquen el coito, sino la calidad con la que se tiene una satisfacción sexual asertiva donde el erotismo del cuerpo, los sentidos y la imagen corporal se mezclan para brindar la comunicación, empatía, respeto y actualización, como herramientas indispensables para favorecer la intimidad y placer en la pareja.
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