de este dolor amado que amanece en mis ojos y llega suave y tibio para vencerme a solas. Para nacer contigo nacieron las auroras; pero ahora el mismo cielo desnace en el olvido, de esta alegría muerta de nuestro amor perdido. Así se va mi vida sin haberla vivido; pero aunque el sol se vaya con la tarde que muere, aún habrá otras auroras para soñar contigo.
39