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López

López

Mensaje del Encargado de la Dirección.

Mi memoria desea en éste efímero

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instante remontarse otra vez al pasado. Ella con un caudal de recuerdos se posa sobre las imágenes del Curso denominado “Recursos para el Aprendizaje del Programa para Abatir el Rezago en la Educación Básica” (PAREIB). Originalmente el grupo semilla por el estado de Yucatán fue capacitado en Atlixco Puebla, es verano de 1993. De regreso al terruño, capacitamos en las instalaciones de la CTM de la ciudad de

Mérida a un distinguido grupo de maestras y maestros quienes fuimos asignados por la superioridad para multiplicar el mencionado taller a educadores de la ciudad de Izamal y sus alrededores.

Dos semanas intensas de trabajo, aquel agosto del 93 en el que tuve la magnífica oportunidad de interactuar con la inconmensurable fe en el magisterio de los grandes compañeros Julián Montalvo Soberanis y Jorge Armando Gala Navarrete, ellos fueron quienes comandaron los numerosos grupos de docentes integrados en las secundarias Técnica y Tiburcio Mena. Aquella experiencia fue una de mis primeras tareas como asesor del Centro de Actualización del Magisterio (CAM). El referido curso del PAREIB, finalizó un día sábado y los incentivos económicos a los participantes se distribuyeron hasta ya entrada la noche. La última educadora de la fila era una

maestra de edad avanzada quien en uso de voz me dijo: “No se preocupe por la demora en el pago de estímulos estimado maestro, los verdaderos formadores normalistas a veces no lo sabemos todo, pero hay una cosa que sí sabemos muy bien y esa se basa, en saber ESPERAR”. Y es que desde aquella noche, confieso que la voz de aquella experimentada maestra dio forma, color y sentido a mi propia definición de la palabra Educar. Literalmente se trabaja en educación para aprender a esperar las mejoras en el espíritu de los seres humanos hacia su desarrollo.

Hoy nuestra casa de la cultura que es el CAM, cumple con altos honores 76 años de trabajar con y por los maestros y maestras de las escuelas de educación

pública de Yucatán. Los docentes tocamos mediante procesos de intervención educativa los corazones y las juveniles conciencias y nunca sabemos

hasta dónde llega la fuerza de nuestras benefactoras influencias.

Felicidades CAM, una casa grande, noble y trascendente para la cultura de los docentes.

L.C.C. Omar Jesús Lara Pacheco.

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