
















Desde muy joven bordaba punto cruz y pintaba. Sus manos inquietas conocieron hace apenas unos años la cerámica gres y se adaptaron, maravilladas, al nuevo oficio. La historia de la ceramista Ginet Parra es intensa, profunda y exitosa. Una vez en el mundo del torno y el horneado se empeñó en aprender la técnica correctamente, viajó y estudió los procesos. Practicó y diseñó desde un taller que ha ido creciendo en su casa, y que ahora se proyecta en otros espacios físicos y digitales.
Para Ginet el mejoramiento ha sido una piedra angular en su trabajo. “Tomé todos los cursos que había a disposición acá y en otros lugares. Hice cursos de esmaltado en la Casa del Ceramista de Chile. Estudié en el Conservatorio Grassi, que tiene su sede principal en Buenos Aires. Primero hice un profesorado en cerámica de baja temperatura que es súper aplicable a la cerámica gres luego me inscribí en una maestría en cerámica”.
Desde su incursión en el mundo de los alfareros han pasado casi diez años. “Ha sido un poco de ir aprendiendo y traspasando esos conocimientos”, cuenta. Ginet Parra aprende, practica y enseña, ese es su enfoque como maestra y artista.
“Los últimos años de mi vida me he dedicado a estudiar y a proyectar una escuela de cerámica. Soy sede del Conservatorio Grassi acá en Chile y para el año que viene quiero dar una tecnicatura que el conservatorio certificará. Quiero que las personas puedan tener su taller y obtener un diploma para dar clases de cerámica en colegios o en la universidad. Probablemente después haga un profesorado en cerámica gres. Es lo que tengo en mente. Poder hacer más formal el oficio acá en Chile”.
Hay algo muy especial en enseñar. No se trata solo de compartir conocimientos, sino de experimentar el beneficio terapéutico que ofrecen los trabajos manuales. “Esto es lo mío, en definitiva: enseñar y hacer piezas. Va de la mano. Siento que puedes llegar a las personas de una forma especial cuando enseñas este oficio. Muchas veces los alumnos llegan con penas o han tenido pérdidas y plasman allí un montón de cosas. Se concentran en sus piezas y lo hacen con amor, con dedicación, las horas de trabajo les pasan volando y a mí también”, el espíritu creativo y la dedicación de cada alumno tienen un valor más alto que el material.
Lo perfeccionista, detallista y pintora sale a relucir en cada trabajo de cerámica gres que realiza en su taller. “A mí me gustan los colores alegres, es mi sello”, explica la artista para describir su obra. “Uno va variando con el tiempo y cambiando sus gustos, como todo. Con el tema del diseño voy buscando que cada vez las piezas sean más amigables con las manos. Que la mesa se vea linda, que haya armonía. Y que las personas sientan que tienen algo único en sus manos, de valor esa es mi finalidad”, lograrlo implica una larga y paciente cadena de trabajo.
Poder almacenar y transportar productos, especialmente líquidos, fue una gran revolución. Por ser un material perdurable, está íntimamente relacionada con la evolución del ser humano, puede aportar datos sobre un pueblo determinado, grado de civilización, costumbres, religión, economía, contactos comerciales, sirve de testimonio para conocer las características de cualquier cultura, el sector de la cerámica se divide en lo que vendría a ser Industrial y Artesanal.
Como producto más fino y sofisticado que la loza, que se cuece a una temperatura entre los 1000 y 1300 °C, la porcelana se cuece a una temperatura mucho más alta, alrededor de 1800 °C.8 El proceso de sinterización, o cocción, se realiza en dos etapas. La primera corresponde a la obtención, a 1800 °C, de una pasta moldeable que al enfriarse resulta en un material duro, frágil y rugoso. La segunda corresponde al vidriado (a temperaturas que varían según el producto entre 1175 y 1450 °C). En la cocción de la porcelana realizada en hornos de leña, para mantener su blancura, se protegían las piezas contra los depósitos de ceniza y las llamas directas por un sistema de gacetas refractarias.
Los materiales cerámicos están constituidos por elementos metálicos y no metálicos. Se fabrican principalmente con diferentes tipos de arcillas, se moldean en crudo y, tras someterse a un proceso de cocción, adquieren consistencia vítrea debido a las reacciones químicas que tienen lugar.
Materias primas plásticas: como las arcillas y los caolines. Son necesarias para dar la forma deseada a la cerámica durante el proceso de conformado. Elementos formadores de red: los más utilizados son los derivados de la sílice, por ejemplo, el cuarzo. Gracias a ellos, se forma la característica red vítrea de la cerámica, de la cual hablamos en profundidad en el siguiente apartado.
La industria cerámica es sin duda la más antigua de la humanidad. Por materiales cerámicos entendemos aquellos productos elaborados con determinadas materias primas.
Arcilla: Se caracteriza por el color rojizo que le proporciona el óxido de hierro presente en este material. Necesita una temperatura de cocción de unos 800 °C. La pieza se puede recubrir con esmalte, y se suele utilizar para fabricar ladrillos, tejas, jarrones, cazuelas o baldosas, entre otras piezas.
Loza italiana:
Se consigue con la mezcla de arcilla mezclada con arena y se puede cubrir con barniz transparente. Se cuece a unos 1000°C y se utiliza para fabricar vajilla, tiestos o adornos.
La cerámica en Chile corresponde a un rubro amplio e importante tanto económicamente cómo culturalmente hablando. Es un rubro que puede ser trabajado tanto por personas con estudios y maestría en cerámica de forma tradicional como por diversas empresas enfocadas en la fabricación de la misma y más productos en relación al sector productivo de forma más industrializada.
La cerámica tiene como características el emplear siempre materiales sólidos inorgánicos.
Para obtener piezas de gran resistencia materiales como la arcilla deben someterse a distintos procesos como moldeo,desecación y cocción.
En sus orígenes la cerámica se modelaba a mano,con diferentes técnicas como el pellizco (primero se hace una bola de arcilla, luego se presiona con el dedo pulgar desde el centro de la bola, con los demás dedos por el exterior. Apretamos los bordes, lentamente, para estrechar las paredes. A continuación creamos la forma que deseamos.