DANIEL ROJAS / daniel@cryptoreds.com INGENIERO CONSULTOR EN CRIPTOMONEDAS Y FUNDADOR DE COMUNIDAD BITCOIN MEETUP COSTA RICA
BITCOIN: EL DINERO QUE OFRECE LIBERTAD Para el autor, con el avance de la tecnología digital y móvil, tanto en las transacciones comerciales como en el mundo de las apuestas, el dinero en efectivo es cosa del pasado. El Bitcoin llegó para imponerse por sus claras ventajas: un producto neutral, seguro y transparente, que está siendo adoptado cada vez más en el segmento del iGaming.
En Costa Rica, donde vivo, la industria del juego es legal. Ocasionalmente, disfruto de realizar apuestas e ir a casinos para divertirme un poco. En un momento, quise recrearme en un sitio de apuestas en línea y, a la hora de cargar mi cuenta, la transacción con mi tarjeta de crédito fue denegada. Al llamar al banco, para mi sorpresa, me explicaron que ellos no permitían transacciones con sitios de apuestas en línea. Puedo suponer que algunos lectores han compartido esta experiencia o han sufrido algún percance similar.
EL ESTANCAMIENTO DEL DINERO EN EFECTIVO Hoy, el mundo está más conectado que nunca. Por cada habitante en la Tierra, hay más de tres dispositivos conectados a Internet. Podemos conectarnos por mensajería instantánea, llamada de audio y video llamada, cruzando continentes de forma inmediata. Estas capacidades no podrían haber sido soñadas hace 40 años. Sin embargo, hay una tecnología milenaria que se ha quedado básicamente estancada desde hace más de 50 años: el dinero. Cuando quise mandarle dinero a un amigo en el exterior, y pasé por tantos dolores de cabeza, dificultades, filas, pérdidas de tiempo y dinero con los bancos, me pregunté: ¿por qué no es tan fácil este procedimiento como enviar un mensaje de texto por WhatsApp? La respuesta es: por la confianza. Tener un sistema de confianza que permita la gestión y movilización del dinero no resulta barato. Usualmente, nosotros 54
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confiamos en que las tarifas que pagamos a los bancos son para proveer seguridad, y les depositamos no sólo nuestro dinero, sino nuestra confianza. Hemos presenciado a nivel mundial cómo esta confianza se desmoronó debido a escándalos como el del lavado de dinero que el banco HSBC realizó con un cartel de drogas en México, y con la aún más trágica recesión inmobiliaria de hace ya diez años en los Estados Unidos. La recesión demostró un sistema roto, corrupto y “demasiado grande para fallar”. Hay un sistema de control en un mundo que ya inició su guerra contra el efectivo, que quiere que el bajo porcentaje de la población mundial que sí tiene acceso a servicios bancarios haga sus negocios a través de esas mismas entidades. Prestamos nuestro dinero a los bancos y obtenemos un limitado derecho sobre el mismo. Claramente, este sistema no funciona.