Esta serie se aleja de alguna manera de la tradición pictórica de Miguel Ángel; hay en ella incursión de elementos naturalistas que adquieren connotaciones fantásticas en el contexto en que éstas figuran. La fantasía es considerada como un nivel superior de la imaginación, la facultad de representar sucesos o imágenes que pueden o no tener visos de realidad o que pueden ser, al proceder de la imaginación, reales en un futuro.
Algunos rostros están rodeados de flores, observamos así mismo ayotes y peces multicolores fuera de su ámbito natural, levitando; no falta una que otra luciérnaga, ese insecto maravilloso que posee la capacidad de emitir un haz intermitente de luz.
En esta serie se observa una comunión del ser humano con la naturaleza. En esa acción consiste la espera, el sueño, esa bella ilusión.