Mountain Goat Report Canada

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AMÉRICA DEL NORTE

CAZA EN CANADÁ DE STONE SHEEP, MOUNTAIN GOAT Y ALCE POR JUAN IGLESIAS (GADORCAZA)

DIARIO DE CAMPO (2)

LA PERLA DE LAS ROCOSAS Llamada así por su pelaje blanco y sedoso, la Mountain Goat es una escaladora nata, capaz de trepar por los riscos más afilados y las grietas más peligrosas. Por su pelaje blanco como la nieve y su gran corpulencia nos puede parecer un rececho fácil a priori, pero nada más lejos de la realidad: cuando nos ven o se sienten perseguidas emprenden la escalada y es muy peligroso su acercamiento debido a las duras condiciones de las cumbres donde se mueven con gran agilidad.

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iguiendo con nuestro diario de caza, una vez cumplido el primer objetivo con un magnífico trofeo de Stone Sheep, seguimos nuestra aventura canadiense, en la British Columbia. 12 de agosto Merecido y relajante descanso del personal, té caliente y sopas deshidratadas nos hacen recuperar las fuerzas, pues el agotador esfuerzo de los días anterio52 / HUNTERS

res nos dejó maltrechos. Aprovechamos para hacer los preparativos y comprobar el centrado del rifle. Ya por la tarde nos damos el lujo de una buena ducha caliente, los días anteriores en las montañas nos conformamos con “lavados de gato”. Mi pretensión es un trofeo representativo, no deseo batir ningún record. Visto lo visto los días anteriores no será fácil por la escasa presencia de machos, sólo hemos localizado algunos grupos de hembras con sus chotos.

13 de agosto Salimos al amanecer de nuestro campamento a orillas del lago Tucho. En esta aventura nos acompaña Scott, gran cazador profesional y hermano de Blair, otro chicarrón del norte, pero del norte de Canadá. Iniciamos la marcha a pie pues la zona montañosa donde nos dirigimos es muy quebrada y de nada nos sirven los caballos. Nos llevará ocho horas el trayecto hasta la base de la cordillera donde empezaríamos nuestra caza. El día


Vista panorรกmica del รกrea de caza, de impresionante belleza. Debajo, los protagonistas del lance.

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Sobre estas líneas, una cabrada de hembras y chotos. A la derecha, nuestro objetivo visto a tres kilómetros de distancia.

transcurre entre paradas para gemelear y cruzar los impenetrables bosques de pinos. Por fin llegamos a un recodo donde montamos la tienda y encendemos el fuego. Hasta el anochecer controlamos sin éxito el circo montañoso que nos rodea con la ilusión de ver algún macho. Día 14 Desmontamos la tienda y en dos horas hacemos cumbre. A nuestra llegada localizamos en la distancia un macho de mountain goat. Al montar el spotting comprobamos que tiene roto un cuerno por la cepa, quizás una pelea o una caída le provocó la rotura, una verdadera pena pues hubiera cumplido con nuestras expectativas. 54 / HUNTERS


‘TRAS 30 MINUTOS DE ESPERA EL MAJESTUOSO MACHO SE PONE DE PIE MOSTRANDO SU BELLA ESTAMPA, LO METO EN LA CRUZ DEL VISOR Y AL RECIBIR EL PRIMER IMPACTO SE TAMBALEA. BLAIR ME REPITE CON INSISTENCIA “¡SHOT, SHOT!”. REPITO EL DISPARO Y A TRAVÉS DEL VISOR VEO SALIR VOLANDO LOS MECHONES DE PELO BLANCO…’ El trofeo es un precioso ejemplar de nueve pulgadas. Debajo, los guías Scott y Blair con mochilas para pasar cuatro días en la montaña.

En nuestro ascenso nos sorprende la huida de dos alces preciosos y nos conformamos con hacerles alguna foto. Es increíble ver correr a esos cérvidos gigantes entre las rocas de la media montaña. Después de un suculento taco, volcamos la cordillera y las laderas en solana ofrecen un marco ideal para estos ungulados de montaña. A los pocos minutos divisamos un gran grupo de hembras que carean con sus chivos, todo un espectáculo ver trepar esos chotos de tres meses junto a sus madres. Seguimos nuestra marcha y al llegar a un puntal con buena panorámica, vemos una minúscula manchita blanca en la cordillera opuesta, está sola y por lógica debe ser un macho solitario, montamos HUNTERS / 55


Una mountain goat en la lejanía. A la derecha, un grupo de hembras de careo.

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el spotting y efectivamente se trata de un macho legal. Hay que intentar el rececho. El problema es que hay que cruzar todo el valle y estamos en su ángulo de visión; otra opción es volcar nuevamente la montaña y entrarle desde arriba, pues la cabra está a media ladera. Esta fórmula la descartamos pues la dureza de la escalada lo hacía demasiado peligroso. Los grandes bloques como camiones desprendidos por la erosión o quién sabe si por terremotos del pasado, dificultaban el recorrido.


Mientras tanto, el macho que pastaba tranquilamente inicia la marcha hacia un acantilado cercano con profundas grietas. En pocos minutos se encaja en ellas y se pierde de vista. Luego comprendimos por qué el animal buscaba refugio en esas cárcavas. Los mosquitos tigre se contaban por miles y hacían la vida imposible a todo ser viviente. Durante la marcha se acercaban menos pero en las paradas era terrorífico, el sudor del cuerpo les enloquecía. A mí se me había agotado el spray de repelente y desesperado probé con la crema de protección solar, que durante unos minutos funcionaba bien. Esta ubicación de la cabra nos facilitaría el acercamiento. Scott se queda vigilando para avisarnos por radio si durante nuestra entrada se producía algún acontecimiento. A pesar de ello tardamos más de dos horas en llegar a situarnos en la mejor distancia de tiro, sobre 220 metros. Ahora toca esperar a que se levante y nos ofrezca su costado. Tras 30 minutos de espera el majestuoso macho se pone de pie mostrando

Las praderas, excelentes para los caballos, son frecuentes. Debajo, celebrando la cacería con jamón de pata negra y vino neozelandés.

su bella estampa, lo meto en la cruz del visor y al recibir el primer impacto se tambalea. Blair me repite con insistencia “¡shot, shot Juan!”. Repito el disparo y a través del visor veo salir volando los mechones de pelo blanco. No cae, pasan un par de segundos y se gira un poco. Nuevamente recibe un impacto que esta vez la hace rodar. Nos abrazamos

y ya relajados mi guía me comenta que ha tenido varias experiencias con cabras. Dice que son durísimas y que al sentirse heridas emprenden una veloz carrera y suelen perderse entre los acantilados, muriendo más tarde. A nuestra llegada nos encontramos con un precioso animal de perfecta cuerna, sobre nueve pulgadas, todo un éxito y mucho más de lo esperado. Scott nos felicita por la emisora y viene a nuestro encuentro. Una hora le lleva llegar a nosotros. Las fotos de rigor y a sacar esa preciosa piel de cuerpo entero. Por la belleza de esta cabra yo recomiendo montarla entera, queda espectacular. En la bajada nos coge la noche en ese impresionante valle. Montamos la tienda y a recordar el lance, es un verdadero placer rememorar los acontecimientos entre las cálidas plumas del saco. A la mañana siguiente nos inunda una agradable sensación, los deberes están hechos. Llamamos al campamento y vienen con los caballos hasta una senda cercana para regresar juntos al lago Tucho, donde está nuestra base. A la llegada me alegra ver entre mi equipaje la última bandeja de jamón de pata negra, con la que celebramos esta cacería. H HUNTERS / 57


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