Dossier Juventud ci 5

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DOSSIER JUVENTUD

Un marco excepcional Veamos ahora, el tema del triunfo “pacífico” de la lucha de Gandhi. Este hecho sólo puede ser entendido en el marco absolutamente excepcional en que se dio. Por un lado, Inglaterra vivía, en la primera mitad del siglo XX, un gran retroceso como potencia imperialista. Buscaba recomponer sus dominios dejando de lado el viejo sistema colonial y aceptaba el surgimiento de países semicoloniales formalmente “independientes”, como hizo en Medio Oriente. Era un cambio de táctica frente a una nueva realidad. Por otro lado, EEUU, como emergente potencia imperialista hegemónica, al mismo tiempo que se aliaba con Gran Bretaña para derrotar a los nazis, bregaba por desplazar la influencia inglesa en Asia y, por eso, alentó y fortaleció la protesta gandhista. Sin esta combinación excepcional, hoy prácticamente irrepetible, hubiese sido imposible un triunfo de la “resistencia pacífica” en la India. Otro aspecto que criticamos duramente al gandhismo es que, por ser un movimiento burgués, no avanzó hacia la expropiación de las grandes empresas que dominaban el país. A pesar de lograr la independencia formal, la India pasó a ser una semicolonia dominada por el imperialismo. De esa forma, se mantuvieron los altísimos índices de pobreza y miseria que caracterizan al país, que subsisten hasta nuestros días a pesar de que ha tenido un fuerte desarrollo económico y se lo considera dentro de las llamadas “potencias emergentes”.

¿Qué pasó en Egipto? Lo ocurrido en Egipto también tiene un carácter bastante excepcional: la cúpula del ejército decidió que las fuerzas armadas no participaran directamente de la represión a las movilizaciones y eso facilitó las cosas para las masas. Esta actitud de la cúpula militar no se debió a ninguna “vocación democrática”: era la misma institución que había sostenido por décadas a la dictadura de Mubarak y que, financiada por EEUU, se armaba para ayudar a Israel contra la resistencia palestina. Tampoco se debió a que la “fuerza moral” de los reclamos de las masas la hubiera convencido, sino a un peligro muy concreto. El contacto constante y la confraternización de los soldados y la baja oficialidad con los manifestantes planteaban el riesgo real de que, ante una orden de represión masiva, el ejército se dividiera frente a la JUNIO DE 2011

El gandhismo nos dice lo contrario (ninguna respuesta violenta) y, en ese sentido, sólo llevará a durísimas derrotas. Marx decía que “la violencia es la partera de la Historia”. Con esto quería expresar que todos los grandes cambios políticos y sociales se ven precedidos y acompañados por choques violentos entre los sectores sociales que luchan por avanzar en contra de aquellos que defienden el status quo.

Sobre la lucha por la “democracia” En varias movilizaciones juveniles recientes se vio una reivindicación de la resistencia pacífica.

fuerza revolucionaria del pueblo egipcio y la situación empeorara para sus intereses. En esas condiciones, el imperialismo y la burguesía egipcia optaron por aceptar la caída de Mubarak para mantener la unidad del ejército, formar un nuevo gobierno y recomponer un régimen político que les permitiera mantener el control del país, usando el prestigio que conserva en la población. Hoy, las nuevas movilizaciones, las huelgas y la solidaridad con los palestinos contra Israel son duramente reprimidas, lo cual demuestra que la violencia está y estará presente toda vez que las masas luchen por lograr sus aspiraciones.

¿Y el resto de los países árabes? Ni las masas ni los revolucionarios escogeríamos voluntariamente los choques violentos o las guerras porque, para nosotros, representan duros sacrificios y sufrimientos. El problema es que no se trata de un “libre albedrío”: el imperialismo y las burguesías nacionales están dispuestos a todo para defender sus intereses y privilegios, incluida la más despiadada violencia contra los pueblos. Esto queda absolutamente claro en el proceso revolucionario árabe. La sangrienta invasión saudita a Bahrein, la feroz represión de los regímenes de Siria y Yemen, la guerra civil en Libia y la intervención militar imperialista en este país, son una muestra de ello. Frente a estos ataques de la contrarrevolución no queda otra alternativa que una respuesta violenta de las masas que, cuanto más extendida y organizada sea, incluso en el terreno militar, más posible hará el triunfo de la lucha.

En las movilizaciones del mundo árabe, y en otras partes del mundo en que la juventud está interviniendo, tiene un peso muy importante la lucha por las libertades democráticas y por la “democracia” en general. Es una lucha muy correcta, que compartimos e impulsamos. En primer lugar, porque muchas de ellas se dirigen contra regímenes dictatoriales o bonapartistas que eliminan totalmente, o restringen, esas libertades. En segundo lugar, porque esas libertades democráticas son muy necesarias para que los trabajadores y los jóvenes se puedan organizar y luchar mejor. Por eso, es totalmente correcto luchar por ellas y defenderlas cuando se consiguen y son amenazadas. Sin embargo, es necesario avanzar en este análisis: bajo el capitalismo nunca habrá verdadera democracia para las masas. Incluso en un régimen democrático burgués más completo, esta democracia siempre será mucho más de forma que de contenido. Esto se debe, por un lado, a que, cualquiera sea la opinión política de las masas, quienes dominan la economía y dictan las “reglas del juego” son las grandes empresas y los bancos. ¿Quién votó, por ejemplo, las gigantescas ayudas a los especuladores financieros y los durísimos planes de ajuste? Por el otro, como consecuencia de eso, esta democracia burguesa no garantiza derechos democráticos de “contenido” para los trabajadores y los jóvenes, como empleo, salario digno, salud y educación públicas, gratuitas y de calidad, etc. En una verdadera democracia, deberían ser las masas trabajadoras las que controlasen la economía y ésta respondiese a la satisfacción de sus necesidades más urgentes y no a la de los capitalistas y sus ganancias. Pero los capitalistas y sus representantes políticos jamás van a aceptar esto. 27


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