Había una vez una mujer que deseaba tener una hija, pero la casa donde vivía era muy pequeña, solo cabría una niña del tamaño de su pulgar.
A la mañana siguiente..
¡El sapo agarró su cama y se la llevó!
Mientras dos sapos la observaban Què hermosa niña, es la esposa perfecta para mi hijo.
Mientras dormía Pulgarcita, un sapo la observaba por la ventana.
¿Dónde estoy?
Pronto te harás a la idea de ser la esposa de mi hijo.
¡Hola esposa mia!
¡Tendré que visitar a la bruja!
Y Pulgarcita se puso a llorar...
La mujer le hizo una cama de pétalos a Pulgarcita.
Los peces del arroyo fueron a conocer a la nueva esposa del sapo.
¡Tendré que visitar a la bruja !.
¡Tengo la semilla indicada para tu problema!
La mujer llegó a casa y plantó la semilla y delante de sus ojos creció una hermosa flor.
¡Llévate esta semilla y plantala, el resultado te asombrará!
¡Que bella flor! ¿Qué habrá en su interior?
No se ve feliz.
¡Es muy bonita para ser su esposa!
¡Hay que ayudarla! Los peces se comieron el tallo de la flor donde estaba Pulgarcita para dejarla en libertad..
Dentro de los pétalos encontró a una hermosa niña. ¿A dónde iré a parar?
¡Eres muy diferente a nosotros!
Mi sueño se cumplió, eres del tamaño de mi pulgar, por eso te llamaré Pulgarcita!
Mientras Pulgarcita bajaba por el arroyo, un horrible escarabajo se la llevó volando.
¡Me gustas mucho niña! Ahora te quedarás conmigo.
¡Nosotros tenemos cuatro patas y tu solo dos!
¡Bájame! ¡Bájame! ¿A dónde me llevas? ¡Ni siquiera puedes volar!
El escarabajo llamó a sus amigos escarabajos para presumirles a Pulgarcita.