Domingo 11 de septiembre de 2016
El encanto indestructible de Roald Dahl, a 100 años de su nacimiento Humor, irreverencia, magia para chicos y astucia para grandes lo convierten en un escritor original, que tiene también sus zonas oscuras. Gabriela Baby PARA LA NACION Sus historias y personajes van del libro a la pantalla, de ida y de vuelta, siempre sumando a nuevos lectores. Traducido a 58 idiomas, con más de 200 millones de ejemplares vendidos en el planeta, en diversos lugares de Gran Bretaña se festeja en estos días el centenario del nacimiento de Roald Dahl, uno de los escritores más originales e imaginativos del siglo XX, que supo crear historias divertidas y frescas para chicos, y relatos escalofriantes para adultos. Su primer cuento, "Los gremlins", fue publicado en 1943 y tuvo gran aceptación de la crítica. Incluso Walt Disney quiso hacer una película y hubo avances en la escritura de un guión, aunque el proyecto no prosperó. (La película de Steven Spielberg, de 1984, está lejanamente inspirada en los monstruitos de Dahl.) También en la década de 1940, Dahl comenzó a publicar cuentos para adultos en revistas literarias, relatos que en 1946 reunió en su primer libro: Over to You. Pero pasarían algunas décadas más para que Roald Dahl escribiera sus libros más conocidos y emblemáticos: James y el durazno gigante (1961), Charlie y la fábrica de chocolate (1964), El superzorro (1970) y El enorme cocodrilo (1978), el primero ilustrado por Quentin Blake. En traducción al español, se lo pudo leer a partir de los años setenta: "Los primeros en publicarse en Hispanoamérica fueron Charlie y la fábrica de chocolate y El superzorro, a los que luego se le fueron agregando cerca de 20 títulos", dice María Fernanda Maquieira, gerente de Literatura Infantil y Juvenil de Loqueleo, Santillana, el sello encargado de traducir y editar a Dahl en castellano, que además comenta: "Los más exitosos a lo largo de los últimos años son Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate y Las brujas, que superan los 200.000 ejemplares vendidos. Seguramente, el impulso de las películas hizo que pudieran llegar a un público más masivo, pero verdaderamente las obras de Dahl son leídas por miles de chicos que adoran sus historias por su calidad literaria y por su irreverencia". Calidad e irreverencia que se suman a otras virtudes, como el humor sutil y constante de su voz narrativa, un uso original y osado del lenguaje, y la imaginación amplificada que invita al lector a vivir aventuras en las que puede aparecer un gigante amoroso, brujas malísimas, niños audaces, una fábrica de chocolate regenteada por un lunático o una huérfana con poderes sobrenaturales y padres espantosos.