ZénitNadir
Gonzalo Castellanos Megías
Partiendo del mito de la torre de Babel, a saber:
La confusión y la falta de entendimiento entre seres humanos,como castigo de dios ante la osadía de éstos de alcanzar, mediante la construcción de una torre, los cielos
Busco desarrollar en éste proyecto la idea de un mito alternativo, algo así como una anti-babel, en el que la grandeza, ya no de un dios todopoderoso, sino de la Naturaleza, cuyas cimas de las montañas y fondos oceánicos, cómo torres de babel, conducen a los hombres ya no a la confusión y falta de entendimiento, sino a la realización de su condición de seres limitados, los cuales, ante tales accidentes geográficos, todos compartimos la misma lengua.
Sobre el nombre del K2:
El nombre K2 deriva de la anotación usada por el Gran Proyecto de Topografía Trigonométrica del Himalaya. En 1856, Thomas Montgomerie hizo la primera exploración del Karakórum desde el monte Haramukh, alrededor de 210 km al sur, realizando un dibujo de los dos picos más prominentes, llamándolos K1 y K2.
La política del Gran Proyecto de Topografía Trigonométrica era usar nombres locales para las montañas siempre que fuera posible,6 y el K1 se descubrió que, localmente, era llamado Masherbrum. El K2, sin embargo, parece que no había adquirido ningún nombre local, posiblemente debido a lo remoto de su ubicación. (...)
La marca del geógrafo, K2, por lo tanto, sigue siendo el nombre por el que se conoce normalmente a esta montaña.
https://es.wikipedia.org/wiki/K2
Más tarde, en su libro Karakoram: the ascent of Gasherbrum IV, el afamado alpinista Fosco Maraini, haciendo referencia al nombre del K2, escribe:
(...)justo el esqueleto de un nombre, todo roca, hielo, tormenta y abismo. No intenta sonar humano. Es átomos y estrellas. Tiene la desnudez del mundo antes del primer hombre o del planeta ceniciento después del último”
K2, 8611m, 35°52′52″N 76°30′48″E, Karakórum Cervino/Matterhorn, 4478msnm, 45°58′35″N 7°39′32″E, Alpes PeninosLa reflexión de Maraini sobre el nombre (o ausencia de éste) del K2, ejercen de referencia para la realización de ésta pieza. La montaña, cuerpo cuya sola presencia, cuya entidad, desafía al hombre y lo despoja de su poder, sometiéndolo al del cosmos. Solo hablando su mismo lenguaje, encontrará su lugar en la Naturaleza, y se reconocerá como humano.
Cómo también el videojuego Mountain, de David O’Reilly, en el que nuestro avatar es, cómo su título indica, una montaña que, solitaria, flota en el espacio. Nuestra finalidad en dicha experiencia consiste en ser: Impertérritos e inmóviles, observamos el paso de las estaciones, los años, y como de vez en cuando, como si de meteoritos se trataran, caen sobre nosotros objetos de diversa índole, coches, lapiceros, notas de papel, sin que podamos hacer nada por evitarlo, integrándose
en nuestro paisaje. Sólo nuestros pensamientos, leves o profundos, reverberan en el espacio.
Y también el videojuego Celeste, de Maddy Thorson, en el que nuestro avatar, Madeline, en su huida de sí misma decide escalar una montaña y es así como se reencuentra con aquello que negaba y ocultaba en el fondo de su ser.
Mountain, David O’Reilly, 2014
Es durante la realización de bocetos que se decide construir una montaña.
Tras el descubrimiento de la cita de Maraini, el K2 se convierte así en modelo.
La maqueta se construyó con alambre y soldadura de estaño.
Después de tener una primera montaña, se contempla la necesidad de darle más altura. Es así cuando surge la idea de inscribir la montaña dentro de un cubo. Hecho que permite presentar la montaña rotada, generando de esta manera un nuevo significado.
¿Qué es una montaña invertida sino una sima, una fosa, un abismo? De la misma manera que una montaña deviene un límite para el hombre,
así lo hace una fosa. Pienso en la llamada Fosa de las Marianas (11°21′N 142°12′E), equivalente invertido del Everest, cuyo punto más profundo, llamado Abismo de Challenger, está a 10994m de profundidad, donde nunca ha llegado el hombre.
Para facilitar y, de alguna manera, orientar el proceso de construcción y soldadura, se decide enumerar todos los segmentos que constituyen la montaña. El cubo que la contendrá hace 80cm de lado.
Cabe decir que el carácter orgánico de la montaña, facilita la construcción, ya que cualquier variación en sus ángulos, sigue manteniendo su forma. Los únicos límites son los del cubo, y es que la montaña en todo momento debe estar inscrita en él.
Debido a está variación en los ángulos, se genera la necesidad de dejarse llevar en la construcción. Ésto ya sucedió en el proceso de bocetos, entre los cuales no existe ningún dibujo exacto de lo que sería el resultado final, así como en la construcción de la maqueta, que se fue improvisando hasta que se llegó a una forma atractiva, que satisfacía el objetivo buscado, de representar una montaña.
Título: Zénit. Nadir Hierro. Soldadura de acero 800 x 800 x 800mm
(...) tiene la desnudez del mundo antes del primer hombre o del planeta ceniciento después del último.
