FunkyPet Magazine 02

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l crecimiento de Brasil en los últimos años es indudable. Ha pasado de ser una superpotencia emergente a ser un importante actor en el escenario mundial. No sólo como atrayente de inversiones o dinamizador de exportaciones sino también como impulsor de proyectos. Una de estas iniciativas pioneras en latinoamérica ha sido la construcción del primer hospital veterinario que ofrece asistencia gratuita a todos los animales domésticos de familias sin recursos económicos, favoreciendo así la calidad de vida de estas mascotas. El Saint Agnes Hospital ha sido construido en la ciudad de São Paulo, concretamente en Tatuapé. La elección de São Paulo no es casual y es que allí se congrega una población de animales domésticos de más de seis millones. En él trabajan un total de 25 profesionales de la sanidad animal como médicos veterinarios y 25 funcionarios de servicios generales. Todo el personal trabaja en vistas a ofrecer el soporte más completo en áreas de oncología, oftalmología, endocrinología , ortopedia y otras especialidades, incluidos los animales exóticos.

Según palabras de Wilson Grassi, Consejero de la Asociación Nacional de Clínicas Veterinarias de Sâo Paulo, hay tres justificaciones básicas para la creación de ese hospital para animales con recursos públicos:

Eliminar el dolor de animales enfermos sin posibilidad de tratamiento.

Reducir la angustia de las personas que se ven impotentes y sin recursos para sanar a uno de sus animales de compañía, a veces, como en el caso de personas que viven solas, el último reducto de cariño que les queda en la vida. Solventar un problema de sanidad pública, ya que animales enfermos sin tratamiento son fuente de transmisión de enfermedades a los humanos.

Sin lugar a duda, una iniciativa ejemplar que esperemos tenga sus homónimos en un tiempo récord.

El compromiso y filosofía del hospital es del todo humanista: mejorar la calidad de vida de los animales, contribuir a la evolución de la medicina veterinaria y proporcionar la paz mental para el propietario, ya que representa un auténtico sufrimiento tener enferma a una mascota y no poder costear un tratamiento para sanarla. Esta iniciativa nace fruto de una necesidad social para las mascotas de aquellos propietarios sin recursos económicos, que tenían que dejar morir a sus queridas mascotas por no poder proporcionarles asistencia veterinaria en caso de enfermedad o accidente. La demanda ha sido tal que ha habido días de auténtico desbordo. A las tres de la mañana ya hay personas esperando en la puerta del hospital con sus mascotas. Atienden una media de 3.000 casos al mes, desde operaciones a transfusiones de sangre. Los trabajadores del Saint Agnes trabajan duro y rápido para poder darle servicio al mayor número de mascotas posible.

El compromiso y filosofía del hospital es del todo humanista: mejorar la calidad de vida de los animales, contribuir a la evolución de la medicina veterinaria y proporcionar la paz mental para el propietario

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