Los nombres actuales del malestar y sus abordajes

COLECCIÓN LECTURAS ÉXTIMAS
Salta 22 y 23 de septiembre, 2023
Los nombres actuales del malestar
y sus abordajes
Actas de las Jornadas de Salud Mental #5
Los nombres actuales del malestar y sus abordajes
COLECCIÓN LECTURAS ÉXTIMAS
Salta 22 y 23 de septiembre, 2023
©2025, Fundación Medifé Edita
Fundación Medifé Edita
Lima 87, piso 8
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C1002) www.fundacionmedife.com.ar info@fundacionmedife.com.ar
Dirección editorial Fundación Medifé
Editora
Daniela Gutierrez
Directora de Colección
Lecturas éxtimas
Serie Actas
Lic. Mariana Trocca
Equipo editorial
Catalina Pawlow
Camilo Gutiérrez
Lorena Tenuta
Diseño colección
Estudio ZkySky
Diseño interior y diagramación
Silvina Simondet
Hecho el depósito que establece la ley 11.723. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo del editor.
Acerca de la colección
El nombre de esta colección incluye un neologismo inventado por Lacan (extimidad) que conlleva una paradoja: algo que sin dejar de ser exterior nombra aquello que está más próximo, lo más interior. Lo éxtimo es lo íntimo, lo más íntimo que no deja de ser extraño. Esta colección será oportunidad para lecturas que vienen de otros campos que, sin ser del psicoanálisis, guardan con él una relación de extimidad.
Apostamos a lo inédito, letras de otros sin publicar. Invitamos a que otras disciplinas nos muestren sus obstáculos, sus preguntas, dejarnos llevar por el decir de otros y en su lectura adentrarnos en lo lejano para luego, al modo de la Banda de Moebius, zambullirnos en lo más cercano de nuestra praxis.
Es nuestro deseo volvernos un poco extranjeros a nosotros mismos y jugar con las letras de un nuevo decir para volvernos otro, por un rato. Y así, en ese juego reordenar lo propio de otra manera para finalmente recuperar el gusto de lo conocido.
En la serie Actas, se recopilan los resúmenes de ponencias y comunicaciones de las Jornadas de Salud Mental de Medifé. Cada entrada contiene la síntesis del trabajo presentado y los datos de contacto del autor. Es una publicación académica periódica que a partir del cuarto número estará registrada en el Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICYT), Centro de Servicios e Instituto de Investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de la República Argentina.
Mariana
Trocca
Panel de apertura
La clínica post pandemia
I. Gabriela Cioppettini
Este trabajo es efecto de conversaciones con: mis compañeros
Rubén Bustamante y Silvina Marcos, y las colegas Mirta Aulita, Patricia Beretta, Araceli García, Ana Guerrero y Silvia Merodo, a quienes agradezco que quisieran reunirse a “darle vueltas” a los interrogantes que guían esta escritura.
Me entusiasma la palabra “apertura” en cuanto a la posibilidad que el término denota. Alude para mí a un enigma: ¿qué encontraremos en este encuentro? Me remonta al enigma que presenta cada consultante cuando llega a la entrevista de orientación y viene a contar algo de su vida, de su padecimiento, tan singular y único.
Tomé como guía para este trabajo los ejes temáticos de estas Jornadas y las entrevistas de orientación que realizamos (coordinadores y auditores) en todas las filiales del país, dispositivo original que nos permite ir ubicando los motivos de consulta prevalentes, y que compartimos gracias a la Bitácora1 elaborada semanalmente por nuestra Coordinadora Nacional.
Eje I: ¿Todo es posible de diagnosticar?
El interrogante por el “todo” parece aludir a la cuestión de la época y su subjetividad. Encontramos las marcas de la cultura actual mucho antes de la llegada del COVID 19. Tiempos del imperio de la tecnología y digitalización, empuje a la cuantificación y categorías clasificatorias. Época que tiende a ubicar todo malestar como enfermedad, universalizando los padecimientos y negando toda imposibilidad.
¿Ha logrado la ciencia clasificarlo todo? Y en ese caso ¿ha devenido un mayor bienestar?
1 Bitácora: especie de armario que se utiliza en la vida marítima, se fija a la cubierta, cerca del timón y de la aguja náutica y que facilita la navegación. En la antigüedad, cuaderno donde los navegantes relataban el desarrollo de sus viajes para dejar constancia de todo lo acontecido en el mismo. Actualmente, también remite a cuaderno o reporte que permite llegar un registro de las distintas acciones que se llevan a cabo acerca de un tema.
Constatamos en nuestra práctica lo que podríamos mencionar como dos fuerzas: por un lado, la acentuación de ese empuje a la clasificación, desde el modelo médico y también, a veces, desde las mismas personas que consultan, y a la vez, otra fuerza que resiste y escapa a ser nombrado en su totalidad.
De la mano del empuje clasificatorio: la exigencia de establecer diagnósticos en tiempos cada vez más cortos. La dimensión del “tiempo” parece descuidarse en la urgencia por diagnosticar, elidiendo los momentos de ver y comprender, la pausa necesaria para la construcción. Nos preguntamos si ese afán clasificatorio y esa prisa tendrá relación con el sentimiento de fragilidad y desvalimiento al que nos expuso la llegada de la pandemia. ¿Constituirá una respuesta a esa nueva herida narcisística que implica lo innegable de nuestra vulnerabilidad?
Consideramos necesario reafirmar que el diagnóstico comporta una responsabilidad ética, no es un mero procedimiento técnico. Nos preocupa el poder condenatorio que implica la reducción de un sujeto a una cifra, especialmente en los niños pequeños.
Una mamá llega con su hijito de tres años. Con su corta edad ya porta un informe, con un nombre: “Autismo”, y con indicaciones precisas de sacar el CUD y realizar varias terapias. En la entrevista: un equívoco, que le permite ubicar una marca en su historia, su dificultad de “quedarse sola” y separarse de su hijo. Propongo “una pausa” en el diagnóstico y en el CUD, y el abordaje con nuestro equipo para precisar qué terapias y quienes las necesitan, en función de la constitución subjetiva de ese niño.
Eje II: Presencia y virtualidad de los cuerpos en la clínica
Con la llegada de la pandemia lo virtual reemplazó a lo presencial de manera masiva y obligatoria. Nos interroga el aumento exponencial de la demanda de atención en Salud Mental y la aceptación de la virtualidad aún con quienes nunca se habían atendido presencialmente.
Tomamos la noción del “cuerpo” como lo entiende el psicoanálisis, distinta del organismo. Y con ella lo ubicamos como la única consistencia imaginaria del ser hablante, es lo que lo mantiene unido, pensamos
aquí en el estadio del espejo y el júbilo del niño al ver el reflejo de una imagen unificante.2
¿Será que la irrupción del COVID con su amenaza a lo real del cuerpo generó la necesidad imperiosa de un otro que otorgue una imagen de unidad, un velo apaciguador, aunque éste provenga de una pantalla o de la voz en el teléfono?
Actualmente el término “virtual” está más ligado a lo opuesto a lo real y físico y al ámbito de la informática, pero en la definición encontramos una primera acepción que nos interesa rescatar: la palabra viene del latín Virtus (“fuerza” o virtud) y en su sentido original hace referencia a aquello “que tiene virtud para producir un efecto, aunque no lo produce de presente”.3
Muchos de nosotros hemos constatado que la atención virtual produce efectos terapéuticos, como escuchamos en nuestro Conversatorio4: “podemos tocar/atravesar el cuerpo aún en la virtualidad”. En ese sentido, el tiempo de la pandemia es testimonio de ello.
Y en la post pandemia, la atención virtual ¿llegó para quedarse?, ¿es para todos los sujetos? ¿en cualquier momento del proceso terapéutico? Teniendo en cuenta estas acepciones, podríamos corrernos un poco de la oposición virtual -presencial, ubicando la función del analista como el orientador en nuestra práctica clínica, pues será esa función la que dará lugar a cada padecimiento singular, alojando y promoviendo el despliegue significante de cada sujeto, pudiendo haber presencia del analista en la atención virtual, como también falta de presencia en la presencialidad.
2 a) Assef, J. (2016) “El Hiper-Zombi. Una posible interpretación de las mutaciones del sujeto contemporáneo” en, Basz, G.; Laurent, E.; Bassols, M.; Gorostiza, L., Ons, S.; Barros, M.; Vallejo, P.; Mujica, H.; Musachi, G.; Assef, J.;Tuñón, J.L.; Cottino, G.; Schweblin, S.; Mutacionesdelsujeto contemporáneo en Colección Orientación Lacaniana, EOL, Ediciones Grama. b) Indart, J.C. (2021) texto sobre el “Estadio del espejo” según J. Lacan. Leído en el homenaje al psicoanalista francés en la Escuela de Orientación Lacaniana, Buenos Aires.
3 RAE, Actualización 2022 (del.rae.es): Virtual. Del lat. mediev. virtualis, y este der. del lat. virtus ‹poder, facultad›, ‹fuerza›, ‹virtud›.
4 Conversatorios 2023. Medife. Conversatorio II: Atravesamientodelcuerpoenpresencialidad yvirtualidad. 2/6/2023.
Eje III: ¿Existe el lazo social hoy?
El tiempo que precede a la pandemia ya venía signado por las transformaciones introducidas por el capitalismo dominante: las formas que solían garantizar cierto espesor o consistencia del lazo (asociaciones grupales, comunitarias), actualmente han perdido pregnancia. Asimismo, asistimos a la desaparición de los rituales que hacen a la comunidad y al efecto descorporizante de la digitalización masiva, debilitando el vínculo comunitario.5
Estas transformaciones van dando lugar a una subjetividad que tiende a aislar a los sujetos, a encerrarlos en su narcisismo, otorgando una característica al lazo social actual: la fragilidad. Algunos autores lo señalan como síntoma de la época, sostienen que se ha desvanecido la solidez que otorgaba la trama social a la subjetividad.
Desde el psicoanálisis ubicamos un desamparo estructural que requiere de la intervención imprescindible del Otro. La amenaza real que implicó la pandemia puso en juego para muchos la reedición de ese desamparo estructural. Pero además la pandemia parece haber desnudado esa fragilidad de la trama social, como si hubiera corrido cierto velo que funcionaba para evitar encontrarnos con las formas más descarnadas de los síntomas y sufrimientos que se presentan hoy. Como contrapartida a esa fragilidad, aparece muchas veces un Otro con un semblante de consistencia absoluta e intentos desesperados de ampararse en él.
Nos interrogan especialmente los adolescentes, aquellos que se hallan en su proceso de salida de la endogamia, ¿qué lazos, qué trama encuentran para sostenerse en ese pasaje? Aislamiento subjetivo, dolor y angustia provenientes de sus relaciones con pares, urgencias por desbordes y pasajes al acto, jóvenes que interrumpen sus viajes de egreso por el sufrimiento insoportable del bullying, para nombrar sólo algunos de los padeceres que escuchamos.
¿Serán posibles otras formas de lazo social? ¿Podremos armar espacios que rescaten al sujeto ya no solo de su fragilidad estructural sino también del desamparo social?
5 Han, Byung-Chul (2022) “Todo corre aprisa” en Capitalismoypulsióndemuerte.Artículosy conversaciones, Buenos Aires: Herder.
Eje
IV: Abordajes del malestar
El impacto de la pandemia en nuestra civilización es innegable. Muchos de quienes nos consultan hablan en términos de “antes” o “después” de la pandemia. Esta irrupción impuso una contingencia igual para todos, aunque no significó lo mismo para cada uno. Su carácter disruptivo ¿qué malestar nos trajo? En nuestra clínica nos encontramos con las pérdidas singulares (trabajos, seres queridos, proyectos, a veces hasta la orientación en la vida). Pero destacamos un malestar que insiste: es aquella que “no engaña”6: la angustia.
¿Qué abordajes para el malestar actual? El término marca la existencia de más de un abordaje.
Siendo el malestar ineliminable7, Freud nos enseñó que al sufrimiento hay que ponerlo a hablar, posición distinta a aquellas disciplinas que intentan anular/ normalizar cualquier síntoma, y que va un poco a contrapelo del ideal de nuestra época en que casi es un deber gozar de la vida.
¿Qué modificaciones teóricas y qué dispositivos tendremos que crear para abordar la clínica actual? También a contrapelo de la época, pensamos que será conversando con otros, que ese armado, esa reconstrucción a la que nos convoca la subjetividad actual, tendrá lugar.
6 Lacan, J. (2006) “La angustia” en ElSeminario.Libro10(1962-1963).Texto establecido por J.A. Miller. Buenos Aires: Paidós.
7 Freud, S. (1996) “El malestar en la Cultura” en ObrasCompletas.TomoIII.1929 (1930). Madrid; Biblioteca Nueva.
Pocas veces el cuerpo había dolido tanto.
Agrietado, tullido, ardiendo la piel por los raspazos.
En otros tiempos, la historia entre los hombres, por la omisión y la barbarie, se llevó puesto del cuerpo lo social, volvió cadáver la vida por las calles.
Tu cuerpo, el mío, los de ellos; viven de eso común, ese otro soma, que arma lo colectivo y nos guarece de nosotros mismos.
Si lo pulverizamos nos quedan pocas chances de continuar nombrándonos humanos.
Gabriela Cuomo
II. Cecilia Poisson
“Somos olas del mismo mar, hojas del mismo árbol, flores del mismo jardín”
Poema encontrado en caja de barbijos, que China donó a Italia, al comienzo de la pandemia COVID-19 (2020)
Ante la propuesta de participar en la Mesa de Apertura de las Jornadas Nacionales de Salud mental de Medifé “La clínica Post Pandemia” apareció en mí la idea de servirme, de hacer uso de este espacio, para poner a jugar ideas propias, e hilvanar ideas de autores con los que vengo resonando hace un tiempo. Ahí me eché a andar, en un tiempo no lineal, en un “fuera de tiempo”. Espero que, en este trabajo, estas lecturas y resonancias adquieran cuerpo. Lo que me posibilitó avanzar con este escrito, con esta búsqueda, creo, fue el deseo, que pulsa y conecta. En este trabajo me propongo formular reflexiones no conclusivas ni categóricas. Abrir preguntas, dejarlas andar y compartirlas. Trazar cartografías.
El tema de esta mesa nos enfrenta con la idea de la temporalidad, pues bien, los invito a pensar, sin prisa, sobre la temporalidad. Pareciera que estamos atrapados en una lógica del antes y del después. ¿Podemos decir hoy que estamos en una post pandemia? ¿Este tiempo es un “post”? No sabemos si salimos o no de la pandemia, en principio salimos de un modo de encierro… pero tal vez se instalaron muchos otros. Y tal vez, ese “comenzar” de la pandemia no coincide exactamente con marzo del 2020.
El mundo que produjo la pandemia del COVID19 es un mundo herido, dolido, pero esto se dejaba sentir bastante tiempo antes… Pienso la pandemia como un “acontecimiento” porque resquebrajó una línea temporal, reformuló un antes y un después. Un antes idealizado y un después mentiroso, ambos entonces conceptos falsos. Hoy estamos atravesando los efectos de la pandemia, debemos despertar de la ilusión de ese antes y después. Si es que salimos de la pandemia, las cosas, parecerían están igual que como entramos: labilidad laboral, crisis económica voraz, sufrimiento psíquico-colectivo.
Para Deleuze y Guattari el “acontecimiento”, como concepto, es irreductible a lo causal, es apertura de posibles que revela, recién a posteriori, sus causas. La apertura de posibles justamente se da si estamos a la altura del acontecimiento, o sea, si somos capaces de no intentar forzar el sentido para “volver a lo mismo”. El acontecimiento siempre transcurre en el tiempo del devenir, no del ser. El devenir es el tiempo potencial, un tiempo rizoma, múltiple, el devenir es transformación, es buscar un anclaje para desde allí poder seguir fluyendo, es movimiento. Entonces la apuesta es dejarnos tomar por esas transformaciones y no tratar de encajar ahora en las mismas prácticas que sosteníamos antes de la pandemia.
Para dichos autores, el acontecimiento es lo incalculable, es aquello que irrumpe inesperadamente, interrumpiendo el orden anterior, y trastocando todos los órdenes establecidos (políticos, clínicos, subjetivos), desordenando lo público y lo privado, lo pasado y lo futuro, lo individual y lo colectivo, la vida y la muerte. Sin embargo, este desgarro absoluto del sentido, a la vez, como dijimos, hace emerger fantasmas, ensoñaciones y posibles.
En esta misma línea Suely Rolnik nos dice que la cartografía implica trazar mapas y representaciones que exploran los territorios psíquicos y sociales de la subjetividad y la cultura. Esta práctica busca romper con las estructuras rígidas y abrir espacios para la multiplicidad y la resistencia. Es una herramienta que nos invita a explorar y comprender las complejidades de la vida y a buscar nuevas formas de pensamiento y acción.
La cartografía, en este caso, acompaña y se hace al mismo tiempo que el desmantelamiento de ciertos mundos -su pérdida de sentido- y la formación de otros: mundos que se crean para expresar afectos contemporáneos, en torno a los cuales los universos vigentes se volvieron obsoletos.
Siendo la tarea del cartógrafo dar lengua a los afectos de una cierta época, que piden pasaje, de él se espera básicamente que se encuentre buceando en las intensidades de su tiempo y que, atento a los lenguajes que encuentra, devore [capture, fagocite] aquellos que le parezcan elementos posibles para la composición de cartografías que se hacen necesarias.
El cartógrafo es, entonces, un clínico, En la práctica analítica, volvemos a poner en perspectiva, volvemos a contar relatos frente a algo que irrumpe y desbarata, y fuerza a preguntas sobre un nuevo modo de vivir. Sin limitarnos a decir “acá no pasó nada” porque nuestra práctica tiene implicancias en modos de producir o acallar la sensibilidad frente a la traumático. Lo traumático es un tiempo sin cronos, siempre está aconteciendo. Es lo indecible.
Entonces propongo la posición del analista como una práctica que acompaña lo que está aconteciendo, estando disponible para atravesar aquello que está más allá de las palabras. El desafío puede ser darle paso y “soportar y atravesar la tormenta en el mismo barco que el paciente”, sin intentar rápidamente poner palabras y darle sentido a aquello que “aun” no tiene forma, es pura fuerza que busca alguna expresión posible. Trazar una cartografía de la subjetividad es el encuentro con la geografía –no solo la historia-, con el paisaje, las entradas y las salidas, las conexiones, los relieves, los encuentros que nos abran la potencia vital, al decir de Winnicott desarrollar “la capacidad de relacionarnos con el mundo de manera creadora”
Necesitamos afectarnos, dejarnos tomar por los devenires y las transformaciones. A partir de lo que plantea Guattari en las “Tres Ecologías” pienso que arriesgar nuevas cartografías existenciales, podría llevarnos a replantearnos la vida y la muerte en una ecología de seres, una red de relación de cuerpos en devenir.
Desde siempre el planeta ha estado en guerra y el autor nos invita a pensar el agotamiento del Planeta. El problema es saber de qué forma se va a vivir de aquí en adelante.
“El Planeta tierra vive un período de intensas transformaciones técnico-científicas como contrapartida de las cuales se han engendrado fenómenos de desequilibrio ecológico que amenazan, a corto plazo, si no se le pone remedio, la implantación de la vida sobre su superficie. Paralelamente a estas conmociones, los modos de vida humanos, individuales y colectivos evolucionan en el sentido de un progresivo deterioro…la relación de la subjetividad con su exterioridad ya sea social, animal, vegetal, cósmica se ve así comprometida con una especie de movimiento general de implosión…”
En esta misma línea, me interesa destacar lo que el pensador indígena Ailton Krenak, nos dice en su libro “La vida no es útil”: que debemos despertar del coma de la modernidad, despertar a la posibilidad de volver a sumergirse en el sentido cósmico de la vida. “A través del proyecto occidental moderno hemos masacrado la Tierra, la hemos desgarrado, la hemos arrasado y con ella a nosotros mismos. Recuperar el sentido cósmico de la vida es recordar que la vida se mueve a través de todo”
La vida, entonces, para este pensador amazónico, es sostener el tejido que conecta a los seres visibles e invisibles de este cosmos. Un tejido violentado desde hace demasiado tiempo y que nos demanda, de forma urgente, que nos involucremos.
Para Krenak, y para los pueblos indígenas, “el fin del mundo” viene aconteciendo desde hace quinientos años, el tiempo de la crisis se nos presenta como novedoso para nosotros, occidentales, pero no lo es. Debemos pensarnos como parte de la solución, porque somos parte del problema.
A modo de conclusión, desde mi práctica cotidiana, me pregunto por estas coordenadas. Considero que ya no nos sirven las formas políticas ni las categorías modernas que nos han traído hasta esta situación actual. Me pregunto ¿cómo dejarnos transformar en nuestra vida cotidiana, y en nuestra práctica clínica? ¿Cómo es posible anudar nuevas formas de pensar lo terapéutico en el mundo actual?
La propuesta sería no reducir este magma de intensidades, de incomodidades, de incertidumbres -que irrumpió en términos de acontecimiento-, a los sentidos hegemónicos vigentes, sino dejar a la intensidad actuar por un tiempo necesario, para que nos habite así sin formas, sin imágenes, sin palabras; hasta encontrar nuevas historias, que articulen duelos compartidos, con nuevos mitos, nuevos signos, para que nuestros cuerpos vulnerables encuentren nuevas formas de expresión a partir de la sensibilidad. La clínica hoy necesita incluir estas perspectivas ecológicas y des coloniales para pensar la subjetividad, ya no como cerrada sobre sí misma, sino como una subjetividad en conexión, una singularidad en lo colectivo. La clínica necesita encontrar formas y pasajes nuevos para los afectos de esta época. Necesitamos no reducir la subjetividad de quien consulta a la experiencia como sujeto, sino tomar la experiencia
“fuera del sujeto”, es decir, tomar en cuenta la membrana permeable con la que está conectado y afectado a este mundo del que formamos parte. A partir de allí podríamos imaginar estrategias colectivas de transformación, la reapropiación de la potencia vital de creación.
Referencias
Deleuze, G. (1971) Lógica de Sentido, Barcelona: Seix Barral.
Guattari, F. (1989) Las tres Ecologías, Madrid: Pre textos.
Krenak, A. (2023) La vida no es útil, Buenos Aires: Editorial Eterna Cadencia.
Rolnik, S. (1989) Cartografía sentimental. transformaciones contemporáneas del deseo, Brasil: Editorial Liberdade.
Winnicott. D. W. (1971) Realidad y juego, Barcelona: Gedisa.
Presentaciones
El Comité de Dirección de esta edición de las JSM, eligió el título de las mismas Los nombres actuales del malestar y sus abordajes y planteó cuatro ejes de trabajo con un argumento que se enuncia más abajo:
• ¿Todo es posible de diagnosticar?
• Presencia y virtualidad de los cuerpos en la clínica
• ¿Existe el lazo social hoy?
• Abordajes del malestar
Argumento
Cada época se distingue por que trata su malestar de un modo particular. Freud describe muy bien el de la era victoriana que le tocó vivir, donde los síntomas tenían relación con una sexualidad reprimida y el modo de retorno se manifestaba en la subjetividad de sus pacientes. Jacques Lacan extrajo sus consecuencias clínicas a partir de lo que llamó el declive del nombre del padre como un fenómeno global, pero que tocó en un punto la estructura simbólica del lazo social mismo. Esto trajo consigo una caída de la autoridad, de la creencia en las religiones, en las instituciones sociales, en el modo de hacer lazo.
En forma simultánea el avance del llamado discurso capitalista, instaló un nuevo amo, donde la ciencia y la técnica fabrican a medida objetos que pretenden colmar todas las necesidades, ofreciendo un mercado de satisfacciones “a la carta” bajo la pretensión de un “todo es posible”.
El título de nuestras jornadas evoca un famoso texto freudiano, donde se conceptualiza un malestar irreductible en la cultura que retorna cada vez con un rostro distinto, ¿por qué volver a hablar del malestar en la cultura? Uno de los motivos es el entusiasmo que nos causa seguir estudiando, debatiendo, conversando. Volver a poner en tensión nuestra práctica con la teoría. Ya que la subjetividad es variable y, por ende, también la clínica, nos preguntamos constantemente ¿qué padece el sujeto de nuestra época? y ¿qué lecturas ofrecemos como equipos de salud mental?
Encontramos que hoy se han producido profundos cambios, “liquidez” en el lazo social y nuevas formas de presentarse las subjetividades. Es en la clínica donde verificamos y nos confrontamos con el modo que encuentran los sujetos para arreglárselas con aquello que no anda, arreglos a veces endebles, otros fallidos, otros firmes: violencia, adicciones, fobias, síntomas somáticos, ataques de pánico, etc. Fenómenos que al ser escuchados abren una oportunidad para hallar otras respuestas posibles al malestar. Observamos que la niñez y la adolescencia aún con sus problemáticas propias, no escapan a esta lógica.
Ponerle palabras al sufrimiento, recortar del discurso eso que no cesa de repetirse es lo que denominamos síntoma. Dar nombre al malestar implica un doble movimiento: por un lado ¿qué Otro nomina hoy y qué lo autoriza a ello? y por otro, los modos que encuentran los sujetos de nombrarse, por ejemplo, por la pertenencia a una comunidad, género, o movimiento social. También mediante un modo particular de encontrar satisfacción, por la forma de vestirse, por los hábitos que se repiten, los life styles, o encolumnados en una lucha identitaria o por otras causas.
Aquí encuentra su lugar la querella de los diagnósticos, que pueden funcionar como modos de nombrar el malestar, aunque con cierta resistencia desde los movimientos que cuestionan la patologización en la salud mental. Ponerle nombre al malestar no siempre es diagnosticar y diagnosticar, a su vez, no siempre alcanza a nombrar el malestar, algo se escapa.
De esto que no puede aprehenderse en su totalidad es de lo que intentan dar cuenta distintos abordajes del penar contemporáneo. Algunos apuestan a negar el síntoma, otros lo eliminan, otros lo alivian. Hay quienes lo medican, quienes crean políticas en torno a él, pocos de ellos lo ponen a hablar.
Lo que es seguro es que en estas VI Jornadas se pone en juego la conversación, reuniéndonos de cuerpo presente para bordear cómo cada profesional, cada equipo de salud mental, cada analista se las arregla para responder a lo complejo de la clínica actual.
1. Voy por Max
María Belén Andrijauskas - belenandrijauskas@hotmail.com
En este trabajo se busca pensar la intervención psicopedagógica en los niños de quienes se dice que se portan mal, tienen mala conducta, en tanto el desborde irrumpe en la escena del aprendizaje porque rompe con el lazo, con la interacción social necesaria que implica la construcción de los objetos de conocimiento. Se aprende con otros al transitar espacios comunes que nos permite construir valores, lógicas, idearios. Se aprende desde los otros, en la medida que nos van introduciendo en la cultura, al ser espejo de identificaciones y por los otros en tanto se juega la posibilidad de enlazarse desde el amor. ¿Cómo afectan estos tres ejes en el aprendizaje? ¿Hay aprendizaje si uno de estos tres ejes es disfuncional? Aquí una reseña sobre un caso clínico que explica la posibilidad de aprender obstaculizada por el deseo de los padres.
2. Silencios que hablan. Modo de respuesta singular
de una niña
Natalia Duarte - nataliaduarte@medife.com.ar
Este estudio intenta abordar desde una mirada psicoanalítica, el caso de una niña de 13 años con diagnóstico de mutismo selectivo. El DSM IV lo define como el rechazo a hablar por parte del niño en lugares donde se espera que lo haga, sin presentar problemas en la articulación, comprensión y expresión del lenguaje. Por lo general, se inicia en la primera infancia y se observan conductas de retraimiento y dificultad en la interacción con sus pares. Desde el psicoanálisis, sabemos que este silencio algo viene a decir. Aunque la selección pueda parecer desde la lógica consciente caprichosa, desde la lógica del inconsciente es un síntoma. Nuestro trabajo como analistas, tendrá que ver con descifrarlo en lo singular del caso y ver qué función viene a cumplir. Se ofrece a esta niña otros medios de expresión que no pasan por la exclusividad de la palabra. De esta manera, el tratamiento discurrirá entre juegos, dibujos y otras expresiones que posibilitaron el trabajo terapéutico.
3. Del niño como objeto al objeto a en la práctica psicoanalítica con niños
Jimena Paula Sánchez - jimenasz@gmail.com
Freud advierte que “no es indiferente que un individuo llegue al análisis por anhelo propio o lo haga porque otros lo llevaron; que él mismo desee cambiar o sólo quieran ese cambio sus allegados, las personas que lo aman o de quienes debiera esperarse ese amor”. De tal manera, la clínica por encargo no sería en el fondo compatible con las condiciones del psicoanálisis. No obstante, tal es el caso más frecuente en la clínica con niños. De ahí que lograr la condición de sujeto analizante resulte, a veces, una tarea sencilla. Quién pide, qué pide y cómo lo pide son elementos que deben ser considerados. Por regla general, suelen ser los padres los que solicitan el espacio, aunque tantas otras veces ellos han sido demandados a priori por la escuela, el pediatra, etc. Por otra parte, es frecuente que se solicite al analista que concluya una conducta disruptiva, que se “adapte” a los requerimientos del Otro pero, sobre todo, que se le encargue una evaluación y un diagnóstico. El niño es presentado, a primera vista, como algo que perturba la economía libidinal familiar. Sin embargo, se sabe que para el psicoanálisis el ojo no es la mirada, ya que el secreto de la mirada está en la castración. De ahí resulta necesario diferenciar el síntoma del niño del síntoma que afecta la estructura parental, porque ese sufrimiento del niño no necesariamente coincide con el motivo por el cual es traído. Es tarea del analista que esa consulta por el niño se convierta en la posibilidad de que emerja un sujeto porque, como dice Michel Silvestre, si un niño pudiera demandar algo demandaría que lo dejen hacer su neurosis tranquilamente.
4. Posible tratamiento de la agresividad desde la perspectiva del psicoanálisis.
Soledad Wehbe - soledadwehbe@medife.com.ar
En este texto se reflexiona acerca de la agresividad desde la perspectiva del psicoanálisis. En la actualidad es muy frecuente encontrar manifestaciones agresivas en los sujetos, advertibles tanto en el consultorio como en los más diversos contextos sociales. Pareciera que la agresividad ha cobrado gran dimensión en los malestares de la cultura actual. Si bien, la misma resuena como un acontecimiento moderno, tanto Freud como Lacan, han dejado registro de que es constitutiva de los sujetos. Freud, en 1930 ya había situado que “…el ser humano no es un ser humano manso, a lo sumo capaz de defenderse si lo atacan, sino que es lícito atribuir a su dotación pulsional una buena cuota de agresividad (…) No es fácil para los seres humanos, evidentemente, renunciar a satisfacer esta su inclinación agresiva, no se sienten bien en esa renuncia”. Este trabajo intenta dar cuenta de cómo la experiencia analítica, si bien la pone en juego, supone cierta renuncia a la agresividad. El discurso analítico podría ser visto como un trabajo sublimatorio posible de la relación agresiva con el otro.
5. El avasallamiento del otro como un modo de estar en el mundo
José Carraro - josecarraro79@hotmail.com
No hace muchos meses ha captado la atención social un acontecimiento: la primera instancia del juicio por el homicidio de Fernando Báez Sosa, y las condenas impuestas para cada uno de los acusados. Condenas jurídicas, basadas en la letra de la Ley, denotando una continuidad entre culpa y responsabilidad. Si alguien es encontrado responsable de un crimen, es culpable. Otro tipo de condena, la social, viene desde mucho antes. Una sociedad condena de manera subjetiva, sin fundamento legal, quizás si moral.
Misma lógica que el discurso jurídico. Incluso “culpables” y “responsables” son puestos en el mismo plano.
Los ocho rugbiers antes de enero de 2020 ya tenían una condena, basada en el franqueamiento irrestricto de los límites subjetivos y sociales. Ya sea por identificación o por estructuración subjetiva, los hoy condenados recorrieron diferentes etapas de su vida con la certeza del avasallamiento del otro como modo de estar en el mundo.
El psicoanálisis enseña que culpa y responsabilidad no se corresponden. Un sujeto solo puede hacerse responsable si hace extensiva esta responsabilidad al terreno del inconsciente.
Esto permitiría un nuevo modo de hacer lazo. No implica que antes no hubiera lazo social, sino que dicho lazo en la actualidad se presenta de modos más cruentos.
6. Soy una asesina,
una asesina que pide tratamiento
Marcela Di Bella - marceladibella@yahoo.com.ar
Este caso que se narra es acerca de una paciente que en todas las sesiones trae de manera casi idéntica sus pensamientos, sus temores: “soy una asesina”, “tengo miedo de matar a mis hijas, de hacerles daño y de matarme”. María llega a la consulta con 46 años, cuando tenía 30 su padre, tiene un ACV y luego de 3 años, muere. Refiere que se siente muy mal de haberle deseado la muerte. En ese tiempo, en que muere su padre, tuvo su primera relación sexual con un hombre. Se acuesta con un turista que estaba de paso por Argentina. La situación la desespera, cuenta de manera muy confusa que se va a comprar un “Test de embarazo” porque creía haber quedado embarazada, el resultado de este fue negativo, se toma un Rivotryl para dormir y descansar. Al despertar tiene una pérdida, que interpreta con la certeza de haberse provocado un aborto. Es desde ese episodio que refiere que está condenada por haber abortado, y que siente que es “una asesina”. Su dificultad de sentirse muy sola y estar tanto tiempo al cuidado de sus hijas, hizo que la pareja decidiera volver a vivir a Buenos Aires, cerca de
las familias. La paciente pregunta si la analista la va a abandonar, o la seguiré atendiendo cuando se mude. La pandemia instaló la oferta de un dispositivo con atención remota. ¿Será posible sostener la atención de esta paciente con este dispositivo?
7. El superyo cultural
Santiago Hormanstorfer - santiagohorman@gmail.com
El argumento de las presentes jornadas invita a revisar El malestar en la cultura de Sigmund Freud con el fin de indagar si dicho texto permite pensar algo del irreductible malestar del sujeto en la cultura actual. Una vía posible para abordar lo específico del malestar actual es a partir de lo que Freud nombra en el texto mencionado como el “superyó cultural”. Allí define al superyó como una instancia fronteriza entre lo individual y lo colectivo, ya que sus imperativos representan en cada uno los mandatos y exigencias propias de cada época. En este sentido interesa indagar las diferencias y similitudes entre el superyó cultural freudiano, descripto en plena vigencia de la moral sexual cultural victoriana, con el posible el superyó cultural de la época actual en la que la prohibición a dejado lugar a la exigencia. Para dicha comparación el texto se sirve de las elaboraciones que Lacan hace de la instancia, pero no para proponer un supuesto superyó lacaniano y uno freudiano, sino para poner de relieve como estas elaboraciones enfatizan la estructura de la invención freudiana.
8. Un Faro posible
Romina Maffía - rominamaffia@hotmail.com
En los últimos tiempos se reciben en el consultorio familias desbordadas por la inquietud, el encierro, pasajes al acto, acting out, adicciones que circulan dentro de ese ámbito en donde más de una vez lo privado trasciende a lo público.
En medio de este embate, los psicoanalistas están advertidos de no juzgar, sino entender y tratar de dar lugar a que pueda aparecer alguna pregunta para que el sujeto construya un nuevo saber a partir de su síntoma. Para eso, el psicoanálisis se va a servir de la implicación del Otro en el síntoma para liberar al sujeto de su alienación, dándole la oportunidad de ser escuchado en su palabra cuando esta dice lo que se desea, pero también lo que impide la realización de este deseo.
La tarea del analista va a tratar de dar cuenta cómo encontrar estrategias para que el engranaje familiar acompañe en este proceso y no muera en el intento.
9. Inteligencia Artificial y Psicoanálisis. Algunas reflexiones.
Sandra Mason - sandra_lu_mason@hotmail.com
En el presente trabajo se analiza el impacto de la revolución de la Inteligencia Artificial en el lazo social de la época. Se toma como paradigma de la revolución a los modelos de lenguaje natural y se describen las características, funcionamiento y alcances del ChatGPT como ejemplo. Luego se establecen las diferencias entre el lenguaje del modelo y el del ser hablante, articulando los conceptos de palabra, lenguaje, discurso, significado, sentido, enunciado –enunciación y lalangue. Finalmente, se hace hincapié en los efectos subjetivos que el uso de esta tecnología conlleva, modificando el lazo social, tendiendo a una sociedad con múltiples conexiones automáticas pero cada vez separada, más aislada, y con ilusión de autonomía, en consonancia con los ideales de la época.
10. La teleconsulta para la sinergia en el abordaje entre Medicina Familiar y Salud Mental: ejemplos y beneficios potenciales
Joaquín Tartaglione - joaquinTartaglione@medife.com.ar
Cam Doctor, la telemedicina de Medifé con más de tres años de trabajo y más de 450.000 teleconsultas realizadas, logró consolidar el producto y ganar la confianza de las personas. Presta atención por medio de teleconsultas de demanda espontánea virtual las 24 horas del día y de consultorios programados de diferentes especialidades, las que se fueron incorporando en base a las necesidades y problemáticas detectadas. Muchas de las teleconsultas frecuentes por la demanda espontánea, la guardia, son aquellas relacionadas al campo de la salud mental. Tanto de cuadros agudos donde las personas necesitan una atención inmediata como de cuadros con sintomatología crónica que pueden aguardar una atención en una consulta programada. Del mismo modo lo reflejan las estadísticas según datos de la Organización Mundial de la Salud, a nivel mundial una de cada cuatro personas sufre algún trastorno mental en el transcurso de su vida y Argentina sigue la misma tendencia como muestra Estudio epidemiológico de salud mental en población general de la República Argentina donde la prevalencia de cualquier trastorno mental en la población mayor de 18 años fue de 29,1%.
Teniendo en cuenta las necesidades de las personas y la experiencia de Medifé en agosto del 2022 surge la iniciativa por parte del equipo de la coordinación de salud mental Medifé y CamDoctor (integrado por médicos de familia) de desarrollar en conjunto un consultorio virtual, que vino a expandir la accesibilidad de los servicios primarios de salud. El consultorio de denominado “Tu médico de familia” ya que es atendido por médicos especialistas en medicina familiar, tiene como potencial en su estrategia de atención el trabajo interdisciplinario junto al área de salud mental, elemento indispensable cuando hablamos de dar una respuesta integral a los problemas de salud de la población. Hoy sabemos que la telemedicina brinda grandes beneficios en la atención de las personas principalmente mejora el acceso a la salud sin importar su
ubicación geográfica, ayudando a ahorrar tiempo eliminando la necesidad de desplazarse hasta un centro médico. En particular dentro del campo de la salud mental estos beneficios facilitan el seguimiento regular de los pacientes y la continuidad de la atención. Este consultorio demostró con experiencias concretas, que serán expuestas en este relato de experiencia, tener un valor agregado. Permitiendo a los médicos de familia tener respaldo por parte de la coordinación de salud mental tanto para consultas habituales de la práctica diaria como las consultas de alta complejidad logrando un abordaje integral e interdisciplinario generando una red a lo largo de todo el país.
11. Entre el niño y la familia: la tecnología
María Ariza y Victoria Galarza Marin - victoriagalarzamarin@hotmail.com
Las rutinas diarias y el juego constituyen una oportunidad para el aprendizaje, la experiencia y el desarrollo, la comunicación y el desarrollo del vínculo de los niños con sus cuidadores. En los últimos años, estas rutinas y juegos han pasado a tener un participante más: la tecnología. A medida que la tecnología sigue transformando la vida cotidiana de las personas, se hace cada vez más necesario examinar el impacto de ésta en las relaciones familiares y en el desarrollo del niño que presenta una condición particular.
¿Se trata de un cierto vacío o malestar en el “estar”, o en la relación, que la tecnología vendría a satisfacer? ¿O será más bien que ha tomado tal lugar la tecnología en la rutina diaria, que su mera ausencia produce malestar? A través de la revisión de la literatura y la experiencia en la práctica clínica, en este trabajo se explora la influencia de la tecnología en la comunicación y la conexión emocional entre niños y padres en el contexto del juego relacional, y cómo ésta puede impactar en la detección y desarrollo.
12. De las identificaciones, de los nombres… a los lazos posibles en la adolescencia
Lucrecia Mendizabal - lucreciamendizabal@hotmail.com
En este análisis se tratan las identificaciones en la adolescencia, los nombres y lazos posibles. ¿Qué lazos se establecen ante un exceso de modelos identificatorios en una época centrada en la imagen? En este contexto se observa un hiperindividualismo, la confusión de roles y de identidades. Se parte de aquello que para Freud son los dos movimientos claves en la adolescencia: en un primer lugar, la irrupción de lo real del sexo que hace su aparición en la pubertad, y las nuevas respuestas que esto implica, y, en un segundo lugar, la conmoción de las identificaciones, con la separación de la autoridad de los padres preexistente. ¿Si hay una caída de lo simbólico, que toma hoy un adolescente como marca simbólica?
13. Cuerpos que hablan
Micaela Bogliotti - micabogliotti24@gmail.com
Al intentar esbozar alguna respuesta frente al interrogante ¿De qué padece el sujeto de nuestra época?, y sin ánimos de clausurar preguntas que se vuelven centrales en nuestra práctica clínica, en el siguiente trabajo ubicaremos la creación del psicoanálisis y su discurso, como lugar de encuentro privilegiado entre el cuerpo, el sujeto y su malestar, o en palabras de Lacan, su goce. Resulta importante recordar a Freud en los comienzos de su práctica clínica y ubicar cómo la histeria inventa y produce un cuerpo allí donde no se deja reducir al mero saber de la ciencia. Desde entonces, entendemos en psicoanálisis el cuerpo como escritura, como acontecimiento de un decir. A través de ese cuerpo que habla, que dice, se intentaran precisar estas nociones acompañadas de un caso clínico, y de esta manera reflexionar acerca de los operadores de lectura con los que contamos como analistas para aliviar aquellos malestares.
14. Del espectro al cuerpo
Daniela Zeitune, Alberto Guelbert y otros - danielazeitune@gmail.com Luego de casi dos años de virtualidad, reaparecen en el consultorio el encuentro con la materialidad de los cuerpos que comienzan a circular en la dimensión de la transferencia. Lo que produjo la presencialidad, en algunos casos clínicos que abordaremos, es sorpresa. Tomando el escrito de la Lic. Cuomo en Pensando en voz alta, que cita a Heidegger (el pensamiento meditativo diferente del pensar científico), se impone la necesidad de re-pensar los registros de una forma abierta, poética, en lo propio de cada sujeto. La sorpresa de lo que se hace presente aparece superpuesta a los diagnósticos provocando un efecto de apertura en la herramienta clínica. Lo que se veía liso en la pantalla, ahora aparece con textura, matices, lesiones. El encuentro deviene en causa, signo de pregunta, de interés, en un pensar compartido, sobre estos goces y nudos de época, lo que refresca y renueva la tarea como analistas.
Juliana Vons - julianavons@hotmail.com
El mundo post moderno ofrece objetos de consumo sin límite. El imperativo de goce comanda al sujeto, dejándolo cada vez más empobrecido subjetivamente. La imagen del consumidor consumido es una foto de la época. El objeto no deviene causa de deseo sino goce y el sujeto se aliena en la ilusión de la completud. 2020 y 2021 fueron años marcados por la pandemia COVID. Traumáticamente todos nos vimos inmersos en una nueva realidad. La OMS declaró la emergencia de Salud Pública de importancia internacional el 30 de enero del 2020 y la mantuvo hasta el 5 de mayo del 2023. Deviene un ejercicio interesante rememorar algunas de nuestras rutinas de ese momento, para hacer consciente lo angustiante de ese tiempo. La pandemia rasgó el velo de una realidad donde todo parecía posible. El desvalimiento humano, lo imposible y la finitud de la existencia subieron al escenario de la vida sin maquillaje. La muerte como desenlace aparecía hasta en televisión, donde minuto a minuto se contabilizaba el
número de muertos en la Argentina y en el mundo. La crisis económica, social y sanitaria indudablemente dejo marcas subjetivas. ¿Qué paso con esos sujetos que estaban en la puerta de embarque al mundo exogámico? ¿Cuánto de ese despertar de la pubertad se trastocó cuando la medida regulatoria fue ASPO? Aislamiento Social Obligatorio como medida preventiva contra un virus desconocido que ocasionaba la muerte. El celular devino el partenaire, yo auxiliar, que brinda las respuestas a todas las preguntas de manera automática. Don Google nuestro nuevo Padre Nuestro. Recibimos jóvenes de la generación llamada COVID. Y asimismo vivimos en esta misma época. ¿Cómo lo atravesamos? ¿De qué manera todos los efectos del discurso amo nos impactan? Trabajar con adolescentes lleva a pensar y resignificar la propia adolescencia. Nosotros ¿hubiésemos podido quedar confinados en nuestras casas por obligación? Sin embargo, es fundamental pensar la adolescencia en su época. La presentación sintomática, los semblantes y las respuestas fantasmáticas varían. Pero lo que no cambia es la pregunta que despierta la pubertad. Es decir, la emergencia de lo real, el empuje del encuentro con el Otro sexo, el encuentro con la no relación sexual. Guillermo López nos plantea que la pubertad pone a prueba la estructura de un sujeto, si lo pensamos desde la clínica estructural o asimismo pone a prueba la consistencia del nudo RSI, si tomamos la clínica de los nudos. El problema es el tema del goce para cada sujeto. Este trabajose centra en la presentación enmudecida de ciertos jóvenes.
16. Avatares de la adolescencia
María Asiain y otros - silvinasoto@yahoo.com.ar
La investigación aquí presentada refiere a aquello que caracteriza a la adolescencia como momento lógico en la vida, el trabajo psíquico que allí acontece, los avatares de la identificación y cómo pensar dicho proceso en los tiempos actuales en los que impera la digitalización y la caída de las referencias simbólicas. ¿Cómo construir una identificación con la variedad de nombres que propone lo social? Se articulará con un caso clínico.
17. Sergi. Una búsqueda adolescente
Federico Romano - romanofed@gmail.com
La adolescencia como un tiempo de la estructura y la adolescencia en la época: ¿hay tiempo y espacio para lo que allí se estructura? Sergi busca. Ser gay, sershe, ¿ser ella? Es una búsqueda tensionada por la posibilidad de no ser. La sexualidad empuja irreverente. Los discursos sobre el género se entrelazan con una novela familiar donde lo femenino intenta hacerse un lugar y lo masculino oscila entre la tiranía patriarcal y la impotencia. La identificación se acentúa en su cuerda imaginaria, su cuerpo tambalea ante una mirada que no da lugar: desmayos, pánico, anorexia, autoagresiones. Hablar no es fácil para Sergi. Que las palabras introduzcan esa función que alivia el peso y la pregnancia de la imagen, que permite soportar un cuerpo, que agujerea el campo del Otro es una apuesta del dispositivo analítico y una orientación del tratamiento cuyos principales pasajes se comparten en el trabajo.
18. Deterioro cognitivo en casos de diabetes
Patricia Castro y Rita Pereyra - pato40383@gmail.com
La diabetes mellitus, es una enfermedad autoinmune y con implicancias metabólicas. Sin embargo, las cuestiones emocionales y los hábitos definen en gran medida sus cambios sintomáticos. En este trabajo se presenta un caso clínico para tratar el proceso de evaluación neurocognitiva y cómo fue cambiando el diagnóstico del caso por parte de los profesionales tratantes.
19. Los otros en nosotros: Los pesados vestigios que encierra la discapacidad, frente a la clínica actual.
Marcos Kastelic - licmarcoskastelic@gmail.com
Los discursos configuran realidades, de forma transversal. Un diagnóstico es una forma de nominación posible, sea que fuere impartido desde una lógica médica, o sea que cayera como sentencia desde la dimensión familiar. En el presente se hace un entrecruzamiento entre dos realidades diferenciadas por el tiempo, pero complementarias en lo que respecta a vestir de marcas a los cuerpos nacidos. Se emplea para esto, ejemplos extraídos de la serie Vikingos, que refleja los vestigios de habitantes nórdicos, así como porciones discursivas de la clínica actual. En ambos, la discapacidad se cierne como acontecimiento de carácter inherente, parte integrante de la condición humana. Se intenta, desde la reflexión perteneciente a la praxis, repensar la disposición del profesional, frente a su atención de personas con discapacidad.
20. ¿Todo apoyo es un Acompañamiento terapéutico?
Catalina Salvarezza, Eliana Garcia, Daiana Carabajal y Ramiro Mangan ramiromangani@medife.com.ar - daianacarbajal@medife.com.ar
Actualmente existe un cambio en el modo de lectura de las(s) discapacidades(s)que se refleja en nuevas formas de reglamentación y legislación. Esto introduce la puesta en crisis del modelo médico hegemónico rehabilitador y un viraje hacia un modelo social comunitario. Desde allí, se detallarán las tensiones que emergen en las cuales se visibilizan temas cómo la cronicidad, rentabilidad, inclusión-exclusión, autodeterminación, etc. En dicho contexto, se habilitan diferentes apoyos terapéuticos posibles, por lo cual se intentará dar cuenta de ellos y establecer pautas que permitan definir su rol, así como también se precisarán puntos centrales del campo que suponen nuevos desafíos, alternativas y propuestas en dirección a este nuevo enfoque.
21. Agujerear un diagnóstico
Sabina Lo Valvo - sabilovalvo@hotmail.com
En este trabajo se propone pensar en torno al diagnóstico, principalmente en la clínica con niños y adolescentes, en la que se observa una demanda cada vez más grande por parte principalmente de otros significativos (como padres y maestros), de que se les brinde un diagnóstico, en la mayoría de los casos, pareciera que con la ilusión de que éste les dé una respuesta o solución de qué hacer con lo que a ellos mismos se les vuelve insoportable en torno a ese sujeto. De esta manera, se tomará una viñeta de un caso clínico, en el que desde el comienzo se ha puesto en juego la pregunta en torno a cómo operar con esa demanda, observando que la intervención en la vía de agujerear el diagnóstico trae como efecto que el sujeto pueda empezar a nombrar algo de su sufrimiento.
22. La posibilidad de un sujeto. Sobre la clínica de niños con CUD
Roca Verónica y Sandoval Cecilia veronicaroca@live.com.ar - cecilia_sandoval_81@hotmail.com
¿Qué podemos decir los que nos presentamos hoy atendiendo Discapacidad? ¿Qué nos dicen tantos diagnósticos y etiquetas que versan sus CUD? ¿Qué nos pasa ante los imperativos amos de la época que recitan cuanto antes mejor en relación a lo temprano? ¿Qué lectura podemos ofrecer como equipo de salud mental? Intentaremos situar mediante una viñeta clínica los opuestos clínicos de Diagnóstico - presentación inicial versus el trabajo interdisciplinario en tanto conversación entre varios con maniobras pensadas en equipos que inclusive, como en este caso, nos han conducido a un nuevo puerto: un nuevo diagnóstico, que no aparece desde la mera tabulación de datos sino desde la lectura clínica junto a la variable tiempo en la singularidad de cada niño. Articularemos conceptos de Respuesta singular, Asunto, uso del cuerpo, profesionales lectores, Lenguaje y CI, aprendizaje y Otro. Se trata de una política de equipo que conlleva una ética que, una vez más, ponemos a pensar. Se trata de eso
que otros abordajes del pensar contemporáneo no pueden dar cuenta y que muy pocos “ponemos a hablar”, de abrir una puerta donde nunca hubo, la oportunidad de su aparición: la posibilidad de un Sujeto.
23. El problema del diagnóstico
Francisco Suarez - lic.franciscosuarez@gmail.com
Las lecturas (siempre en plural) que realizamos sobre las manifestaciones actuales determinadas por la época necesitan del dispositivo de la conversación para que nuestra práctica produzca efectos sobre el malestar de cada sujeto. Es necesario el pasaje por el Otro en las conversaciones clínicas, controles y construcciones de los casos para hacer clínica. Una clínica que no se agote sólo en el diagnostico clasificatorio, sino también el diagnostico concebido como una construcción que permita orientarse en la dirección de la cura de cada consulta. Por tal razón en este texto encontraremos la presentación de un caso, un joven adolescente y su modo de vivir la sexualidad, una consulta impulsada por una denuncia realizada en el organismo que investiga abusos sexuales. El análisis como un dispositivo que permite un tratamiento para el goce, que permita un lazo con el Otro. La importancia en el tratamiento de diferenciar la consulta de la demanda.
Viviana Jaime - vivianajaime3@gmail.com
El hablanteser afectado por el ruido de lalengua, la dificultad en el dormir y en hacer lazo social, suelen ser motivos por los cuales los padres hoy consultan. Esto que parecía ser patrimonio de un tipo clínico particular, índice de la locura infantil, hoy se generaliza y nos convoca a los analistas a poder hacer un diagnóstico diferencial, siguiendo el detalle de lo singular lo más tempranamente posible. Se intentará realizar una lectura de las coordenadas que podrían estar incidiendo en tanto síntoma social hasta
poder distinguir ese singular modo de gozar de un hablanteser a partir de la presentación de una viñeta clínica.
25. Infancias “¿Respetadas?”
Eliana Sacchiero y Noelia Cilio lic.elianasacchiero@gmail.com noeliacilio@yahoo.com.ar
Enmarcados en lo actual de nuestra época, en las consultas, se observa un apremio por aplacar la angustia de manera rápida y “eficaz” -como si pudieran darse y ofrecerse todas las garantías-. Nos encontramos con niños y adolescentes que, ante la imagen que devuelven, quedan nominados y entrampados en el discurso adulto que apremia por definir. Suponiéndose posicionados desde las ideas de la “libertad de elección” y “respeto a la diversidad de género” se subestima el tiempo del armado psíquico, y el del trabajo analítico, en muchos casos. En relación a niños pequeños, en el nivel inicial circula como estandarte de adultos el significante “infancias-trans”. En el presente trabajo problematizaremos estos significantes actuales que se sirven como etiquetas en la mesa de todos los días, sin permitir que el sujeto infante o adolescente arme pregunta sobre su deseo antes de dar respuesta social. Haremos también un acercamiento a las tentativas adolescentes por hacerse un nombre en este contexto.
26. Proceso diagnostico en primera infancia
Romina Mañay - licmanay@gmail.com
Este texto surge a raíz de una reflexión sobre un paciente en particular. Aunque ciertamente hay un denominador común, que es la lucha que se genera muchas veces en la búsqueda de un diagnóstico. Para ponernos en situación, es necesario mencionar que a los consultorios acuden padres, madres, abuelos, hermanos, tíos, tías, etc., que llegan por primera vez a una consulta con un enorme desconcierto. Llegan muchas veces porque en el
colegio le dijeron que su hijo no habla, que su hijo no responde cuando lo llaman, que su hijo no mira a los ojos, que su hijo no. Sentarse con esas familias, es entrar por primera vez a sus vidas. Ellos aún no lo saben, pero ese día, no lo olvidarán jamás. Ese día, es el día en el que muchas veces, nos convertimos en algo muy parecido a familia. Familia es alguien que vela por uno, que te cuida, que se ocupa. O al menos así debería ser. Con esa premisa, se transita cada sesión. Pensando que al menos hoy, ese niño o niña, fue atendido, fue escuchado, fue respetado. Existen, lamentablemente, numerosos ejemplos donde esto no se cumple. El respeto. Y la palabra respeto, no es un tema menor, muy por el contrario. Vivimos en una sociedad apurada, cansada, abatida, con un sistema de salud que generalmente no acompaña, burocracias, turnos, sobreturnos, horas en salas de espera. El objetivo del siguiente trabajo es entender que el proceso diagnóstico no siempre es sencillo, no todos son “diagnósticos de puerta” y es necesario que alguien, en algún momento, frene, ordene las piezas, recuerde que se trata de un niño, y avance con cautela.
27. Entre el malestar y los diagnósticos: el descuido de infantil
María Paula Corcoglioniti - paulacorco@gmail.com
El siguiente escrito, enmarcado en el eje temático: Abordajes del Malestar, busca articular la noción de sexualidad entre el malestar y los diagnósticos en la infancia. El recorrido parte de la clínica hacia la ficción y de allí a una contextualización histórica del padecimiento.
28. El síntoma en el lazo social. Respuesta ante la falta
Carolina Lizarraga - carolizar@hotmail.com
En el presente trabajo se aborda un caso donde el síntoma se hace presente en el lazo con el otro. Tal como Freud nos advierte, una de las fuentes del malestar del sujeto proviene de los vínculos con los otros seres humanos. El malestar, en este caso, se manifiesta de diferentes formas y el síntoma abre diversas líneas de lectura. Por un lado, no lograr hacer lazo. Por otro, intentar hacerlo bajo efectos del alcohol, lo cual nos remite a otra relación problemática y a otra arista del síntoma. Este caso ilustra esas distintas versiones del sufrimiento que se ven en el lazo con el otro pero que llevan, a través del análisis, al universo significante del sujeto y a sus modos de responder a la falta. Desde una mirada clínica se analiza que estos síntomas también responden a mandatos de la época, de los cuales el sujeto también sufre. La intervención clínica abre paso a la palabra, a la angustia y a la posibilidad de bordear el deseo, ubicándose el sujeto bajo otros significantes.
29. Demanda al Otro y pasaje al acto
José Cano - jose_manuelcano@hotmail.com
Este ensayo parte de un recorte clínico sobre el concepto de demanda al Otro, como demanda oral. A su vez, se busca ubicar dicha demanda en contraposición a la oblatividad en la neurosis obsesiva. En qué se diferencian, y cómo esa posición se relaciona a pasajes al acto como forma de quedarse sin lugar. Para ello se toma como referencias teóricas un texto de Diana Rabinovich titulado “Una clínica de la pulsión de las impulsiones” y por otro lado se rastrean tales conceptos en Lacan y en Freud.
30. De un real que angustia a una palabra que historiza
Carolina Sosa - carolinasosa2983@gmail.com
El presente artículo explora una articulación teórico-clínica desde la orientación psicoanalítica lacaniana. Poniendo de manifiesto la operatoria del tratamiento de lo real por medio de lo simbólico, siendo el resultado una relación diferente del sujeto con su sufrimiento. Se explicitan en el caso clínico las modulaciones subjetivas que propiciaron el alivio del paciente ante un hecho traumático.
31. En_lazar
Romina Berguer - rominaberger@gmail.com
Las intervenciones en la transferencia permiten enmarcar la dirección que puede cobrar el trabajo del analista en el recorrido de un análisis y los movimientos posibles, a partir de ello, así, como sus efectos en el analizante respecto al encuentro con su posición subjetiva. En el análisis que aquí se presenta se expondrá el recorrido en ese trabajo con relación al malestar que trae una paciente a la consulta y lo que fue sucediendo, a partir del marco del dispositivo y la escucha analítica, como efectos de análisis. Se trata de puntualizar el movimiento que se produce en su discurso y su posición desde allí. Desde ese primer momento en que sus palabras que se presentaban sueltas se van dirigiendo al analista. Al tiempo del acercamiento al armado de un diálogo que puede llegar a tomar la dirección de formar preguntas que vuelven sobre sí mismo para ese analizante. En esa vuelta sobre si, desde el malestar que desbordaba en llanto y arrasaba con su sentir, que en su decir aparecía “nada” como una sombra sobre sus pasos en pulsión de muerte. Hacia el reconocimiento de algún aspecto sensible de sí misma, de lo vivo de sí, que va dando lugar a un cambio de carrera en sus estudios como a una nueva relación de pareja. A partir del trabajo sobre la identificación, en relación a su posición respecto al padre, que había cometido suicidio luego de haber
discutido con ella, quien se encontraba en ese tiempo a las puertas de su preadolescencia. Marca inexorable para ella, insistente por su repetición, que obturaba la entrada al diálogo respecto a su propia posición y sus posibilidades de apertura y de transitar en el mundo, entre otros.
32. ¿Vos que sabes de mí?
Viviana Di Filippo y Ana Clara Cisilino vividifilippo@gmail.com - anacisilino@yahoo.com.ar
La intención de este estudio es, a través del abordaje de una viñeta clínica, poder revisar, reflexionar, cuestionar y reformular la diversidad de los discursos de la época. Estos son consumidos actualmente de una manera automática dándole una consistencia en la cual nuestra singularidad queda aplastada. El presente caso justamente da cuenta del intento de resistir a aquello que busca imponerse, a ese discurso amo cuya finalidad apunta a la eficacia del saber.
33. Amores que matan. Del pánico al síntoma
Mara Mangoni - mara_mangoni@hotmail.com
Ema se presenta bajo una de las nominaciones actuales más comunes: viene por “su enfermedad de ataques de pánico” después de varios años de psicoterapia y psiquiatría en un hospital: sin poder trabajar, estudiar, ni manejarse sola fuera de su casa, con trastornos del sueño y medicada. Se intentará transmitir las particularidades y complejidades del caso a través del recorrido desde aquella llegada hasta la construcción del síntoma en transferencia.
34. Una bosta de persona
Jorge Luis Luna - jll_10_@hotmail.com
La clínica conlleva siempre una posición de aquel que escucha. Orientados por el psicoanálisis lacaniano se toma esta posición como una apuesta, “siempre somos responsables de nuestra posición de sujetos” una apuesta con la cual operar. Apuesta ética, ponerlo al sujeto frente a las consecuencias de sus elecciones. Para ello, descreer de las “intenciones”, por el contrario, apuntar a las consecuencias. Así frente al discurso de un paciente-analizante separar aquello que cuenta de aquello que dice, entonces ya no se trata solo de escuchar, sino de leer en lo que se escucha. Mediante la presentación de viñetas clínicas se buscará mostrar la orientación hacia casos éticos; sujetos responsables como inicio de cualquier tratamiento posible.
35. Actualidad de angustia, dolor y duelo
Araceli García - aracorita@gmail.com
Las fuentes del malestar se han desquiciado. Se viven experiencias de desvalimiento, cansancio y soledad, efectos de un padecer, que la pandemia, como una lupa, maximizó. Mientras con luces de neón el neoliberalismo manda que “todo es posible”, en las guardias, aumenta la prevalencia en presentaciones clínicas de pánico, una de las formas que toma la angustia. Se intenta medicar y acallar rápidamente. A quien viene a consulta con el tiempo estallado de la urgencia, las coordenadas del mundo colapsadas, proponemos abrir preguntas, hacer tiempo y espacio a su palabra. Nos corremos del relato descriptivo del ataque, para arrancar a la angustia su certeza y hacer lugar al deseo. Al reflexionar sobre las trayectorias de pacientes que consultan por ataques de pánico, encontramos recientes muertes de seres queridos durante la pandemia, que no habían podido ser elaboradas. Donde el deudo se quedó solo, sin recursos simbólicos, en la precariedad del silencio o en un duelo impedido.
36. Cuando el COVID es trauma
María del Rosario Tosso - mariatosso@yahoo.com.ar
El psicoanálisis permite pensar por qué un determinado acontecimiento puede tomar valor de trauma. Freud siempre mantuvo que había un origen traumático en las neurosis y que en los síntomas estaba la huella de lo ignorado del trauma. Plantea el trauma en dos tiempos, el primero no da cuenta del trauma, que es siempre del orden de lo imprevisto, no puede ser significado como traumático, sino a partir de un segundo momento que resignifica el primero. Un hecho es traumático cuando hay un exceso de demanda que exige al psiquismo más allá de lo que éste puede responder, un exceso donde se plantea una imposibilidad de respuesta adecuada del psiquismo. Desde Lacan puede entenderse como la demanda del Otro y que es distinta del deseo del Otro. Son dos dimensiones que exigen al psiquismo un esfuerzo, algo a lo que no puede responder adecuadamente, sin dolor psíquico. En base a una viñeta clínica, tomaré el concepto de trauma desde Freud, más los aportes de Lacan, como así también el concepto de tiempo subjetivo y de la época, para ambos autores, para dar cuenta de mi hipótesis de que el COVID funciono como la segunda escena traumática, necesaria para resignificar la primera, lo que permitió la elaboración de un duelo “congelado” en el tiempo.
37. Diagnósticos del malestar en tiempo de la pandemia COVID-19
Christian Birch - birchlaplata@yahoo.com.ar
Un virus está simplemente en la naturaleza. Cuando se lo discierne, se lo nombra y puede articularse en un discurso. Así, por ejemplo, un gobierno puede tomar medidas en relación con los efectos de la circulación de ese virus. El virus es – digamos – un existente real, pero no pertenece al mismo registro de lo que implica una epidemia. En este último registro, la pandemia COVID-19 tiene la particularidad de haber atravesado extensamente la población mundial. Los psicoanalistas que no renunciaron inscribieron
en su horizonte la subjetividad de los tiempos de pandemia. Pero esa inscripción no es la estadística que usan los Estados, sigue otra lógica. Para el psicoanalista, el diagnóstico del malestar en pandemia y postpandemia se revela más poderoso si opera con el arreglo o el desarreglo (según el caso) que cada uno experimenta frente a lo real que lo traumatiza, que perturba sus defensas o que consolida su síntoma. En el presente estudio se suspende el interés en las clasificaciones posibles (estadísticas o no) para explorar en la clínica el poder de un diagnóstico de lo singular.
38. ¿Presencial?
Verónica Turdo - veronicaturdocorreo@gmail.com
El paso de la pandemia por nuestra época actual facilitó y potenció nuevas formas de habitar espacios, dar respuestas, ocupar lugares cuando los cuerpos debieron guardarse. Surgen otros modos de presenciar sin el peso del cuerpo, sin sus bordes, trastocando espacios, desafiando tiempos. Modos que se enredan en nuestras subjetividades a veces posibilitando, a veces saturando, a veces perturbando y a veces facilitando, pero de todos modos afectando. Sobre estas afectaciones que se hacen oír en las singularidades escribiremos.
39. ¿Qué necesitas?
Patricia Averbach - patricia_averbach@hotmail.com
Se puede pensar la necesidad, o más bien ¿quién necesita? ¿La necesidad es ya ficción de alguien? Instinto o necesidad, o pulsión o significante, serán ejes para articular algo en relación con la clínica. Freud trabaja alguna de estas cuestiones, para dar cuenta de algo de la pulsión. Lacan habla de la necesidad primordial. Entonces, entre necesidad y demanda, ¿Qué se dirige al Otro o a un otro? El deseo y las necesidades. A través de algunas viñetas clínicas, se intentará desarrollar algunas de
estas ideas y conceptos a través de autores como Freud, Lacan y otros. Se repensarán las construcciones en el Psicoanálisis y en transferencia.
40. El trabajo en equipo, un intento de colectivizar el lenguaje
Sandra Fernández - sandrafernandez67@hotmail.com
En el presente documento encontramos un caso clínico de una mujer de 40 años, que comienza a analizarse en setiembre de 2022 para iniciar sesiones individuales de psicoterapia. Se detallarán tres momentos de la dirección de la cura en una psicosis. 1° momento: la constitución del equipo interdisciplinario: psiquiatra, acompañante terapéutica y psicóloga. 2° momento: las maniobras de alojamiento en la transferencia. 3° momento: el inicio de la transferencia, comienzo de la transferencia propiamente dicha.
41. La pasión amorosa como máscara de la melancolización
Miriam Britez - mrbi10@hotmail.com
A partir de la consulta de un sujeto en duelo por la muerte de su madre por COVID 19, en tiempo de pandemia, intentamos ubicar los efectos de melancolización, como así también la pasión que oculta tras la máscara del amor sin medida. Observamos en escena el odio y la pulsión de muerte. La transferencia y sus vicisitudes, fue el lugar donde poner en escena y dirigir a otro, en principio en pantalla, la problemática con relación a duelos detenidos y al narcisismo. El borde de la impotencia fue lo que dio lugar a jugar la partida del lado del acto, a través del dispositivo Institucional, en el pasaje de la atención virtual a la presencial, y de lo Institucional a lo privado.
42. No hay caso
Diana Babejuda - dbabejuda@fibertel.com.ar
Ana llega al consultorio por la ansiedad que le genera la situación de su hija, de la cual dice: “tiene TLP”, 2 intentos de suicidio y 3 internaciones en el curso de estos últimos 5 años. Lo que llama la atención desde el inicio es el modo de hablar tanto de ella como de su hija. Diagnósticos, lenguaje médico, como así también explicaciones que remiten a las técnicas de coaching, programación neurolingüística y otras de corte cognitivo conductual. Se intentará transmitir en el recorte clínico, algo de lo que escrito en el último Pensando en Voz Alta: “dejarse pescar en esa red (que atrapa y no enlaza), en esa red de nombres, no sin estar advertido, escapar por las hendijas muchas veces con dificultad, para no devenir pescado”.
43. Una mirada en la voz
Mirta Golduberg - mirtagolduberg@hotmail.com
El siguiente texto es el testimonio de una experiencia novedosa en el dispositivo del análisis realizado en tiempos de pandemia, bajo la variante de la comunicación telefónica sostenida exclusivamente a través de la voz. Abordaje que permitió a lo largo de más de un año, el recorrido de un trabajo de análisis. Dando lugar al padecimiento angustiante de fenómenos hipocondríacos, hasta la producción de una torsión subjetiva que posibilitó la transferencia. Este recorrido instaló diversos interrogantes acerca de las vicisitudes de la dirección de la cura enmarcada en el espacio virtual mediado por la pantalla sonora en este caso, y el lugar en que el objeto mirada se presentifica en su función de reconocimiento subjetivo soportado por la voz.
44. Función anudadora de la presencia
Karina Zanini - karina.zanini11@gmail.com
En época de pandemia, momentos en que cada uno era un posible agresor por transmitir un virus con potencial mortal, se instaló la distancia como protección. Así llegaron las entrevistas a través de pantallas varias, hasta en lugares extraños (autos, baño, plaza) buscando privacidad de oídos curiosos. Este modo fue un facilitador para muchos de realizar consultas, tratamientos saltando las distancias, traslados, tiempos. Varios solicitaron continuar con la modalidad cuando ya no era imprescindible. Respondió para ellos la inmediatez de nuestra época (más que el cuidado de la salud), saltar de una cosa a otra casi sin escansión. Sin embargo, no pasó lo mismo con los pacientes oncológicos graves. En ellos se hacía necesario otro soporte, no alcanzaba con la pantalla, se requería de la sanción que ejerce la mirada a través de la presencia, incluso frecuentemente el contacto, aunque sea a través de guantes, contacto humano que rescate del desamparo propio de etapas finales de la vida.
Panel de cierre
Lo imposible de diagnosticar
La apertura de otros caminos1
Patricia Martínez2
¿Cómo sostener una ´gentileza´ que permita la emergencia de un hablar allí donde crece el desierto afectivo? Pelbart, P. P.3
Ser psicoanalista es estar en una posición responsable, la más responsable de todas, en tanto él es aquel, a quien es confiada la operación, de una conversión ética radical, aquella que introduce al sujeto en el orden del deseo…”
Jacques Lacan4
Cuando uno está concluyendo un texto, como en este caso el que hoy voy a leer siempre me ocurre, tal vez a ustedes también, que me entran reservas: que no alcancé a desarrollar lo que tenía en vistas, que no es claro, que recién a partir de aquí podría empezar a pensar el tema; la disconformidad, más allá de lo atribuible a los síntomas propios, afirma que se ha dado por concluido algo inconcluso, algo que se está haciendo.
Por tanto, hay que hacerse cargo del carácter inacabado de lo que vamos a decir, hay un saber que no concluye que está haciéndose y estas oportunidades -como son las Jornadas- nos permiten ir haciéndolo, por lo cual agradezco siempre el trabajo que me da aceptar estas invitaciones.
Desde el comité nos convidaron a realizar un dispositivo que decidimos simplificar, pero que entiendo apuntaba a que esta exposición no fuera una apuesta individual, sino el resultado del intercambio con
1 Este título surge de la puesta en común con la compañera Helga Rey de Bariloche, a partir de lo que fuimos pensando para este día, y nos dimos cuenta de que nuestra práctica tiene algo de la apertura de otros caminos y por eso decidimos trabajar bajo este título.
2 Grupo de intercambio sobre el trabajo: Rodrigo Nieto; Zulma Reichouni, Guillermo Rodríguez.
3 Pelbart, P. P. (2009) Filosofía de la deserción : nihilismo, locura y comunidad, Buenos Aires: Tinta Limón.
4 Lacan, J. (1965) “Problemas Cruciales para el psicoanálisis” en Seminario XII, clase del 5/05/1965. Inédito.
otros. En mi caso conté con la amable colaboración de mi coequiper Rodrigo Nieto, de Zulma Reichouni y de Guillermo Rodríguez, queridos colegas y amigos con quienes hace años trabajamos en Medifé y pizzas y drives de por medio lo que aquí diga está entretejido con ellos.
Tenemos presente que hablamos en el marco de la Jornada organizada por Medifé, abierta a la comunidad y compartida con profesionales de diversas especialidades con quienes, en conjunto, más no amontonados, ni mucho menos neutralizados unos por otros, intentamos dar respuesta a los malestares por los cuales nos consultan.
De esto trataron las Jornadas, ¿verdad?, de los nombres actuales del malestar y su abordaje, lo cual parte del supuesto de que hay producciones sintomáticas y padecimientos singulares que pertenecen a una época o se constituyen como efectos de ella.
Esta, como toda época, se expresa de una forma diferente a otras. Captar su singularidad no es tarea sencilla.
Hasta aquí construimos el marco: de qué vamos a hablar, a quienes y con quienes nos pusimos a pensar. Nos queda afrontar el desafío que todo título es: Lo imposible de diagnosticar.
Recordé que en la reunión que tuvimos, Zulma habló de su dificultad de dar un diagnóstico como psicoanalista, cuando su función de auditoría de terreno lo solicita.
Me pareció un buen lugar por dónde empezar, las dificultades propias, saliendo de los caminos transitados en donde por pertenecer a un mismo discurso terminamos diciendo todos más o menos lo mismo. Por eso renunciar a los caminos trillados, no entrar por lo imposible de diagnosticar para desembocar en la clínica de lo real y habitar una jerga de analistas me pareció un buen comienzo para esta ocasión.
Comencemos entonces por ubicar la dificultad que con tanto tino y sencillez planteaba Zulma, la dificultad de un analista, que trabaja en una empresa de salud y que trabaja con otros no analistas, a la hora de responder al requerimiento de un diagnóstico. Guillermo nos recordó, que, si de diagnósticos vamos a hablar, se trata de ubicar la forma en que se diagnóstica en nuestra época, y también el uso que se hace del diagnóstico. En tanto analistas no estamos ajenos a pensar diagnósticos, pueden orientarnos, ayudarnos frente a un caso, incluso a tomar
algunas precauciones o no, eso está en el horizonte, pero no comanda. Lo que nos orienta es la escucha del caso, lo dicho en el dialogo analítico nos hace relegar cualquier categoría, hay un saber con el cual no contamos como punto de partida y que se construye con el decir de quién consulta.
Cómo bien señalaba Guillermo en estos intercambios, por nuestro trabajo tenemos que dialogar con otras disciplinas, y aún dentro de la misma con otras orientaciones teóricas. Así encontramos como, tanto en la psiquiatría, como en la psicología los diagnósticos cobran otro valor, al estar alineados con el discurso científico y su predominancia en nuestra época, DSM5 mediante.
Volvamos a la dificultad que traía Zulma, es decir el lugar que tiene para quienes trabajamos como analistas el diagnóstico y el cruce con otras prácticas en el campo que compartimos.
Y fuimos a dar con la coordenada que me interesa plantear hoy, es decir ese cruce de prácticas donde el diagnóstico y su uso no forman parte de un uso en común.
Ante un obstáculo, un impedimento, una dificultad, que se presenta como problema, hay siempre alguna manera de situarse frente a ello. Esa manera de encarar los asuntos o rehusarse a hacerlo, de sostener la interrogación que nos provocan, los modos de encontrarse afectado determinan a mi entender, las posibilidades que tendremos.
Sigo con el diagnóstico
Voy a partir de una situación a la cual nos enfrentamos a diario, por ejemplo, en las consultas por niños.
Los niños hoy siguen muchas veces un circuito que va del pediatra al neurólogo y del neurólogo al psicólogo, del cual se espera que administre técnicas que funcionen como auxiliares de la medicina al modo de un análisis de laboratorio o una radiografía, para confirmar el diagnóstico ya hecho y que en muchos casos se acompaña con el formulario para la obtención del Certificado Único de Discapacidad (C.U.D.), junto a las
5 En psiquiatría, el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) es una guía que clasifica y describe los trastornos mentales. Publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), sirve como herramienta para profesionales de la salud mental en el diagnóstico y tratamiento de diversas condiciones. Se actualiza regularmente.
órdenes pertinentes para tratamiento anual, que incluye la más de las veces varias prácticas del campo “psi” o “neuropsi”.
El diagnóstico con el que llegan estos niños, más que presuntivo es conclusivo, funciona como tapón cuando se concibe que se puede saber antes, antes de dar el tiempo necesario para que alguien diga lo que tiene para decir, lo que le preocupa; y esto es posible porque se hace coincidir al “paciente” con sus síntomas, concibiendo que el ser y el cuerpo son una y la misma cosa, y por tanto el sujeto, que podríamos suponer, es uno e indiviso.
La ciencia tiene la exigencia de que el sujeto sea uno, y sea contabilizable como uno, evaluable y medible, lo cual no cuestionamos porque eso es lo propio del campo de la ciencia, pero no podemos desconocer que esos criterios dejan por fuera cualquier singularidad, esa de la que habla Guillermo cuando dice que la escucha del caso nos hace olvidar cualquier categoría a priori.
En este modelo científico médico del diagnóstico no hay imposible, todo debe ser diagnosticado ya que los síntomas son consecuencia de una alteración bioquímica y cerebral, “no hay pasaje por la subjetividad, por lo que no hay imposible”, dijo Guillermo, que, además, tiene un título de psiquiatra. Antes de venir a Salta y releyendo lo escrito encontré otro modo de decirlo, “nombrar o diagnosticar no quiere decir dar nombre a un hecho o mencionar con la palabra justa lo ocurrido”. Nombrar significa entrar en un tembladeral; estar ante lo que no tiene nombre. Creo que esta es una diferencia fundamental entre lo que nombramos como analistas y lo que la ciencia pretende atrapar en el nombre.
Si todo se puede nombrar, clasificar y recubrir no hay imposible que valga. La literatura nos acompaña en esto:
El Idioma analítico de John Wilkins6, de Borges, inspiró a Foucault a escribir Las palabras y las cosas7, Lo que Borges ubica en estos textos, es que hay algo imposible, algo que se sale de sus goznes cuando se lo lleva a los límites del lenguaje y la palabra, eso genera que algo falle, tal como nos lo recordaba Rodrigo.
6 Borges, J.L. (1952) “El idioma analítico de John Wilkins” en Otrasinquisiones, Buenos Aires: Emecé.
7 Foucault, M. (2010) Laspalabrasylascosas.Unaarqueologíadelascienciashumanas. México: Siglo XXI editores
Diagnósticos pret á porter , disponibles en grillas clasificatorias crecen cada temporada y actualmente comportamientos vitales, crisis de la vida, hasta modos de ser o de actuar, ingresan en el campo de los diagnósticos y por tanto se produce un corrimiento de la normalidad, una ampliación de los rasgos considerados patológicos y cómo consecuencia se extiende la medicalización y la normativización de la población.
Cuando un médico da un anestésico para un dolor, se sabe que alivia, pero no se confunde ese alivio con la resolución del problema que lo origino. El síntoma no se confunde con la causa de la enfermedad. En nombre de este error de razonamiento se medican masivamente la angustia y un número de síntomas que no pedirían más que hablar.
Con apariencia de cientificidad el organicismo llevado al extremo genera una profunda deshumanización del sufrimiento, ya no existen más amores desafortunados, o el dolor por la pérdida de alguien cercano, todo debe ser acallado y resuelto
Los diagnósticos del DSM inventarían síntomas, no interrogan por las causas subjetivas que lo determinan ni tampoco contemplan la asociación de varios síntomas. Las nuevas categorías hicieron estallar viejas nosografías, la histeria ya no se considera más una estructura y desaparece de los diagnósticos, en su lugar un importante número de síntomas aislados quedan sin racionabilidad.
Como analistas sabemos que el malestar es inherente a nuestra condición hablante, la cultura no es sin malestar. Siguiendo a Lacan, la posición del analista es estar en una posición responsable, responsable de dar lugar a la palabra, y dar el tiempo de su despliegue, para permitir que cada quién articule aquello que tenga para decir y hoy como ayer esto sigue siendo subversivo y da las condiciones de posibilidad para que cada uno tenga una vida más amable y menos tonta.
Cómo coordinadores de salud en una empresa tenemos la responsabilidad de atender las consultas que nos llegan. Cómo lo hacemos también es nuestra responsabilidad.
Con el tiempo uno encuentra más preguntas que certezas, tal vez la única que cultivo es la idea de compartir y repetir a mis compañeros
de equipo que no se trata de diagnosticar enfermedades, realizar prácticas terapéuticas o administrar medicamentos, sino de atender vidas que buscan que alguien las escuche. En eso estamos, y así seguiremos.
El psicoanalista Fernando Ulloa decía que se necesita lo que él llamaba miramiento; una mirada que aloje, sin demandar, sin exigir, sin clasificar, una dedicación capaz de sostener una gentileza que, como dice Pal Perbart, permita la emergencia del hablar, podemos decir también una disponibilidad que dé lugar a la transferencia.
Entiendo entonces que lo imposible de diagnosticar no habla de ninguna imposibilidad que debamos subsanar.
También entiendo, que tampoco se trata de que los psicoanalistas debamos defender al sujeto contra la objetivación de las ciencias modernas, cuando el saber inconsciente mismo sutura a este sujeto. Es en el trabajo analítico que ese saber inconsciente acéfalo y productivo se subjetiviza, esa es nuestra responsabilidad.
Quiero terminar con unas palabras de otro analista, Jorge Jinkis, que tomé de la revista Conjetural: “El psicoanálisis tiene la pretensión de no sumar una solución más al funcionamiento que genera el malestar, y donde las opiniones proliferan como soluciones. Pero en ese espacio cada vez más estrecho, en este tiempo cada vez más urgido y acuciante: ¿todavía se admite la escucha sin sistema, el silencio que no es cómplice sino aliento de la verdad, la voluntad de abstenerse de las convicciones reveladas?”8
Que cada quién responda. Muchas gracias por la atención.
8 Jinkis, J. (2019) “Masa y Poder. Acerca de Lacan. Síntomas del malestar” en ConjeturalRevista Psicoanalítica Nro. 72. Buenos Aires: editorial El sitio & Otro Cauce psicoanálisis.
La apertura de otros caminos
Helga Rey
El encierro
Un niño, su madre y la entrevista de orientación.
De la boca de su madre solo salían diagnósticos, muchos diagnósticos; al menos a mis oídos llegaban muchos. Ahora sólo recuerdo déficit de atención. Mientras tanto el niño, inquieto, giraba en la silla, agarraba objetos que había arriba del escritorio, los manipulaba, luego se levantaba, se volvía a sentar, volvía a girar. La escena, dentro de esas cuatro paredes no era, ni más ni menos, que un torbellino de palabras maternas y movimientos imparables del niño.
Pasaban los minutos, eternos minutos, hasta que llegó un corte, quietud y…tengo sed…tengo sed… tengo sed…repetía el niño una y otra vez. Me paré bruscamente y de manera casi imperativa dije ¿tenés sed? vamos a buscar agua. Salimos por el pasillo de la filial aceleradamente rumbo a la cocina. Mi tono de voz cambió a calmo y suave ¿Querés servirte vos solito? Lentamente tomé un vaso, se lo di al niño y le expliqué, con mucha parsimonia, cómo funcionaba el dispenser, cuál era el agua caliente y cuál la fría. El niño me miraba atentamente, luego tomó el vaso y se sirvió agua. Nos quedamos unos segundos más en silencio y luego emprendimos el regreso a la oficina. Íbamos bien lento, disfrutando de cada paso.
Así continuó la entrevista: el niño se sentó tranquilamente en su silla, observó su vaso de agua en la mano, dio pequeños sorbos, por momentos levantaba la vista hacia mí, hasta que finalizó el encuentro.
Un acto puso fin al encierro del sin límite materno, permitiendo salir de esa escena aplastante de significantes, para dar lugar a otra. Pero ¿qué tiene que ver este relato con el diagnóstico y su imposible?
El encierro entre cuatro paredes me sirve de metáfora para pensar la repercusión de un diagnóstico. Algo queda paralizado, vuelvo a decir, encerrado; no hay dialéctica posible que eche a andar …. Miquel Bassols habla de “enjaular al ser humano en el binario del significante, la ley de hierro del significante”.9
Hay casos en que ese encierro significante contiene, alivia; una palabra que nombra el malestar puede reubicar un detenimiento de la voraz búsqueda de sentido, posibilitar una localización de goce. Sirve para estar frente a los otros y hacer uso de ese, digamos, diagnóstico.
Todo eso en el mejor de los casos o en algunos casos.
En otros, ese diagnóstico empuja a una búsqueda, sin fin, de confirmación. Es ahí donde las palabras no alcanzan, diría una expaciente; el diagnóstico no alcanza para cubrir lo imposible.
O bien inmoviliza o bien desespera. ¿Por qué? porque querer atrapar lo real no es cuestión de nombres, “... no parte de que el nombre es algo que se aplique así sobre lo real”.10
De ser a la falta en ser
Acuden a la entrevista de orientación, de manera presencial, M. y su madre. El pedido se da luego de haber concurrido a una institución que trabaja con casos de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Relata la madre que eran dos psicólogas en la entrevista y que hicieron muchas preguntas.
M. dice que no le gustó nada porque en un momento le preguntan ¿qué comidas te salteas? Siente esa pregunta desubicada yo les contesté, ¡ninguna! Es una obviedad para M. la respuesta, pero lo que la sorprendió fue justamente que dieran por hecho que se salteaba comidas.
No me preguntaban cómo estaba, ni cómo me sentía. Le digo, que tampoco le preguntan por lo que le gusta o lo que quiere hacer. ¡Claro! Cambia su semblante, se la nota aliviada.
9 Bassols, M. (2021) Ladiferenciadelossexosnoexisteenelinconsciente, Buenos Aires: Editorial Grama, p. 28
10 Lacan, J. (2009) Seminario Libro 18, Buenos Aires: Editorial Paidós, p. 27
Le propongo derivarla con un profesional del equipo y que acuda a las consultas las veces que a ella le parezca necesario; así habla de las cosas que quiere, de sus proyectos, de cómo está. Consultas a su medida. Acepta.
Al poco tiempo se acerca la madre a la filial para decirme que M. se había ido muy contenta el otro día y que iba a empezar con la nueva psicóloga que le propuse.
M. pudo captar que se la escuchó distinto, o podemos decir, que se la escuchó. El no saber quedó del lado del coordinador, invitando así a que despliegue en su enunciación algo de su ser.
Vuelvo en esta pequeña viñeta a pensar la propuesta: lo imposible de diagnosticar. Me resuena: ser - falta en ser - núcleo del ser…
Freud va a decir que “El núcleo de nuestro ser, que consiste en mociones de deseos inconscientes, permanece inaprehensible…”11 “... está constituido por el oscuro ello, que no comercia directamente con el mundo exterior y, además, solo es asequible a nuestra noticia por la mediación de otra instancia”. 12
Lo imposible de diagnosticar es ese núcleo del ser del que hablaba Freud, eso que no comercia con el mundo exterior y, podría decir, está muy cerca del ombligo del sueño.
Así dos cuestiones: núcleo del ser y ombligo del sueño.
Lacan en la “Respuesta a una pregunta de Marcel Ritter”, toma la cuestión del ombligo del sueño de Freud, y va a decir “el ombligo del sueño, eso que se especifica por no ser dicho en caso alguno…es un agujero, es algo que es el límite del análisis. Esto tiene evidentemente algo que ver con lo real … Conserva en alguna parte la marca de un punto donde no hay nada que hacer”13. Ese punto, esa Unerkannt, es lo no reconocido.
Y eso no reconocido tiene la marca de la imposibilidad y la imposibilidad es un límite.
11 Freud, S. (2014) Lainterpretacióndelossueños.Obrascompletas,Vol.V. Buenos Aires: Amorrortu, p.593
12 Freud, S. (1986) Moisésylareligiónmonoteísta.Elesquemadelpsicoanálisis Obrascompletas Vol. XXIII. Buenos Aires: Amorrortu, p. 199.
13 Lacan, J. (1975) “Respuesta a una pregunta de Marcel Ritter”, 26 de enero.
Ser TCA, TDH, Asperger, Obsesivo … reduce el ser a un nombre. Se cuantifican los síntomas, se ponen en serie y se saca una conclusión, una normativa en la cual encajar en un para todos igual.
Se olvidan de que hay una parte del sujeto insondable, ese punto que no se repite en otros. Lanzar o relanzar a ese sujeto al motor de la falta en ser, del ser que le da ese Otro, impulsa la “fuerza del deseo”14
Invención
Mario Rodríguez, claro es nombre inventado, pero en el equipo de auditoría, con los chicos del Servicio al cliente (SAC), en las conversaciones con los colegas, siempre lo llamamos por nombre y apellido. Vino Mario Rodríguez… ahí estamos con la carpeta de Mario Rodríguez …. cómo cambió desde la primera vez Mario Rodríguez… Y así, Mario Rodríguez, tiene su lugar entre nosotros.
En la última internación en el Hospital Zonal la indicación del equipo tratante fue continuar el tratamiento en comunidad terapéutica. Le dimos vía a esa indicación, y Mario Rodríguez ingresa a la comunidad.
Claro, a los 3 días, 4 como mucho, se va.
La madre me manda mensajes presionando, con todo un bla bla bla, para que vuelva a la comunidad.
Pensamos y conversamos mucho este caso con la colega María Koolen, auditora de discapacidad. Mario tiene CUD.
Una intervención: ¿Y si lo citamos y estamos las dos? Y así fue, viene Mario Rodríguez, acompañado de su Acompañante Terapeútico, con el bla bla bla de la madre. Quiere volver a la Comunidad, que es lo mejor para él.
Fuimos escuchando su despliegue hasta que llegó la pregunta ¿te vas a comprometer en seguir el tratamiento allí, realmente vos querés?
Mario se afloja, cambia radicalmente su postura, vuelvo a decir, su semblante y nos dice realmente es lo que le prometí a mi mamá, pero no quiero… a mí me había gustado la psicóloga del hospital…
14 Freud, S. (2014) Op. Cit., p.593
Y así Mario Rodríguez empieza con la psicóloga del hospital que justo había entrado como prestadora de Medifé.
Continuamos citando a Mario Rodríguez cada dos semanas, inventando un dispositivo para este caso, acompañando su decisión y promoviendo que hable su verdad. Estos encuentros finalizaron cuando Mario ya se instaló en su nuevo espacio.
En lo más singular, en ese núcleo del ser imposible de diagnosticar, en ese ombligo, agujero de lo no dicho, es desde donde podemos apostar a la invención del sujeto y del analista.
Reflexiones
El común denominador que encontramos en las tres viñetas fue la figura del coordinador como éxtimo, extimidad que operó mediante un acto.
La palabra extimidad fue inventada por Jacques Lacan y aparece por primera vez en su Seminario 7 La ética del psicoanálisis en 1958. Lo éxtimo es aquello exterior, extranjero, pero lo más cercano; Miller dirá como un Otro interior.15
Este lugar permitió salir del encierro, pero yendo a lo más íntimo. Desde afuera dar lugar a lo propio en algo tan simple como preguntar: ¿vos qué querés?
Que hable el sufrimiento, único, de cada cual, posibilita la expresión de una verdad, medio dicha, pero verdad al fin, verdad del sujeto.
Mi querida amiga María Koolen, mientras charlábamos del trabajo me dice “el rol del coordinador de Salud Mental es un arte, un saber hacer, más aún cuando se está inserto en un sistema de salud donde todos demandan que se diga qué es ese sujeto”
Estar advertidos de la estructura clínica es una posición ética, pero dar vía a lo propio, más allá de la estructura, también es una posición ética.
Tenemos el desafío de no quedar entrampados en reducir al paciente y su malestar a un diagnóstico, acompañando a que pueda hacer de eso imposible una invención singular que le abra otros caminos.
15 Miller, J.A. (2010) Extimidad, Buenos Aires: Paidós, p. 26
Referencias bibliográficas
Arenas, G. (2010) En busca de lo singular. El primer proyecto de Lacan y el giro de los setenta, Buenos Aires: Editorial Grama.
Bassols, M. (2021) La diferencia de los sexos no existe en el inconsciente. Sobre un informe de Paul B. Preciado dirigido a los psicoanalistas, Buenos Aires: Editorial Grama.
Miller J.A. (2003) Un esfuerzo de poesía Buenos Aires: Editorial Paidós.
Miller J.A. (2011) Sutilezas analíticas Buenos Aires: Editorial Paidós.
Lacan, J. (2014) Seminario 6. El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Editorial Paidós.
Lacan, J. (1961) Escritos 2. La dirección de la cura. Buenos Aires: Editorial Paidós.
Lacan, J (2009) Seminario 18. De un discurso que no fuera del semblante Buenos Aires: Editorial Paidós. http://cuatromasuno.eol.org.ar/Ediciones/007/template.asp?Productos/Dolores-Amden.html
Castanet, H. (2023) Neurología versus psicoanálisis, Buenos Aires: Editorial Grama