Violencias de hoy y de siempre. Perspectivas desde el psicoanálisis Daniel Aksman
Pegan a un niño, el parricidio, el deseo de muerte, o yo o el otro, amo en ti más que a ti y por eso te mutilo, la bolsa o la vida, el ataque a la caque el psicoanálisis encuentra la violencia con sus modulaciones en la totalidad de la experiencia humana. Por otro lado, hablar de la violencia implica siempre dejar algo sin nombrar. La violencia de género, la violencia estatal, la violencia en las escuelas, la violencia contra las personas, las autoagresiones, las violencias contra la naturaleza, etcétera constituyen tentativas de nombrar algo que se fuga. Sabemos que la violencia es tan vieja como la humanidad misma, pero cualquiera sea su nombre, siempre conviene situar el contexto del fenómeno del cual forma parte antes de proceder a su interpretación. Lacan decía que, como analistas, debíamos tener en el horizonte la subjetividad de la época: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico?” (Lacan, 1988, p. 309). La frase lleva a pensar que también debemos estar atentos a cómo una determinada época vive la pulsión, no solo en el sentido del Eros sino también en cómo se presenta la pulsión de muerte. Incluso había creado su Escuela como un refugio y como una