La tauromaquia de Paquiro, injustamente atribuida a Santos López Pelegrín, Abenamar, escrita por el médico gaditano, Manuel Rances Hidalgo, basándose en el toreo que efectuaba el príncipe de la tauromaquia, el gran Francisco Montes, supuso una revolución en la forma de concebir el espectáculo y también en su ordenamiento y reglamentación.