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TRES CASAS

Vivienda colectiva en Mar del Plata Pablo Rescia y María Florencia Vargas

Un terreno mínimo (12×12) en esquina en una zona que muta de la vivienda con suelo propio tradicional a una media densidad, tensionada por la cercanía del polo comercial de la calle Güemes.

La normativa, que viene en este caso, por detrás del impulso inmobiliario define una altura (5 pisos) que supera la capacidad edilicia del pequeño lote. La estrategia en relación a ese aspecto es forzar un piso alto de casi dos alturas de uso común como quincho que actúa como remate del edificio e incluye tanque de agua y otras instalaciones.Así el edificio amplía su oferta de equipamiento, dejando la planta baja para el uso de estacionamiento.

La volumetría juega en el contraste con el plano suelto sobre la calle y envuelve el volumen más bajo donde se encuentran las 3 unidades de vivienda, que se consideran pequeñas casas en altura, con los siguientes aportes en ese sentido: No hay hall común en la salida del ascensor, sino que este lugar ya es propio de la vivienda (una cerradura magnética permite el uso del ascensor sin necesidad del palier común). Esto permite la doble circulación, una más privada hacia los dormitorios, y otra más pública hacia el área publica, estar y comedor.

La cocina se considera como articulación entre estas áreas, conformando un espacio que se suma al área publica incorporando la mesa de comer a la isla de cocinar.

Las áreas públicas de la vivienda se proponen con grandes paños vidriados de piso a techo en tanto que los vanos que caracterizan circulaciones y cocina, ubicados sobre el filo exterior producen pequeños estantes en los antepechos, donde cada familia ubica su imaginario familiar.

La volumetría es una articulación entre los planos de fachada dejando la esquina como una sustracción donde aparecen balcones y en planta baja el acceso al hall. La primera unidad no tiene balcón, de modo que el acceso toma una doble altura exterior .

La imagen apela a planos tersos y austeros, de un monocolor que abarca todos los componentes de la fachada, reforzando una austeridad que destaca la articulación de los volúmenes, relegando lo maquínico y lo estructural a un segundo plano.

Opinión

El nombre otorgado a esta obra –Trescasas–es rotundo en la intención de indagar en el término medio entre las casas unifamiliares tradicionales en este barrio en acelerado proceso de cambio y los convencionales edificios multifamiliares en altura. Incluso indicando que creen que la normativa que permite 5 pisos es algo mas generosa con la expectativa de rentabilidad inmobiliaria que con criterios mas moderados para tratar que la transformación del barrio sea mas tranquila e incluso que permita cierta coexistencia entre casas individuales y pequeños conjuntos de casas: en este caso, tres que se superponen y ofrecen aun en el tamaño reducido que permite el lote, un resultado que también diverge en algunas cuestiones con las tipologías convencionales de edificios de vivienda colectiva como lo indica específicamente la memoria de sus autores: (1) convertir el ascensor en algo similar a una puerta a la calle, (2) disponer en tal acceso la posibilidad de una doble circulación, una privada y otra mas social aun con el relativamente pequeño metraje de cada piso, (3) recuperar una idea de cocina que al integrarse al área pública juntando la mesa de comer a la isla de cocinar, trasciende las cerradas y pequeñas cocinas maquínicas típicas de los departamentos convenciona-

Datos les y (4) diferenciar los cerramientos de las áreas públicas (de grandes paños vidriados de toda la altura) de los vanos de circulaciones y cocinas que ubicados sobre el filo exterior producen pequeños estantes en los antepechos, donde cada familia ubica su imaginario familiar. Poder personalizar una arquitectura de pequeña serie como en este caso es lo que pareciera proponer ese planteo en que cada grupo pueda desplegar su imaginario familiar.

El edificio Trescasas es autoría de los arquitectos Pablo Fidel Rescia y María Florencia Vargas y se ubica en Avellaneda 1602; Mar del Plata. La superficie del lote es de 149.49 m2 , la superficie semicubierta es de 19.86 m2 y la superficie cubierta es de 411.14 m2. La obra se realizó entre 2015 y 2019 y fueron asesores el ingeniero Felipe Otarola, (calculo estructural) y Pablo Villano (modelado 3d, renders). La empresa constructora fue Leto LJP, las obras sanitarias y de gas las realizó Pozzobon-Troche y las carpinterías estuvieron a cargo de Hemme y Casa del Vitraux.

Las fotografías son de Blackline producciones.

Tanto la opción de reducir la cantidad de unidades dotando a cada una de ellas de una cierta identidad de casa como la decisión de aprovechar la altura permitida para favorecer mayor generosidad en los espacios de uso común resultan en definitiva, pequeñas reflexiones en las que el proyecto va mas allá de su pura respuesta a la demanda del comitente, ensayando cierta interpretación acerca de como cada operación edilicia aislada puede (y debe) contribuir a mejorar la calidad de la ciudad.

A su vez también el investigar en los 4 tópicos recién apuntados –que resultan divergentes de las soluciones convencionales– también le aporta a este trabajo una voluntad de revisar las tipologías habituales demasiado estereotipadas buscando producir alternativas habitativas que diversifiquen el espectro generalmente de pocas alter- nativas, que ofrecen hasta ahora las escasas alternativas que puden escogerse al elegir una residencia.

En cierto sentido y guardando las distancias, hay alguna similitud de intenciones de innovación tipológica con el trabajo del rosarino Rafael Iglesia en su ya célebre Edificio Altamira, tanto en proponer en alguna forma, un apilamiento de casas como en la flexibilidad de usos y la conversión del ascensor en un dispositivo equivalente a una puerta de calle por la eliminación de los paliers. Si bien en Altamira se avanza en una disolución de la caja edlicia incluso horadando medianeras –lo cuál le engendró largas dificultades para conseguir la aprobación municipal– hay aspectos que resultan convergentes o desarrollados en la dirección que inaugura el casi mítico bloque rosarino, como la acumulación de detalles de transgresipon del dogma inmobiliario de células de repetición infinita o el recurso a una solución monocroma cuya clara continuidad propone una estética de austeridad.

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