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Ajedrez de espacio: Scrimaglio
Futuribles proyectuales. Microensayos críticos de Arquitectura*
Roberto Fernández
Editorial UNL, Santa Fe, 2022
(acceso digital gratuito)
* Se ofrece la transcripción del capítulo 11 del libro
Futuribles Proyectuales, UNL, Santa Fé, 2022
Si los agnósticos Borges o Xul escribían o modelaban casi religiosamente un aleph insondable en un sótano de la calle Garay o un ajedrez cabalístico, el católico Jorge Scrimaglio –arquitecto de culto y del culto–también se entusiasma en un manojo ínfimo de obras con la geometría del vacio infinito y el espacio apresado por rústicas membranas de ladrillo.
Fuera de sus trabajos específicamente religiosos –el campanario de Santa María de la Asunción en Arroyo Seco, la iglesia de San Antonio Gianelli o la capilla portátil del Espíritu Santo, ese armazon de varillas de 2x2 que estaba inserta en el patio de una vieja casa rosarina que le servirá como referencia a Rafael Iglesia para desarrollar su conocido quincho– hay tres casas bastante imperfectas en que este rosarino seducido por Wright a través de las enseñanzas de sus dos paladines argentinos modernos (Sacriste y Tedeschi, con quiénes pasa parte de sus últimos años de formación) consigue su lugar en el mundo –de la arquitectura– a fuerza de una intensidad inédita en su propuesta que si tuviéramos que parangonar con alguien ahora recientemente revalorado y de culto (y del culto) lo deberíamos hacer con el amigo católico venerado por Mies –Rudolph Schwartz1– o con el cura holandés devenido en nuevo must de la teoría europea –Dom Hans van der Laan–: Schwartz en su Iglesia del Corpus (1929) en Aquisgrán, ciudad de la que era nativo Mies y Van der Laan en su Maria Kerk (1958) resuelta con apego a su invención proyectual que este fraile llamó número plástico. Obras que son muy simples en su geometría constructiva tanto como muy intensas en la calidad material de su manufactura y en la potencia de su espacialidad y la experiencia óptica y sensible que provocan.
Las tres obras de Scrimaglio significativas de su conversión en arquitecto de culto a mi jui-
1 Escribimos una nota sobre Schwartz, ahora compilada en nuestra antología de escritos de Summa+ (Ilusiones Opticas, Concentra, Buenos Aires, 2013, ensayo 100): Fé en la Arquitectura y otra sobre Van der Laan (ensayo 114): Sagradas Geometrías cio son la Casa Alorda en Rosario, la Casa Di Paolo en Arroyo Seco y la casa-ruina Siri, en General Lagos, todo en Santa Fé. La Casa del actor teatral Norberto Alorda (desarrollada lentamente entre 1968 y 1973) es una caja de ladrillos manejados con virtuosismo artesanal metida dentro del tejido barrial de residencias entre medianeras. El afecto monomaterial –casi una manía– permite elaborar una suerte de cesta donde lo que prevalece es la idea del vacio del espacio rodeado por esa cesta, por otra parte, trabajada mediante una repetitiva forma de caladura de pared, que también asumió Daniel Arraigada para el proyecto de su propia casa rosarina en evidente homenaje al maestro Scrimaglio. La envolvente es tan rigurosa que cubre tanto la fachada como las medianeras, siendo los fondos en un caso transparente y en otro, opaco. La fuerza de ese vacio se hace mayor cuando ocurre en un espacio doméstico y pocas veces pudo conseguirse algo semejante en un lote exigüo entre medianeras. Evoca grandes arquitecturas de carácter religioso, como el enorme vacio de la construcción subterránea del aljibe de Chand Baori, en Rajastán, una antimonumento (porque es puro vacio) revestido del motivo de una infinitamente repetida escalera que fue levantado en el siglo IX y que es todavía hoy un enigma aunque también y sobre todo, una fuerte experiencia espacial y espiritual, en ese descenso abismal al agua inferior, que además refleja ad infinitum, las paredes escalonadas.




El interés monotemático en arquitecturas de experimentación en ladrillo también se verá en obras como la Casa en Pilar del grupo FILM (2008), la Casa en Buenos Aires de Ventura&Virzi (2013) o en el multifamiliar en San Martin 777 en Campana de Francisco Cadau (2021).
La Casa Di Paolo (1980) es una reconversión de la antigua sede del correo de la pequeña ciudad santafesina que asume una ingeniosa elaboración también en forma de caja ligada a dos pequeños patios interiores articulados por una escalera. Esta adición-remodelación es trabajada mediante unas cajas hechas en ladrillo revocado y el motivo de unas mínimas aberturas cuadradas que ofrecen un ritmo a esos patios introvertidos que fugan para arriba, como la palmera que los habita. Hoy estan muy usados y algo descascarados pero esa imagen desgastada y blasé le agrega una pátina de ruina moderna que intensifica la experiencia de recorrerlos.
Y la Casa Siri (no terminada y paralizada hacia 1990) es el vestigio esquelético de una estereostructura cerámica que subsiste como una ruina misteriosa o una escultura aérea, cuya planta baja está habitada con una construcción improvisada. El armazón aéreo de esta casa, hoy truncada, no permite discernir estructura de cerramiento o pared de abertura ya que es una geometría rigurosa de planos de ladrillo visto que se adicionan para generar pilares y que se recorta contra el cielo. Desde adentro, el patio de la Casa Alorda, también establece un telón o velo de robusta y calada ladrillería detrás de cuyos intersticios regulares aparece al frente, la dinámica del paisaje cotidiano de la ciudad y a los laterales, la inmovilidad de los planos ciegos linderos. Si bien las fotos le dan a estas obras un encanto ligado a la fuerza de las texturas y al desgaste de la rugosa materialidad, solo su visita –casi una peregrinación– otorga la posibilidad de experimentar no la densidad de la envolvente sino la cualidad del vacio modelado, la sensación de pasear por una construcción fuera del tiempo.




Materia y geometría en la conformación del espacio
La coherencia sin límites de Jorge Scrimaglio.
Materia y geometría en la conformación del espacio
Federico Pastorino
Ediciones 1:100, Buenos Aires, 2017
El arquitecto rosarino Jorge Scrimaglio, nacido en 1937 se ha constituído con apenas un puñado de obras y una actividad proyectual en poco mas de tres décadas de una actividad que concluyó por voluntad crítica propia, en 1991, en frecuente referencia entre iniciados y legítima cualidad de arquitecto de culto que hace por ejemplo, reiterado que contingentes entusiastas de alumnos de diferentes escuelas visiten algunas de sus obras más reconocidas.
En su cursado del Doctorado de la Universidad de Navarra el arquitecto argentino Federico Pastorino –docente de UFLO y él mismo practicante proyectual en su actividad proyectual de una modalidad inserta en el legado scrimagliano de unificar el pensar y el hacer– escogió como tema de su tesis el investigar la obra mencionada, al advertir a la vez tanto su importancia y cuanta atención concitaba, cuanto que no se disponía de un estudio comprehensivo de dicha obra. El resultado fue su tesis que diera paso a su doctoración y que luego se publica en Buenos Aires en el libro que aquí comentamos y que constituye no solo una monografía detallada y rigurosa de la trayectoria y las obras de JS sino además un análisis certero de los trabajos que resulta muy consistente puesto que Pastorino no solo trabajará todas las fuentes archivísticas disponibles sino que recogerá de manera directa los testimonios de Scrimaglio, fruto de largas conversaciones en Rosario, una vez que Pastorino lograra atravesar cierta introspección poco comunicativa del maestro. Resultado de esa curiosa y profunda interacción que se produjo entre el sujeto y al autor del libro será incluso la reconstrucción que en conjunto harán de uno de los primeros proyectos de Scrimaglio, la Biblioteca del Ateneo Universitario, entre otros de los trabajos de JS que se muestran reconstructivamente (redibujando o volviendo a hacer sus maquetas) con absolutos detalles en este libro.

El libro incluye dos presentaciones ( de los decanos de las Escuelas de UFLO y ETSAN en Navarra, arquitectos Daniel Ventura y


Miguel Alonso del Val) y dos prólogos (de los arquitectos Oscar Fuentes y Wilfried Wang) que si en general suelen ser textos encomiásticos aquí en realidad, aparecen como ensayos teóricos de suficiente espesor para poner en valor local e internacional la obra de JS. Todo ello seguido por otros textos introductorios del propio Pastorino que presentan el libro y la metodología investigativa en que se sustenta, en lo que hay que decir que además de cumplir con el rigor que exige una tesis doctoral, el autor alcanza un elogiable resultado expositivo ya que el libro resulta de muy atractiva lectura además de erigirse en un repositorio casi diría definitivo del archivo documental del protagonista con magníficas reproducciones de materiales originales además de cuidadoso trabajo de redibujo, el que se manfiesta en un especie de anexo insertado que tiene el libro de fichas de las 5 obras que FP juzga centrales en el trabajo de Scrimaglio (Capilla del Espíritu Santo y las casas Garibay, Alorda, Maiz y Siri, obra que se ubica entre 1961 la primera de ellas y 1990, la última).

En la Introducción FP indica que la inexistencia de documentación de cierta calidad al momento de abordar este trabajo nos hizo pensar en su obra como en una “caja negra” –al decir de Latour– a la que no podíamos acceder. Abrir esa “caja” fue una tarea que implicó su reconstrucción que en definitiva fue la reconstrucción de las obras, los proyectos, los muebles y las piezas de diseño gráfico. El rastreo casi policíaco del trabajo scrimagliano de 33 años significó unos 20 viajes a Rosario y casi 100 entrevistas a todas las personas que tuvieron o tienen relación con el maestro, empezando por los archivos acumulados por uno de los fervientes admiradores de JS, el destacadado arquitecto Marcelo Villafañe, recientemente desaparecido.
Una vez que se consiguió involucrar activamente a JS en el proyecto –cuando de alguna manera entendió que esta tesis acabaría en un libro que operaría como verdadero y explícito archivo completo de su obra– una parte del trabajo reconstructivo a que se alude, consistió en volver a transitar un mecanismo proyectual al que fue muy afecto JS: el trabajo en maqueta. Incluso se registra que algunas obras se tuvieron que hacer con los operarios descifrando maquetas mas que planos. Asi se realizaron las maquetas de la Librería del Ateneo en 1:10 y de la Capilla del Espíritu Santo (que estaba dentro de una casa) en la misma escala, siendo ese par de obras, ya desaparecidas y la primera de ellas de existencia efímera.

Las casas Maiz y Di Paolo se maquetearon a escala 1:200, el Stand Emaús a 1:100, el detalle de un angulo triedrico ladrillero de la casa Siri a 1:20 y una serie de equipamientos diseñados por JS a 1:1 (los sillones Gaucho y X) y a 1:5 (el resto de los sillones y mesas que Scrimaglio diseñó para algunas de sus obras). Mucho de este trabajo de modelaje se hizo en consulta directa con el autor que de tal forma rememoró sus procesos de diseño originales –con muchas tareas de gran destreza artesanal a cargo del mismo JS, antes y ahora- y tal rememoración constituye un imperdible y objetivo material documental en que se afianza este libro.
Despúes del denso aparato introductorio indicado, el libro desplegará tres partes: la parte 1 (En los hombros de Scrimaglio, con 4 capítulos: Perfil biográfico, Formación arquitectónica, Referentes internacionales y maestros nacionales –en que se señala la influencia relevante de Wright, el reconocimiento expreso que le brindó calurosamente
Alvaro Siza o las relaciones estechas con Sacriste y Tedeschi– y Estado de la cuestión, reproducción de su obra –que revisa con detalle lo poco que se publicó de esta obra y sus repercusiones y lo mucho que la erigió en temática de culto–) densa y cuidadosamente documentada con mucho y diverso material inédito, representa una cabal contextualización de la obra de JS en el contexto rosarino de la ultima mitad del siglo XX en lo que se constituyó en uno de los mas importantes laborartorios de modernidad argentino y sudamericano.

La parte 2 (Constelación scrimagliana, con 3 capítulos: Estrategia módulo geométrico, Estrategia módulo material y Mecanismos transversales) condensa el núcleo propositivo mas relevante de la tesis al recorrerse muy minuciosamente los dos aspectos centrales del trabajo de JS, a saber, la geometría –como factor de ordenamiento y razón de ser de una simbiótica relación entre razón y organismo que recoge la intención moderna de tratar de ensamblar las aparentemente polares posturas de Mies y Wright– y la materialización –como puesta a prueba de las ideas en el mismo momento que estas se plasman y no a posteriori de la abstracción conceptual sino como un trabajo que indica la imposiblidad de un pensar sin hacer, de una ideación sin comprobación simultánea de su viabilidad de realización. Lo que se indica como mecanismos transversales serán los procesos que construyen (y redefinen en ello) las geometrías que deberá encontrar cauces en tecnologías tan específicas como las fábricas madereras o cerámicas.
La parte 3 (La geometría no es sin el material y viceversa, con 4 capítulos: Ver la arquirectura:abriendo la caja negra, La geometría no es sin el material y viceversa, Hacer es pensar:la poética de la construcción y Las lecciones scrimaglianas) cumple en ampliar y desarrollar aquellas transversalidades entre geometría y materiales anunciada en la parte precedente, afirmando la profunda simbiosis entre ars y poiesis y entre poiesis y tecné, en esa dirección de verdad o realidad iniciada por el pensamiento clásico griego y reafirmada en ese lema de Santo Tomás que tanto valoraba Mies: addaequatio intellectus et rei, igualdad entre pensamiento y objeto o en aquella otra expresión tomista – La belleza es el esplendor de la verdad– donde expresión o lenguaje (belleza) debe meramente entenderse como reflejo (esplendor) de una verdad, que únicamente puede ser entendida como lo real construido. Que quizá resuma ideas centrales del extenso Manifiesto que figura como capítulo final del libro, escrito poco conocido de JS que recoge y destila la persistente tarea de proyectar como ensamble estrecho de pensar y hacer, de geometría reflexiva e intelectual y construcción real, a menudo directamente manual, en esa dirección de conexión entre mente y mano que valoraba Pallasma o que también explica el quehacer de Zumthor, referencias internacionales recientes que teorizan y practican ideas que Scrimaglio transitó desde hace mas de 60 años.
