Constitución del Gran Oriente de Francia ARTICULO PRIMERO La Francmasonería, institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva, tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad ; trabaja por el mejoramiento material y moral, y el perfeccionamiento intelectual y social de la Humanidad. Tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto a los otros y a uno mismo, la libertad absoluta de conciencia (1). Considerando las concepciones metafísicas como del dominio exclusivo de la apreciación individual de sus miembros, rechaza toda afirmación dogmática. Tiene por divisa : Libertad, Igualdad, Fraternidad (2). ARTICULO II La Francmasonería tiene por deber extender a todos los miembros de la Humanidad los vínculos fraternales que unen a los Francmasones sobre toda la superficie del globo. Ella recomienda a sus adeptos la propaganda por el ejemplo, la palabra y los escritos, sin detrimento de la observación del secreto masónico. ARTICULO III El Francmasón tiene el deber, en toda circunstancia, de ayudar, aconsejar o proteger a su Hermano, incluso poniendo su vida en peligro, y defenderle contra la injusticia. ARTICULO IV La Francmasonería considera el trabajo como uno de los deberes esenciales del hombre. Honra igualmente el trabajo manual que el trabajo intelectual. ARTICULO V La Francmasonería posee signos y emblemas de una alta significación simbólica que sólo pueden ser revelados por la Iniciación. Estos signos y estos emblemas presiden, de una manera determinada, los trabajos de los Francmasones, y permiten a éstos, sobre toda la superficie del globo, reconocerse y ayudarse. La Iniciación comprende varios niveles o grados. Los tres primeros grados son los de Aprendiz, Compañero y Maestro que es el que confiere al Francmasón la plenitud de los derechos masónicos. Nadie puede ser dispensado de las pruebas graduadas prescritas por los rituales. ARTICULO VI