Introducción Seminario de Inducción a la Vida Universitaria
Cuando comenzamos en la Universidad reconocemos que hay un cambio de escenario de aprendizaje. Este cambio exige un movimiento de estilo habitual de estudiar y de relacionarnos. La introducción de un programa de cambios supone y exige cuestionar viejos esquemas de actuación, eliminar antiguas prácticas, aprender nuevos conceptos y procedimientos, modificar patrones de relación y reestructurar tareas. Todo esto implica moverse, modificar; hacer algo distinto a lo que se hacía. Esta demanda de acción contribuye a que se establezca la resistencia, una reacción lógica, natural y esperada.
Nuestras ideas y los pensamientos sobre la vida experimentan cambios. Se ha escrito mucho sobre cómo el ser humano enfrenta los cambios. Expertos del tema han planteado que existe una tendencia en los seres humanos a resistir los cambios, sobre todo aquellos conductuales y culturales. Nuestros estudiantes no son la excepción, ellos también experimentan transformaciones tecnológicas, económicas, sociales y culturales con rapidez. El asesor empresarial William Bridges, estudioso del fenómeno del cambio, sostiene en su libro Transitions: Making Sense of Life’s Changes que es necesario distinguir entre un cambio y una transición. Según él, el cambio opera en los ambientes físicos o materiales. Es un evento contextual externo y relativamente rápido. Por su parte, la transición es el proceso psicológico individual interno, que ocurre en las personas en su lucha por adaptarse a la nueva situación generada por el cambio. La transición, por lo tanto, es más lenta, ocurre dentro de las estructuras mentales y emocionales de las personas y es muchas veces intangible. Durante su inicio en la Universidad nuestros estudiantes experimentan un cambio de escenario, de estudio y a veces de lugar y de residencia. Muchas veces ese cambio no ocurre a la par con la transición que debe tener lugar en III