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10/27/10
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SÁBADO DE LA CUARTA SEMANA DE CUARESMA
Todas las controversias se pueden resolver apelando a la autoridad Jeremías 11,18-20; Juan 7,40-53 La horca se va apretando a medida que nos acercamos a las últimas semanas de la Cuaresma. Cuando la gente se vuelve más temerosa e insegura, no sabe cómo llegar a su propia alma, ni a la oración, ni a sus mejores instintos. En ese momento, la respuesta más fácil y cómoda es citar la Sagrada Escritura, a alguna autoridad o algún principio legal, para que nos quite la ansiedad rápidamente. Un fundamentalista es alguien que piensa que todos los problemas se pueden solucionar apelando a la autoridad. No hay necesidad de una vida interior, ni de un camino de fe, ni de la experiencia directa; alguien más puede hacer la tarea por mí. Parecen decir: “No necesito tomar las riendas de mi propia vida, alguien con más autoridad lo hará por mí.” Este tema se ve claramente en el Evangelio, ya que la Primera Lectura de Jeremías, aunque conmovedora, lo muestra apelando a la venganza justa y divina. Estamos cansados de escuchar esto, pero si yo recibiera los mismos ataques que Jeremías, probablemente actuaría de igual manera. El pasaje del Evangelio de hoy habla de la autoridad y dispara la siguiente batería de preguntas: ¿a quién le eres leal? ¿a quién sigues o 98