Bajo el Panorama

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CASO MALVINAS

El Caso Las Malvinas se refiere a la desaparición y asesinato de cuatro menores de edad en Guayaquil. El 8 de diciembre de 2024. Ismael, Josue, Steven y Saúl desaparecieron en el sector de Las Malvinas, al sur de la ciudad, luego de haber jugado un partido de fútbol. Testimonios de familiares y registros de cámaras de seguridad indican que fueron detenidos y agredidos por miembros de las Fuerzas Armadas, quienes los subieron a vehículos militares.

El 24 de diciembre, los cuerpos de los cuatro menores fueron hallados calcinados cerca de la base militar de Taura, en Naranjal, a unos 40 kilómetros del sitio donde fueron vistos por última vez. Al día siguiente, los familiares fueron convocados para el reconocimiento de los restos y, tras pruebas genéticas, la Fiscalía confirmó su identidad. Este hecho desató indignación y protestas en diversas ciudades, generando un fuerte debate sobre el papel de las fuerzas militares y el respeto a los derechos humanos.

Los militares implicados declararon que los jóvenes fueron retenidos durante un patrullaje tras una denuncia de robo en la zona.

Afirmaron que no portaban documentos ni proporcionaron sus nombres o edades. Respecto a los videos que muestran a los menores siendo golpeados, negaron que se tratara de actos de violencia y justificaron sus acciones como medidas de seguridad. Según su versión, los liberaron en la zona de Taura, aunque no existe un informe oficial que respalde esta afirmación.

El 31 de diciembre de 2024, la Fiscalía imputó cargos por desaparición forzada a 16 militares vinculados al caso. Un juez ordenó prisión preventiva para los acusados y estableció un plazo de 90 días para la investigación, la cual fue trasladada a Quito y asignada a la Unidad Especializada en la Investigación del Uso Ilegítimo de la Fuerza.

El 1 de enero de 2025, los cuatro menores fueron sepultados en el cementerio Ángel María Canals, en Guayaquil. Durante el funeral, cientos de personas corearon “queremos justicia”, mientras los familiares exigían respuestas ante la brutalidad del crimen.

El 7 de enero, después de un mes de la desaparición, se organizó un plantón a las afueras de la Fiscalía General del Estado, en Quito. Aproximadamente unas 100 personas se unieron a la agrupación. Toda la gente hizo

eco de la indignación que sentían del caso y el cómo las autoridades, responsables de la seguridad de sus ciudadanos, les habían fallado a esos niños. Hubo un breve receso para rendir homenaje, se realizó un altar con rosas y juguetes, por último se danzó y se brindó un minuto de silencio. La fiscalía se mantuvo cerrada y con presencia policial.

LIENZO URBANO

En este proyecto busco crear una narrativa visual que evoque a la relación entre el pasado y el presente, enfocándome principalmente en elementos urbanos que, como lo veo, decoran y le dan un toque interesante a las calles. El graffiti, así como los Flyers o anuncios roídos por el tiempo, tiene un gran impacto visual, pero sí se le suma el aspecto de lugares envejecidos, como paredes desgastadas, sitios abandonados y espacios públicos olvidados. Así como lo veo, juntos se convierten en una herramienta de expresión artística y comunicativa.

Con ello trato de darle un nuevo contexto a los espacios abandonados, que ya de por sí pueden dar una impresión de decadencia y olvido. Darles este contexto más relacionado con el arte urbano y comunicativo, les dará una relevancia cultural mayor. Los espacios y superficies se convierten en lienzos donde lo humano, ya sea como protesta o gracia individual, se vuelve a poner presente ante el olvido, como si se tratara de pinturas rupestres, una voz que muestra la necesidad de conectar, aunque sea con lo destruido.

El símil que veo entre el arte rupestre y el Urbano, o ya como una visión moderna del

primero, va debido al referente histórico; las primeras comunidades humanas grababan su visión del mundo al que enfrentaban diariamente, en un lienzo áspero como lo es la roca. En la actualidad, el urbanismo es decorado con pintadas y carteles que expresan estas mismas luchas diarias, y en ocasiones bromas inocentes o groseras, que, si bien no le gustan a todo el mundo, son al igual que serán formas de comunicación, que expresan la necesidad humana de expresarse.

Frente a lo estético busco que las superficies den una multitud de capas visuales y simbólicas. El contraste, la crudeza, descomposición, y cada detalle, desde el rasgado de un flyer, hasta una fisura en el concreto, son aspectos importantes dentro del encuadre que quiero que agregue un valor en la narrativa, del cómo lo mismo que es creado por lo humano, también es deshecho por el mismo.

Además, también estará presente un componente crítico. Ya que el Graffiti desde siempre se le ha asociado a ser un medio artístico que expresa disconformidad con la actualidad, ya sean críticas al sistema, al consumismo, a la política y la desconexión social. Esto llevado al mundo de la foto, en el contexto que fue grabado, no solo le da

ese toque efímero, sino también puede llegar a más lugares, sin necesidad, por así decirlo, de llevarse la pared de concreto. Por lo que el medio fotográfico está más que justificado.

Ya llevado al cómo se realizará, será de manera digital, al igual que opte por un formato tradicional de 3:2 por ser el que mejor se adapta a la mayoría de dispositivos, y que en el encuadre me permite un buen porcentaje de información. Con un equipo compacto que me permita movilizarme por estos espacios. Como quiero que la fotografía tenga este toque nostálgico, escojo, en la ausencia cromática, el blanco y negro como base. Al igual que le da un énfasis mayor a las texturas por el contraste que, junto a una iluminación natural adecuada, ayuda a la potencia en la narrativa.

Como fin del proyecto, invito a la participación del espectador, para que reflexione sobre los entornos por los que pasa diario, y los vea como parte de un legado cultural. El detenerse, observar y reflexionar sobre esto, como si se tratara de un lenguaje, lejos de las convenciones. Con este fin, el espectador verá la belleza dentro del abandono, y las luchas que cada trazo o rasgado significan.

Samuel Pinto

PLANTÓN TIERRAS

ROBADAS

En los exteriores de la Corte Constitucional del Ecuador, una mañana del 23 de enero del 2025 se llevaría a cabo un plantón organizado por la Asociación de Producción Agropecuaria. Con pancartas, telas y machetes, exigían la presencia de las autoridades por el despojo de sus tierras en la provincia de los Ríos. 639 hectáreas y un total de 70 familias desalojadas, con el propósito del tráfico de tierras a personas ajenas a dicha comunidad y diversas deforestaciones al entorno natural.

Como se ve en las imágenes este hecho obligo a la comunidad el salir de su hogar hasta Quito para buscar alguna respuesta a esta injusticia, pues, al ser despojados de sus principales medios de estabilidad económica, se enfrentan a duros periodos de incertidumbre, donde la falta de un techo y de la educación se ha convertido en su diario vivir. A esto se incluye la inseguridad, ya que todas las veces en las que han hecho presente este hecho, han recibido amenazas de parte de organizaciones delictivas. El plantón se realizó también para denunciar que la jueza a cargo, Ximena Cárdenas, no se ha presentado y ha callado.

La movilización no solo se quedó en la Corte Constitucional, ya que luego La Radio América les dio un espacio para poder comunicar su mensaje, así que toda la comunidad se movilizó hasta allá, haciendo oír aún más su mensaje de protesta.

En las fotos traté de retratar la indignación, pero también la determinación de esta comunidad, que reflejan el cómo su unidad les brindó el hacerse escuchar. El uso de planos generales para demostrar la magnitud del plantón y cómo ocupaban la mayoría del espacio, pues un gran número de personas fue afectado por esto. También planos más cerrados, como retratos para sentir una proximidad más íntima al hecho, al empatizar con la preocupación y resistencia que se ve en sus rostros. También los mensajes de las pancartas toman protagonismo, con mensajes en contra de la ineptitud y el silencio de las autoridades que, ya en 2 años, no se ha hecho nada por estas familias desalojadas. Sin embargo, las fotos con un mayor impacto son las de los machetes, que muestran la indignación y furia de los manifestantes, al igual que la seriedad que querían transmitir, dejando en claro que no andaban con juegos y querían ser realmente escuchados.

Este registro no solo busca documentar los hechos, sino también el generar conciencia sobre problemas que ocurren en la actualidad y el no ser indiferentes a una problemática que ha afectado a un gran número de personas, la difusión de este material fotográfico ayuda a visibilizar la lucha campesina y mostrar la resistencia de una comunidad que solo quiere regresar a sus hogares.

MEGA BANDERAZO

Liga Deportiva Universitaria tuvo sus inicios en octubre de 1918 como un equipo semiprofesional vinculado a la Universidad Central del Ecuador, bajo el nombre de Club Universitario. Su formación estuvo liderada por el Dr. César Jácome Moscoso y estuvo integrada por estudiantes de la universidad, convirtiéndose en el equipo representativo de la institución y en el antecedente del club actual.

El 11 de enero de 1930, estudiantes y deportistas del Club Universitario, convocados por su presidente Bolívar León y con el respaldo del rector Aurelio Mosquera Narváez, formalizaron la creación de Liga Deportiva Universitaria. En ese entonces, el club contaba con diversas disciplinas deportivas, incluyendo fútbol, baloncesto, atletismo, natación, tenis, andinismo, ciclismo y ajedrez.

Con un presupuesto inicial de 500 sucres, los jugadores debían encargarse de cubrir sus propios gastos en uniformes, vendas y otros implementos. Tras terminar sus clases, se dirigían a las canchas de El Ejido, donde ellos mismos armaban los arcos con palas y picos para poder entrenar. Bolívar

León, además de ejercer como presidente, fue también director técnico y jugador del equipo, y diseñó el primer uniforme: una camiseta y pantaloneta blancas, en honor a la Facultad de Medicina, con un escudo que contenía las iniciales “UC” en blanco dentro de un triángulo azul y rojo, representando los colores de la bandera de Quito.

Actualmente, el equipo juega sus partidos de local en el Estadio Rodrigo Paz Delgado, con una capacidad total de 55.000 espectadores (aunque la reglamentaria es de 41.575), lo que lo convierte en el segundo estadio de mayor aforo en Ecuador y uno de los más grandes de Sudamérica. Hasta la fecha, Liga ha obtenido 29 títulos en fútbol: 3 amateurs, 6 regionales, 15 nacionales (12 ligas, 1 Copa Ecuador y 2 Supercopas Ecuador) y 5 internacionales, siendo estos últimos los más destacados: la Copa Libertadores en 2008, la Copa Sudamericana en 2009 y 2023, y la Recopa Sudamericana en 2009 y 2010.

Su clásico rival es Sociedad Deportiva Aucas, con quien disputa el Superclásico de Quito. La FIFA reconoce a Liga como uno de los equipos que han logrado conquistar tres torneos de la Conmebol. En junio de 2011, se posicionó en el puesto 11 del ranking mundial de clubes de la IFFHS, y ocupa la

mejor ubicación histórica de un equipo ecuatoriano en dicho ranking, alcanzando el puesto 90.

Durante la temporada 2024 de la LigaPro, Liga de Quito logró su título número 13 en el campeonato ecuatoriano. Con esta victoria, además de consagrarse campeón, aseguró su clasificación a la Copa Libertadores y un premio económico significativo para 2025. A pesar de haber disputado 32 partidos entre las dos etapas y la final, el club recibió 200.000 dólares por su triunfo, uno de los premios más bajos en comparación con otras ligas de la Conmebol. Sin embargo, Liga sigue consolidándose en la cima del fútbol ecuatoriano, y por el momento, parece difícil que otro equipo logre igualarlo.

Previo a la final, los hinchas del equipo organizaron un banderazo en el sector Los Cuarteles para recibir al Bus y brindarles su apoyo.

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ESPACIOS CULTURALES

La colina Itchimbía fue un lugar importante para las ocupaciones de Quitu e Inca, ya que aquí fue un espacio para la adoración de los Dioses, en especial el Inti. Ya en la época colonial, su antiguo testimonio fue remplazado para dar lugar a la caza y el entrenamiento militar, dejando en el olvido los recuerdos de este sagrado lugar.

La estructura de hierro y zinc, que sirve como punto central del parque, fue importada originalmente de Hamburgo, Alemania. Primero funcionaba como el Mercado de Santa Clara, ubicado en una pequeña plaza frente al monasterio homónimo. Luego, con la construcción del parque, fue llevado pieza por pieza hasta la colina, inaugurándolo la exposición arqueológica del “Señor de Sipán”.

Lo más interesante de su estructura, y donde vienen su nombre “El Palacio de Cristal”, es que las paredes están cubiertas totalmente por el vidrio, que permite que el lugar este totalmente iluminado durante el día, esto también genera un juego de reflejos y líneas lo suficientemente fuertes como para querer fotografiarlo, el entorno natural se mezcla con la rígida estructura, creando un

símil único, fue interesante fotografiarlo.

En contraposición en la diagramación de este libro, está la Casa de la Cultura Ecuatoriana, un sitio que nace por iniciativa del político y periodista lojano Benjamín Carrión, quien veía a la cultura como un motivo para levantar la moral de los ciudadanos ecuatorianos luego de la rendición en la guerra peruano-ecuatoriana de 1941. En sus palabras: «Si no podemos ser una potencia militar y económica, podemos ser, en cambio, una potencia cultural nutrida de nuestras más ricas tradiciones.»

Como principal foco fotográfico escogí el Edificio de los Espejos, un circular gigantesco en donde alberga sus salas de exposición. Su estructura desde pequeño siempre me había llamado la atención, con esa multitud de espejos reflejando a una sociedad en continua modernidad. Explorar sus vacíos alrededores una mañana de domingo, creo que tuvo que ver mucho por él. Como lo interpreté en las fotos, era compuesto por extensas curvaturas que se alzaban hacia ningún fin, con el constante ritmo de los ventanales que imitaban el furioso e impredecible clima de Quito.

A esto le sumé el Centro cultural y deportivo Cumandá. En épocas coloniales fue

conocido como la quebrada de Jerusalén o de los gallinazos, pero durante el siglo XX esta quebrada fue rellenada. Primeramente, funcionó como una nueva terminal terrestre en 1986, hasta 2009, donde se inició el proyecto por el de crear un nuevo parque recreativo y expresión de culturas tradicionales y urbanas por personas de todas las edades para el centro histórico. La construcción empezó en agosto de 2010 demoliendo parte del antiguo edificio, para así empezar a construir lo que sería el parque urbano, que inicialmente recibió el nombre Qmandá.

En la tarde de domingo que lo visité, tenía un sentimiento extraño, no estaba tan lleno como creí, y la bajada desde el bulevar fue más bien silenciosa, algo que no te molesta hasta que te das cuenta de que no estás del todo solo como creías. Dejando eso, la estructura del que alguna vez fue el terminal de Quito se alza imponente en el centro, con vistas de las varias calles y el panecillo. También, como es común en estos lugares, los reflejos asistían para componer cosas interesantes.

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ROCES DE LUZ

¿Qué sería de la historia del arte si Edward Weston no hubiera visto un potencial estético en objetos comunes de su naturaleza, la piel y cercanos a su entorno? Seguramente nos hubiéramos perdido de obras tan inspiradoras que nos fuerzan a ver la belleza dentro de lo común. Y es que en toda su obra se captura la belleza en objetos que comúnmente pasan desapercibidos, como conchas, frutas o pimientos, pero para Weston cada cosa se podía prestar como herramienta de estudio, donde las formas y texturas tomaban protagonismo, abstrayendo resultados interesantes.

Siguiendo esta filosofía, decidí explorar, por medio del autorretrato, mis brazos y manos. Con el fin de salir de mi zona de confort y explorar estas “herramientas” con un mayor protagonismo visual, centrándome en las formas, texturas y cómo la luz, al igual que la sombra, inciden en los cuerpos, dando una imagen más potente a estos retratos.

Como parte de este proyecto estudié la obra de Weston, primero su equipo. El maestro usaba un cámara de gran formato, con una gran profundidad de campo que le permitía captar cada detalle del encuadre.

También me interesó su manera de iluminar. El juego de luz y sombra hace más visibles los pliegues, en el caso de la piel, o formas orgánicas. También explora en el tema del fondo, en muchas de sus fotos se realiza un énfasis en el sujeto, distinguiéndolo del fondo. En su mayoría, a la espalda del modelo, se teje una sombra poderosa que hace más visible la figura que presentan estos objetos. También un caso importante de estudio, y muy debatible si fue la verdadera intención del autor, es el caso del eco que generan sus imágenes de naturaleza muerta con partes del cuerpo femenino, dándole un sentido más erótico.

Ya llevado esto a mi proyecto, utilicé una cámara Sony A6400 con la distancia focal de 50 mm, para evitar cualquier tipo de distorsión y que sea lo más cercano a lo que ve el ojo humano. En iluminación quise tener el total control en esta, variando entre una y dos luces, en un cuarto completamente obscuro. Esto me dejó modelar las sombras a mi gusto y excluyendo todo lo que no aportaba, llegando al minimalismo por el cual también es famoso Weston. También me apoyé con un fondo negro y una mesa que no reflejara demasiado, aislando más mis manos, dándoles el protagonismo absoluto.

A la hora de componer, involucré aspectos más simbólicos, como los gestos y movimientos daban una sugerencia más psicológica sobre mi persona. Algunas veces seguí la abstracción de formas y darles a mis imágenes un aspecto más surrealista. Y otras veces me dejé llevar por el movimiento de mis brazos y manos frente a la cámara hasta captar una posición que me parecía interesante. Este último igual lo tomé de Weston, pues a la hora de retratar a sus modelos, ellas bailaban frente a la cámara, mientras él les seguía el paso hasta encontrar el encuadre perfecto.

Al final, el trabajo no solo quedó como un homenaje a la obra de Weston sino también como registro de expresión emocional y personal realizada con la gesticulación de mis manos y brazos, junto con el proceso fotográfico.

Al igual que fue un desafío creativo, al buscar más allá de las posibilidades estéticas, pues, aunque mi corto tiempo en la fotografía, me es necesario experimentar desde temprano y buscar en los pequeños detalles estos momentos de expresión atreves de objetos o partes no tan comunes, y como la luz, el fondo y la modelación, juntos crean un fuerte componente narrativo, al igual que expresivo.

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